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Vacunas bacterianas autógenas de estafilococo

lipopolisacáridos bacterianos, proteoglicanos bacterianos, nucleótidos CpG no metilados, capaces de ser reconocidos por los receptores de tipo toll que están presentes en la superficie celular, pero también en los endosomas de las células presentadoras de antígenos, de manera que pueden detectar microbios extracelulares y fagocitados. (7)

Pocas infecciones bacterianas emergentes han tenido un impacto más dramático en años recientes que los Estafilococos, las que han sido un serio problema de salud para los seres humanos por milenios. Los brotes de infecciones por este germen adquirido en la comunidad fueron reportados desde los años 80, pero permaneció como fenómeno relativamente inusual hasta fines de los años 90, cuando reportes de brotes asociados a distintos síndromes (furúnculos y neumonía necrotizante severa, linfangitis, acné, etc.) comenzaron a aparecer. (8)

En los últimos años se está asistiendo a la emergencia de dos nuevos problemas asociados a el Estafilococo: la disminución de la sensibilidad a glicopéptidos y la aparición de casos de infección comunitaria por cepas distintas de este germen, las causantes de infecciones nosocomiales. (9)

La mayoría de las infecciones importantes se observa en pacientes cuyo sistema inmunológico está afectado. Aproximadamente, 20% de los pacientes con furúnculos presenta una o más recidivas durante el año siguiente y más de 30% presenta recidivas durante meses o años. Existe un porciento importante de enfermos con piodermitis donde no se observa una respuesta adecuada a los tratamientos antimicrobianos convencionales debido al deterioro de su sistema inmune, más que a la agresividad del microorganismo.

Ahora bien, se ha observado que la estimulación del sistema inmune con vacunas bacterianas consiste en administrar dosis crecientes de un extracto específico que contenga microorganismos atenuados o muertos. El proceso de vacunación se basa en la idea de que se puede lograr inmunidad específica contra una enfermedad, en particular si se provoca ésta en condiciones controladas de manera que el individuo no padece los síntomas asociados con dicha enfermedad y el sistema inmune reacciona produciendo un arsenal de anticuerpos y células inmunes con capacidad para destruir o neutralizar cualquiera otra invasión por parte del mismo agente infeccioso, como los linfocitos T; que son los responsables de coordinar la respuesta inmune celular. (10)

Esta deliberada inducción de una respuesta inmunitaria es efectiva porque explota la especificidad natural del sistema inmunitario, así como su inducibilidad. Siendo la enfermedad infecciosa una de las causas más frecuentes de muerte en la población humana, la vacunación representa la manipulación más eficaz del sistema inmunitario que ha desarrollado la humanidad. Las vacunas bacterianas están basadas en componentes o fragmentos no celulares de bacterias, incluyendo componentes inofensivos de toxinas. Dado que muchas vacunas derivadas de antígenos acelulares no inducen una respuesta adaptativa lo suficientemente fuerte, a la mayoría de vacunas bacterianas se les añaden coadyuvantes que activan las células del sistema inmunitario innato presentadoras de antígenos para potenciar la inmunogenicidad. (11)

El empleo de bacterias como agente inmunoestimuladores se ha tratado de una práctica no validada en la actualidad, existiendo diferentes ensayos clínicos, con resultaros dispares. Las más frecuentemente utilizadas son las bacterias muertas. Los productos bacterianos con propiedades inmunoestimulantes en la fase más preliminar, se dispone de productos derivados de bacterias con propiedades inmunoestimuladoras. (12)

Justificación del problema

En la actualidad, teniendo en cuenta la gran incidencia en la población de este patógeno que se ha hecho altamente resistente a todo tipo de antibióticos, incluso hasta a los de última generación, así como sus complicaciones que pueden llegar a la muerte del paciente, y considerando también las ventajas de la autovacuna, se decidió estudiar la respuesta clínica como una opción alternativa y a la vez curativa en el tratamiento de la infección por Estafilococos. Los autores del presente trabajo se propusieron, evaluar la respuesta de la vacuna autógena con Estafilococos en cuanto a la desaparición de las afecciones al aplicar esta inmunoterapia.

Problema científico:

Se desconoce la respuesta clínica de los pacientes afectados por procesos infecciosos dependientes del estafilococo.

OBJETIVOS:

  1. Determinar los pacientes afectados según las diferentes enfermedades estudiadas en el servicio de Alergología en Hospital Gral. Calixto García, en un periodo de 2 años de estudio desde enero del 2010 hasta el mes de diciembre del 2011.
  2. Evaluar la eficacia de la autovacuna según la respuesta clínica de los pacientes después de la aplicación de la misma.

DISEÑO METODOLÓGICO

Estudio observacional, longitudinal, prospectivo y cuasi-experimental, con el objetivo de evaluar la respuesta clínica con la intervención de vacunas autógenas de estafilococo, desde enero del 2010 hasta el mes de diciembre del 2011.

Selección del universo

El universo de trabajo estuvo comprendido por toda la población, con diagnóstico bacteriológico de portadores de estafilococo independientemente de la localización y el subtipo, que asistieron a consulta.

Muestreo

La muestra no probabilística, por criterios estuvo constituida por aquellos individuos aquellos individuos mayores de 18 años que asistieron a la consulta de Alergología. Concluyéndose con 87 pacientes.

Se tomaron en consideración criterios de exclusión, de inclusión y de salida.

  • Criterios de inclusión

Pacientes mayores de 18 años, previo consentimiento informado de los mismos.

Pacientes enfermedades producidas por estafilococos independientemente del sero tipo identificado y del tiempo de evolución de la las lesiones.

Pacientes con cualquier factor de riesgo de padecer las afectaciones por estafilococos.

  • Criterios de exclusión.

Paciente con historia de reacciones anafilácticas a cualquiera de los componentes de la vacuna previos al tratamiento en un término de 12 semanas.

Pacientes que hayan recibido terapia antibiótica en los 3 meses previos al