favorables para el desarrollo de la tuberculosis, hay que pensar siempre en dicha enfermedadAproximación sobre el afrontamiento del paciente ante la enfermedad cardiovascular como posible causa de la fiebre y dolor abdominal debiendo realizarse las pruebas diagnósticas con la mayor rapidez posible conjuntamente con un tratamiento adecuado. El retraso en el diagnósticoPioderma gangrenoso. A propósito de un caso y por tanto en el tratamiento puede tener graves consecuencias para el paciente, y colaborar en la demora de las medidas sanitarias correspondientes, incluidas las acciones epidemiológicas que van dirigidas al control de la misma.
Debe existir en nuestro país una información clara sobre la enfermedad entre la población susceptible a sufrir dicha enfermedad y el personal sanitario que labora en aquellas zonas de mayor prevalencia de Tuberculosis para un adecuado actuar en la atención del paciente.
La Organización Mundial de la Salud recomienda la clasificación de la enfermedad extrapulmonar en las formas graves y no graves. Las graves incluyen tuberculosis meníngea y del sistema nervioso central, tuberculosis espinal, tuberculosis abdominal, derrame pleural bilateral, derrame pericárdico y tuberculosis osteoarticular, para lo cual recomienda tratamiento con cuatro fármacos iniciales por dos meses seguidos de cuatro meses de tratamiento a base de rifampicina e isoniazida. (11)
Existen otros regímenes farmacológicos que se pueden aplicar. Estos tratamientos son efectivos también en pacientes con VIH, solo que la rifampicina debe ser sustituida por la rifabutina, la cual tiene una acción similar contra el micobacterium tuberculosis porque interfiere en la farmacocinética de fármacos antirretrovirales. 12,13
La infección abdominal por micobacterias puede semejar una condición quirúrgica aguda, pero el dolor y los demás síntomas usualmente responden a la quimioterapia antituberculosa dentro de las primeras dos semanas y es importante monitorizar las posibles complicaciones. Varios estudios sugieren que cerca del 90% de los pacientes con tuberculosis intestinal y un alto porcentaje de aquellos con tuberculosis peritoneal presentan buena respuesta al tratamiento médico sólo si éste se inicia tempranamente (14-16).
Tabla 1. Exámenes complementarios
Glóbulos blancos – 7,6 x 108/ mm3
Hemoglobina – 9,7 g/dl
Hematocrito – 25,8 %
Linfocitos – 80,5 %
Monocitos – 4,8 %
Polimorfonucleares – 14,7 %
Plaquetas – 26,1 x103 mm3
SDW – Negativo
GERH – Negativo
VIH – Negativo
Imagen no 1: Radiografía de Tórax
Imagen no 2: Ecografía abdominal
Imagen no. 3: Se muestra la abundante presencia de nódulos blanquecinos con apariencia de “granos de mijo” en asas intestinales