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Detección, diagnóstico y abordaje terapéutico del trastorno de ansiedad de separación en la infancia (TASI)

Detección, diagnóstico y abordaje terapéutico del trastorno de ansiedad de separación en la infancia (TASI)

El trastorno de ansiedad de separación en la infancia (TASI) destaca como signo que lo define una ansiedad excesiva relacionada con el alejamiento de madre, padre o ambos o cualquier persona a la que el niño se encuentra apegado de una manera emocional.

Autoras

  • Arribas Bartolomé, Alejandra (Enfermera Unidad Vascular Complejo Hospitalario de Navarra).
  • Pérez Ruda, Mª Pilar (Enfermera Quirófano Complejo Hospitalario de Navarra).
  • Raya Ortiz, Fátima (Enfermera Unidad Hematología Complejo Hospitalario de Navarra).

Palabras clave: separación, ansiedad, niño.

Resumen

Para que se presente un trastorno de ansiedad por separación se deben dar dos características simultáneas:

  • Por un lado, la implicación patológica entre el niño y las figuras de apego, el niño está dispuesto a agradar y se toleran situaciones de sobre dependencia del niño.
  • Por otro lado, existe cierta hostilidad porque esta situación limita la capacidad de los padres para realizar actividades de forma independiente del niño (también afecta a la relación conyugal), por demanda constante y exigente por parte del niño.

Introducción

El trastorno de ansiedad de separación en la infancia (TASI) destaca como signo que lo define una ansiedad excesiva relacionada con el alejamiento de madre, padre o ambos o cualquier persona a la que el niño se encuentra apegado de una manera emocional.

Esta ansiedad debe durar al menos 4 semanas y debe ser inapropiada para la etapa del desarrollo en la que se encuentra el niño.

Se puede presentar de manera somática (mareos, palpitaciones…) o psíquica (miedo a enfermedades, accidentes…) por miedo a una separación definitiva.

En niños pequeños, la negativa de acudir a la escuela desarrolla problemas académicos y de interacciones sociales. Todo ello cronifica el trastorno de ansiedad de separación en la infancia (TASI), al convertirse el niño en cada vez más inseguro y buscar apoyo familiar. En adolescentes, el síntoma primordial es la negativa a salir de casa. En edad adulta, el 30% presenta problemas adaptativos, depresiones (fobias) y dificultades sociales.

Debe destacarse la importancia de la detección y el tratamiento del trastorno de ansiedad de separación en la infancia (TASI) de manera temprana, sin dejar su evolución normal sin tratamiento. Si no, el trastorno tenderá a cronificarse en años con períodos de mejoría y empeoramiento según su desarrollo. El tratamiento psicológico mejora el 95% de los casos de niños menores de 10 años, reduciéndose esta cifra conforme aumenta la edad.

Población o edad de riesgo

En la población general es más frecuente su aparición en niñas, siendo la edad típica la prepuberal. En la mayoría de los casos tienen menos de 13 años y el promedio de edad a la que se inicia es 9 años.

Se desarrolla con más frecuencia en personas con bajo nivel socio económico y en culturas con lazos familiares más estrechos: etnia gitana, medio rural…

El riesgo de trastorno de ansiedad de separación en la infancia (TASI) aumenta con el estrés, muerte, enfermedad, desastres naturales, hijos de personas con trastornos psiquiátricos, depresivos, trastornos de personalidad. Todo ello conlleva también un peor pronóstico y lo cronifica.

Los niños con retraso mental o problemas de aprendizaje tienen mayor riesgo ya que incrementa la inseguridad y dificulta la capacidad de autonomía.

Signos y síntomas y diagnóstico del trastorno de ansiedad de separación en la infancia (TASI)

Para el personal sanitario puede ser difícil detectar y cuantificar la ansiedad excesiva en sus pacientes, dado que los niños ansiosos y sus padres con frecuencia consultan primero al pediatra antes que al profesional de salud mental, quien debe estar preparado para incorporar en su evaluación estrategias de entrevista psicológica.

La duración de los síntomas deber ser de al menos 4 semanas (para poder excluir un estrés postagudo). La CIE-10 y DSM-IV coinciden en la descripción del trastorno, pero la CIE-10 dice que la edad de inicio deber ser inferior a 6 años y excluye el diagnóstico si los síntomas son parte de alteraciones del comportamiento o personalidad.

Protocolo diagnóstico

  • El diagnóstico se basa en signos y síntomas típicos del trastorno.
  • La recogida de información se obtiene de padres, centro escolar, consulta de pediatría.
  • La dificultad de evaluar al niño en solitario, puesto que este no quiere, es un signo más de detección del TASI.
  • No es muy usual las pruebas psicométricas y los tests proyectivos muestran miedo.
  • Hay que realizar un adecuado diagnóstico para descartar otros trastornos.

Diagnóstico diferencial del TASI

Hay que tener en cuenta que la ansiedad en el trastorno de ansiedad de separación en la infancia (TASI) es muy alta y como consecuencia da una alteración social grave.

Se diagnostica normalmente en mayores de 6 años, ya que en menores de esta edad es normal cierto grado de ansiedad al separarse de los padres.

Por otra parte, hay que diferenciar el trastorno de ansiedad de separación en la infancia (TASI) de otros síntomas similares, como:

  • Fobia escolar: aquí el niño solo presenta miedo al acudir al colegio. En otros espacios, eso no le ocurre. En el TASI no hay situación concreta a la que se teme (acoso por compañeros) como en la fobia escolar, sino que siente temor con la simple idea de la separación de sus padres.
  • Trastorno de la ansiedad excesiva o generalizada: en el TASI se relaciona solo con separación de la figura de apego.
  • Fobias simples o específicas (oscuridad, insectos…): frecuentemente se asocia al trastorno de ansiedad de separación en la infancia (TASI), pero el cuadro clínico es más variopinto e incapacitante para su vida diaria.
  • Fobia social: aquí la presencia de la figura de apego no reduce el miedo a dicha exposición.
  • Depresión mayor: en el trastorno de ansiedad de separación en la infancia (TASI) es bastante raro la intención suicida, no así en la depresión mayor.
  • Trastornos generalizados del desarrollo o trastornos psicóticos: aquí se presentan síntomas como ideas delirantes, alteraciones del lenguaje, interacción social… El TASI carece de estos síntomas.

Tratamiento de los trastornos de ansiedad en los niños

Aunque el tratamiento debe individualizarse, haciendo hincapié en los aspectos más relevantes en cada caso, a continuación describiremos unas pautas esenciales.

Clásicamente, se han usado abordajes psicosomáticos centrados en manejar conflictos de autoestima, separación, autonomía, independencia apropiada a su edad.

Actualmente, se usa como primera elección el tratamiento conductual, consistente en la exposición gradual in vivo (desensibilización sistemática), junto con la relajación, ayuda del centro escolar y los padres, realizando un refuerzo positivo en logros y esfuerzos.

También se usan las intervenciones psicoeducativas familiares para que los padres funcionen de coterapeutas, manejando la ansiedad en la exposición del paciente a la separación.

En niños mayores, se añade tratamiento cognitivo-conductual para reducir la ansiedad anticipatoria, consistente en autoinstrucciones, solución de problema, pensamiento de afrontamiento…

En casos de fracaso del tratamiento cognitivo-conductual, en los niños se prioriza el abordaje psicológico sobre el farmacológico. En el caso de que los síntomas sean muy severos y difíciles de controlar, se asociará tratamiento con psicofármacos.

En todo ello, la coordinación con el personal escolar, favorece la integración del niño al centro y extingue las conductas de evitación.

Conclusiones

El trastorno de ansiedad de separación en la infancia (TASI) está definido en el manual estadístico de los trastornos mentales DSM-IV como ansiedad excesiva e inapropiada para la etapa del desarrollo del niño en relación a la separación de este de sus figuras de apego.

A diferencia de los miedos evolutivos, los trastornos de ansiedad en los niños no desaparecen por sí solos, sino que, por el contrario, se intensifican y predisponen a quienes los padecen a sufrir otros trastornos emocionales, así como también dificultades en el aprendizaje.

La relación entre el funcionamiento neurocognitivo y la ansiedad es bidireccional, ya que los trastornos de ansiedad interfieren en dicho funcionamiento y, de manera inversa, determinado funcionamiento neurocognitivo puede incrementar patológicamente la ansiedad. Por ejemplo: un niño con dificultades en el habla puede desarrollar por esa causa una fobia social, y a la inversa, una fobia social severa puede conducir a una dificultad en la expresión del habla.

Por estas razones y para ahorrarle al niño años de padecimiento, es fundamental el abordaje de estos trastornos en el momento de su aparición, para prevenir el desarrollo de complicaciones como las ya explicitadas o, por ejemplo, el abuso de sustancias.

Bibliografía

American Psychiatric Association. Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales DSM-IV. Barcelona, Masson, 1995.

De Lucas T, Rodríguez Ramos P. Instrumentos de evaluación y diagnóstico en la práctica clínica. Trastornos de ansiedad en el niño y en el adolescente. Asociación castellana de psiquiatría de la infancia y adolescencia. Madrid, 1999; 47-56.

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