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Acompañamiento en el duelo perinatal por el personal de enfermería

Acompañamiento en el duelo perinatal por el personal de enfermería

Autora principal: María Torralba Elía

Vol. XVI; nº 15; 818

Accompaniment in the perinatal grief by nursing staff

Fecha de recepción: 28/06/2021

Fecha de aceptación: 02/08/2021

Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XVI. Número 15 –  Primera quincena de Agosto de 2021 – Página inicial: Vol. XVI; nº 15; 818

Autoras:

María Torralba Elía1, Marta Villagrasa Alloza2, Sara Torralba Sánchez3, Jessica Sanz Rosa4, Raquel Valiente Castillo5, Sara Vázquez Lobé6, Lucía Torralba Elía7.

1.Graduado Universitario en Enfermería. Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza. España

2.Graduado Universitario en Enfermería. Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza. España

3.Graduado Universitario en Enfermería. Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza. España

4.Graduado Universitario en Enfermería. Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza. España

5.Graduado Universitario en Enfermería. Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa, Zaragoza. España

6.Graduado Universitario en Enfermería. Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa, Zaragoza. España

7.Graduado Universitario en Enfermería. Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza. España

Los autores de este manuscrito declaran que:

Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses.
La investigación se ha realizado siguiendo las pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El manuscrito es original y no contiene plagio. El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista.

RESUMEN:

En el año 2020, solo en España, la mortalidad perinatal fue de 4.05 defunciones por cada 1000 nacimientos. Se trata de un suceso frecuente en nuestra práctica asistencial que cambia radicalmente la vida de los progenitores, causando uno los procesos más estresantes por los que puede pasar una persona, el duelo perinatal. Pese a toda la información de la que se dispone en la actualidad, este tipo de duelo sigue infravalorado por la sociedad y las instituciones sanitarias convirtiéndolo en un duelo desautorizado. La pérdida de un hijo tiene repercusiones psicológicas y emocionales que marcarán la vida de los que lo sufren. Es por ello por lo que estos sucesos requieren, por parte del personal de enfermería y del resto de profesionales, de una atención sanitaria muy específica para paliar el dolor de los padres y ayudarles a iniciar el proceso de duelo.

OBJETIVO: Conocer las características del duelo perinatal y las actuaciones de enfermería más recomendadas para favorecer una elaboración funcional del duelo.

METODO: Realizamos una revisión sistemática de las publicaciones científicas sobre el tema, consultando las bases de datos Scielo, ScienceDirect, Cuiden y Medline. A través de ellas, recopilamos las características del duelo perinatal.

PALABRAS CLAVE: mortalidad perinatal, duelo perinatal, atención psicológica, enfermería, duelo, cuidado.

ABSTRACT:

In 2020, only in Spain, perinatal mortality was 4.05 deaths per 1000 births. It is a frequent event in our healthcare practice that radically changes the parents’ lives, causing one of the most stressful processes that a person can go through, perinatal grief. Despite all the information that is currently available, this type of grief is still undervalued by society and health institutions, turning it into an unauthorized grief. The loss of a child has psychological and emotional repercussions that will mark the lives of those who suffer it. That is why these events require, on the part of the nursing staff and the rest of the professionals, very specific health care to alleviate the pain of the parents and help them in starting the grieving process.

OBJETIVE: To know the characteristics of perinatal grief and the most recommended nursing actions to promote a functional elaboration of the grief

METHOD: We conducted a systematic review of scientific publications on the subject, consulting the Scielo, ScienceDirect, Cuiden and Medline databases. Through them, we collect the characteristics of perinatal grief.

KEYWORDS: perinatal mortality, perinatal bereavement, psychological care, nursing, grief, care.

INTRODUCCION

El duelo está definido por el DSM-IV-TR como la reacción a la muerte de una persona querida. Se trata de una experiencia única en función de la persona, la cual lo afrontará de diferente manera según su personalidad previa, el entorno social y las circunstancias en las que tenga lugar la pérdida.

Son numerosos los autores que a lo largo de la historia han formulado diversas teorías sobre el duelo, sus fases y cómo trabajarlo. Bowlby (1993) definió el duelo como “todos aquellos procesos psicológicos, conscientes e inconscientes, que la pérdida de una persona amada pone en marcha, cualquiera que sea el resultado”. Bowlby también describió cuatro fases por las que pasa una persona durante el proceso de duelo: fase de aturdimiento o shock, fase de anhelo y búsqueda de la persona perdida, fase de desorganización y desesperación y fase de reorganización.

Los padres durante la gestación viven emociones predominantemente positivas ya que ven el embarazo como el comienzo de una nueva etapa, de un proyecto de futuro, un acontecimiento verdaderamente importante para una familia, viendo como única posibilidad la tríada embarazo-parto-nacimiento. Sin embargo, no todos los embarazos tienen el final esperado y pueden interrumpirse inesperadamente, dando lugar a situaciones donde se vive la antítesis de lo esperado, la muerte perinatal.

El duelo perinatal difiere de otros duelos por la proximidad entre el nacimiento y la pérdida, lo inesperado de dicha situación y lo que en ocasiones es el primer contacto estrecho con la muerte por parte de los progenitores.

Fue a partir del siglo XIX cuando se comenzó a escribir sobre estas experiencias, pero hasta los años 60 no comenzó el interés clínico y científico sobre el tema. Cuando se producía una muerte perinatal se procuraba que no hubiera contacto entre la madre y el bebé, con el fin de evitar que el dolor fuera mayor al no existir apego con el hijo fallecido. También se evitaba cualquier recuerdo de la existencia del embarazo y se recomendaba la búsqueda de un nuevo hijo que supliera la perdida anterior.

Existía la creencia de que la muerte de un recién nacido no podía causar tanto dolor debido a que no existía un lazo emocional por el escaso tiempo de vida del bebé. Sin embargo, se ha demostrado que el proceso de duelo de los padres sigue los pasos típicos del duelo. Puede ser causa de estrés emocional intenso ya que pueden percibir que sus sentimientos están infravalorados y por la existente falta de información por parte del personal sanitario a las familias en estas situaciones.

Pese a toda la información de la que se dispone en la actualidad, la muerte perinatal sigue siendo un tema tabú. Es una perdida que sigue sin estar reconocida socialmente, de la que no se habla abiertamente y que es insuficientemente valorada por el entorno familiar, social y sanitario, lo que provoca en los progenitores una sensación de soledad. Es por ello por lo que el duelo perinatal está englobado dentro del duelo desautorizado. Este tipo de duelo, también llamado silente o prohibido, es aquel que no es aceptado por el entorno de la persona y que no se puede expresar de forma abierta ya que no se recibe el apoyo necesario.

Muerte perinatal: definición y causas.

La muerte perinatal es aquella que tiene lugar entre la semana 28 de gestación y los 7 primeros días de vida extrauterina. Según la Organización Mundial de la Salud, los países con ingresos bajos y medios son los que más casos presentan de fallecimiento perinatal con, aproximadamente, 27 muertes por cada 1000 nacimientos, mientras que en los países de renta alta la media se sitúa en 3 fallecimientos por cada 1000 nacimientos.

En España la mortalidad perinatal en el año 2020, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), se situó en 4.05 defunciones por cada 1000 nacimientos, cifra que se mantiene en los últimos años, con pequeñas fluctuaciones.

No entran dentro de las pérdidas perinatales los casos de aborto espontáneo, ya que el feto no se considera viable hasta la semana 22 de gestación, la interrupción voluntaria del embarazo (IVE) que se realiza en las primeras 14 semanas de gestación ni la interrupción del embarazo por problemas fetales o amenazas graves para la salud de la madre, que debe llevarse a cabo en las primeras 22 semanas del embarazo. Todos ellos se engloban con el concepto de muerte fetal temprana e intermedia, pudiendo generar el mismo proceso de duelo en los progenitores.

Encontramos que las causas que provocan la muerte fetal son en el 25-40% de las veces por causas de origen fetal, entre un 25-35% debido a problemas de origen placentario y, en menor proporción (5-10%), el origen es materno, quedando un 25-35% de las muertes perinatales de las cuales se desconoce su origen. Estas cifras varían en función del trimestre de gestación ya que en el primer trimestre son más frecuentes las causas genéticas, las infecciones en el segundo trimestre y en el tercer trimestre son los problemas umbilicales los que provocan mayor número de muertes fetales.

Fases del duelo perinatal

La pérdida de un ser querido es un proceso que afecta a casi todos los aspectos de la vida y el duelo constituye la asimilación de la situación y de los cambios que ésta provoca. Ha de completarse para poder superar la pérdida.

El duelo perinatal posee unas características que lo hacen diferente al resto de duelos, ya que la pérdida de un hijo es un suceso extremadamente traumático por la simultaneidad entre el nacimiento y la muerte y lo inesperado del fallecimiento. Es un proceso que afecta a la psique de los padres que se manifiesta fisiológica, emocional y conductualmente.

Como hemos mencionado anteriormente, existen 4 fases descritas del duelo perinatal:

1.- Fase de shock: Esta es la primera fase del duelo y tiene una duración que va desde dos días a dos semanas, donde hay una gran carga emocional. Los progenitores no son capaces de asumir lo que ha ocurrido y tienden a no comunicarse con los demás.

2.- Fase de anhelo y búsqueda: Los padres buscan respuestas a lo sucedido, se encierran en sí mismos. Son comunes los sentimientos de culpa e ira. La sensibilidad está aumentada en esta fase.

3.- Fase de desorganización y desesperación: Fase marcada por la depresión. Se presentan trastornos de sueño, apatía, inapetencia. Su duración va de seis a nueve meses.

4.- Fase de reorganización: poco a poco se va volviendo a la vida normal. Esta etapa suele llegar 18 meses después del fallecimiento.

Cada una de las fases es un mecanismo de defensa del ser humano para sobrellevar la pérdida. Es un proceso cíclico, que no sigue el orden de principio a fin, es fluctuante. El progreso de las diferentes etapas va a depender de las características emocionales de cada persona, de la red de apoyo de la que dispongan y del trabajo que se haya realizado sobre el duelo.

Atención psicológica en los primeros momentos

El duelo derivado de una muerte perinatal posee unas características que lo hacen diferente al resto de duelos ya que, la relación creada entre progenitores-hijo se basa desde el primer momento en expectativas, ilusiones y planificación de futuro.

Siguen siendo tema de estudio hoy en día las diferencias en el proceso del duelo fetal según el género del progenitor. Varios estudios avalan que ambos progenitores pasan por un periodo de dolor intenso tras el fallecimiento del hijo. Se ha visto que existen una serie de factores que pueden influir en la magnitud del dolor. Por ejemplo, las madres que han podido notar los movimientos fetales experimentan una tristeza mayor que aquellas que no los notaron. Así mismo, los hombres que ven mediante ecografía al feto sienten un dolor más intenso que los que no tienen la oportunidad de ver las ecografías.

Sí se conoce que ambos sexos sobrellevan el dolor de manera diversa. Las mujeres son más propensas a exteriorizar los sentimientos y alcanzan mayores niveles de ansiedad y depresión, mientras que los hombres evitan hablar del tema y son más reacios a buscar ayuda.

El momento de comunicar el fallecimiento del hijo no se debe retrasar en el tiempo dado que, de este modo, se aumenta la ansiedad, la incertidumbre y el sufrimiento de los progenitores. Es importante que se permita el acompañamiento familiar a la hora de recibir dicha noticia porque la soledad solo agravaría el sufrimiento. Se debe preparar a los padres para recibir la noticia con gran sensibilidad y repetir la información tantas veces como sea necesario, proporcionándoles tiempo para poder asimilarla.

Una vez informados, deben conocer todas las opciones de las que disponen, como puede ser ver o no al hijo tras el parto. Las decisiones que tomen los progenitores no deben ser impuestas ya que repercutirán en la vida de ambos y el remordimiento en las decisiones tomadas afecta negativamente en la identidad de los padres. El lenguaje utilizado debe ser claro y sencillo, huyendo de tecnicismos que dificulten su comprensión.

Está recomendado que tras comunicarles la noticia dispongan del tiempo que precisen y de un espacio tranquilo en el que poder procesar la información y empezar a asimilar la nueva situación. Es frecuente que experimenten alta emotividad, vulnerabilidad, tristeza, sensación de vacío, alucinaciones de dolor, culpa e ira.

En este momento, la labor de los profesionales sanitarios es de vital importancia ya que influirá en el proceso de duelo. Se deben centrar los cuidados a nivel emocional, así como cuidados integrales al núcleo familiar.

Los profesionales sanitarios que hayan atendido a los progenitores durante el fallecimiento del feto pueden experimentar emociones como fracaso, sensación de culpa y ansiedad que provoquen dos conductas que deben corregirse: evitación y sobreimplicación.

A continuación, hemos recogido algunas de las actuaciones a seguir por parte del personal de enfermería en los primeros momentos:

  • Es importante acompañar a los padres, sin tener miedo al contacto físico. El lenguaje no verbal forma una parte muy importante de la comunicación. Además, debemos recordar a la familia la importancia de expresar los sentimientos y no tener miedo a mostrar las emociones.
  • Se ha de responder a las preguntas que puedan formular y mostrarse receptivo. Es buena idea facilitarles información escrita que les ayude a la retención de la misma.
  • Pese a que algunos autores lo rechazan, la mayoría concluye que los beneficios de permitir conocer y abrazar a su hijo son elevados, de éste modo pueden iniciar el duelo al despedirse del feto. Un estudio realizado en el 2018 destaca que el 57% de los padres se arrepienten de no haber conocido a su hijo. El 96% de los que decidieron ver al bebé aseguran que tomaron la decisión correcta.
  • Se recomienda la creación de recuerdos tangibles, guardar tantos recuerdos como se tengan del hijo (fotos, huellas dactilares, ropa…). Se ha visto que esta conducta ayuda a elaborar un duelo perinatal sano.
  • Es buena idea que los progenitores elijan un nombre para el bebé, lo que le proporciona una identidad al feto. El personal sanitario debe evitar palabras como “feto” para referirse al recién nacido y referirse a él con su nombre, lo que muestra una señal de cercanía y comprensión.
  • Debemos tratar a la pareja por igual. Tendemos a centrar nuestra atención en la madre, pero ambos han sufrido la pérdida y requieren de nuestro apoyo.
  • Se debe ofrecer a los padres la posibilidad de realizar una necropsia al feto con el fin de esclarecer las causas del fallecimiento dado que, conocer la causa de la muerte, disminuye los niveles de ansiedad en los padres. También se debe informar de que no siempre se puede averiguar la causa y eso podría aumentar su sufrimiento.
  • No es adecuado recomendar la búsqueda de otro embarazo en estos momentos. Debe ser la propia pareja la que decida si desea volver a intentarlo y cuándo.
  • Se puede invitar a los padres a realizar un ritual de despedida como la realización de un funeral u otros rituales no religiosos.
  • Se recomienda a la familia de los progenitores que si la habitación del recién nacido estaba preparada no quiten nada de la misma. Deben ser los padres los que afronten dicha situación y, en el caso de que precisen ayuda, ofrecérsela.
  • El personal sanitario debe ser paciente y aceptar los cambios de humor por los que puedan pasar los padres y sus familiares, sin presionarlos durante el proceso de duelo.
  • Existe una serie de frases que, como profesionales, debemos evitar: “sé fuerte”, “ya tendrás otros hijos”, “el tiempo todo lo cura”, “mejor ahora que más adelante”, “lo irás olvidando” …

Cuando se acerque el alta hospitalaria, es aconsejable informar a los progenitores sobre las fases del duelo y su duración, así como de las manifestaciones que puedan aparecer. Debido a que la estancia hospitalaria suele ser breve, se debe gestionar la continuidad de cuidados en Atención Primaria.

Bien desde Atención Primaria o al alta hospitalaria, es importante derivar a los padres a grupos de ayuda multidisciplinarios que les faciliten afrontar, de manera integral, el duelo perinatal.

Según han documentado diversos estudios, estos grupos de apoyo son vistos como uno de los recursos más útiles por los progenitores para sobrellevar el duelo y afrontar un nuevo embarazo.

No debemos olvidar que las mujeres que han pasado por el fallecimiento de un hijo presentan niveles de angustia elevados en un nuevo embarazo, debido a que su referencia es la pérdida de la gestación anterior. Los progenitores viven el nuevo embarazo con miedo a establecer apego. Estos niveles de ansiedad disminuyen con un seguimiento exhaustivo y una atención personalizada.

Conclusiones

El duelo perinatal posee una serie de características que lo hacen uno de los duelos más complicados de afrontar. El mal manejo del duelo por parte el personal sanitario puede derivar en un duelo patológico o causar alteraciones psicológicas en los progenitores y familiares.

Es por ello por lo que el papel de los profesionales de enfermería es clave en estos momentos dado que es, habitualmente, el que mantiene un contacto más estrecho y continuado con los padres y la familia. Esto hace que se deba formar a dicho personal para ofrecer una atención sanitaria de calidad y que sean capaces de abordar la situación, actuando siempre en beneficio de los padres. Deben recibir una preparación específica que les permita afrontar la muerte en estas circunstancias y encarar el duelo de los padres con respeto, acompañándolos en cada fase, tratando de salvaguardar la salud física y psicológica de ambos.

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