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Papel de la enfermera en la flebitis superficial

Papel de la enfermera en la flebitis superficial

Resumen:

La flebitis superficial es la principal complicación derivada de la canalización y mantenimiento del catéter endovenoso. El personal de Enfermería es el encargado de realizar la técnica de canalización del catéter endovenoso para la administración de fármacos, aporte nutricional y transfusión de sangre al paciente. El procedimiento es uno de los más habituales en el ámbito hospitalario por dicho personal y debido a ello es muy importante realizarlo adecuadamente. Deberemos prestar los cuidados necesarios durante su mantenimiento para prevenir la aparición de la flebitis.

Autores:

  1. Rodríguez Valiente, Sonia. Diplomada en Enfermería.
  2. Jara Valiño, Francisco Javier. Diplomado en Enfermería.
  3. Rodríguez Camacho, José Luis. Graduado en Enfermería.

Palabras clave:

Piel, catéter, flebitis, prevención, asepsia

Introducción:

Se define flebitis como el estado patológico que consiste en la inflamación de una o más capas de la pared venosa. Existen dos tipos de flebitis, la profunda y la superficial. La flebitis superficial es la complicación más común en nuestra práctica enfermera, afectando únicamente a las venas localizadas justo bajo la piel.

Los riesgos producidos por la flebitis superficial varían en función de la zona donde se encuentre. Si se localiza en pies, piernas, manos y brazos las complicaciones son bajas, ya que el coágulo es pequeño considerándose una patología benigna con buen pronóstico médico, pero si está se localiza en la vena safena (zona interior de las piernas) puede ser síntoma de una flebitis profunda que necesitará de pruebas médicas extras para poder realizar un adecuado diagnóstico.

La flebitis aparece de forma:

Mecánica: Se produce por una irritación debida al catéter. Sus causas principales son:

  • Inserción de un catéter demasiado grande para la vena canalizada.
  • Inserción del catéter cerca de una articulación que al flexionarla genera que choque su émbolo contra la pared de la vena.
  • Traumatismo generado durante la técnica.
  • Incorrecta fijación del catéter provocando que se mueva.

Química: Se produce por las propiedades irritantes de algunos líquidos y fármacos debido principalmente:

  • Administración de una medicación altamente ácida o alcalina.
  • Administración muy rápida de una solución irritante.

Bacteriana o supurante: La irritación se produce por bacterias o sus toxinas debido principalmente:

  • Falta de asepsia tanto del sistema intravenoso utilizado durante la técnica como de la zona de la piel donde se realiza la inserción del catéter.
  • Contaminación de la solución administrada.
  • Prolongación del tiempo de inserción del catéter.

Valoración de los factores que favorecen la aparición de flebitis:

Síntomas: Cuando la flebitis es leve, el único síntoma será un pequeño hinchazón de la vena, pero sí es no es leve, podrá presentar los siguientes síntomas:

  • Hinchazón de la vena.
  • Enrojecimiento de la piel.
  • Dolor.
  • Sensibilidad.
  • Aumento de la temperatura en la zona afectada.

Catéter de inserción: Valorar la necesidad de introducir y mantener el catéter es muy importante,  ya que el riesgo que aparezca una reacción inflamatoria es muy alto. La elección del tipo catéter y un calibre adecuado serán determinantes para reducir su riesgo. El calibre dependerá tanto del estado de la vena a canalizar como de los fármacos que se vayan a administrar.

Es importante utilizar el catéter de menor dimensión posible en la vena más grande que se localice para procurar una mejor hemodilución y mayor flujo de sangre alrededor del mismo.

Zona de canalización: Dependiendo del estado del paciente (patología, alteración neurológica, movilidad, etc.…) y el tiempo de administración del tratamiento endovenoso, la zona elegida será más adecuada o no. Las manos y brazos son las zonas de mayor elección siempre que se eviten las flexuras, las venas varicosas o venas que hayan sido canalizadas previamente. Para proporcionar la mayor comodidad al paciente mientras porte él catéter, será importante tener presente a la hora de la elección el miembro que menos utilice.

Predisposición del paciente a padecer la infección: Los mecanismo de respuesta a la infección dependerá de distintos factores (edad, estrés, estado nutricional, genética, etc…).

Cuidados de Enfermería en la aparición de flebitis superficial:

  • Realizar las medidas de asepsia adecuadas antes de realizar la técnica, como son:
  • Lavado de manos de forma higiénica.
  • Utilización de guantes, que no es necesario que sean estériles.
  • Limpiar (agua y jabón) y desinfectar (yodo o alcohol) la zona elegida donde se va realizar la canalización del catéter. No se podrá volver a palpar la vena, una vez desinfectada la piel.
  • Intentar no insertar el catéter próximo a la articulación, debido a que son complicadas de inmovilizar.
  • Una vez esté canalizado el catéter, deberemos de promover unos cuidados básicos para su mantenimiento y evitar que se origine la flebitis. Estos cuidados se centraran en:
  • La correcta fijación del catéter y del apósito.
  • Mantener una buena técnica de lavado de manos siempre que lo manipulemos.
  • Revisión diaria de la zona de canalización, para detectar la aparición de posibles síntomas.
  • Mantenimiento correcto de los sistemas de administración de medicación, ya que por protocolo requieren unos cuidados específicos para su correcta asepsia.
  • Para mejorar la hemodilución intentar diluir lo máximo posible las soluciones irritantes y reducir su ritmo de goteo.
  • Comprobar de forma meticulosa la fecha de caducidad de la medicación a administrar.
  • Instruir al paciente en los cuidados del catéter::
  • Explicando porque se ha optado por la terapia endovenosa.
  • Informando de los posibles síntomas que pueden dar lugar a la aparición de la flebitis, para poder dar aviso al personal de Enfermería.
  • Indicando los cuidados asépticos que debe mantener mientras porte el catéter:
    • Evitar mojar la zona cuando realice el aseo, siempre que sea posible.
    • No realizar movimientos repentinos que puedan mover el catéter.
    • Inmovilizar el mayor tiempo posible la zona canalizada.
    • Evitar la flexura de la extremidad, si ha sido el punto de elección para la inserción del catéter.
    • Una vez se retire el catéter, deberá comprimir el punto de punción durante 5 minutos, observando que no salga sangre.
  • Retirar el catéter tan pronto como el estado clínico del paciente lo consienta.
  • Si existe o hay sospecha de flebitis:
  • Retirar inmediatamente el catéter y coger otra vía venosa en una zona superior o en el otro brazo.
  • Registrar los síntomas presentados, las acciones realizadas y la opinión del paciente.
  • Colocar compresas templadas en la zona afectada varias veces al día durante 20 minutos.

Bibliografía:

  • Thomas Marsoorli S. Terapia intravenosa. Nursing 1997; 15(3): 40 – 43.
  • Diccionario terminológico de ciencias médicas. Masson 1995.
  • Rodríguez, S. Y cols. Complicaciones de la terapia intravenosa como causa de la prolongación de la estancia hospitalaria. Enfermería científica 1992; 118: 20, 21.
  • Marin Vivo, G y Mateo Marín, E. Catéteres venosos de accesos periférico. Rol de Enfermería 1997; 229: 67-72.