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La obesidad en el siglo XXI: impacto y costes

La obesidad en el siglo XXI: impacto y costes

La obesidad se ha convertido, en los últimos años, en uno de los mayores problemas de salud a los que se enfrenta la sociedad actual. La prevalencia aumenta progresivamente y afecta a todos los países, incluso a aquellos en desarrollo en los que hasta hace poco la malnutrición era un problema endémico. La prevalencia de obesidad y sobrepeso en niños crece de manera significativa en la mayoría de los países del mundo, tanto desarrollados como en vías de desarrollo.

Autores:

1ª autora: Lucía Regla Mange, Diplomada en Fisioterapia y Graduada en Enfermería, Enfermera en Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza

2ª autora: Nerea Yus Valencia, Graduada en enfermería, Zaragoza

3º autor: Francisco Berni Mohedano, Graduado en Enfermería, Enfermero en Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza

4º autor: David Muñoz Miguel, Diplomado en Fisioterapia, Fisioterapeuta en Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza

5ª autora: Alba Soriano Ariño, Graduada en enfermería, Zaragoza

Palabras clave: obesidad, costes, prevalencia

Resumen:

Los cambios en el estilo de vida del mundo civilizado (disminución de la actividad física y aumento de la ingesta) son, en gran parte, responsables del incremento de la incidencia de sobrepeso y obesidad desde edades tempranas de la vida.

Se ha calificado la obesidad como la epidemia del siglo XXI. En EEUU, la mala alimentación y falta de ejercicio físico son responsables de casi tantas muertes como el tabaco 1 y a medida que los países no desarrollados superan la cota de la subsistencia entran en riesgo de padecer obesidad.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha estimado recientemente que unos 1.000 millones de personas en el mundo tienen sobrepeso, de los que unos 300 millones son obesos, y considera la obesidad como una epidemia global 2. Sólo en 20 años se ha duplicado su prevalencia, por lo que nunca como hasta ahora se ha tenido la oportunidad de presenciar el desarrollo tan rápido y generalizado de una epidemia de enfermedad no infecciosa.

La magnitud del problema del exceso de peso es muy importante por su asociación causal con patologías graves y muy prevalentes (desde la dislipemia a la diabetes o el síndrome metabólico, pasando por las coronariopatías, accidente vascular cerebral y otras vasculopatías periféricas, o bien, la apnea del sueño, dificultades osteoarticulares, etc), y por la simplicidad de su prevención y tratamiento 3.

Sobrepeso y obesidad:

Tanto el sobrepeso como la obesidad se relacionan con un exceso de grasa corporal, cuyas secuelas son un aumento del riesgo cardiovascular y la frecuente asociación con enfermedades graves. La obesidad se define como una enfermedad crónica caracterizada por un incremento de peso y un aumento de las reservas energéticas del organismo en forma de grasa, mientras que el concepto de sobrepeso, por su parte, hace referencia simplemente a un exceso de peso corporal (consecuencia, de nuevo, de un exceso de grasa corporal). Así pues, sobrepeso y obesidad constituirían una primera clasificación del exceso de grasa, en función de la cantidad 3.

La cantidad de grasa corporal cambia con la edad y el desarrollo y difiere entre varones y mujeres, por lo que los criterios para definir la obesidad y el sobrepeso deben elegirse en función de la edad y el sexo.

La obesidad infantil es un trastorno muy frecuente y de prevalencia creciente que repercute en la adaptación social y el desarrollo psicológico del niño 4,5. Preocupan actualmente su relación con diversas morbilidades asociadas como enfermedad cardiovascular y diabetes mellitus 6 y su evolución natural hacia la obesidad del adulto 7.

Otra clasificación del exceso de grasa podría hacerse según su distribución, en central o periférica 3.

La obesidad central, androide o abdominal se denomina así ya que el tejido adiposo queda depositado alrededor de la cintura. Se define como un aumento en la circunferencia abdominal, medida por debajo de la última costilla. Dicho perímetro abdominal es el resultado de la suma de la grasa abdominal subcutánea y la grasa abdominal visceral. Esta última tiene un papel más importante en la fisiopatología del exceso de peso al ser metabólicamente más activa (el adipocito del tejido adiposo abdominal tiene, además de su función de reserva energética, una actividad secretora de diversas adipoquinas que lo convierten en un auténtico órgano endocrino). La distribución central de la grasa, o perímetro de la cintura (PERCIN), constituye en sí misma un factor de riesgo.

La obesidad periférica, ginoide o glúteo-femoral se denomina cuando el tejido adiposo queda depositado en caderas y muslos, predominándose en mujeres y no relacionándose con el riesgo cardiovascular. Se mide por debajo de las crestas ilíacas, sobre la zona glútea.

El exceso de grasa se evalúa por medio del índice de masa corporal (IMC), según la siguiente fórmula: 3

IMC= Peso (en kg) / altura2 (en metros)

En adultos, esta fórmula se puede aplicar directamente y el resultado define la normalidad, el sobrepeso o la obesidad. En la población infantil (hasta los 18 años), en el cálculo del índice de masa corporal (IMC) se tienen en cuenta otros factores tales como la edad y el percentil en el que se encuentra el índice de masa corporal (IMC) obtenido.

Además hay que tener en cuenta que el peso debe medirse bajo ciertas condiciones para que sea fiable en todos los individuos: a la misma hora del día, con el sujeto desnudo o con poca ropa, sin zapatos, si es posible después de evacuación vesical y rectal, en báscula electrónica o de balancín homologada. De la misma forma, la talla debe medirse con el sujeto en bipedestación, con la espalda en contacto con el estadiómetro y sin calzado, de tal forma que el estadiómetro quede vertical con la cabeza alineada siguiendo la línea del trago y en las mismas condiciones que hemos realizado el peso.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) propone unos valores establecidos para evaluar el estado nutricional de las personas. Estos valores de índice de masa corporal (IMC) son los siguientes:

– < 16,00 Kg/m2: Delgadez Severa

– 16,00 a 16,99 Kg/m2: Delgadez Moderada

– 17,00 a 18,49 Kg/m2: Delgadez Aceptable

– 18,50 a 24,99 Kg/m2: Normal

– 25,00 a 29,99 Kg/m2: Sobrepeso – Preobeso

– 30,00 a 34,99 Kg/m2: Obeso tipo I

– 35,00 a 39,99 Kg/m2: Obeso tipo II

– ≥ 40,00 Kg/m2: Obeso tipo III

La circunferencia de la cintura se admite cada vez más como una manera sencilla de identificar la obesidad. Esta medida, en combinación con el índice de masa corporal (IMC), ha demostrado ser la que mejor predice la obesidad y los riesgos para la salud que conlleva. Un perímetro de cintura elevado está estrechamente relacionado con un mayor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares; se considera elevado si supera los 102 cm en hombres y los 88 cm en mujeres.

La obesidad en cifras:

A nivel mundial:

De acuerdo con los últimos datos de los que se dispone, a nivel mundial más de 1 billón de adultos presentan exceso de peso y, en concreto, 300 millones de ellos son obesos. La prevalencia de unos países a otros es muy variable, estando por debajo del 5% en China, Japón y ciertos países de África y llegando a superar el 75% en otros, como es el caso de Samoa (país que comprende un grupo de islas perteneciente al archipiélago de la Polinesia al sur del Pacífico). Sin embargo, incluso en países con una prevalencia relativamente baja, como el caso de China, en algunas ciudades llega a alcanzar el 20% 8.