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Evidencias diagnósticas del Sarampión

ocurre en fase de convalecencia, sufriendo el diagnóstico un importante retraso. Éste grave inconveniente fue superado por las técnicas de detección de IgM específica, fundamentalmente por enzimoinmunoanálisis, que son las más utilizadas actualmente para un diagnóstico rápido y sencillo de la infección aguda por el Virus del Sarampión (8,9,10,22,27).

Diagnóstico por detección directa del virus. Aislamiento

Durante la infección aguda, el virus del Sarampión está presente en sangre y se excreta abundantemente por vía respiratoria y por orina, siendo posible su aislamiento con fines diagnósticos en un sistema adecuado. Como en el caso de cualquier virus, dicho sistema consiste en un cultivo de células, susceptibles de infectarse por el virus del Sarampión, dichas células susceptibles han sido de forma clásica cultivos primarios de riñón de mono que sin embargo, en los últimos años han visto su uso muy restringido, tanto por razones éticas como por cuestiones de seguridad asociadas a graves accidentes ocurridos con virus de mono como el Marburg o el Ébola, que son letales para el hombre (8,9,10,22,27).

Independientemente de la 1 línea utilizada para el aislamiento del virus, éste es un proceso lento, ya que el virus tarda en crecer semanas y, además, frecuentemente se requieren subcultivos en ciego. Este problema puede solucionarse acudiendo a las técnicas de cultivo rápido (Shell-vial), en las que el uso de la centrifugación y de la detección por fluorescencia sobre las mono capas inoculadas permiten aislar el agente en unos días. Aun así, el rendimiento es escaso debido a la enorme labilidad del virus del Sarampión, que hace que frecuentemente llegue inactivado al laboratorio. Por ello, un transporte rápido y en condiciones adecuadas de mantenimiento y refrigeración es fundamental (8,9,10,22,27).

Diagnóstico por detección directa del virus. Detección de antígenos

Una aproximación rápida y sencilla es la detección del virus en células respiratorias o del sedimento urinario por inmunofluorescencia con anticuerpos monoclonales, técnica consistente en la obtención de las células contenidas en la muestra por centrifugación, su fijación a un portaobjetos y su tinción con un anticuerpo monoclonal frente a algún componente del virus marcado con fluoresceína (inmunofluorescencia directa), o bien con uno sin marcar seguido de una reacción adicional con un antiaéreo anti-inmunoglobulina de ratón marcada con fluoresceína (8,9,10,22,27).

Diagnóstico por detección directa del virus. Detección de ARN vírico mediante reacción en cadena de la polimerasa (PCR)

La función más importante de la RCP-TR en el control del sarampión y la rubéola reside en la caracterización genética de los virus salvajes causantes y la detección de variación genómica en diferentes momentos y regiones del mundo. Dado que la RCP-TR puede detectar partículas virales inactivadas, el lapso de detección del virus, después de la aparición del exantema, suele ser varios días más prolongado que el lapso del aislamiento viral. Sin embargo, la RCP-TR presenta algunos problemas técnicos relacionados con la sensibilidad y reproducibilidad que pueden invalidar el análisis. Además, la contaminación cruzada durante la RCP-TR constituye un problema importante, a menos que se establezcan y se mantengan las más estrictas normas de laboratorio. Por estas razones no se recomienda que los laboratorios realicen pruebas de RCP, a menos que cuenten con espacios especiales designados para cada uno de los procedimientos de la prueba y con personal que haya recibido una capacitación exhaustiva.

La OMS pone a la disposición de los interesados que lo soliciten, los protocolos de confirmación de laboratorio de la infección por los virus del sarampión y de la rubéola mediante RCP-TR.

Pruebas de IgM:

– ELISA de captura de IgM

En el ensayo inmunoenzimático de captura de IgM, el anticuerpo de tipo IgM en el suero del paciente se une al anticuerpo dirigido contra la IgM humana adsorbido sobre una fase sólida. Esta etapa no es específica del virus. Luego, se lava la placa a fin de extraer otras inmunoglobulinas y proteínas séricas. Enseguida se agrega el antígeno viral y se permite que se una a todas las IgM presentes, específicas del virus. Después de lavar, se detecta el antígeno fijado mediante un anticuerpo monoclonal dirigido contra el virus, conjugado a una enzima; a continuación, se revela la presencia o ausencia de IgM específica del virus en la muestra, gracias a un sistema de detección con sustrato cromógeno, del complejo antígeno, anticuerpo monoclonal y enzima, con lo cual se elimina un ciclo de unión y lavado.

La prueba de captura de IgM del sarampión se puede adquirir en forma de kit de numerosas empresas, pero no se ha evaluado su uso la red de laboratorios de sarampión y rubéola. La OMS pone a la disposición de los interesados que lo soliciten, una descripción detallada de los procedimientos recomendados de la prueba (8,9,10,22,27).

– Ensayo inmunoenzimático indirecto de IgM específica del virus

En el ensayo inmunoenzimático indirecto de IgM, se utiliza un absorbente del factor reumatoideo en una etapa previa al tratamiento, a fin de formar complejos con los anticuerpos IgG de los sueros que se han de analizar. El primer paso de absorción del antígeno viral sobre la fase sólida suele completarlo el fabricante y lo suministra listo para el uso. Se agrega luego el suero del paciente y entonces, todos los anticuerpos específicos contra el virus (IgM y todas las IgG no absorbidas) se unen al antígeno (8,9,10,22,27).

El anticuerpo de tipo IgM se detecta directamente por medio de un anticuerpo monoclonal dirigido contra la IgM humana, marcado con una enzima o indirectamente por medio de un anticuerpo monoclonal dirigido contra la IgM humana, más un anticuerpo antirratón marcado con una enzima. Se agrega un sustrato cromógeno con el fin de revelar la presencia de IgM específicas del virus en la muestra que se analiza.

Existen varios kits comerciales; en muchos laboratorios de la OMS se utilizan kits de detección de IgM específica del virus del sarampión y de IgM específica del virus de la rubéola producidos por Dade Behring, que han sido validados, junto con otros, usando una extensa serie de muestras de suero bien caracterizadas (8,9,10,22,27).

Pruebas de anticuerpos de tipo IgG:

El uso de la detección de IgG a fin de confirmar una infección reciente requiere el análisis en paralelo de dos muestras de suero obtenidas con un intervalo mínimo de 10 días. Dado que a menudo puede ser difícil obtener la segunda muestra, se recomiendan las pruebas de IgM con muestra única. Sin embargo, cuando los resultados del análisis no son concluyentes, se puede recoger otra muestra sérica (fase de convalecencia) entre 10 y 30 días después de la primera muestra (fase aguda), con el objeto de determinar un aumento del título de IgG. Sin embargo, la primera muestra sérica se debe obtener en los 10 primeros días de iniciado el exantema y la prueba de IgG para confirmación por laboratorio requiere la demostración de un aumento al cuádruple del