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Violencia contra la mujer: saberes, prácticas y dilemas de los obstetras en la atención primaria. Barranca

El Contexto

El contexto, está referido al conjunto específico de acontecimientos, hechos o condiciones relacionadas al fenómeno, sobre el cual se definen las estrategias de acción/interacción (Charmaz, 2009). El contexto relacionado con su categoría la violencia contra la mujer como problema oculto y el rol del Obstetra en su detección, siendo las subcategorías:

  1. Interpretando la violencia contra la mujer como un problema oculto, nos da cuenta de cómo perciben los Obstetras la violencia contra la mujer, describiéndola como un problema aún oculto en la sociedad a pesar de que los casos se han incrementado en el tiempo, debido a que los mismo actos son callados por las mujeres por miedo o vergüenza, dándose sin ninguna distinción en todos los estratos socioeconómicos: “[…] es un acto que todavía está muy, digamos así, muy escondido o muy oculto por la misma mujer” (OB-8); “[…] es un problema de salud pública, que se ha incrementado y todavía sigue siendo invisible” (OB-10).
  2. Interpretando el rol del Obstetra en la violencia contra la mujer, nos muestra las prácticas de los Obstetras, principalmente en la detección y atención de la violencia, así consideran su labor dentro de ello como un punto crucial, por cuanto pueden llegar a la paciente a través de un contacto cercano que genere confianza en la mujer violentada, que permita que el tamizaje pueda realmente ser una herramienta importante, aún con las deficiencias que tiene su aplicación, así también la orientación brindada es considerada como un punto crucial para sensibilizar a la mujer a tomar la decisión de salir de este círculo y denunciar el caso, seguido de la derivación de los casos detectados para una atención integral: “[…] la consejería para nosotras es básica, debemos hacerle ver esa desigualdad de género, que siempre está ahí en la sociedad y decirle que nosotras tenemos iguales derechos, que no porque él sea varón, podemos permitirle cosas”(OB-7); “[…] como profesionales de salud debemos ganar la confianza del paciente para abordar mejor el problema” (OB-9).

Condiciones causales de la violencia contra la mujer

Las condiciones causales consisten en eventos, hechos o acontecimientos que influencian el fenómeno, estando asociadas a su ocurrencia o desarrollo (Charmaz, 2009). Como se describió antes las condiciones causales son acontecimientos que influyen en la ocurrencia del fenómeno, obteniendo dos categorías:

Permisión de la violencia contra la mujer basada en lo social

Los Obstetras manifiestan que una de las causales para el desarrollo de la violencia contra la mujer es la cultura machista transmitida por generaciones, incluso sostenida por la propia mujer, como parte de la crianza de los hijos, lo que se encuentra definido por las inequidades de género y las relaciones de poder manifestados; por otro lado, otra causa importante a considerarse fue la dependencia económica de las mujeres, hecho que no les permite tener la capacidad de disponer de dinero y decidir librarse de relaciones abusivas, en particular de situaciones de violencia. La categoría se divide en las siguientes subcategorías:

  1. El Machismo, considerado como uno de las causas para que se desencadenen los actos de violencia contra la mujer, siendo esta formación recibida desde el entorno familiar donde se asumen roles diferentes según género, ello termina por dar al hombre la posibilidad de ejercer poder sobre la mujer: […] los hombres crecen con esa idea, ¿no? De que ellos son todo poderosos y que la mujer está para atenderlos, para obedecer” (OB-4); “[…] mayormente es el machismo, porque piensan que el varón tiene el derecho de maltratarlas y ellas lo ven como algo normal” (OB-9).
  2. Dependencia económica, se considera que las mujeres no pueden salir del círculo de la violencia por cuanto temen que al dejar a su pareja no puedan automantenerse, debido a que muchas son amas de casa y dependen económicamente del hombre: “[…] las mujeres sienten que si dejan al marido no podrán sobrevivir, porque dependen de ellos”(OB-10)

Permisión de la violencia contra la mujer basada en el aspecto personal

Los Obstetras consideran que el nivel educativo es un factor que impide a las mujeres salir del círculo de la violencia, por cuanto es menos capaz de tomar decisiones, aunque reconocen que las mujeres con un nivel educativo superior también pueden sufrir violencia y el callar la violencia se puede dar por vergüenza al qué dirán de su entorno social. Por otro lado, la baja autoestima se considera como uno de los factores principales para la aceptación del maltrato, en tanto tienen una incapacidad para autovalorarse, creando en ellas sentimientos de culpa y teniendo una impresión equivoca de merecer el maltrato. Así mismo, el antecedente de violencia familiar fue otro de los puntos que afloraron y se asume como trascendente en la replicación de la violencia, siendo una de las formas como se aprenden relaciones de subordinación en el entorno familiar. La categoría se divide en las siguientes subcategorías:

  1. Nivel educativo, se percibe que las mujeres que tiene un bajo nivel educativo mantienen relaciones de violencia, aunque también se manifiesta que en aquellas mujeres donde el nivel educativo es alto, no salen del circulo de la violencia por vergüenza al qué dirán: “[…] aquellas con un menor grado de instrucción, las analfabetas, la de educación secundaria, primaria, lo que no implica que haya mujeres con educación superior que también sufran maltrato […] tienen vergüenza de que, en algún momento, no sé, uno se entere y que la mire con compasión o quiera delatar al esposo”(OB-8)
  2. Baja autoestima, las mujeres que tienen una baja autoestima están más expuestas a mantener relaciones de violencia por cuanto creen merecer lo que les pasa y se muestran inseguras: “[…] vemos y observamos que estas mujeres, están con la autoestima muy baja, se muestran inseguras y creen merecerlo”(OB-5); “[…] las mujeres se sienten culpables y tienen vergüenza, esto se debe a su baja autoestima y sentirse culpable de lo que pasa” (OB -10).
  3. Antecedentes de violencia familiar, los profesionales perciben que las mujeres u hombres aprenden en el entorno familiar los roles que cumplirán posteriormente sea este como agresores o victimas de agresión, en tanto esto sea algo que se suscite en la familia: “[…] la violencia depende del entorno familiar, porque si yo como mamá, le enseño a mi hija que aguanto los golpes y maltrato por parte de la pareja, pues ella va repetir el mismo patrón, ¿no?” (OB-3); “[…] esas personas que son violentas, que son asesinos, que son delincuentes, ellos, en su niñez han sido violentados han sido maltratados y resultado de esa niñez es lo que ahora está aflorando”(OB-4).

Aspectos Intervinientes en la atención de los casos de violencia

Son considerados aspectos intervinientes, eventos, situaciones o acontecimientos que alteran el impacto de los factores causales del fenómeno, de forma a facilitar, dificultar o restringir las estrategias de acción/interacción en un contexto específico (Charmaz, 2009). Como se sabe los aspectos intervinientes, pueden alterar el impacto de los factores causales del fenómeno, interviniendo en el resultado de las estrategias; en el estudio, se obtuvieron dos categorías, siendo estos:

Los dilemas del profesional basado en experiencias personales de violencia

Las dilemas que experimentan los Obstetras en la detección de la violencia referida al aspecto personal es atribuida a las propias experiencias como víctimas de violencia familiar, hecho que puede crear dos reacciones por un lado una relación empática con la paciente víctima o, lo opuesto, el no querer inmiscuirse en el hecho; lo vivido y asumido por las profesionales se muestra como una categoría de importancia que se manifiesta en la relación que asumen en la consulta con las usuarias, presentando en algunos casos resentimiento y odio al revivir episodios de su vida en las cuales también fueron víctimas de violencia.

Así mismo, tenemos a los profesionales que no refieren haber tenido experiencias de violencia, pero expresan tener otros dilemas en la atención, por un lado, manifiestan empatía con los casos abordados en la consulta, ellos confieren sentimientos de protección a la mujer, y por otro lado impotencia y frustración por saberse limitadas en la ayuda que se les brinda. Las entrevistadas expresaron su miedo a las represalias por parte del agresor, manifestando las amenazas sufridas en la atención de los casos de violencia, lo que se manifiesta como una limitante para el seguimiento de los casos. La categoría se divide en las siguientes subcategorías:

  1. Sentimientos encontrados por experiencia como víctima, manifestaron que el haber sido víctima de violencia ocasiona sentimientos de empatía por querer tomar medidas para salvaguardar a la víctima o de indiferencia por no querer revivir lo vivido: “[…] sí he pasado por eso, en forma más clara, porque a veces yo pensaba que era normal, y eso que también soy profesional, pero nunca me inmiscuí mucho en ese rubro y pensaba que era normal hasta que alguien me dijo, eso no está bien”(OB-1); “[…] cuando era niña veía el maltrato hacia mi mamá, […] la violencia que hay contra la mujer es culpa de la mujer por como cría a sus hijos […] influye bastante la crianza del hombre para que repercuta si va ser un maltratador” (OB-4).
  2. Sentimientos encontrados por sentirse limitadas en la ayuda, se concibe que a pesar de tener el deseo de ayudar se sienten limitadas en su trabajo por no poder hacer algo más en cuanto a sacar a la victima de ese entorno: “[…] sentimiento de impotencia porque imagínese, uno puede, quiere dar más, ayudarlas a ellas, pero si nos encontramos en una sociedad que no nos está apoyando” (OB-3); “[…] hay sentimientos de impotencia, de repente de no saber cómo ayudarla, porque muchas veces, lamentablemente, las mismas mujeres no se dejan ayudar, ¿no? Entonces, eso es frustrante” (OB-5).
  3. Miedo a represalias del agresor, el miedo a que el agresor pueda atentar contra el profesional es una de las manifestaciones de los Obstetras, por lo que prefieren inhibirse en el tema: “[…] porque quisieras intervenir mucho más; pero también te arriesgas a esa persona violenta, que puede pertenecer a un grupo de delincuentes” (OB-7); “[…] sentí miedo cuando hace tiempo una colega fue amenazada por ayudar a una mujer, estas personas pueden realmente hacernos daño” (OB-10).

Las dificultades basadas en lo profesional o institucional

En las dificultades que tienen los Obstetras están las que implican cuestiones institucionales como la falta de capacitación la misma que es infrecuente y poco específica en el tema por lo que a veces manifiestan no saber cómo abordarlo.  A esto se suma, el poco tiempo en la consulta que conlleva a la aplicación de la ficha de tamizaje, con poca posibilidad de detección porque no permiten establecer una relación de confianza necesaria para que la usuaria manifieste abiertamente el maltrato, aunado a ello las preguntas son directas.  Por otro lado, el escaso personal no permite realizar mayores actividades de prevención y seguimiento de casos. La categoría se divide en las siguientes subcategorías:

  1. Inadecuada formación en el tema, se menciona la necesidad de recibir capacitaciones más específicas en el tema y no solo una charla corta que puede ser insuficiente para abordar el tema adecuadamente: “[…] tengo casi siete años trabajando, nos han dado dos o tres veces capacitación en lo que es violencia”(OB-7); “[…] hemos recibido capacitación hace muchísimos años, quizás quince años, fue una capacitación sobre el tema específico de violencia, pero como tratarla específicamente, no […] creo que es importante que el personal de Obstetricia esté capacitado en este tema” (OB-8).
  2. Tiempo limitado, se menciona que el tiempo que se brinda para la atención de una usuaria puede llegar a ser insuficiente por lo que se limita la posibilidad de indagar más sobre el problema, si es que hay sospechas de violencia, en tanto deben realizar varias actividades, más aún cuando se trata de una gestante en la primera consulta: […] nuestra población es tan grande y hay tantas situaciones que no nos podemos abocar de lleno a un solo caso, ¿no?, tenemos muchas situaciones, que no tenemos mucho tiempo para dar, para ver a la persona, al ser humano” (OB-2); “[…] con todas las actividades que se nos piden realizar, el tiempo que tenemos en la consulta es muy corto por lo que limita el poder indagar más” (OB-10).
  3. Falta de personal, se manifiesta la necesidad de tener más recursos humanos para atender los casos de mujeres violentadas, contando no solo con la participación de los Obstetras sino también de psicólogos y asistentes sociales, quienes refieren forman parte del equipo que debía participar en los casos: “[…] la violencia basada en género implica que tome un tiempo determinado o que si hay una sospecha, porque la paciente lo niega, hacerle las visitas adecuadas y el seguimiento, eso implica un mayor tiempo, un mayor número de profesionales” (OB-8).
  4. Problemas en el tamizaje, se cuestiona la forma en que está hecha la ficha de tamizaje, consideran que es directa por lo que debería abordar otras preguntas adicionales para complementar su abordaje en la consulta: “[…] al hacer la ficha de tamizaje hay que hacer un abordaje indirecto ya que tal como está todas te contestan que no pasa nada” (OB-9).

Estrategias para mejorar la atención de la violencia contra la mujer

Las estrategias consisten en interacciones o acciones realizadas, o a ser implementadas, percibidas como pertinentes y estratégicas para realizar o responder a un fenómeno (Charmaz, 2009). En este sentido, resultó la categoría: Aplicando estrategias para mejorar la atención de la violencia contra la mujer con las siguientes subcategorías: