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Tabaquismo, estilo de vida a no imitar

Tabaquismo, estilo de vida a no imitar

Se realizó un estudio descriptivo transversal en alumnos de noveno grado de la secundaria básica Argenis Burgos en el municipio Santiago de Cuba. En el período comprendido de octubre 2013 a marzo 2014 con el objetivo de determinar la presencia de tabaquismo en adolescentes entre 14 y 15 años. El universo estuvo constituido por los 63 estudiantes masculinos matriculados en noveno grado Se aplicó un cuestionario anónimo para obtener los datos necesarios.

Tabaquismo, estilo de vida a no imitar

Artículo original

Dra. Ana María Quinzán Luna (I), Est. Griselda Navarro Figueredo (II), Dra. Yailén Solano Quinzán (III), Ms C. Ana de la Caridad López Vantourt (IV).

I Especialista de I Grado en Estomatología General Integral. Profesora Asistente. Facultad de Estomatología, Santiago de Cuba, Cuba.

II Estudiante de tercer año de Estomatología. Alumna ayudante de EGI. Facultad de Estomatología, Santiago de Cuba, Cuba.

III Dra. en Estomatología. Facultad de Estomatología, Santiago de Cuba, Cuba.

IV Especialista de II Grado en Estomatología General Integral. Máster en Salud Bucal Comunitaria. Profesora Auxiliar. Facultad de Estomatología, Santiago de Cuba, Cuba.

Resumen:

Los datos fueron resumidos en tablas de contingencia y como medida de resumen para datos cualitativos, se aplicó los por cientos. Obtuvimos una elevada presencia del tabaquismo en los adolescentes encuestados, observando que existe una alta exposición del humo ambiental en el ámbito familiar en los fumadores y no fumadores.

El mayor por ciento de los encuestados posee conocimientos inadecuados con respecto a los daños del tabaco en la salud general. A pesar de que en general la mayoría de los adolescentes conocían de los daños del tabaco a la salud bucal, esto no se comportó así en los fumadores donde predominó el conocimiento inadecuado.

Palabras clave: tabaquismo, adolescencia, salud bucal, salud general.

Introducción:

El hábito de fumar se inicia con el uso del tabaco; según los expertos, el tabaco empezó a crecer en América hace unos 8.000 años. Se sabe que durante los primeros mil años de nuestra era y mucho antes de que Colón llegara a América, se consumía tabaco con mayor o menor asiduidad. (¹)

Los expertos en vegetales han determinado que el centro del origen del tabaco, se sitúa en la zona andina entre Perú y Ecuador. Los primeros cultivos debieron de tener lugar entre cinco mil y tres mil años a.C. Cuando se coloniza América, el consumo estaba extendido por todo el continente. Fumar (inhalar y exhalar el humo del tabaco) era una de las muchas variedades de consumo en América del Sur. (¹)

El tabaco era usado por los mayas para celebraciones rituales y religiosas, fue conocido por los occidentales en 1492 con ocasión de la llegada de Colón y sus expedicionarios. (¹)

El tabaco no constituyó un problema de salud hasta la Revolución Industrial, momento en el que comenzó la producción masiva. La publicidad, principalmente en los niños y jóvenes, se convertía en su modelo de comportamiento, emitiendo diversos mensajes. Pero es cierto que, debido a ello, la cifra de muertos a causa del tabaquismo era de un 27,2% superior al dado actualmente según confirma la Agencia Internacional de Investigación Sobre el Cáncer (IARC). (¹)

No fue hasta los 90 cuando se empezó a hacer eco del efecto nocivo del tabaco aunque, debido a la falta de pruebas, no se tenía del todo en cuenta la gravedad de la situación. (²)

El tabaquismo es reconocido desde hace varios años como un problema de salud pública, debido a que los daños a la salud asociados al consumo del tabaco causan más de medio millón de muertes en el continente americano. Pese a estas estadísticas y a numerosos avisos sobre los peligros de fumar, millones de adultos y adolescentes siguen fumando. (³)

El consumo del tabaco por adolescentes no sólo es el resultado de las influencias psicosociales, como presión por parte de los compañeros o amigos, sino que las investigaciones recientes sugieren que puede haber razones biológicas para este periodo de mayor vulnerabilidad. Hay algunas pruebas de que fumar ocasionalmente puede provocar en algunos adolescentes el desarrollo de la adicción al tabaco. (²)

Los adolescentes parecen ser más sensibles a los efectos de refuerzo de la nicotina combinada con otras sustancias químicas que se encuentran en los cigarrillos, aumentando así su susceptibilidad a volverse adictos al tabaco. Estudios sugieren que hay genes específicos que pueden aumentar el riesgo de la adicción en las personas que comienzan a fumar durante la adolescencia. Muchas investigaciones van dirigidas a aumentar nuestro conocimiento sobre cómo y por qué los adolescentes se vuelven adictos y a desarrollar estrategias de prevención y tratamiento para responder a sus necesidades específicas. (²)

Cada día, casi 4,000 menores de edad de 18 años o menos prueban su primer cigarrillo, y otros 1,000 se convierten en fumadores habituales. De éstos, alrededor de un tercio morirá prematuramente de una enfermedad relacionada con el hábito de fumar. (³) Considerado la principal causa prevenible de muerte en el mundo, el consumo del tabaco mata a cerca de 6 millones de personas cada año de las cuales más de 600 000 son las personas expuestas al humo de segunda mano a menos que se actúe, causará la muerte a un máximo de 8 millones de personas en el 2030. (4)

El informe sobre el control del tabaco en año 2011 en nuestro país expresa que el 27,5% de los hombres y el 14,1% de las mujeres fuman, en cuanto a los adolescentes entre 13 y 15 años en el 19,8% de los varones y en el 15,0% de las niñas está presente el hábito (5). El 28,7% de los padres de los jóvenes fuman. (6)

Cuba ocupa el tercer lugar en