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Paro cardiorrespiratorio. Consideraciones históricas y terapéuticas

Paro cardiorrespiratorio. Consideraciones históricas y terapéuticas

Resumen:

Se realizó una revisión bibliográfica, con el objetivo de analizar aspectos históricos y terapéuticos de interés en los pacientes con paro cardiorrespiratorio.

Paro cardiorrespiratorio. Consideraciones históricas y terapéuticas

Autor:

MSc. Dr. Luis Antonio Rodríguez Sánchez. (1) Danays Rodríguez Castillo (2)

  1. Médico especialista de primer y segundo grado en Medicina Interna. Diplomado en cuidados intensivos del adulto. Máster en urgencias médicas. Profesor auxiliar.
  2. Estudiante de segundo año de medicina.

Hospital “Capitán Roberto Rodríguez Fernández”

INTRODUCCIÓN

El paro cardiorrespiratorio (PCR) es la combinación del fallo respiratorio y/o cardíaco, bien sea porque el paro cardíaco lleve al paciente a paro respiratorio o viceversa. Si no se lleva a cabo soporte vital básico, a los 10 segundos de iniciado un paro cardíaco el paciente entra en coma como consecuencia de la hipoxia cerebral y uno a tres minutos después entra en apnea de origen central como consecuencia del compromiso de las neuronas del centro respiratorio. Por otra parte, la obstrucción completa de las vías aéreas da origen a asfixia, que degenera en apnea (paro respiratorio) y en 5 a 10 minutos hace que el corazón entre en paro secundariamente a la hipoxia tisular.

Una situación terminal aguda no corregida a tiempo mediante soporte vital básico lleva rápidamente a la muerte clínica del paciente, es decir, a un cuadro clínico de Paro Cardiorrespiratorio (caracterizado por coma, cese reversiblede la actividad cerebral, apnea y ausencia de pulso en las arterias mayores) susceptible de ser revertido, dependiendo de la etiología del proceso, con preservación tanto de la vida del paciente como de su capacidad de raciocinio y comunicación.

Si no se instaura soporte vital básico de manerainmediata en un paciente en estado de muerte clínica se llega a la muerte cerebral, destrucción irreversible del tejido encefálico, especialmente de la neocorteza y de otras estructuras supratentoriales. Esta situación es reconocida actualmente como muerte, por la legislación de la mayoría de los países, incluso cuando el corazón continúa latiendo gracias a la aplicación permanente de medidas de apoyo cardiorrespiratorio instauradas tardíamente.

Todo paro cardiorrespiratorio (PCR) no tiene un mismo origen, no tiene igual forma de presentación, ni igual tratamiento, y como el enfermero es el que se mantiene a la cabecera del paciente, es el primero en identificar esta patología y debe estar preparado para actuar de forma inmediata ante esta complicación, estas razones unidas a la alta mortalidad por paro cardiorrespiratorio (PCR) en nuestros servicios, fueron el motivo para el desarrollo de esta investigación.

Desarrollo

Desde el mismo momento que surgió el hombre como ser social, se enfrascó en una lucha tenaz por elevar día a día su nivel de desarrollo, lo que sin lugar a dudas ha estado en correspondencia con una mayor expectativa de vida, avalada por valores que oscilan alrededor de los 73 años para los hombres y los 75 años para las mujeres en los países desarrollados.

Esta afección se define como el cese brusco e inesperado de la respiración y la circulación, que puede ser potencialmente reversible en un paciente que reciba inmediatamente una atención profesional capacitada en la reanimación cardiopulmonar.

El primer reporte encontrado sobre el PCR fue en la Biblia, en el antiguo testamento, en los libros de los Reyes, donde se relata la historia del profeta Elías que asistió a un niño con posible paro cardiorrespiratorio (PCR) ante el pedido desesperado de la madre, el profeta se encomendó a Dios, luego se arrodilló y sacudió al niño de forma enérgica, luego de ello besó su boca en forma prolongada (el beso de la vida), tras lo cual el niño volvió a respirar y abrió los ojos.

Galeno de Pergona (130-200 a.C.), escribió 22 volúmenes vinculados a la prevención de la muerte súbita por PCR, Visalio en el renacimiento y luego William Harvey dedicaron largas escrituras a la muerte y posibilidad de resucitación, pero fue el cirujano escocés William Tossach quien en 1774, mientras asistía a un minero de un PCR, realizó por primera vez la respiración boca a boca. En este mismo año se fundó la Society For The Recovery Of Persons Apponenthy Drowned. La sociedad propagó descripciones detalladas de reanimación boca a boca, métodos de ventilación artificial como el Shofer y el Hagar Nielsen.

El advenimiento de la anestesia estimuló indudablemente el interés por la reanimación cardiopulmonar. En 1858 John Snow descubrió 50 casos de muerte repentina bajo de anestesia con cloroformo debido a la “parálisis de corazón”. Mritz Scheff (1823-1896), fisiólogo de Frankfurt, se interesó por la causa de la muerte en esta circunstancias e investigó problemas en perros, ideando una forma de reanimación cardiaca en la que el corazón es comprimido intermitentemente a través de una incisión en el tórax.

En 1902 Shiff, Lane, y Gray lograron reanimar a pacientes anestesiados a través de una incisión en el diafragma, estos fueron los primeros casos de reanimación efectivas después de un paro cardiorrespiratorio (PCR) que se realizaron en humanos. La reanimación cardiopulmonar (RCP) sin abrir el tórax , fue inicialmente publicada por Masa (1892), además fue el primero que utilizó la ventilación pulmonar artificial y el masaje cardíaco externo, para reanimar a un niño; pero el masaje interno, continuó como único método aceptable hasta el 1960, cuando se inició la era moderna de la reanimación cardiopulmonar, al combinar las maniobras de respiración artificial boca a boca, descritas por Elan, la desfibrilación eléctrica de Presvast y Batelle; con el masaje cardíaco a tórax cerrado informado por Kauwenhoven, Jude y Kniekerbocker.

En 1961 el anestesiólogo noruego Lund, comenzó a enseñar la respiración boca-boca en escuelas primarias. Laerdal fabricó su famosa muñeca Ressuci-Anne para entrenamiento de control de la vía aérea y masaje cardíaco externo que devino en una gran cantidad de maniquíes y aditamentos para entrenarse y realizar la reanimación cardiopulmocerebral (RCP-C) que incluyeron el desfibrilador externo automático desarrollado por Cummins en 1985.

Estos últimos años han sido dedicados más que todo al entrenamiento de médicos y de personal