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Revisión bibliográfica sobre el método BLW modificado para la introducción de la alimentación complementaria

Revisión bibliográfica sobre el método BLW modificado para la introducción de la alimentación complementaria

Autora principal: Beatriz Pulgarín Pulgarín

Vol. XVII; nº 8; 328

Literature review about the modified BLW method for the introduction of complementary feeding

Fecha de recepción: 05/03/2022

Fecha de aceptación: 18/04/2022

Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XVII. Número 8 – Segunda quincena de Abril de 2022 – Página inicial: Vol. XVII; nº 8; 328

Autoras:

Beatriz Pulgarín Pulgarín. Enfermera especialista obstétrico-ginecológica. Hospital Mancha Centro. Alcázar de San Juan. España

María Salud Benítez García. Enfermera especialista obstétrico-ginecológica. Hospital Universitario de Jerez. Jerez de la Frontera. España

Carolina Bravo Vaquero. Enfermera especialista obstétrico-ginecológica. Hospital General Universitario de Toledo. Toledo. España.

RESUMEN

Introducción: En los últimos años las recomendaciones sobre la alimentación complementaria han ido modificándose. La alimentación complementaria, es el proceso en el cual se comienza a ofrecer a los lactantes, alimentos diferentes a la leche como complemento de esta. El método BLW, se basa que son los lactantes los que administran el proceso desde el inicio, cogiendo la comida que se pone a su alcance y comiendo la cantidad que estos quieren. Limitándose los padres a ofrecer comida sana, variada y segura.

Objetivo: Conocer las ventajas y los inconvenientes de introducir los alimentos en su textura original (BLW) en comparación con los purés del método tradicional.

Metodología: Se realizó una búsqueda en las bases de datos: Pubmed y Cochrane Library. Utilizándose como palabras claves: “alimentación complementaria”, “BLW”, “Baby-Led Weaning”, “Bliss” y los operadores booleanos “AND”, “OR”. Se incluyeron aquellos artículos que presentaban las palabras claves, siendo estudios originales disponibles en inglés o español, con acceso libre a texto completo, que hubieran sido publicados en los diez últimos años.

Resultados/Discusión: Se analizaron con 6 estudios originales. Obteniéndose como resultados que en ambos grupos (BLW modificado en comparación con el método tradicional), la ingesta de nutrientes fue similar; no se encontraron diferencias en los niveles de hierro entre el método BLW modificado y el tradicional; los valores de sodio y azúcar se encontraban por encima de los valores recomendados por la OMS en ambos grupos; la ganancia de peso fue mayor en el grupo con el método tradicional; el grupo con BLW consiguió autonomía para comer solos antes que el método tradicional; así como mayor control sobre su dieta. En cuanto a los episodios de asfixia no hubo diferencias entre ambos grupos.

Palabras clave: alimentación complementaria, BLW, Baby-Led Weaning, Bliss.

ABSTRACT

Introduction: In recent years, recomendations on complementary feeding have been modified. Complementary feeding is offered to infants foods other than milk. The BLW method is based on the fact that it is the infants manage the process from the beginning, taking the food that is put within their reach and eating they want. Parents are limited to offering healthy, varied and safe food.

Objective: To know the advantages and disadvantages of introducing foods in their original texture (BLW) compared to purees of the traditional method.

Methodology: The databases were searched: Pubmed and Cochrane Library. Using as keywords: “alimentación complementaria”, “BLW”, “Baby-Led Weaning”, “Bliss” and boolean operators“AND”, “OR”. Those articles with the keywords were included, being original studies available in English or Spanish, free access to full text and it published in the last ten years.

Results/Discussion: Six original studies were analyzed. The results in both groups were: nutrient intake was similar; no differences were found in iron levels between the modified BLW method and traditional method; the sodium and sugar values in both groups were above those recommended by the OMS; weight gain was greater in the group with the traditional method; the group with BLW achieved autonomy to eat alone before and more control over your diet. Regarding episodes of suffocation, there were no differences between the two groups.

Keywords: complementary feeding, BLW, Baby-led weaning, Bliss.

DECLARACIÓN DE BUENAS PRÁCTICAS

Los autores de este manuscrito declaran que:

  • Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses.
  • La investigación se ha realizado siguiendo las Pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS) https://cioms.ch/publications/product/pautas-eticas-internacionales-para-la-investigacion-relacionada-con-la-salud-con-seres-humanos/.
  • El manuscrito es original y no contiene plagio.
  • El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista.
  • Han obtenido los permisos necesarios para las imágenes y gráficos utilizados.
  • Han preservado las identidades de los pacientes.

INTRODUCCIÓN

En los últimos años las recomendaciones sobre la alimentación complementaria han ido modificándose, tanto en la forma y textura de introducir los nuevos alimentos, como en cuáles introducir primeros y hasta cuándo esperar en otros. En este artículo, vamos a centrarnos en conocer qué textura es mejor para introducir la alimentación complementaria. Así como, conocer los riesgos y beneficios del método BLW modificado/Bliss.

La alimentación complementaria, es el proceso en el cual se comienza a ofrecer a los lactantes, ya sean alimentados de leche materna como de fórmula, alimentos diferentes a la leche como complemento de esta. Esto último, no debe ser olvidado, ya que los alimentos que se van introduciendo no pretenden ser sustitutos de la leche materna o de fórmula. Siguiendo las recomendaciones de la OMS o la AEP, la lactancia materna (LM) es la mejor fuente de alimentación para los lactantes, y debería permanecer de manera exclusiva hasta los seis meses de edad. A partir de este momento, se debería comenzar a añadir la alimentación complementaria de manera progresiva, y manteniendo la lactancia materna a demanda todo el tiempo que madre e hijo deseen, siendo esta la fuente principal de alimentación. (1)

En general, decimos que la alimentación complementaria (AC) debe comenzar en torno a los 6 meses de edad. Sin embargo, iniciarla requiere un desarrollo psicomotor, que le permita manejar y tragar los alimentos de manera segura.  Además, necesita desarrollo renal, gastrointestinal, neurológico e inmune. Podemos decir que un lactante está preparado para iniciar la alimentación complementaria cuando este mantiene la postura de sedestación con apoyo, muestra interés por los diferentes alimentos, tiene el suficiente desarrollo psicomotor para coger la comida con la mano y llevarla a la boca, y desaparece el reflejo de extrusión. (1)

La importancia de conocer estos rasgos de madurez del lactante, son muy importantes para evitar riesgos a corto y a largo plazo. A corto plazo la introducción precoz de la AC podría generar según la AEP atragantamientos, infecciones intestinales y respiratorias, interferir en la disponibilidad de hierro y zinc procedente de la leche materna, así como hacer que la leche se vea reemplazada por los alimentos. Mientras que a largo plazo, presentarían mayor riesgo de obesidad, atopía, diabetes insulinodependientes y destete precoz. Si bien es cierto, que tampoco es beneficioso retrasar el inicio de la AC más allá del séptimo mes, pues podría generarse carencias nutricionales en especial de hierro y zinc, mayor riesgo de alergias, peor aceptación de las nuevas texturas y sabores, así como afectar al desarrollo motor oral. (1) (2)

En cuanto a los alimentos por los que empezar, no está establecido. Si está claro que debe iniciarse por alimentos ricos en hierro y zinc. Introducirlos de uno en uno, para observar tolerancia, sin añadirles sal ni edulcorantes. No debemos olvidar que la función de los cuidadores en la AC es ofrecer comida sana, nutritiva y segura, siendo el lactante el que decide cuánta cantidad come. De manera que los alimentos que se incorporen a la dieta de los lactantes junto con la lactancia materna o de fórmula, cubran las necesidades nutricionales de los niños en dicha etapa.

En esta línea se encuentra el método BLW, la base de dicho método predica que son los lactantes los que administran el proceso desde el inicio, cogiendo la comida que se pone a su alcance y comiendo la cantidad que estos quieren. Limitándose los padres a ofrecer comida sana, variada y segura. Ofreciendo porciones que se adapten al desarrollo psicomotor del lactante, de manera que al inicio se ofrecerán alimentos naturales, mezclados y manipulados para que puedan cogerlos con las manos. Alimentos cocinados al vapor o que presenten una consistencia media o madura, que sean cortados con forma alargada, triangular o desmenuzados con las manos, y lo suficientemente grandes para que los lactantes puedan agarrarlos con el puño, para que puedan comerlos sin necesidad de abrir la mano. Posteriormente, se irá evolucionando a porciones más pequeñas, según van mejorando sus habilidades motoras. En etapas tempranas, se deberían eliminar los alimentos que tienen más riesgo de aspiración y asfixia como son todos aquellos alimentos con forma ovalada y redondeadas, o bien cortarlo por la mitad. Se deberían excluir también los alimentos que son pequeños y duros, como pueden ser los frutos secos, zanahoria cruda… (2) En esta línea, también se escucha hablar del método BLISS (Baby-Led Introduction to SolidS), dicho método sigue los mismos principios que el BLW, poniendo énfasis en la importancia de incluir alimentos ricos en hierro, que sean energéticos así como introducir fruta y/o verdura en cada comida. (1) (2)

OBJETIVOS

Conocer las ventajas y los inconvenientes de introducir los alimentos en su textura original, según indica el método BLW modificado, en comparación con el método tradicional con cuchara, que basa la alimentación complementaria en purés.

METODOLOGÍA

El presente estudio se trata de una revisión de la literatura científica que se llevó a cabo mediante un procedimiento ordenado, con el fin de ayudar a identificar, seleccionar y analizar de manera crítica la documentación encontrada sobre el tema.

Durante la búsqueda inicial realizada en la fase de reconocimiento del tema, se comprobó que había muchos artículos que trataban el argumento, así como duplicados de los mismos. Debido a esto, se decidió limitar la búsqueda a las bases de datos de Pubmed y Cochrane Library. Utilizándose como descriptores de materia: “alimentación complementaria”, “BLW”, “Baby-Led Weaning”, “Bliss” y los operadores booleanos “AND”, “OR”. Se incluyeron aquellos artículos que presentaban esta terminología en el título o en sus palabras claves, siendo estudios originales disponibles en inglés o español, con acceso libre a texto completo, que hubieran sido publicados en los diez últimos años. Excluyendo, aquellos artículos que no cumplieran con los requisitos nombrados anteriormente, bien por ser de un idioma diferente al inglés o español, ser artículos de revisión de la literatura, artículos de opinión, publicaciones que no trataran el tema específicamente o que su publicación hubiera sido anterior a 2012.

Teniendo en cuenta todo lo anterior, se seleccionaron seis artículos originales, siendo tres artículos de Pubmed y otros tres procedentes de la base de datos Cochrane Library.

RESULTADOS

Williams Erickson, L., et all, llevaron a cabo un ensayo clínico controlado aleatorizado, con el que pretendían conocer el impacto de la versión modificada del destete dirigido por el lactante en cuanto a la ingesta de nutrientes y nutrición, a los 7,12 y 24 meses de edad. El estudio, se llevó a cabo desde el 19 de Diciembre de 2012 hasta el 17 de Marzo de 2014 en Dunedin, Nueva Zelanda. Para ello, contaron con un grupo de 206 mujeres: 168 procedentes de europa (81.6%);  85 primíparas (41.3%). Las 206 mujeres, fueron repartidas en dos grupos al azar después de ser estratificadas según paridad y educación, grupo control (n: 101) y grupo con intervención BLISS (n: 105). De dicho estudio, se observó que los lactantes del grupo BLISS fueron amamantados de manera exclusiva durante más tiempo que el grupo control (BLISS 21.7 semanas, control 17.3 semanas), y por lo tanto menos lactantes del grupo BLISS comenzó con la alimentación complementaria antes de los 6 meses (35% frente al 82% del grupo control). En cuanto a la autonomía de los lactantes, a los 7 meses el 40% de los lactantes del grupo BLISS se alimentaban solos, frente al 9% del grupo control con un valor para p<0.001. A los 12 meses el porcentaje de niños que se alimentaban solos seguía siendo mayor en el grupo de intervención BLISS en comparación con el control, con un valor de p: 0.027. Siendo a los 24 meses cuando la mayoría de los niños de ambos grupos se alimentaban solos. También se comprobó que los lactantes del grupo con intervención BLISS tenían entre 2 y 4 veces más probabilidades de comer en familia y consumir sus mismos alimentos a los 7 meses y el doble a los 12 meses en comparación con el grupo control. En cuanto a la ingesta de nutrientes hubo pocas diferencias entre ambos grupos. A los 7 meses, el grupo BLISS consumió más grasa total (6% más) y sodio (35% más) respecto al grupo control. A los 12 meses, el grupo BLISS consumieron menos grasa saturada (7% menos) que los controles. Siendo la ingesta de nutrientes similar a los 24 meses. Pareció encontrarse a los 7 meses un déficit en ambos grupos en cuanto a la ingesta de hidratos de carbono y fibra. A los 12 meses el 19% presentaba consumo insuficiente de vitamina B12 y el 15% de calcio. Encontrándose esta carencia a los 24 meses en el 4% y el 6% de los niños. De estos datos, el más relevante es la incidencia del consumo excesivo de sodio y azúcares libres en ambos grupos, siendo exponencial conforme aumenta la edad. Los resultados del estudio reflejan que la ingesta de sodio superan los valores recomendados, a los 12 meses el 15% (n: 11) de los niños que componen el grupo BLISS y el 3% (n: 2) de los que forman el control con una p=0.018. Aumentando estos datos a los 24 meses, pues el 70% (n: 40) del grupo BLISS y el 66% (n: 37) de los controles consumían valores de sodio por encima de las recomendaciones. Respecto al azúcar, a los 7 meses el 2% (n: 2) del grupo BLISS frente al 12% (n: 9) del grupo control ya consumía el 5% o más de su energía en forma de azúcares añadidos, con una p= 0.013. A los 12 meses, el 24 % (n = 18) de BLISS frente al 39 % (n = 27) de Controles, siendo p=0,068. Y los valores continúan aumentando hacia los 24 meses de edad, donde el porcentaje de niños que consumían valores de azúcar superiores a los recomendados, ascendían hasta llegar a ocupar el 80% (n = 45) de Controles, 70% (n = 40) de BLISS; p = 0,229.  Respecto a la ingesta de granos y cereales, carne y alternativas a esta, leche y productos lácteos, y alimentos diversos  fue significativamente mayor en los bebés BLISS a los 7 meses, pero a los 12 meses de edad no hubo evidencia de las diferencias en la ingesta de grupos de alimentos entre los lactantes BLISS y los que siguen la alimentación tradicional con cuchara. Debemos tener presente, que como se nos indica en este estudio, la muestra con la que contaron fue pequeña, y debe considerarse como exploratoria. (3)

Daniels, L.et al, llevaron a cabo un ensayo controlado aleatorio con el que pretendían conocer la ingesta de hierro así como el estado de los lactantes cuando realizan el destete con el BLW modificado (BLISS) en comparación con el método tradicional con cuchara. Para realizar dicho estudio, contaron con 206 participantes diviéndose en n=101 el grupo control y n=105 el grupo con intervención BLISS. Se incluyó en el estudio a todos los recién nacidos a término y a los que no tenían ninguna anomalía congénita o alguna otra condición que pudiera afectar a su alimentación. Seguían un registro de la alimentación en ambos grupos. A los 12 meses de edad, se extrajo una muestra de sangre de 119 bebés (58% de los participantes), el resto por diversos motivos no se pudo. No se encontraron diferencias significativas en los niveles de hierro en función del método para introducir la alimentación complementaria. La ingesta de hierro fue inadecuada en los dos grupos, a los 7 meses en el 74% de los lactantes era inferior a lo recomendado y a los 12 meses el 17% presentaba niveles insuficientes de hierro. En este estudio se alentaban a los padres que formaban el grupo BLW modificado o BLISS, que ofrecieran a los lactantes desde el inicio de la alimentación complementaria alimentos ricos en hierro en particular carnes rojas y cereales infantiles enriquecidos con hierro, en cada comida. Sin embargo, es importante tener en cuenta que este estudio evaluó una versión modificada de BLW, por lo que no se pueden sacar conclusiones sobre el riesgo de deficiencia de hierro en bebés después de BLW no modificado. (4)

Leong, C. et al, llevaron a cabo un ensayo controlado aleatorizado con el que pretendían investigar el impacto que creaba el BLW modificado o BLISS en comparación con el método tradicional en la microbiota intestinal infantil en desarrollo. Para ello, se obtuvieron muestras fecales de 73 participantes a los 7 meses de edad y de 68 participantes a los 12 meses de edad. El análisis de la composición microbiana, se llevó a cabo con varias medidas alfas, que medían todas las muestras enrarecidas a 30.000 secuencias por muestra. De estos análisis se extrajo que los bebés que seguían el BLW modificado o BLISS presentaban una diversidad alfa significativamente menor a los 12 meses de edad que los del grupo control, esto podría deberse a que el grupo que seguía el BLW tenían menor ingesta de fruta, verdura y fibra dietética a los 12 meses de edad. La diversidad alfa aumentó de los 7 meses a los 12 meses de edad en ambos grupos, como se esperaba debido a la introducción de fuentes de alimento diferentes a la leche. (5)

Dogan, E. et al, crearon un ensayo controlado aleatorizado que se llevó a cabo entre Enero de 2014 y Junio de 2016, con el que pretendían conocer el impacto que tenía en el crecimiento infantil, hierro y otros parámetros hematológicos, el inicio de la alimentación complementaria  siguiendo el destete dirigido por el bebé (BLW modificado) en comparación con el método tradicional con cuchara. Para ello, contaron con la participación de 280 lactantes sanos que se encontraban en el rango de edad de 5-6 meses. Dividiéndolos de manera aleatoria en dos grupos, el grupo intervención o BLW que contó con n=142 y el grupo control o método tradicional con cuchara n=138. A los 12 meses de la intervención, se analizaron los parámetros objeto de estudio en ambos grupos. Encontrándose como resultado que los bebés que siguieron el método BLW tenían una ganancia de peso menor en comparación con los lactantes que seguían el método tradicional con cuchara, pues el peso medio del grupo BLW fue de 10,4 ± 0,9 kg y el del grupo que seguía el método tradicional con cuchara era de 11,1 ± 0,5 kg, con una p < 0.001. En cuanto a los valores de hierro que contenían los alimentos complementarios que consumían ambos grupos no encontraron diferencias significativas, el grupo BLW presentó una ingesta de hierro de 7,97 ± 1,37 mg/día, mientras que el grupo control mostró un consumo de hierro de 7,90 ± 1,68 mg/día con un valor de p=0.76. En cuanto a los parámetros hematológicos fueron similares en ambos grupos. Contaron en su registro con un apartado para notificar la incidencia de asfixia en cada lactante de ambos grupos, no habiendo diferencias. (6)

Cameron, SL et al, llevaron a cabo un estudio piloto de 12 semanas en el que pretendían comparar el BLW modificado o Bliss con el BLW. Para ello contaron con la participación de un grupo de familias que deseaban participar en el estudio, dividiéndolas en dos grupos. Por un lado el grupo en el que se llevaría a cabo el método Bliss (n=14) y por otro, un grupo con el que se llevaría a cabo el método BLW (n=9). En el grupo Bliss, se llevó a cabo una intervención de 2 visitas para guiarles en cómo preparar los alimentos y qué alimentos dar. Mientras que en el grupo BLW no se llevó a cabo ninguna intervención, dejando que los padres iniciaran la alimentación complementaria como ellos pensaban. Se realizan una serie de registros, obteniendo como resultados que el grupo Bliss, tenía más posibilidades de introducir durante la primera semana alimentos que contenían hierro, ofrecían al día más porciones de alimentos que contenían hierro (2.4 porciones/día bliss, frente a 0.8/día BLW con un valor de p=0.001),  y menos probabilidades de ofrecer alimentos con alto riesgo de asfixia (3.24 frente a 0.17pociones/día con una p=0.027). Sin embargo, al analizar este proyecto piloto, no debemos olvidar el escaso número de participantes y la buena predisposición al método de los participantes. Así como, que el grupo Bliss contó con dos intervenciones sobre el método, mientras que el grupo BLW no. En cuanto a los resultados sobre los episodios de asfixia, puede deberse a que en ambos grupos no se les enseñara a diferenciar un episodio de asfixia de una arcada. Los resultados de dicho estudio, deberían comprobarse con un ensayo clínico. (7)

Daniels L., llevó a cabo un ensayo clínico en el que pretendían determinar las ingestas de Zinc, las fuentes y el estado bioquímico de zinc de los bebés después de la introducción de la alimentación complementaria con el método Bliss  en comparación con el método tradicional con cuchara. Para ello, analizaron las ingestas de zinc de cada grupo a los 7 y 12 meses, así como el estado de Zinc a los 12 meses. No se encontraron diferencias significativas en la ingesta de zinc entre ambos grupos a los 7 y a los 12 meses (3.5 frente a 3.5 mg/día con un valor de p=0.42, y 4.4 frente a 4.4 mg/día con un valor de p=0.86). En relación a qué alimentos fueron las principales fuentes de zinc en cada grupo cabe destacar que a los 7 meses en el grupo control fueron las verduras y en el grupo bliss los cereales, siendo a los 12 meses los lácteos en ambos grupos. En cuanto a la concentración de zinc media en plasma no hubo diferencias significativas. (8)

DISCUSIÓN

Son muchos los estudios que sugieren el método BLW modificado como una alternativa al BLW, ya que supera las barreras de este último en cuanto a los valores de hierro, zinc y ganancia ponderal de peso en los lactantes. Se ha comprobado a través de diferentes estudios que cuando se sigue el método BLW modificado (aportando alimentos ricos en hierro y energía en cada comida), sus niveles de hierro son similares a los lactantes que siguen el método tradicional. De manera, que esta forma de BLW supera las preocupaciones que se daban por parte de profesionales de la salud con el BLW tradicional.

De los ensayos analizados en este estudio, se obtiene como resultado que el BLW modificado o también conocido como BLISS, es una alternativa a la alimentación tradicional con cuchara para introducir la alimentación complementaria. Generando beneficios en estos que no se consiguen con la alimentación tradicional con cuchara, ya que al ser los niños los que dirigen su alimentación desde el inicio seleccionando qué comen de lo que le ponemos en el plato, la cantidad que comen, los estamos haciendo partícipes de su alimentación, controlado ellos mismos su saciedad y siendo más fácil que participen en la comida familiar. Además, contribuye al desarrollo psicomotor del lactante. Así mismo, con respecto a una de las principales preocupaciones que presentan los padres en cuanto a este método, el riesgo de asfixia. Se ha podido comprobar en los diferentes ensayos, que este no es mayor que en el método tradicional.

A los padres que quieren seguir este método, se les debe formar respecto a la importancia de cómo cortar la comida para evitar atragantamientos, cómo ofrecerla, insistir en la importancia de alimentos ricos en hierro y energía en todas las comidas, y cómo puede prepararla según los alimentos que quiera ir ofreciendo. Todos los padres, independientemente del método que elijan para introducir la alimentación complementaria, deberían tener unas nociones básicas de qué hacer si el niño se atraganta y cómo poder ayudarle, y saber diferenciar entre la asfixia y la arcada que producen cuando introducen en la boca más alimento del que deberían.

Me gustaría destacar dos puntos negativos que muestran estos estudios, el exceso consumo de sodio y azúcares que se presenta en ambos grupos. Que niños a esa edad tengan un consumo de sal y azúcares superior a las recomendaciones de la OMS, es peligroso ya que los estamos predisponiendo a enfermedades como la HTA, la diabetes, la obesidad… Además, se contribuye a que su paladar tenga preferencia por este tipo de comidas, condicionando su dieta en la edad adulta. (9)

Por todo esto, son los padres los que deben elegir con qué método introducir a alimentación complementaria. Sin perder de vista, que la alimentación complementaria tiene como objetivo ayudar a cubrir el aumento de necesidades nutricionales de los lactantes, siendo su principal fuente de nutrición aún la leche materna o de fórmula. Como profesionales de la salud, debemos ayudar a los padres en el método que prefieran llevar a cabo según sus posibilidades, guiarles y formarles. Haciéndoles ver la importancia que tiene iniciar de forma sana y variada la alimentación durante los primeros meses y años de vida.

BIBLIOGRAFÍA

  1. Gómez Fernández-Vegue, M. Recomendaciones de la asociación española de pediatría sobre la alimentación complementaria. Comité de lactancia materna y comité de nutrición de la asociación española de pediatría. 2018. Disponible en: https://www.aeped.es/comite-nutricion-y-lactancia-materna/nutricion-infantil/documentos/recomendaciones-aep-sobre-alimentacion
  2. Brunner López, O.; Fuentes Martín MJ.; Ortigosa Pezonaga, B.; López García, AM. Texturas evolutivas en la introducción de nuevos alimentos: un acercamiento teórico. Rev Esp Nutr Hum [Internet]. Junio de 2019 [citado el 26 de febrero de 2022]; 23 (2):104-122. Disponible en: https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2174-51452019000200008
  3. Williams Erickson, L.; Taylor, RW; Haszard, JJ; Fleming, EA; Daniels, L.; Morrison, BJ et al. Impacto de una versión modificada del destete dirigido por bebés en la ingesta de alimentos y nutrientes para bebés: el ensayo controlado aleatorio BLISS. Nutrientes. 2018 jun; 10(6): 740.
  4. Daniels, L.; Taylor, RW.; Williams, SM.; Gibson, R. S.; Fleming, EA.; Wheeler, BJ.; et al. Impact of a modified version of baby-led weaning on iron intake and status: a randomised controlled trial. BMJ Open. 2018 Jun; 8 (6): e019036. doi: 10.1136/bmjopen-2017-019036. PMID: 29950456; PMCID: PMC6020950.
  5. Leong, C.; Haszard, JJ.; Lawley, B.; Otal, A.; Taylor, RW.; Szymlek-Gay, EA.; et al. Mediation Analysis as a Means of Identifying Dietary Components That Differentially Affect the Fecal Microbiota of Infants Weaned by Modified Baby-Led and Traditional Approaches. Appl Environ Microbiol. 2018 Sep; 84 (18): e00914-18.
  6. Dogan, E.; Yilman, G.; Caylan, N.; Turgut, M.; Gokcay, G.; Oguz, MM. Baby-led complementary feeding: Randomized controlled study. Pediatrics International. 2018; 60 (12): 1073-1080.
  7. Cameron, SL.; Taylor, RW.; Heath, ALM. Development and pilot testing of Baby-Led Introduction to SolidS – a version of Baby-Led Weaning modified to address concerns about iron deficiency, growth faltering and choking. BMC Pediatr. 2015; 99 (15). https://doi.org/10.1186/s12887-015-0422-8.
  8. Daniels L.; Taylor RW.; Williams SM.; Gibson RS.; Samman S.; Wheeler BJ.; et al. Modified Version of Baby-Led Weaning Does Not Result in Lower Zinc Intake or Status in Infants: A Randomized Controlled Trial. J Acad Nutr Diet. 2018 Jun; 118(6): 1006-1016.
  9. Mundial de la Salud. Directriz: Ingesta de Azúcares para Adultos y NiñosOrganización Mundial de la Salud; Ginebra, Suiza: 2015.