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Síndrome de Prader-Willi

Síndrome de Prader-Willi

Autora principal: Laura Palomar Gimeno

Vol. XV; nº 14; 743

Prader-Willi Syndrome

Fecha de recepción: 04/06/2020

Fecha de aceptación: 10/07/2020

Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XV. Número 14 –  Segunda quincena de Julio de 2020 – Página inicial: Vol. XV; nº 14; 743

Autores:

Laura Palomar Gimeno. Graduada en Enfermería. Trabajo actual en: Laboratorio del Hospital Royo Villanova, Zaragoza, España.

Adrián Palomar Gimeno. Graduado en Enfermería. Trabajo actual en: Centro de Salud Seminario. Zaragoza, España.

Raquel Turón Monroy. Graduada en Enfermería. Trabajo actual en: Urgencias del Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza, España.

RESUMEN

Introducción. El Síndrome de Prader-Willi es una enfermedad rara causada por una alteración genética. Produce un cuadro clínico muy complejo y muy diverso, encontrándose las funciones hipotalámicas alteradas. Este síndrome está originado por distintos mecanismos genéticos que provocan la ausencia o la inactivación de genes paternos en la región 15 q 11 q 13 del cromosoma 15. Objetivo. Conocer las principales características del Síndrome de Prader-Willis mediante la revisión bibliográfica de las manifestaciones clínicas, el diagnóstico y el tratamiento. Metodología. Se ha llevado a cabo una revisión bibliográfica para actualizar y conocer las principales características de este complejo síndrome. De esta manera, se han realizado una serie de búsquedas, de la evidencia científica actual, en diferentes bases de datos, organismos y asociaciones nacionales e internacionales. Conclusiones. Se debe realizar una intervención integral y multidisciplinar en el que se aborden los aspectos biopsicosociales del afectado, para promover conductas y actividades en caminas a mejorar su calidad de vida, y evitar la comorbilidad asociada al SPW.

PALABRAS CLAVE: Síndrome de Prader-Willi, enfermedad rara, manifestaciones clínicas, diagnóstico, tratamiento.

ABSTRACT

Introduction. Prader-Willi Syndrome is a rare disease caused by a genetic disorder. It produces a very complex and diverse clinical profile, with altered hypothalamic functions. This syndrome is caused by different genetic mechanisms that a result in the absence or inactivation of parental genes in the region 15 q 11 q 13 of chromosome 15. Objective. Knowing the main characteristics of Prader-Willis Syndrome by reviewing the literature on clinical manifestations, diagnosis and treatment. Methodology. A bibliographic review has been carried out in order to update and learn about the main characteristics of this complex syndrome. In this way, a series of searches have been carried out, of the current scientific evidence, in different national and international databases, organisms and associations. Conclusions. A comprehensive and multidisciplinary intervention should be carried out to address the biopsychosocial aspects of the affected person, to promote behaviour and activities to improve their quality of life, and to avoid the comorbidity associated with PWS.

KEY WORDS: Prader-Willi Syndrome, rare disease, clinical manifestations, diagnosis, treatment.

INTRODUCCIÓN

El Síndrome de Prader-Willi es una enfermedad rara causada por una alteración genética. Produce un cuadro clínico muy complejo y muy diverso, encontrándose las funciones hipotalámicas alteradas (1). Las manifestaciones presentes más frecuentemente son: hipotonía neonatal, talla baja, hiperfagia que conduce a la obesidad, retraso cognitivo, hipogonadismo, patrones de conducta alterados y rasgos faciales y corporales característicos (dolicocefalia, ojos almendrados, pies y manos pequeñas, boca pequeña con comisuras hacia abajo y labio superior fino) (2, 3).

¿Por qué el Síndrome de Prader Willi es considerado una enfermedad rara? Es la causa más frecuente de obesidad de origen genético, pero el número de casos, su prevalencia, es bajo, ya que aproximadamente afecta a 1 de cada 15.000 recién nacidos vivos. Se da por igual en ambos sexos y razas. El riesgo de herencia genética se estima inferior al 0,1 % (1, 3, 4).

En el año 1956, los doctores suizos H. Willi, A. Prader y A. Labhart describieron por primera vez esta compleja enfermedad, y en el año 1981 se llevaron a cabo los primeros estudios del cromosoma 15, en los que se confirmaba, la alteración de dichos genes (1, 4, 5).

Este síndrome está originado por distintos mecanismos genéticos que provocan la ausencia o la inactivación de genes paternos en la región 15 q 11 q 13 del cromosoma 15 (6). Se han descrito tres mecanismos genéticos para esta cromosomopatía:

  • Deleción paterna de la región 15 q 11 q 13. Es el más frecuente. Está presente entre el 70 y 75 % de los casos, con un riesgo inferior al 1 % de recurrencia. Se produce la pérdida de información genética en el cromosoma 15 paterno, lo que origina un incorrecto funcionamiento celular. Todo esto, se debe a la ausencia de la región 15 q 11 q 13, quedando el cromosoma incompleto.

  • Disomía uniparental materna. Puede observarse en un 20-25 % de los afectados, con un riesgo de recurrencia inferior al 1 %. En este mecanismo, los dos cromosomas 15 pertenecen a la madre, sin aportar ninguno el padre durante el reparto en la división celular.

  • Defecto de impronta o ‘‘imprinting’’. Se observa en menor frecuencia, correspondiendo entre 1 y 5 % de los casos. Ocurre al recibir el cromosoma 15 paterno con impronta materna, es decir, los genes paternos están presentes, pero silenciados (5).

Los principales signos y síntomas son los siguientes:

  • Hipotonía neonatal, que mejora a partir de los 2-3 años de edad.
  • Hiperfagia, impulsividad al comer y sin falta de saciedad.
  • Obesidad.
  • Hipogonadismo.
  • Retraso cognitivo y sexual.
  • Alteraciones conductuales y problemas psiquiátricos.
  • Alteraciones del sueño.
  • Alteraciones en los rasgos faciales y corporales, con baja talla (2, 7).

En las distintas etapas del desarrollo del afectado, encontraremos las siguientes manifestaciones y cambios orgánicos y funcionales.

En el periodo fetal y neonatal:

  • Hipotonía (más destacada).
  • Los movimientos fetales están disminuidos.
  • Mayor número de partos asistidos y/o cesáreas. Presentaciones podálicas.
  • Llanto y reflejos débiles.
  • Dificultad en la succión. lento y escaso aumento ponderal. Pudiendo ser necesario soporte nutricional mediante, en la mayoría de los casos, una sonda nasogástrica.
  • Criptorquidia y/o hipoplasia genital.
  • Mayor riesgo de displasia de cadera.

Durante el periodo infantil, se ve un mejor tono muscular, pero, sin embargo, empiezan a hacerse visible el retraso cognitivo respecto al resto de niños, presentando gran dificultad en la expresión y la articulación del lenguaje y retraso en el habla.

La niñez, es el momento en el que se manifiesta, con más intensidad, el aumento del apetito, hiperfagia, viéndose reflejado al presentar un peso muy superior al que correspondería respecto a su edad y sexo.

  • Si no se controla, puede dar lugar a una obesidad de tipo central.
  • Dificultad para vomitar.
  • Metabolismo lento, las funciones del hipotálamo están alteradas.
  • Niveles bajos de progestágenos, testosterona y estrógenos.
  • Autolesiones y conductas compulsivas. Al presentar una gran tolerancia al dolor, pueden rascarse hasta producirse heridas.
  • Problemas psicológicos y de comportamiento, así como dificultad para gestionar sus emociones. Observamos en ellos: irritabilidad, humor lábil, ataques de rabia o rabietas, testarudez, agresividad (puede ir dirigida para sí mismos o con los demás)…, entre otras.
  • Alteraciones del sueño.

En adolescencia y edad adulta, muchos de los comportamientos anteriormente nombrados seguirán acompañándoles. Además, podrán incorporarse a ellos: osteoporosis, patologías asociadas a la obesidad si no está controlada como son enfermedades cardiovasculares, y maduración gonadal incompleta con signos de retraso puberal (1, 3, 4, 7).

El diagnóstico ha de ser lo más precoz posible, y no debe basarse exclusivamente en el cuadro clínico que presente el afectado sino que debe ser confirmado a través de pruebas genéticas (2, 8). Esto permitirá conocer la evolución de la enfermedad, y actuar previniendo, estimulando y tratando de forma específica los signos y síntomas que ya estuvieran presentes.

El diagnóstico que se basa en la clínica fue desarrollado por Holm en el año 1993. En ella, se describen una serie de criterios (principales y secundarios), en las que se diagnostica según su edad: si son menores de 3 años, será necesario alcanzar una puntuación de 5, y si son mayores de 3 años, tendrán que superar los 8 puntos.

Los criterios principales son (cada criterio que cumpla el afectado nos aportará un valor de un punto):

  • Hipotonía neonatal o infantil, y succión débil. Con la edad, podremos observar mejoría en el tono muscular del afectado.
  • Problemas de alimentación y por lo tanto en la ganancia de peso. Podrá ser necesario soporte nutricional, generalmente a través de una sonda nasogástrica.
  • Entre los 12 meses y los 6 años, se produce un rápido aumento de peso debido a la hiperfagia (obsesión por la comida). En caso de no intervenir con medidas nutricionales, podrá aparecer obesidad central.
  • Rasgos faciales característicos: dolicocefalia, ojos almendrados, boca pequeña con comisuras hacia abajo y labio superior fino, entre otros.
  • Hipogonadismo con hipoplasia genital.
  • Signos de retraso puberal, maduración gonadal incompleta o retrasada, infertilidad.
  • Retraso global del desarrollo psicomotor.
  • Retraso mental de ligero a moderado.
  • Retraso en el aprendizaje.

Por otro lado, los secundarios son (cada criterio que cumpla el afectado nos aportará un valor de medio punto):

  • Actividad fetal disminuida o ausente. Llanto débil.
  • Trastornos del comportamiento. Predominan las conductas obsesivo-compulsivas, las rabietas y la terquedad. Riesgo de autolesiones.
  • Alteraciones del sueño. Somnolencia diurna y apnea del sueño.
  • Talla baja respecto a su edad y sexo.
  • Hipopigmentación de la piel y el cabello
  • Manos estrechas y/o pies pequeños
  • Problemas oculares como estrabismo y/o miopía.
  • Saliva espesa y viscosa.
  • Dificultad en la articulación y expresión del lenguaje (1, 4, 7).

Existe otro síndrome, denominado de Angelman, que comparte las mismas alteraciones que el SPW pero de origen materno, por lo que será importante un diagnóstico diferencial (4, 8).

La prueba gold standard de este complejo síndrome será la metilación de ADN. Consiste en el análisis de una muestra sanguínea. Con ella, se podrá identificar el SPW, pero no conocer cuál es la alteración genética presente, por lo que deberá ser complementada con técnicas más específicas como la hibridación in situ por fluorescencia, también conocida con el acrónimo FISH (6).

En cuanto al tratamiento, consistirá en un conjunto de estrategias para resolver los problemas detectados en las principales esferas afectadas:

  • Tratamiento farmacológico. Se recomienda la administración de hormona del crecimiento (GH o somatropina) antes de los tres años, dado que en ese rango de edad su eficacia es mejor. Proporciona una serie de beneficios como son disminución de la grasa corporal, aumento de la masa muscular y de la densidad mineral ósea, y normalización de la estatura. Sin embargo, es una medida que ha de ser complementada junto a otras, y no sustituyéndolas.

  • Tratamiento nutricional. Será necesario crear un ambiente saludable y controlado (en cuanto al acceso de más comida). Se supervisará y limitará la alimentación en función de las necesidades nutricionales que requiera el afectado. Además, se instaurarán hábitos saludables, evitando el sedentarismo y animando al afectado a la realización de ejercicio físico. De esta manera, reduciremos la adiposidad y mejoraremos el tono muscular.

  • Tratamiento psicoconductual. Es una de las esferas más afectadas, y que si no es controlada precozmente, puede resultar en graves problemas psiquiátricos en su edad adulta.

  • Tratamiento quirúrgico. En alguna circunstancias puede ser necesario, pero en escasos casos. Por un lado se realizan cirugías bariátricas (reduciendo el peso) y por otro, para solucionar el hipogonadismo y la hipoplasia genital (durante los primeros meses de vida).

Todo ello se realizará desde un enfoque integral y multidisciplinar (participando diferentes especialistas) con el único fin de mejorar la salud, el bienestar y la calidad de vida del afectado (4, 5, 9).

OBJETIVO

Conocer las principales características del Síndrome de Prader-Willis mediante la revisión bibliográfica de las manifestaciones clínicas, el diagnóstico y el tratamiento.

METODOLOGÍA

Se ha llevado a cabo una revisión bibliográfica del tema para actualizar y conocer las principales características de este complejo síndrome. De esta manera, se han realizado una serie de búsquedas, de la evidencia científica actual, en diferentes bases de datos, organismos y asociaciones nacionales e internacionales.

Los buscadores que hemos consultado, son los siguientes: dialnet plus, scielo, google académico, Asociación Española de Pediatría (AEP), Asociación Española de Prader Willi (AESPW), Sociedad Española de Endocrinología Pediátrica (SEEP), Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP) y Federación Española de Enfermedades Raras (FEDER).

Los criterios que hemos utilizado, para obtener los resultados obtenidos, son los descritos a continuación: los idiomas son español y/o inglés, el operador booleano AND y los años comprendidos entre 2010 y 2020.

CONCLUSIONES

El Síndrome de Prader Willi tiene una prevalencia baja, pese a ello, podemos encontrarlo en cualquier parte del mundo. Es importante conocer sus principales manifestaciones clínicas y sus complicaciones, y de esta manera, poder tratar a los afectados de la manera más humana y adecuada a sus necesidades.

Será necesario realizar la prueba de metilación de ADN para la confirmación del diagnóstico clínico del SPW. Sin embargo, para proporcionar un pronóstico y consejo genético adecuado se requerirán otras técnicas específicas para la identificación del mecanismo que lo origina.

Se debe realizar una intervención integral y multidisciplinar en el que se aborden los aspectos biopsicosociales del afectado, para promover conductas y actividades en caminas a mejorar su calidad de vida, y evitar la comorbilidad asociada al SPW.

BIBLIOGRAFÍA

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