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Redes sociales y las relaciones del cuidado humano

envuelve desarrollo y crecimiento de mutua confianza provocando una profunda y cualitativa transformación en la relación, ayudando al otro a crecer y a realizarse (7) lo cual obliga a reflexionar sobre la realidad actual en la cual vivimos en un mundo lleno de conflictos, violencia, corrupción, inseguridad, pero que al mismo tiempo se observa deseos en la gente por superar las adversidades y recuperar el espíritu de convivencia, de solidaridad y de paz, realidad que insinúa que a través de la práctica del cuidado en red se pudiera ir construyendo la realidad soñada.

Por otra parte, el cuidado como una forma de ser y el cuidado como una forma de relacionarse que debe ser ético en el sentido de contar con los elementos de las diferentes dimensiones, como son las habilidades técnicas, conocimiento, sensibilidad, intuición y experiencia. Además el cuidado se da de dos formas, como una cuestión de sobrevivencia y como una expresión de interés y cariño, (4) las cuales constituyen desde el punto de vista de las autoras, la filosofía del cuidado humano.

En cuanto a lo que se entiende por relación de cuidado, donde este es visualizado como una totalidad, por la esencia del hombre que es un ser integral, en sus dimensiones de autocuidado y cuidar de otro; por eso se habla de cuidado personal o privado, cuidado social y publico y cuidado profesional.

El cuidado personal o privado incluye las relaciones genuinas de cuidar y cuidado, entre las que pudieran considerarse la autenticidad, la autonomía, la libertad, exhibir comportamientos de cuidado como la solidaridad, amor y compasión, cuidado en existencias, de sobrevivencia, vivido pasando a proyectarse y a reflejarse en el ambiente. En cuanto al cuidado social y público, se refiere a las relaciones dirigidas a los amigos y con quienes no existe ningún vínculo de parentesco y afecto. Ellos evidencian el respeto, la consideración y la solidaridad entre otras. Por último el cuidado profesional el cual comprende las relaciones entre personas que necesitan cuidado y las personas que legal y académicamente están facultadas moralmente a cuidar, involucrando un comportamiento responsable y el uso del conocimiento y habilidades adquiridas en una institución formadora.

En general, las relaciones del cuidado son aquellas que se distinguen por la expresión de comportamientos de cuidar, que las personas comparten tales como confianza, respeto, consideración, interés y atención entre otros, creándose un ambiente o clima de cuidado en el cual los valores son enaltecidos porque en ese ambiente de cuidado, las personas se sienten bien, reconocidas y aceptadas por ser autenticas y que se preocupan unas por las otras, en el sentido de actualizar información, fortaleciendo e intercambiando ideas, ofreciendo apoyo y ayuda así como responsabilizándose y comprometiéndose con el mantenimiento de ese clima de cuidado(4).

En consonancia con los planteamientos anteriores, cabe presentar la definición del cuidado humano amoroso, concebido como una relación intersubjetiva entre la persona cuidadora y la persona sana o enferma que recibe el cuidado donde se intercambia el amor expresado, este, como una capacidad para mostrar preocupación e interés, respeto a la dignidad, asumir el cuidado con responsabilidad y comprensión de la situación de salud de la persona cuidada (8). Según la autora, en este modelo se destacan los siguientes elementos estructurales:

La preocupación e interés a través de una comunicación permanente y autentica de manera directa e indirecta. El respeto a la dignidad considerando la singularidad, la autonomía y la libertad de la persona cuidada, a participar de las decisiones que le afecten así como respetar sus derechos y cuidándolo de manera individualizada. La comprensión considerada desde la persona cuidada, en cuanto al sentimiento experimentado por la situación de salud que vive. La responsabilidad como compromiso moral de responder por las consecuencias de las intervenciones de la persona cuidadora, sean estas de tipo delegadas o independientes de su rol profesional. (8)

Conclusiones

Considerando el hecho de que la sociedad tecnológica de la información y la comunicación del siglo XXI han generado grandes avances en el mundo contemporáneo, con aplicaciones positivas para la sociedad, al mismo tiempo está marcando una realidad de incomunicación e insensibilidad entre los seres humanos, estamos llamados a pensar y reflexionar profundamente, a partir de este momento, sobre las redes sociales y las relaciones del cuidado, como un binomio que puede funcionar armónicamente con efectos muy favorecedores para expandir el rol profesional como cuidadora directa en el caso de personas o grupos de enfermos, pero como cuidadora indirecta a través de redes que apoyen la recuperación de la salud en personas convalecientes y mediante programas preventivos y de promoción de la salud en grupos poblacionales vulnerables, aportando con ello nuestro saber en las tan ansiadas metas del milenio.

Finalmente, es nuestro compromiso a la participación en la organización de las experiencias regionales de cuidado a través de redes, y a publicar los resultados generados de estas experiencias.

Referencias Bibliográficas

  1. Bes, G., Navarro, H., Esparza, H. El cuidado en peligro en la sociedad global. Enfermería Global, Julio N° 23.2011
  2. Boof, S. Saber Cuidar; ética de los humanos, compasión por la tierra. Edit. vozes, Rio de Janeiro.1999
  3. Malvarez, S. El reto de Cuidar en un mundo globalizado. Florianopolis, Jul, Sept; 520-30. 2007
  4. Waldow, V. El cuidado en Salud: las relaciones entre el si, el ateo y el cosmos. 2° ed. Edit. vozes, Brasil. 2004
  5. Clemente, M. Redes Sociales de apoyo en relación al proceso de envejecimiento humano. Revista de Psicología y Ciencias a fines vol. 20 N° 1, Argentina.2003
  6. Heidegger, M. Being and time. Harper and Row, 1969.
  7. Mayeroff, M. On caring. New York: Harper Perennial. 1971
  8. Escobar, D. Perspectiva Fenomenológica sobre el Poder del Cuidado Humano Amoroso, Venezuela. 2004.