Tratamiento de la preeclampsia en la gestante. Cuidados de la matrona
Autora principal: Carmen Serrano Ibáñez
Vol. XVI; nº 24; 1116
Treatment of preeclampsia in pregnant women. Care of the midwife
Fecha de recepción: 16/11/2021
Fecha de aceptación: 22/12/2021
Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XVI. Número 24 – Segunda quincena de Diciembre de 2021 – Página inicial: Vol. XVI; nº 24; 1116
AUTORES
Carmen Serrano Ibáñez. Matrona. Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa. Zaragoza, España.
Ana Velasco Sánchez. Enfermera en Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza, España.
Cristina Artaso Lapeña. Enfermera en Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza, España.
Marta Burillo Naranjo. Enfermera en Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza, España.
Alberto Borobia Lafuente. Enfermero en Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza, España.
María Teresa Martínez Llamazares. Enfermera en Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza, España.
RESUMEN:
La preeclampsia es una patología que se presenta entre en un 2 y un 8 % de las gestaciones a nivel mundial. Es una enfermedad exclusiva de la gestación. Comienza a partir de la semana 20 y puede afectar a las etapas del embarazo, parto y puerperio. Las complicaciones pueden ser muy graves tanto para la madre como para el feto.
Los criterios diagnósticos son: hipertensión arterial (mayor o igual de 140/90mmHg) y proteinuria asociada (mayor a 300mg/L en 24h). Es una enfermedad multisistémica y multifactorial. Existen dos tipos: leve y grave, en función de si afecta o no a órganos diana.
La preeclampsia leve puede controlarse de forma ambulatoria, con medicación vía oral si precisara. Por el contrario, la preeclampsia grave requerirá ingreso hospitalario, control de constantes frecuente y probablemente administración de medicación intravenosa. La finalización de la gestación dependerá del estado de la paciente y el feto y del grado de afectación de los órganos diana.
Dadas las complicaciones que puede suponer, es importante que los profesionales realicen una anamnesis completa y detallada en la consulta para detectar factores de riesgo. Es necesario un control exhaustivo de estas pacientes para poder reconocer signos de alarma. La matrona tiene un papel fundamental, realizará un seguimiento a las pacientes con preeclampsia leve desde la consulta de Atención Primaria. Y si requiere de ingreso, será quien le preste los cuidados pertinentes y realice las técnicas necesarias para lograr un manejo correcto de la enfermedad.
PALABRAS CLAVE:
Hipertensión, preeclampsia, matrona.
ABSTRACT:
Preeclampsia is a disease that occurs in between 2 and 8% of pregnancies worldwide. It is an exclusive gestation disease. It begins from week 20 and can affect the stages of pregnancy, childbirth and the puerperium. Complications can be very serious for both the mother and the fetus.
The diagnostic criteria are: arterial hypertension (greater than or equal to 140 / 90mmHg) and associated proteinuria (greater than 300mg / L in 24h). It is a multisystemic and multifactorial disease. There are two types: mild and severe, depending on whether or not it affects target organs.
Mild preeclampsia can be controlled on an outpatient basis, with oral medication if necessary. In contrast, severe preeclampsia will require hospital admission, frequent constant monitoring, and, probably, administration of intravenous medication. The end of pregnancy depends on the condition of the patient and the fetus and the degree of involvement of the target organs.
Given the complications that they can entail, it is important that professionals take a complete and detailed anamnesis in the consultation to detect risk factors. An exhaustive monitoring of these patients is necessary to be able to recognize warning signs. The midwife has a fundamental role, she will follow up patients with mild pre-eclampsia from the Primary Care consultation. And if it requires admission, it will be the one who provides the relevant care and performs the necessary techniques to achieve correct management of the disease.
KEYWORDS:
Hypertension, preeclampsia, midwife.
INTRODUCCIÓN
Las enfermedades hipertensivas del embarazo (EHE) suponen una de las principales complicaciones en la gestación. Puede provocar problemas de morbilidad grave, discapacidad crónica y mortalidad materno-fetal. 1, 6
La Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) describe como trastornos hipertensivos del embarazo: hipertensión crónica, hipertensión gestacional, preeclampsia-eclampsia y la preeclampsia sobreañadida a la hipertensión arterial crónica.5
La preeclampsia es una enfermedad multisistémica y multifactorial exclusiva de la gestación. Se define como un estado hipertensivo (tensión arterial mayor o igual a 140/90) con proteinuria asociada (mayor a 300mg/L en 24h). Aparece a partir de la semana 20 de gestación y puede desarrollarse a lo largo del embarazo, parto y puerperio. 1, 3
En cuanto a la incidencia, los trastornos hipertensivos afectan a alrededor del 15% de las gestaciones y a nivel mundial son causantes del 18% de las muertes maternas. La preeclampsia aparece entre el 2 y 8% de los embarazos, la mayor prevalencia la encontramos en los países en vías de desarrollo, en donde la gestante tiene siete veces más probabilidades de padecer preeclampsia que en un país desarrollado.3
La fisiopatología de la preeclampsia a día de hoy no está del todo definida. Depende de diversos factores genéticos, de las condiciones periconcepcionales maternas, del genotipo placentario y de la capacidad del sistema inmune para tratar con el embarazo. Existen diversos mecanismos implicados que podrían desencadenar la preeclampsia, estos serían: respuesta inmune en la interfase placenta-madre, la placentación insuficiente y la angiogénesis y el estrés oxidativo derivado de éstas.4
Los principales factores de riesgo son: mujeres con antecedentes personales y familiares de preeclampsia, diabetes, embarazo gemelar, nuliparidad, infecciones crónicas, edad materna menor de 20 años, enfermedad renal, trastorno autoinmune, abortos de repetición e intervalo prolongado entre embarazos.7
La preeclampsia puede acarrear complicaciones a nivel materno y fetal. En la madre se puede provocar convulsiones, síndrome de HELLP, hemorragias cerebrales, edema agudo de pulmón, insuficiencia renal, CID, desprendimiento de placenta etc. En el feto la preeclampsia puede ocasionar alteraciones en el crecimiento y desarrollo del recién nacido. Bien por las complicaciones propias de la gestación o por la medicación administrada a la madre.1
Dadas estas complicaciones resalta la importancia de realizar un diagnóstico precoz y un control exhaustivo de la enfermedad. Será importante por parte de los profesionales de la obstetricia realizar una correcta anamnesis en la primera consulta prenatal, detectando los factores de riesgo existentes y desarrollando las acciones oportunas para su prevención y en caso de aparecer signos y síntomas realizar un correcto tratamiento. El cuidado de estas gestantes debe ser exhaustivo dada la gravedad de los síntomas. En la actualidad no hay un tratamiento preventivo estandarizado, en numerosas guías citan el ácido acetilsalicílico (100mg/día) como profilaxis en mujeres con factores de riesgo o antecedentes de preeclampsia en gestaciones anteriores. El tratamiento definitivo es la finalizar de la gestación. El momento de terminar el embarazo dependerá del cuadro clínico de la gestante, de las complicaciones que se pudieran presentar y del riesgo que supondría continuar la gestación.2,4, 5.
Toma especial relevancia el papel de la matrona, profesional de referencia en el control del embarazo de bajo riesgo. Debe realizar una detallada historia clínica para detectar cualquier problema en la gestación. Si observa cualquier anomalía deberá informar al equipo obstétrico. Además, si la enfermedad progresa, debe administrar el control, tratamiento y cuidados correspondientes a la gestante y su hijo para prevenir cualquiera de estas complicaciones.2
JUSTIFICACIÓN:
La preeclampsia es una patología de la gestación que afecta a entre el 2 y el 8% de los embarazos. Sus complicaciones pueden ser graves tanto para la madre como para el feto. Por ello es importante conocer los factores de riesgo y realizar un diagnóstico precoz de la enfermedad. De esta manera y con un correcto control y tratamiento reduciríamos significativamente los problemas derivados de esta patología. Es importante que la matrona como profesional especializado en el control y cuidados de la gestante conozca todos ellos para brindar una atención adecuada.
OBJETIVOS:
– Describir el tratamiento de la preeclampsia.
– Enumerar las actuaciones de la matrona ante esta patología.
METODOLOGÍA:
Se ha realizado una búsqueda bibliográfica en las siguientes bases de datos: Pubmed, Cochrane y Google académico. En la búsqueda se han empleado las palabras clave anteriormente citadas. Hemos incluido en el trabajo aquellos artículos cuyo contenido se ajusta al objetivo de dicha revisión.
RESULTADOS:
Clasificaremos la preeclampsia en dos grupos según su gravedad para adecuar el tratamiento a cada situación.
La preeclampsia leve o sin signos de gravedad sería aquella en la que se presenta una tensión por encima de 140mmHg de presión sistólica o por encima de 90mmHg en la diastólica asociado a proteinuria pero sin afectación de un órgano blanco.
La preeclampsia grave o con signos de gravedad es aquella en la que observamos unos valores mayores o iguales de 160mmHg de sistólica o 110 de diastólica, puede ir asociado o no a proteinuria y produce afectación de órgano blanco.
Tratamiento de la preeclampsia leve: este tipo de preeclampsia generalmente puede ser tratada de forma ambulatoria siempre que la madre esté bien informada, tenga una adecuada adhesión al tratamiento y los valores se encuentren dentro de la normalidad.
– Controles domiciliarios:
– Medición de TA cada 24 horas. (Las cifras deberán ser menores de 150/100).
– Determinación cualitativa de proteínas en orina diariamente, mediante tiras reactivas.
– Control en la consulta: se realizará cada 15 días e incluirá la exploración obstétrica, determinación de la tensión arterial, peso, registro cardiotocográfico por encima de la semana 28, analítica y ecografía con doppler y valoración del líquido amniótico.
El tratamiento farmacológico será administrado si la paciente presenta valores por encima de los límites establecidos o si existe gran variabilidad en estos valores a lo largo del día. La prescripción del tratamiento vendrá determinado por el obstetra, los fármacos de elección son:
- Alfametildopa: 250-500mg/8h por vía oral
- Labetalol: 100-200mg/6-8h vía oral
- Hidralazina: 50mg/día de inicio cada 6-8h al día, se realizará una reevaluación a las 48h, podrá aumentarse la dosis hasta 200mg/día.
- Nifedipino: 10mg/6-8h al día, sería el fármaco de última elección frente a los anteriores.
Tratamiento de la preeclampsia grave: Precisará de ingreso hospitalario para control materno y fetal. En el momento del ingreso será necesario realizar:
– exploración general: valorar nivel de conciencia y si existe alguna focalidad neurológica, alteraciones visuales y en el fondo de ojo, dolor epigástrico o en hipocondrio derecho, edemas o petequias.
– exploración obstétrica: exploración vaginal, registro cardiotocográfico para valorar bienestar fetal previamente y durante el tratamiento con fármacos hipotensores y una ecografía obstétrica completa.
– monitorización continua de la presión arterial con mediciones cada 5 minutos hasta estabilización de la paciente, sondaje vesical y balance hídrico diario.
– Canalización de vía intravenosa y extracción de analítica de sangre y orina completa (hemograma, coagulación, pruebas de función renal, encimas hepáticas, proteínas totales, albúmina, ionograma, proteinuria y urocultivo.
En cuanto al tratamiento farmacológico: por vía intravenosa administraremos fluidoterapia 100-125ml/h de suero fisiológico o Ringer Lactato. Si administramos medicación hipotensora deberemos aumentar el ritmo de perfusión de la fluidoterapia a 500ml/h.
Si la gestante se encuentra entre la semana 24 y 34 incluida será necesario administrar corticoides para ayudar al desarrollo pulmonar del feto por si el parto ocurriese de forma prematura. Se administrará betametasona intramuscular durante dos días seguidos, la dosis será de 12mg/24h.
El tratamiento farmacológico intravenoso se iniciará si la gestante tuviese valores tensionales por encima de 180 mmHg de sistólica o 120mmHg de diastólica. Si los valores se mantienen por debajo continuaremos con medicación vía oral. El objetivo del tratamiento es que la paciente mantenga unos valores alrededor de 140-160 de tensión sistólica y 90-110 de diastólica. Se evitarán descensos bruscos en estos valores para garantizar la correcta perfusión placentaria.
El fármaco de primera elección es el labetalol. Se iniciará un bolo inicial de 20mg que se repetirá a los 10 minutos, si no se ha conseguido controlar la tensión arterial se irá duplicando la dosis hasta un máximo de 220mg. A continuación, se inicia una perfusión continua a ritmo de 100mg/6h. Si el resultado no es el esperado puede asociarse otro fármaco. El labetalol va a estar contraindicado en caso de que la gestante presente insuficiencia cardíaca congestiva, asma y frecuencia cardiaca por debajo de 60lpm.
La hidralazina intravenosa se administrará en un bolo de 5mg, se repetirá a los 10 minutos si no se ha controlado la tensión. A continuación, se iniciará una perfusión a ritmo de 3-10mg/h de manera continua.
El nitroprusiato sódico se utilizará solo cuando fracasen los tratamientos anteriores, solo debe usarse si el feto está intrauterino y no más de 4 horas.
También pueden ser necesarios los diuréticos, el fármaco de elección será la furosemida ( 40mg por vía intravenosa). Se administrará si existiera una oliguria severa, edema agudo de pulmón o insuficiencia cardiaca.
El sulfato de magnesio debe administrarse en todos los casos de preeclampsia grave para prevenir las convulsiones. Es un fármaco que requiere un control exhaustivo. Cada 4 horas debe controlarse la presencia del reflejo rotuliano, la frecuencia respiratoria, saturación de oxígeno y diuresis.
La posología consiste en una primera dosis de ataque de 2-4g intravenosos a pasar en 5-10 minutos seguido de la perfusión de mantenimiento que consiste en diluir 10g en 500ml de suero glucosado, mantener la perfusión a 50ml/h y mantener tratamiento hasta normalización de los valores hasta 24-48h. Si los controles que realizamos no saliesen bien y la gestante sufriera una intoxicación, se debe administrar gluconato cálcico: 1g a pasar en 3-4 minutos.
CONCLUSIONES:
Los trastornos hipertensivos del embarazo se presentan en un gran porcentaje de gestantes. Uno de ellos es la preeclampsia, que afecta a entre el 2 y el 8% de las gestaciones. Puede tener consecuencias letales para madre y feto. A día de hoy, aunque su fisiopatología no es del todo conocida, contamos con grandes avances en la medicina que pueden controlar esta enfermedad para que el embarazo, parto y puerperio se desarrolle sin apenas complicaciones y finalmente concluir con una madre y un bebé sanos.
Esta enfermedad es exclusiva del proceso de gestación y cuenta con diferente clínica según los niveles de hipertensión arterial y el grado de afectación de órganos diana.
Es papel de los profesionales sanitarios realizar una correcta atención a la gestante para minimizar el riesgo de problemas. Será importante realizar una completa anamnesis de cada paciente para detectar factores de riesgo compatibles con la preeclampsia y durante el control gestacional reconocer los signos de alarma para llevar a cabo una actuación rápida y eficaz.
El tratamiento va a ser diferente según cada paciente, en aquellas en las que no haya signos de gravedad puede realizarse un control ambulatorio con medicación oral. En las pacientes que presenten signos de gravedad el control será exhaustivo y deberá realizarse en un hospital de tercer nivel.
El papel de la matrona es importante en cualquiera de estas situaciones. Si el control es ambulatorio, va a visitar a la paciente con frecuencia en su consulta de Atención Primaria para garantizar un control adecuado y una correcta adhesión al tratamiento. Por el contrario, si la paciente precisa de ingreso hospitalario, la matrona será quien preste los cuidados, realice las técnicas de enfermería y administre la medicación a la paciente. El cuidado de la matrona empezará en la urgencia del hospital, continuará en la planta durante el ingreso y por último la matrona de paritorio será la encargada de controlar la dilatación, parto y posparto inmediato.
BIBLIOGRAFÍA:
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- Castán S, Tobajas JJ. Obstetricia para Matronas. 1ª ed. Madrid: Panamericana; 2013.
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