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Uso de plantas medicinales para el control del la hipertensión arterial en adultos mayores de la comunidad de Jipijapa, Ecuador

Uso de plantas medicinales para el control de la hipertensión arterial en adultos mayores de la comunidad de Jipijapa, Ecuador

En el desarrollo de tratamientos de las ECNT, se ha demostrado la efectividad de su control con la aplicación de manejos preventivos basados en la modificación de estilos de vida, tratamientos medicamentosos específicos y uso de medicina tradicional. Siendo esta última generalmente más inocua y económicamente accesible se recomienda documentar las aplicaciones correctas y las combinaciones adecuadas con productos farmacológicos específicos para lograr la adecuada terapéutica de estas afecciones.

AUTORES

Lorena Torregrosa Cortiñas *, María del Rosario Herrera Velázquez **, Maribel Vásquez Paucar ***, Orelvis Rodríguez Palmero ****, Eduardo Blanco Faramiñán *****.

* Especialista de Primer Grado en Medicina General Integral. Especialista de Primer Grado en Geriatría y Gerontología.

** PhD en Ciencias Farmacéuticas. Licenciada en Farmacia.

*** Ingeniera Comercial. Magíster en Educación, Mención Gestión en Desarrollo del Currículo.

**** Especialista de Primer Grado en Cirugía General.

***** Especialista de Primer Grado en Medicina General Integral. Especialista de Primer Grado en Cirugía General.

UNIVERSIDAD ESTATAL DEL SUR DE MANABI. UNESUM

RESUMEN

El presente estudio centra su objetivo en determinar el conocimiento real sobre el empleo de plantas medicinales para el tratamiento de enfermedades específicas, como la Hipertensión Arterial, para lo cual se propone caracterizar la población adulta mayor de 60 años en la localidad de Jipijapa, valorar su conocimiento sobre la enfermedad, el empleo de plantas medicinales en su tratamiento y los efectos del uso combinado con los fármacos indicados habitualmente.

Palabras Clave: Hipertensión Arterial, Adulto Mayor, Plantas Medicinales.

INTRODUCCIÓN

En casi todos los países de América Latina y el Caribe, las transformaciones sociales, económicas, demográficas y epidemiológicas de las últimas décadas han contribuido a la aparición de nuevas prioridades de salud. Entre estas últimas destacan, por su importante aumento, las enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT), que incluyen problemas cardiovasculares, cáncer, diabetes mellitas (DM) y padecimientos renales relacionados con la hipertensión, entre otros. (1)

El envejecimiento poblacional se inserta como uno de los factores de riesgo más importantes para el padecimiento de las enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT), de ahí la importancia de conocer, prevenir o retrasar estas enfermedades, no solo por su cuantía sino por su repercusión y su elevado costo. Por tal motivo decidimos incluir a este grupo de salud en nuestro estudio sobre la aplicación de las plantas medicinales para el tratamiento de estas dolencias. (2)

El adulto mayor posee cierto nivel de sabiduría producto de los años y experiencias vividas en diferentes momentos históricos, ambientes sociales y deseos de mantener su propia independencia mientras le sea posible. Las personas acumulan un caudal de experiencias, condiciones de salud y aptitudes. Por tales razones, el comportamiento y los niveles de funcionamiento son diferentes aún entre personas de la misma edad. (3)

Los adultos mayores constituyen un grupo poblacional que cada día va en aumento, y son ellos los que mayor incidencia de enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT) presentan y por tanto requieren la utilización de medicación variada y continua. Esta polifarmacia incrementa las posibilidades de reacciones adversas a los medicamentos e interacciones medicamentosas en potencia, por lo que los fármacos constituyen la primera fuente de trastornos iatrogénicos en los ancianos, atribuible a que muchas veces se indican a dosis muy elevadas y numéricamente muchos productos, o también a frecuentes errores de los ancianos al tomar los productos, ya sea por trastornos de la memoria, la visión, la disminución de la destreza manual o por la presentación incorrecta de los preparados, y a esto podemos añadir el mal hábito de automedicarse, práctica que aumenta con la edad.

El uso de las plantas medicinales es común en la población, aunque gran parte de ella desconoce muchas de sus propiedades, formas de empleo y modos de aplicación. Para avanzar en el conocimiento de la gestión tradicional de los recursos naturales de origen vegetal y de las relaciones entre las sociedades humanas y las plantas, se realizan estudios etnobotánicos que son de gran relevancia en los últimos años, ya que varias compañías farmacéuticas están interesadas en las plantas como un gran potencial, para la obtención de fármacos de origen natural que son útiles en el tratamiento de las enfermedades que más afectan a las comunidades. En este contexto, el adulto mayor juega un rol importante por los conocimientos empíricos y esotéricos adquiridos, y por el empleo que hace de estas plantas para diversas dolencias y enfermedades. Sin embargo, este saber empírico precisa ser verificado y profundizado, con el propósito de contribuir al mejoramiento y seguridad en el uso de fitoterápicos en las comunidades. (4)

La Organización Mundial de la Salud (OMS/OPS, 1982), definen a la salud del anciano por su capacidad para funcionar, y no por las limitaciones, discapacidad o enfermedad presente, en tanto que el estado de salud es definido entre los envejecidos no en términos de déficit sino de mantenimiento de la capacidad funcional.

“En el Adulto Mayor, el estado de salud, es el resultado complejo de tres factores: 1) Las condiciones de salud de la infancia (perinatal, crecimiento y desarrollo durante los primeros cinco años), 2) Los perfiles de riesgos conductuales (el tabaquismo, alcoholismo, régimen alimenticio, actividad física), y 3) El uso y acceso a los servicios de salud (reflejados en el nivel de educación y participación en el mercado laboral). CEPAL-«Salud del Adulto Mayor». Pág. 182. (5)

En la actualidad existen cada vez más personas que recurren al uso de la medicina tradicional para tratamiento de algún problema de salud, una de las razones es tal vez que esta medicina es un poco más económica, en comparación con los medicamentos farmacológicos, además hay que considerar que estos últimos presentan más efectos adversos en muchas personas.

La pesquisa se realiza en el cantón Jipijapa, de la provincia Manabí y centra su objetivo en determinar el conocimiento real sobre el empleo de plantas medicinales para el tratamiento de enfermedades específicas, contempladas entre las crónicas no trasmisibles, para lo cual se propone caracterizar la población adulta mayor de 60 años, valorar su conocimiento sobre la Hipertensión Arterial, el empleo de plantas medicinales en su tratamiento y los efectos del uso combinado con los fármacos indicados habitualmente.

MÉTODOS

Para el estudio, realizado en el período marzo – octubre 2016, en el cantón Jipijapa, Ecuador, se aplicaron los métodos de recopilación de datos a 614 adultos con ECNT, de los cuales se seleccionaron 270 mayores de 60 años con hipertensión arterial diagnosticada; a los que se aplicó una encuesta que incluyó las variables siguientes: grupos etarios, sexo, factores de riesgo, complicaciones, uso de medicamentos y empleo de plantas medicinales, estableciendo relaciones como el predominio de la enfermedad por sexo, reconocimiento de la presencia de factores de riesgo, relación de la Hipertensión con sus complicaciones y empleo de plantas medicinales en el tratamiento de esta dolencia.

Se realizaron análisis descriptivos inferenciales utilizando fundamentalmente frecuencias y porcentajes. Las pruebas estadísticas se realizaron en SPSS 22.0 (IBM Corp). La significación de todas las pruebas se ha considerado con un nivel de probabilidad aceptado, indicando siempre la significación exacta que ofrecía el paquete estadístico.

RESULTADOS

Los análisis resultaron en el predominio del grupo etario 60 a 75 años que representa el 43.97% de la muestra, con una prevalencia del sexo femenino 68.14%; el nivel de escolaridad mayoritario es básico. Con relación a la hipertensión arterial (HTA) se detectó como antecedentes patológicos personales un promedio de padecimiento de 10 años. Los factores de riesgo que más se identificaron fueron: el estrés 34.1%, consumo de café 24,4%, Diabetes mellitus 19.3% y el colesterol y triglicéridos 16.3%; contradictoriamente con lo que se plantea en la bibliografía. (6) . La principal afección mencionada fue los trastornos visuales 45,2%, seguido de Enfermedad Cerebro Vascular 9,6% y Enfermedad Renal Crónica 5.2%; erróneamente los encuestados las refieren como enfermedades individuales y no las reconocen como consecuencia del daño causado en los órganos diana por la hipertensión arterial (HTA). La literatura médica ubica en los primeros lugares las enfermedades cerebrovasculares y renales como complicaciones más frecuentes. (7)

El 76.3% de la población anciana entrevistada utiliza plantas medicinales para tratar la enfermedad, aunque no con la correspondencia documentada en la literatura de su uso para esta afección. Fueron citadas 62 plantas, siendo las de más demanda la manzanilla; el orégano; la hierba luisa y la valeriana.

Se concluye de manera general que debe fomentarse el conocimiento elemental sobre enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT) en la localidad y la necesidad de implementar un programa de capacitación a la población y personal de salud para el adecuado uso de las plantas con fines curativos.

DISCUSIÓN

El envejecimiento poblacional es un fenómeno que ocurre a nivel mundial, pero en mayor grado en los países desarrollados. Podemos afirmar que dicho fenómeno también es genérico, mayor en el sexo femenino. Los datos revelan que las mujeres viven un promedio de 5 a 7 años más que los hombres. Se han considerado diferencia en algunos mecanismos entre ambos sexos como es el caso de un mayor deterioro por estrés oxidativo en los hombres, y, por el contrario, un efecto protector de los estrógenos en las mujeres. El proceso de envejecimiento demográfico ocurre a diferente ritmo y en dependencia de las características de cada país.

Los cambios en la estructura de la población con incremento de personas ancianas generan importantes modificaciones en los procesos sociales y de salud. Incrementando los costos por requerimientos de seguridad y asistencia social, a la vez que disminuye la población económicamente activa y los recursos laborales.

Según las estimaciones de CELADE, a comienzos de los años noventa la población ecuatoriana tiene una esperanza de vida al nacer en torno a los 66 años. Esto significa un aumento apreciable en relación al inicio de los cincuenta, cuando esta cifra se situaba alrededor de los 48 años, pero coloca todavía a Ecuador en un nivel intermedio en la escala latinoamericana (en la cual Bolivia tiene la más baja, con 53 años, y Cuba la más alta, con 75).

Las mujeres han aumentado más rápidamente la esperanza de vida que los hombres: en los años cincuenta la diferencia a favor de aquéllas era de 2,5 años y a fines de los ochenta alcanza los 4,2 años. Tal evolución tiene varias causas: por una parte, la mortalidad femenina es más sensible a los avances del sistema sanitario, especialmente en cuanto a su riesgo obstétrico; por otra, el proceso modernizador supone una mortalidad agregada para la población masculina (accidentes de tránsito, de actividad industrial, etc.), resultando en una mayor incidencia de enfermedades en el sexo femenino por vivir más años.

Estas cifras de esperanza de vida son, naturalmente, un promedio nacional que es necesario desagregar según nivel socioeconómico, área de residencia y grupo étnico: se estima que la esperanza de vida es de hasta quince años menos en las provincias más deprimidas del país. (7)

Las enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT), principalmente las enfermedades cardiovasculares, algunos tipos de cáncer, las enfermedades respiratorias crónicas y la diabetes mellitus tipo 2 son la mayor causa de enfermedad, muerte prematura y de discapacidad en la mayoría de los países de las Américas. Los factores de riesgo comunes que comparten estas enfermedades, incluyen la dieta no saludable, el tabaquismo, la inactividad física y el uso nocivo del alcohol. En el Ecuador, según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT-ECU 2012-2014), el sobrepeso y la obesidad afectan a todos los grupos de edad, alcanzando niveles de una verdadera epidemia, con consecuencias en el incremento de las enfermedades crónicas no transmisibles. A ello se agregan la reducción de la actividad física, así como el incremento del consumo de alimentos procesados y ultraprocesados. El Plan de Acción para la Prevención y el Control de las Enfermedades Crónicas no Transmisibles destaca la pesada carga social y económica que representan estas. Así mismo plantea a los países retos importantes como la necesidad de renovar la atención a las políticas y a las acciones en este ámbito, a fin de llevar a cabo intervenciones basadas en la evidencia y costo eficaces para las enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT), ampliar el alcance de estas intervenciones, obtener nuevos conocimientos y utilizarlos. (6)

La peculiaridad de la hipertensión arterial (HTA) en el anciano no puede ser tan sólo explicada por la alta incidencia y prevalencia de esta enfermedad en las edades más avanzadas, sino también por la complejidad clínica relacionada con la presencia de distintos grados de comorbilidad y discapacidad, de polifarmacia con mayor riesgo de efectos adversos, estado social y fragilidad característicos en esta población. Todos estos factores contribuyen a definir una entidad distinta a la observada en los adultos más jóvenes, que requiere un manejo terapéutico más complejo y global, resultado de la valoración geriátrica integral (VGI).

La hipertensión arterial (HTA) en mayores de 60 años constituye el mayor factor desencadenante de eventos cardiovasculares, Ictus, Insuficiencia cardíaca, Enfermedad renal crónica, enfermedad arterial periférica y demencia; por esta razón los adultos mayores, incluidos los que superan los 80 años, deben recibir tratamiento antihipertensivo para reducir la morbi-mortalidad. Generalmente se requiere del uso de varios medicamentos para lograr el objetivo terapéutico de mantener las cifras tensionales dentro de parámetros adecuados, evitando así la repercusión del daño vascular a diferentes niveles. En el resultado de nuestro trabajo queda en un porciento muy bajo la incidencia de enfermedad renal crónica y Diabetes mellitus T 2, lo cual no coincide con evidencias de la práctica clínica en la región, donde se aprecia su elevada frecuencia en la población adulta.

Una idea generalizada asume que la Enfermedad Renal Crónica (ERC) es una patología rara y compleja, pero la realidad es que en sus fases tempranas es frecuente y de fácil tratamiento. Sólo una pequeña proporción de enfermos evoluciona hacia la insuficiencia renal terminal con sus complicaciones asociadas y necesidad de tratamiento renal sustitutivo. Esta evolución puede ser modificada con una actuación precoz sobre sus principales causas: hipertensión arterial (HTA) y diabetes mellitus. El control de estas dos afecciones debe ser estricto y adecuado a las recomendaciones de las guías en vigor. (8)

La hipertensión arterial (HTA) es el principal factor de riesgo de accidente cerebrovascular (ACV), y también la causa más importante de la aparición de deterioro cognitivo y demencia. Se ha comprobado que existe una relación lineal entre la presión arterial y la mortalidad a causa de un accidente cerebrovascular (ACV) y es un probado factor de riesgo de la enfermedad de Alzheimer, la causa de demencia más observada entre sujetos mayores. (9)

El manejo terapéutico del anciano requiere amplios conocimientos de los fármacos habitualmente utilizados en la práctica médica. Este es un grupo de alto riesgo de reacción adversa a medicamentos (RAM) por la frecuente asociación de múltiples factores predisponentes por lo que hay que mantener un alto grado de sospecha diagnóstica si coexisten varios de ellos, como la edad muy avanzada, los cambios farmacocinéticos y farmacodinámicos relacionados con el envejecimiento, la mayor vida media de los fármacos y de sus niveles plasmáticos, el estado nutricional y la pluripatología, destacando la insuficiencia renal y/o hepática y alteraciones metabólicas. La polifarmacia es el principal factor de riesgo que incrementan exponencialmente los efectos no deseados con el número de fármacos tomados. Los factores psicosociales y la falta de apoyo social pueden conllevar a un mal cumplimiento terapéutico por errores en el consumo y por la automedicación, más si se asocia deterioro cognitivo, déficit neurosensorial o mala destreza manual. El conjunto de todos estos factores justifica que este tipo de paciente debe ser supervisado o asesorado en el cumplimiento de sus tratamientos.