familia es el principal encargado de promover salud sexual.
Los resultados de los estudios de Cortés Alfaro, A (48) coinciden en gran medida con los nuestros al registrar una mayor información en cuestiones de sexualidad a los adolescentes a partir de la madre (70,90%), seguido por el padre (45,9%) y los amigos (43,7%); el profesor queda en un cuarto lugar (40,5%). En cambio, otros trabajos demuestran una mayor comunicación de los adolescentes sobre los temas de sexualidad con sus amigos que con sus propios padres, como lo reportado por Pérez Palmero (49) así como una escasa información de éstos acerca de las inquietudes sexuales de sus hijos; no obstante los resultados de nuestro estudio revelaron que las primeras informaciones de sexualidad la adquieren de sus progenitores.
Autores como Fernández L (50), Lanzas Gutiérrez J (51) y Sáenz Morales L (52), igualmente, describen en sus estudios, que la mayor fuente de información lo constituían los padres.
Leyva Correa M (53), encontró igualmente que entre las preferencias de los adolescentes para obtener información estaban los padres y luego los profesores. Por su parte, Rodríguez Báez L (54), encuentra en su trabajo mayor información a través de los libros y revistas lo cual no coincide con este estudio. Independientemente de los resultados obtenidos, consideramos que es poca la cantidad de estudiantes que reciben la información por parte de los padres, no cumpliéndose con el papel fundamental que deben desarrollar los padres en esta etapa de la adolescencia, lo que coincide con Fernández L (50), No resultaron significativas las acciones educativas del médico y la enfermera de la familia, lo que sorprende, considerando la posición ventajosa (profesional y materialmente) del equipo de salud en cuanto a la difusión del tema. Coincidimos con Samuell L (55).
En la (tabla No. 5, ver dicha tabla) se reporta la distribución de los encuestados según sexo y la práctica de relaciones sexuales, encontramos un 62% de encuestados que afirmaron tener relaciones sexuales, y lo negaron el 38%. Dentro de los que practican las relaciones sexuales predominó el sexo masculino en un 82%; mientras que en el grupo sin actividad sexual predominó el sexo femenino con un 51%.
Los resultados de este estudio coinciden con la investigación de Rubio I y Torres E. con respecto a la práctica sexual el 35,4% de los adolescentes afirmaron tener práctica sexual, con predominio en el sexo masculino. Cifras superiores se encontraron en adolescentes de Anzoategui, Venezuela (47%), en el Salvador (48%) y Cusco (51%). Por el contrario similares a las obtenidas en adolescentes del Liceo Simón Bolívar de San Cristóbal, Venezuela (28.67%); y a las reportadas por la investigación realizada con los alumnos de los Institutos de Educación Secundaria de la Campiña Sur de Córdoba, España (27.6%9) (56,57).
Los resultados de este estudio coinciden con la investigación de Cortés Alfaro, A. (48), que aportó un 68,3% de adolescentes con un inicio de las relaciones sexuales a partir de los 12 años, infiriendo que el interés por la actividad sexual comienza en la adolescencia intermedia.
Los estudios desarrollados hasta ahora han encontrado diferencias en función del género en el comportamiento de los jóvenes (58, 59). Tal como se desprende de sus conclusiones, los chicos se inician antes en las relaciones sexuales, tienen más parejas ocasionales y adoptan mayores riesgos.
Faílde J, Lameiras M, en cambio, las chicas suelen tener relaciones sexuales en el marco de una relación estable y asociada a una relación de amor y confianza (60).
Rodríguez Y (54) obtuvo resultados similares a los que aparecen en este estudio, reportando un predominio del sexo masculino del 51.33%. Carballoso Santos G y Trujillo Blanco WG (58,59), también reportan mayor frecuencia de inicio de la actividad sexual en los varones.
Felipe Santana P (61),en su investigación durante el año 2006 en adolescentes de Ciudad de la Habana, obtuvo que el 57.4% del sexo masculino, habían iniciado las relaciones sexuales.
Alicia González (62) refiere que en los adolescentes es típico la búsqueda del amor platónico, ensoñado, inalcanzable. En esta etapa se logra el primer amor real, pues se busca, por las características internas y estéticas de la pareja, el bienestar del otro; en esta etapa se une el deseo sexual al amor, comprendiéndose el acto sexual como una expresión de éste.
Consideramos que los resultados de esta investigación obedecen a estereotipos regidos por las costumbres y las sociedades, donde prima el rol protagónico en la sexualidad adjudicada al sexo masculino.
La tabla 6(ver tabla 6) muestra la distribución de los encuestados según sexo y edad de inicio de las relaciones sexuales, existió un predominio de las relaciones sexuales a partir de los 12 años de edad (91%), con una mayor representatividad del sexo femenino con un 97%, ya que de las 158 femeninas que tienen relaciones sexuales solo cinco las inició antes de los 12 años.
Los resultados de este estudio coinciden con la investigación de E de pintas, Faxelid de Mngadi (63)y(64) Uthman OAm. En cuanto a la edad de inicio de las relaciones sexuales según grupos etarios y sexo, el porcentaje de adolescentes del grupo entre 12 y 14 años que comenzó sus relaciones sexuales, es superior al grupo entre 17 y 19 años, así como los que comenzaron sus relaciones antes de los 12 años en el grupo entre 12 y 14 años. Estos datos coinciden con la literatura revisada la cual plantea que en estudios realizados en poblaciones de estudiantes de la enseñanza media se ha visto que alrededor del 60% de los adolescentes varones refieren haber iniciado relaciones sexuales entre los 14 y 15 años de edad y se comporta entre 15 y 16 años de edad promedio en el sexo femenino.
Se ha observado que las conductas sexuales de los jóvenes y adolescentes se dan cada vez con mayor precocidad, lo que pone de manifiesto que comienzan a tener relaciones sexuales a edades más tempranas que sus iguales de hace varias décadas (65,66).
Los adolescentes en España tienen sus primeras relaciones sexuales con penetración en torno a los 17,5 años de edad, y las chicas a los 18,2 años, si bien las diferencias entre ambos son menores en el grupo de los más jóvenes (60).