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Síndrome diarreico en pacientes pediátricos

Síndrome diarreico en pacientes pediátricos

Autora principal: Silvana Lizbeth Chuquirima Pinzón

Vol. XV; nº 18; 925

Diarrheal syndrome in pediatric patients

Fecha de recepción: 30/08/2020

Fecha de aceptación: 21/09/2020

Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XV. Número 18 –  Segunda quincena de Septiembre de 2020 – Página inicial: Vol. XV; nº 18; 925

Autores:

Silvana Lizbeth Chuquirima Pinzón1, Humberto Elizalde Ordoñez2, Abigail del Cisne Lapo Jima3, Cristina Lizbeth Agila Alvarez4

1 Licenciada en Enfermería. Graduada en la Universidad Técnica Particular de Loja. Ecuador.

2 Magister en Enfermería Clínico –Quirúrgica, Docente del Área Biológica y Biomédica, Universidad Técnica particular de Loja. Ecuador.

3 Licenciada en Enfermería. Graduada en la Universidad Técnica Particular de Loja. Ecuador.

4 Licenciada en Enfermería. Graduada en la Universidad Técnica Particular de Loja. Ecuador.

RESUMEN

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS)1 define como diarrea la deposición, tres o más veces al día (o con una frecuencia mayor que la normal para la persona) de heces sueltas o líquidas. Es de aclarar que las deposiciones frecuentes de heces de consistencia sólida no es diarrea, ni tampoco la deposición de heces de consistencia suelta y “pastosa” por bebés amamantados. La diarrea habitualmente es un síntoma de una infección del tracto digestivo, causada por varios organismos como las bacterias, virus y/o parásitos. La infección se produce por alimentos o agua de consumo contaminados, o bien de una persona a otra como resultado de una higiene deficiente. Las enfermedades diarreicas son la segunda causa de muerte de niños menores de cinco años. Estas infecciones – enfermedades son prevenibles y tratables.

Las enfermedades – infecciones diarreicas y sus complicaciones son un antecedente de enfermedad y muerte en los niños. Caracteriza las diarreas el incremento de la frecuencia y el volumen con deterioro de la consistencia de las heces. Los agentes infecciosos varían de un país a otro. Es importante reconocer el origen de las diarreas y el agente infeccioso. Para América latina y el caribe el que causa más diarreas graves es el rotavirus. Una vez identificado el origen de la diarrea se puede iniciar el tratamiento adecuado. La atención radica en la valoración del estado de hidratación, nutricional y evaluación clínica integral con el fin de evitar complicaciones o enfermedades asociadas, exámenes y registro en la historia clínica de lo identificado. Pero para evitar las consecuencias es aún más relevante determinar las medidas preventivas. Identificado el nivel de deshidratación se procede a hidratar primero a nivel oral con la solución de rehidratación oral, suero intravenoso con osmolaridad reducida, vacunación contra el rotavirus y dar suplementos de zinc.2

PALABRAS CLAVE: Enfermedad, Infecciones, diarrea, complicación, deshidratación, suero.

ABSTRACT

According to the World Health Organization (WHO)1, diarrhea is defined as the stool, three or more times a day (or more frequently than normal for the person) of loose or liquid stools. It should be clarified that frequent stools of solid consistency is not diarrhea, nor is it the stool of loose and “pasty” consistency by breastfed babies. Diarrhea is usually a symptom of a digestive tract infection, caused by various organisms such as bacteria, viruses, and / or parasites. Infection occurs from contaminated food or drinking water, or from person to person as a result of poor hygiene. Diarrheal diseases are the second leading cause of death for children under five years of age. These infections – diseases are preventable and treatable.

Diarrheal diseases – infections and their complications are a precedent of illness and death in children. Diarrhea is characterized by the increase in frequency and volume with deterioration of the consistency of the stool. Infectious agents vary from country to country. It is important to recognize the origin of the diarrhea and the infectious agent. For Latin America and the Caribbean, the one that causes the most serious diarrhea is rotavirus. Once the origin of the diarrhea has been identified, appropriate treatment can be started. The attention lies in the assessment of the hydration, nutritional status and comprehensive clinical evaluation in order to avoid complications or associated diseases, examinations and registration in the clinical history of the identified. But to avoid the consequences it is even more relevant to determine preventive measures. Once the level of dehydration has been identified, it is proceeded to first hydrate orally with the oral rehydration solution, intravenous serum with reduced osmolarity, vaccination against rotavirus and give zinc supplements2

KEYWORDS: Illness, Infections, diarrhea, complication, dehydration, serum

INTRODUCCIÓN

La OMS3 indica que las enfermedades diarreicas son la segunda causa de muerte de niños menores de cinco años, y ocasionan la muerte de 525 000 niños cada año. Hay que recordar que en el siglo pasado se reportaba como que la deshidratación grave y la pérdida de líquidos eran las principales causas de muerte por diarrea. Hoy se indica que las causas son múltiples, una de ellas son las infecciones bacterianas septicémicas, responsables de una proporción cada vez mayor de muertes relacionadas con la diarrea. Los niños malnutridos o inmunodeprimidos son los que presentan mayor riesgo de enfermedades diarreicas potencialmente mortales.

Las enfermedades – infecciones diarreicas en menores al ser tan frecuentes y tener signos – síntomas (sys) generales con otras enfermedades las clasifican como síndrome diarreico en pacientes pediátricos. Para ello las instituciones han realizado un compendio de las características de la enfermedad en la región y han determinado la forma de tratamiento según el agente infeccioso. Este resumen lo denominan Guías de práctica clínica (GPC) o protocolos de manejo o atención. Estos documentos deben estar avalados o autorizados por la autoridad sanitaria del país (Ministerio de salud) y bajo la coordinación administrativa y financiera del Departamento Administrativo de Ciencia, Tecnología e Innovación, el Grupo desarrollador que elaboró la GPC basada en evidencia con base en la literatura más reciente.4

Teniendo en cuenta lo que acontece en el Ecuador se realiza la revisión documental actualizada sobre el manejo del síndrome diarreico en pacientes pediátricos. El fin tener los elementos para brindar la atención y cuidados oportunos a esta población por parte de los internos rotativos de enfermería.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

La OMS Indica que la diarrea es un síntoma de una infección del tracto digestivo, producida por diversos organismos bacterianos, víricos y/o parásitos. La infección se trasfiere por alimentos o agua de consumo contaminados, o bien de una persona a otra como resultado de una higiene deficiente.

Las intervenciones destinadas a prevenir las enfermedades diarreicas, en particular el acceso al agua potable, el acceso a buenos sistemas de saneamiento y el lavado de las manos con jabón permiten reducir el riesgo de enfermedad. Las enfermedades diarreicas deben tratarse con una solución salina de rehidratación oral (SRO), una mezcla de agua limpia, sal y azúcar. Además, el tratamiento durante 10 a 14 días con suplementos de zinc en comprimidos dispersables de 20 mg acorta la duración de la diarrea y mejora los resultados. Si sus signos de deshidratación permiten el consumo vía oral.

Hay tres tipos clínicos de enfermedades diarreicas: la diarrea acuosa aguda, que dura varias horas o días, y comprende el cólera; la diarrea con sangre aguda, también llamada diarrea disentérica o disentería; y la diarrea persistente, que dura 14 días o más.

Alcance de las enfermedades diarreicas

Las enfermedades diarreicas es el motivo principal de mortalidad y morbilidad en la niñez en el mundo y por lo general son el resultado de la exposición a alimentos o agua contaminados, falta de acceso al agua potable, sistemas de saneamiento apropiados, entre otros.

En países en desarrollo con ingresos bajos, los niños menores padecen en promedio, tres episodios de diarrea al año. Cada episodio despoja al niño de nutrientes necesarios para su crecimiento. Como resultado, aparece la malnutrición, haciéndolos más propensos a enfermar por enfermedades diarreicas.

Deshidratación

La amenaza más grave de las enfermedades diarreicas es la deshidratación. Durante un episodio de diarrea, se pierde agua y electrolitos (sodio, cloruro, potasio y bicarbonato) en las heces líquidas, los vómitos, el sudor, la orina y la respiración. Cuando estas pérdidas no se restituyen, se produce deshidratación. El grado de deshidratación se mide en una escala de tres:

Deshidratación grave (al menos dos de los signos siguientes): letargo o pérdida de conocimiento; ojos hundidos; no bebe o bebe poco; retorno lento (2 segundos o más) a la normalidad después de pellizcar la piel.

Deshidratación moderada (al menos dos de los signos siguientes): desasosiego o irritabilidad; ojos hundidos; bebe con ganas, tiene sed.

Ausencia de deshidratación (no hay signos suficientes para diagnosticar una deshidratación grave o moderada).

Causas

La infección es más común cuando hay escasez de agua limpia para beber, cocinar y lavar. Las dos causas más frecuentes de diarrea moderada a grave en países de ingresos bajos son los rotavirus y Escherichia coli. Otros patógenos, como Cryptosporidium y Shigella, también pueden ser importantes. Asimismo, es necesario tener en cuenta etiologías específicas de cada lugar.

Malnutrición: los niños que mueren por diarrea suelen padecer malnutrición subyacente, lo que les hace más vulnerables a las enfermedades diarreicas. A su vez, cada episodio de diarrea empeora su estado nutricional. La diarrea es la segunda mayor causa de malnutrición en niños menores de cinco años.

Fuente de agua: el agua contaminada con heces humanas procedentes, por ejemplo, de aguas residuales, fosas sépticas o letrinas, es particularmente peligrosa. Las heces de animales también contienen microorganismos capaces de ocasionar enfermedades diarreicas.

Otras causas: las enfermedades diarreicas pueden también transmitirse de persona a persona, en particular en condiciones de higiene personal deficiente. Los alimentos elaborados o almacenados en condiciones antihigiénicas son otra causa principal de diarrea. El almacenamiento y manipulación del agua doméstica en condiciones carentes de seguridad también es un factor de riesgo importante. Asimismo, pueden ocasionar enfermedades diarreicas el pescado y mariscos de aguas contaminadas.

Prevención y tratamiento

Entre las medidas clave para prevenir las enfermedades diarreicas cabe citar las siguientes: el acceso a fuentes inocuas de agua de consumo; uso de servicios de saneamiento mejorados; lavado de manos con jabón; lactancia exclusivamente materna durante los primeros seis meses de vida; una higiene personal y alimentaria correctas; la educación sobre salud y sobre los modos de transmisión de las infecciones; la vacunación contra rotavirus.

Entre las medidas clave para tratar las enfermedades diarreicas cabe citar las siguientes:

Rehidratación: con solución salina de rehidratación oral (SRO). Las SRO son una mezcla de agua limpia, sal y azúcar. Cada tratamiento cuesta unos pocos céntimos. Las SRO se absorben en el intestino delgado y reponen el agua y los electrolitos perdidos en las heces.

Complementos de zinc: los complementos de zinc reducen un 25% la duración de los episodios de diarrea y se asocian con una reducción del 30% del volumen de las heces.

Rehidratación con fluidos intravenosos en caso de deshidratación severa o estado de choque.

Alimentos ricos en nutrientes: el círculo vicioso de la malnutrición y las enfermedades diarreicas puede romperse continuando la administración de alimentos nutritivos —incluida la leche materna— durante los episodios de diarrea, y proporcionando una alimentación nutritiva —incluida la alimentación exclusiva con leche materna durante los seis primeros meses de vida— a los niños cuando están sanos.

Consulta a un agente de salud, en particular para el tratamiento de la diarrea persistente o cuando hay sangre en las heces o signos de deshidratación.

La OMS trabaja con los Estados Miembros y con otros asociados para promover políticas e inversiones nacionales que apoyen el tratamiento de casos de enfermedades diarreicas y sus complicaciones, y que amplíen el acceso al agua potable y a los servicios de saneamiento en los países en desarrollo; realizar investigaciones orientadas a desarrollar y probar nuevas estrategias de prevención y control de la diarrea en esta esfera; fortalecer la capacidad para realizar intervenciones de prevención, en particular las relacionadas con el saneamiento y el mejoramiento de las fuentes de agua, así como con el tratamiento y almacenamiento seguro del agua en los hogares; desarrollar nuevas intervenciones sanitarias tales como la inmunización contra los rotavirus; y contribuir a la capacitación de agentes de salud, especialmente en el ámbito comunitario.

Según médicos cubanos5, la enfermedad diarreica aguda es considerada una enfermedad del rezago y continúa siendo un problema de salud pública que afecta principalmente a los países en desarrollo y a todos los grupos de edad, sin embargo, la población más vulnerable es la de los menores de cinco años.

El control de esta enfermedad a nivel mundial inició en 1978 como respuesta al llamado de los Estados Miembros de la Organización Panamericana de la Salud. De acuerdo con estudios efectuados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), en la Región de Las Américas, indican que de cada tres muertes de niños de esta edad es ocasionadas por estas enfermedades, fundamentalmente infecciosas y con trastornos nutricionales. Con un estricto control epidemiológico, una vigilancia efectiva y un sistema de salud pública comprometido con la sociedad, la propagación de la enfermedad puede ser evitada.

No solo la deshidratación hace que aumenten los costos de la atención de los enfermos con diarrea. La intolerancia a la lactosa, que se desarrolla como consecuencia de la infección, hace que se prolongue el cuadro diarreico, que aumente la gravedad de la enfermedad y que se sobrecarguen aún más los servicios de salud, (La desnutrición, asociada o como consecuencia de la enfermedad diarreica aguda, favorece la sobreinfección, y la mortalidad por esta causa).

Algunos estudios han demostrado que los niños con bajo peso al nacer tienen el doble del riesgo de morir por diarrea que los niños que nacen con el peso adecuado para la edad gestacional y que presentan mayor morbilidad por esta enfermedad. Con una mayor frecuencia durante el primer año de vida. De los patógenos virales, el rotavirus ha recibido atención especial por su asociación con la deshidratación grave. Se calcula que la infección por rotavirus provoca al año 111 millones de episodios de gastroenteritis, 25 millones de consultas médicas, 2 millones de hospitalizaciones y entre 352 000 y 592 000 muertes, de los cuales 82 % ocurren en los países más pobres. Este virus afecta principalmente a los niños menores de 3 años y alcanza valores máximos de incidencia en niños de 6 a 24 meses de edad.

La introducción de las sales de rehidratación oral (SRO) en el tratamiento de la enfermedad diarreica aguda (EDA) produjo una franca disminución de la mortalidad) así como de la demanda de hospitalización por esta causa. La utilización de antimicrobianos en la enfermedad diarreica aguda, solamente está indicado en casos de una infección por Shigella, Vibrion cholerea, y en casos excepcionales de salmonelosis a no ser Salmonela thifis, por lo que se hace necesario evaluar la resistencia antimicrobiana de estos microorganismos para poder establecer pautas de tratamiento en cada región.

La enfermedad diarreica aguda puede conducir a complicaciones, algunas frecuentes y otras no, por lo general corresponden a dos grandes grupos: inducidas por la pérdida de agua y electrolitos en el proceso diarreico, inducidas por los propios gérmenes causales de la enfermedad diarreica.

En el primer grupo se encuentra las deshidrataciones agudas, que la mayoría de las veces forman parte del propio cuadro clínico de la diarrea y representa la complicación más frecuente, así como los desequilibrios acido-base, comúnmente asociado a la deshidratación. Se encuentran además , las complicaciones determinadas por estas mismas causas, es decir, las deshidrataciones y los desequilibrios ácido-base, como son los trastornos renales: insuficiencia renal, bien sea de tipo prerrenal, por hipovolemia o renal debido a necrosis tubular aguda (cerebro, corazón), cuyo ejemplo más típico son las trombosis renales y senos venosos cerebrales, las hemorragias intracraneales, los trastornos del ritmo cardiaco con alteraciones electrocardiográficas, el edema cerebral, el íleo paralitico y la invaginación intestinal.

Al segundo grupo corresponden las complicaciones por diseminación de los gérmenes causales a otros órganos, y son casi siempre de naturaleza bacteriana. Estos procesos inflamatorios de orden infeccioso pueden presentarse a cualquier nivel como: perforación intestinal, peritonitis, pielonefritis, bronconeumonía y meningoencefalitis, como producto de la septicemia, que pueden inducir el shock séptico. Una relacionada en especial con la Shigella, es el síndrome hemolítico urémico.

Otra complicación en la que interviene más de un factor como son las deshidrataciones y la infección, es la neumatosis quística intestinal por la que se plantea de causa mixta. Por último, una complicación importante es la malnutrición que se presenta en recién nacido y lactante de bajo peso.

En el pasado, la deshidratación grave y la pérdida de líquidos eran las principales causas de muerte por diarrea. En la actualidad es probable que otras causas, como las infecciones bacterianas sean responsables de una proporción cada vez mayor de muertes relacionadas con la diarrea.

Entre los factores protectores de la enfermedad diarreica aguda se encuentran la lactancia materna. Una infección que se previene o reduce su frecuencia gracias a la alimentación con leche materna es la gastroenteritis, la más importante por lo menos en países en vías de desarrollo. Esta enfermedad es muy rara en los lactantes que se alimentan solo de leche humana. La enterocolitis necrosante, por otra parte, ocurre con menor frecuencia en los alimentados al seno que en los que reciben leche de vaca. Además, la leche materna proporciona protección contra el cólera. Otra razón obvia para mayor incidencia de gastroenteritis debido a la alimentación con fórmulas es la contaminación de los biberones y el seno, así como por mal almacenamiento.

La leche materna es un alimento ecológico, lo que significa que no necesita fabricarse, envasarse ni transportarse. Esto supone un ahorro de energía al mismo tiempo que se evita la contaminación del medio ambiente y resulta un ahorro en alimentación a la familia. Durante los primeros meses de vida, los hábitos higiénicos adecuados como son, lavarse las manos, otras medidas de higiene personal y la conservación adecuada de los alimentos.

Algunos estudios han demostrado que con la aplicación de estas medidas se ha logrado reducir la morbilidad por enfermedad diarreica aguda en 55 % y que el saneamiento ambiental puede tener más impacto en la reducción de la prevalencia de la diarrea que otras medidas, como las dirigidas a mejorar el suministro de agua.

Más de 70 % de las muertes por diarrea pueden evitarse si se hiciera adecuada promoción y prevención con respecto a los factores de riesgo antes señalados, lo que mejoraría la condición de salud del niño y su familia, a través de componentes educativos y de promoción de la salud.

La OMS promueve políticas e inversiones nacionales que apoyen el tratamiento de casos de enfermedades diarreicas y sus complicaciones, el acceso al agua potable y a los servicios de saneamiento; realizar investigaciones orientadas a desarrollar y probar nuevas estrategias de prevención y control de la diarrea en esta esfera. Fortalecer la capacidad para realizar intervenciones de prevención, en particular las relacionadas con el saneamiento y el mejoramiento de las fuentes de agua, así como con el tratamiento y almacenamiento seguro del agua en los hogares; desarrollar nuevas intervenciones sanitarias tales como la inmunización contra los rotavirus; y contribuir a la capacitación de agentes de salud, especialmente en el ámbito comunitario.

La deshidratación es un cuadro clínico originado por la excesiva pérdida de agua y electrólitos, que comporta un compromiso variable inicialmente a nivel circulatorio, si bien puede llegar a afectar a otros órganos y sistemas. Se origina por disminución de la ingesta de agua, aumento de las pérdidas o ambas. La etiología es variada siendo la más frecuente las pérdidas gastrointestinales por procesos infecciosos. La rehidratación oral es efectiva y constituye el tratamiento de elección en la mayoría de los pacientes. Es más fisiológica, económica y tiene menor número de complicaciones.

Respecto al tratamiento intravenoso, en el momento actual las pautas de rehidratación lentas se han sustituido por pautas rápidas, que permiten compensar las pérdidas en pocas horas, restaurar la volemia y permitir la más rápida recuperación. Así mismo es fundamental saber que: en la deshidratación grave asociada a shock lo primordial es restaurar el volumen intravascular precozmente, que si aparecen alteraciones electrolíticas estas deben ser tenidas en cuenta y que en caso de administración prolongada de líquidos intravenosos debemos realizar controles de peso, diuresis y electrólitos, así como estar atentos a la aparición de signos de sobrecarga de volumen.7

La revisión de la literatura con respecto a la fisiología, la fisiopatología, la clínica, el mecanismo de acción, las indicaciones y las contraindicaciones de las sales de rehidratación oral y las soluciones de administración endovenosa, con el fin de brindar ciertas pautas y recomendaciones basadas en la evidencia actual, a todos los profesionales de la salud, que a diario enfrentan este tipo de patología.

Las investigaciones demuestran que las sales de rehidratación oral siguen siendo el Gold Estándar en el tratamiento de la deshidratación leve a moderada en pacientes con indicaciones de uso y que las soluciones de administración endovenosa son de vital apoyo en aquel grupo de pacientes con deshidratación grave con intolerancia a la vía oral, shock, íleo paralitico, ciertas patologías quirúrgicas y con contraindicaciones de terapia con sales de rehidratación oral8.

CONCLUSIONES

La deshidratación es un cuadro clínico caracterizado por un balance negativo de agua y electrolitos. La causa más frecuente es la gastroenteritis aguda. El riesgo de deshidratación en los niños es más elevado que en los adultos, debido a las características específicas de su metabolismo hidrosalino. La edad más común es en menores de 18 meses. El diagnóstico de la deshidratación es eminentemente clínico. El mejor parámetro para estimar el grado de deshidratación es la pérdida de peso. El tipo de deshidratación, extracelular o intracelular, puede establecerse en función de los síntomas y signos que presenta el paciente. No existe ninguna prueba de laboratorio con suficiente sensibilidad y especificidad para estimar el grado de deshidratación. El tratamiento de la deshidratación es la rehidratación oral inicialmente y si tolera la via oral. Actualmente, se recomiendan las soluciones de rehidratación hiposódicas (Na<60 mEq/L). La rehidratación intravenosa está indicada cuando la rehidratación oral ha fracasado, está contraindicada o las pérdidas son demasiado intensas. Cada vez son más utilizadas las técnicas de hidratación rápidas que consisten en la infusión del déficit en un corto espacio de tiempo mediante la administración de sueros isotónicos.

CERTIFICADO AUTORÍA /CONFLICTO DE INTERESES

Los autores del presente artículo certificamos que somos los autores intelectuales y ejecutores del mismo.

Igualmente declaramos no tener ningún conflicto de interés.

Bibliografía

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  2. Tatiana P. Vinces-Sornoza. María I. Chancay-Cevallos. Miriam E. Barreto-Rosado. Beneda M. Zambrano-Mora. Nube B. Sanmartín-Matute. Jhenny L. Guerrero-Solorzano. Deshidratación causada por infección diarreica en niños: terapias y prevención. Dom. Cien., ISSN: 2477-8818 Vol. 5, núm.2., abr, 2019, pp. 115-128. http://dx.doi.org/10.23857/dom.cien.pocaip.2019.vol.5.n.2.115-128 URL:http://dominiodelasciencias.com/ojs/index.php/es/index
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