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La tetanalgesia

La tetanalgesia

El dolor es «una experiencia desagradable sensorial y emotiva asociada con daño tisular real o potencial». Se trata de un síntoma, por lo que tiene un carácter subjetivo, motivo por el cual durante mucho tiempo no se ha tratado adecuadamente en los bebés.

AUTORES: Virginia Rodríguez López, Gema de la Peña Sosa Barba, Antonio Luis Partida Márquez. (Enfermero/as especialista en Obstetricia y Ginecología- MATRONA)

INTRODUCCIÓN

Hoy en día, ya sea como medida preventiva, diagnóstica o de tratamiento, son muchas las intervenciones más o menos dolorosas a las que se someten a los recién nacidos. Prácticamente desde que nacen están sometidos a las mismas, ya que en los primeros días reciben inyecciones intramusculares, prueba de talón…

Hace años, debido a la incapacidad de estos niños para verbalizar sus sentimientos, se pensaba que no sentían dolor. Sin embargo, actualmente sabemos que las estructuras anatómicas, fisiológicas y neuroquímicas que transmiten el dolor se encuentran desarrolladas antes del nacimiento y existen muchas pruebas que demuestran que los neonatos sienten dolor, el cual además tiene numerosos efectos negativos fisiológicos y conductuales a corto y a largo plazo.

Las medidas utilizadas hoy en día para medir el dolor en los neonatos incluyen: respuestas motoras, expresiones faciales, llanto, cambios en los parámetros fisiológicos (frecuencia cardíaca, presión arterial, saturación de oxígeno y frecuencia respiratoria).

Es por todo ello necesario que los profesionales sanitarios al cuidado de estos niños se preocupen por el manejo del dolor. Se debe pensar en un método de analgesia eficaz para prevenir o disminuir la percepción dolorosa, existiendo tanto métodos de analgesia farmacológica como no farmacológica. Se elegirá un método u otro dependiendo de su eficacia, riesgo y procedimiento a realizar.

Debido a los efectos secundarios que puede tener la analgesia farmacológica, se hace necesario el uso de alternativas a ésta, sobre todo para procedimientos menores. En esta línea, se puede definir la analgesia no farmacológica como medidas profilácticas y complementarias que tienen como objeto la reducción del dolor y que no conllevan la administración de medicamentos.

El mecanismo de acción de dichas medidas es variado, unas producen liberación de endorfinas endógena, otras activan ciertos sistemas de neuropéptidos que tienen como efecto final una acción potenciadora de los opioides y otras medidas tienen como objetivo simplemente distraer el dolor. Mayoritariamente, estos métodos están encaminados a proporcionar comodidad, tranquilidad, reducir el estrés que supone el procedimiento. Generalmente son fáciles de administrar, rápidos, de bajo coste, inocuos y bien tolerados por los lactantes.

Con menor o mayor efectividad, existen numerosos métodos de analgesia no farmacológica que se pueden emplear en neonatos: sacarosa, succión no nutritiva (con o sin sacarosa), amamantamiento, cuidado madre canguro, contención (mantener al niño en posición de flexión y con los miembros próximos al tronco y hacia la línea media), saturación sensorial (se somete al recién nacido a estímulos para los cinco sentidos), masaje, música, trato suave con movimientos delicados, entorno tranquilo, sin ruidos molestos… La combinación de dos o más de estos métodos potenciaría el efecto de alivio del dolor.

De entre todas estas posibilidades, la lactancia materna, sobre todo si la asociamos al contacto piel con piel, provee mejores resultados como analgesia que otros tipos de analgesia no farmacológica.

OBJETIVO

Conocer los beneficios de la lactancia materna como método analgésico durante una intervención dolorosa para el recién nacido o niño pequeño.

MATERIAL Y MÉTODO

Realización de una búsqueda bibliográfica en diferentes bases de datos tanto en español como en inglés (PubMed, Cuiden, Lilacs, SciELO…) usando como palabras claves: lactancia materna, analgesia, tetanalgesia, breastfeeding, analgesic. También se usaron documentos de interés sanitario y científico nacionales. La búsqueda se ha acotado a los últimos 10 años. Se han seleccionados artículos en español e inglés. Del total de artículos/documentos encontrados finalmente se usaron 8, descartándose aquellos que no cumplían los criterios de inclusión.

RESULTADOS

Es amplia la evidencia disponible que garantiza que la lactancia materna reduce el dolor experimentado por los niños durante procedimientos dolorosos.

El mecanismo analgésico de la lactancia materna no es completamente conocido, aunque puede tener un origen multifactorial. Por un lado, la leche materna, comparada con la leche artificial, contiene una mayor concentración de triptófano, precursor de la melatonina, la cual aumenta la concentración de las endorfinas beta lo cual podría ser uno de los mecanismos posibles para los efectos nociceptivos de la leche materna. Pero además, existen otros componentes de la lactancia materna que pueden contribuir al efecto analgésico: la presencia de una persona reconfortante (la madre), el sonido del latido del corazón de la misma, su olor, la sensación física de contacto piel a piel, el tacto, la contención, el calor, la distracción de la atención y la dul­zura de la leche materna. La combinación de todo esto consigue una alta efectividad analgésica.

Son muchos los beneficios de tomar el pecho durante el procedimiento doloroso: disminuye el llanto (tanto en proporción como en duración) y la expresión y signos de dolor, menor incremento en la frecuencia cardiaca, el niño está más relajado. Además se trata de un procedimiento analgésico natural y ecológico, económico, disponible con facilidad, fácil de usar, sin ningún tipo de riesgos o efectos secundarios para el niño y con beneficios tanto físico como emocional para la madre y para el niño.

Por todo esto podemos decir que una de las grandes propiedades de la leche materna, no siempre aprovechada, es su efecto analgésico, lo que se ha dado a conocer como “Tetanalgesia”.

¿Qué es la tetanalgesia?

Este término fue acuñado por el pediatra Manuel Merino, que la describe como una técnica que consiste en aprovechar el efecto analgésico y de consuelo que tiene el amamantamiento cuando se realizan técnicas dolorosas en recién nacidos y lactantes pequeños, como vacunaciones, extracciones sanguíneas, pruebas del talón, etc. Además afirma que no solo aporta beneficios al niño, sino también a la madre (sensación de ayuda y consuelo para su hijo), profesional sanitario (supervisión de una toma) y a la comunidad (promoción de la lactancia materna).

Se trata pues del método analgésico no farmacológico ideal ya que no implica gastos ni formación de los padres y hace a éstos participes en las intervenciones realizadas a sus hijos, además de todos los beneficios anteriormente citados.

Para usarla como método analgésico la lactancia debe iniciarse preferiblemente dos minutos antes y mantenerla hasta dos minutos después de la intervención dolorosa.

CONCLUSIÓN

La lactancia materna es un método efectivo para reducir el dolor en neonatos y niños pequeños durante un procedimiento doloroso, por lo que se recomienda emplearla para tal fin.

Se trata de un método natural, eficaz, sin complicaciones, no invasivo, cómodo y accesible para aliviar el dolor en procedimientos dolorosos en bebés.

En caso de que no fuera posible, existen otros métodos de analgesia no farmacológica que podrían sustituir a la misma (sacarosa, masajes, succión no nutritiva…).

Los profesionales sanitarios que trabajan con niños amamantados tienen un papel muy importante en el fomento de la lactancia materna, pudiendo aprovechar tanto su capacidad nutritiva como su poder para reconfortar y tranquilizar al recién nacido, por lo que estos profesionales siempre deberían propiciar el uso de la tetanalgesia durante los procedimientos invasivos ya que el control del dolor se considera un derecho esencial.

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Disponible en http://www.index-f.com/lascasas/documentos/lc0874.php