Administración de dosis subanestésicas de ketamina y su impacto en el dolor postoperatorio en colecistectomía laparoscópica
Autora principal: Karla Ivonne de la O Magdaleno
Vol. XVIII; nº 4; 143
Administration of subanesthetic doses of ketamine and its impact on postoperative pain in laparoscopic cholecystectomy
Fecha de recepción: 30/01/2023
Fecha de aceptación: 24/02/2023
Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XVIII. Número 4 Segunda quincena de Febrero de 2023 – Página inicial: Vol. XVIII; nº 4; 143
Autores
Dra. Karla Ivonne de la O Magdaleno, Dr. Alfredo Isaac García Llanes, Dra. Norma López Cabrera, Dr. Med. Dionicio Palacios Ríos, Dra. Med. Belia Inés Garduño Chávez, Dr. Med. Gustavo González Cordero, Dra. Hilda Alicia Llanes Garza.
Centro de Trabajo actual
Hospital Universitario Dr. José Eleuterio González, Monterrey, México
Resumen
La ketamina ha sido utilizada a dosis subanestésica o bajas para el manejo de dolor crónico resistente a tratamiento; el objetivo de este estudio fue evaluar el uso de dosis subanestésicas de ketamina transoperatoria como terapia para el dolor postoperatorio en pacientes programados para colecistectomía laparoscópica. Se realizó un estudio prospectivo, experimental, longitudinal, comparativo, aleatorizado, doble ciego, de tipo ensayo clínico controlado. Se estudiaron pacientes que son programados para colecistectomía laparoscópica a los que se administró ketamina a dosis subanestésicas (0.3 mg/kg) en bolo preoperatorio y posteriormente cada 45 minutos y placebo con solución fisiológica. Se incluyeron un total de 30 pacientes (15 por grupo), en el grupo de ketamina (n=15), la mediana de edad fue de 36 años, y en el grupo de NaCl 0.9% (n=15) fue de 49 años. Se incluyeron 10 (66.7%) mujeres y 5 (33.3%) hombres en el grupo de ketamina, y 11 (73.3%) mujeres y 4 (26.7%) hombres en el grupo de NaCl 0.9%. La mediana de tiempo quirúrgico fue de 85 minutos en el grupo de ketamina vs 65 minutos en el grupo de NaCl 0.9%; y la mediana de tiempo en despertar fue de 15 y 13 minutos, respectivamente. No se encontramos diferencias significativas en las variables anetésicas y quirúrgicas de los pacientes, tampoco en el seguimiento hemodinámico, severidad del dolor, calidad analgésica o requerimiento de opioides al postoperatorio. En conclusión el uso de ketamina a bajas dosis o dosis subanestésicas no fue superior que el placebo para el control del dolor, la reducción consumo de opioides como analgesia de rescate en pacientes programados para colecistectomía laparoscópica. El uso de ketamina a dosis subanestésicas tampoco se relacionó con menor incidencia de complicaciones o mejor recuperación anestésica en estos pacientes.
Palabras clave
Subanestesia, ketamina, dolor postoperatorio, colecistectomía, laparoscopía.
Abstract
Ketamine has been used at subanesthetic or low doses for the management of chronic pain resistant to treatment; the objective of this study was to evaluate the use of subanesthetic doses of transoperative ketamine as therapy for postoperative pain in patients scheduled for laparoscopic cholecystectomy. A prospective, experimental, longitudinal, longitudinal, comparative, randomized, double-blind, controlled clinical trial type study was performed. Patients scheduled for laparoscopic cholecystectomy who were administered ketamine at subanesthetic doses (0.3 mg/kg) as a bolus preoperatively and subsequently every 45 minutes and placebo with physiological solution were studied. A total of 30 patients (15 per group) were included, in the ketamine group (n=15), the median age was 36 years, and in the NaCl 0.9% group (n=15) it was 49 years. Ten (66.7%) women and 5 (33.3%) men were included in the ketamine group, and 11 (73.3%) women and 4 (26.7%) men were included in the NaCl 0.9% group. The median operative time was 85 minutes in the ketamine group vs. 65 minutes in the NaCl 0.9% group; and the median awakening time was 15 and 13 minutes, respectively. No significant differences were found in the anesthetic and surgical variables of the patients, nor in hemodynamic follow-up, pain severity, analgesic quality or postoperative opioid requirement. In conclusion, the use of ketamine at low doses or subanesthetic doses was not superior to placebo for pain control, reduction of opioid consumption as rescue analgesia in patients scheduled for laparoscopic cholecystectomy. The use of ketamine at subanesthetic doses was also not related to a lower incidence of complications or better anesthetic recovery in these patients.
Keywords
Subanesthesia, ketamine, postoperative pain, cholecystectomy, laparoscopy.
Los autores de este manuscrito declaran que:
Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses
La investigación se ha realizado siguiendo las Pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El manuscrito es original y no contiene plagio
El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista.
Han obtenido los permisos necesarios para las imágenes y gráficos utilizados.
Han preservado las identidades de los pacientes.
Introducción.
La ketamina es un anestésico desarrollado en el año 1962 posterior al anestésico fenciclidina, en un intento de buscar otros anestésicos similares con menores efectos adversos, siendo utilizada por primera vez en seres humanos en el año de 1964, recibiendo aprobación por la Food and Drug Administration (FDA) de los Estados Unidos, en su presentación conocida como Ketalaren el año 1970; uno no de los atractivos principales de la ketamina es su estabilidad cardiovascular, lo que favoreció su utilización en el manejo del dolor agudo y crónico en los noventas, y actualmente como consecuencia de un mayor conocimiento farmacológico de las interacciones de la ketamina con diferentes receptores en el cuerpo, se ha incrementado el interés por su estudio en el tratamiento del dolor. El mecanismo de acción de la ketamina se basa en la inhibición neuronal de la activación de receptores de receptores N-metil-D-aspartato (NMDA), siendo un antagonista no competitivo del receptor y requiriendo la activación del canal iónico de NMDA para el bloqueo de su receptor, auando a lo anterior la ketamina interactúa con otro tipo de receptores, tales como los receptores opioides, colinérgicos y monoaminérgicos, lo que ha potenciado su estudio como analgésico de corto y largo plazo.
La ketamina posee un centro quiral en su estructura, permitiendo la presencia de dos estereoisómeros ópticos, S (+) y S (-), siendo el estereoisómero S (+) quien posee el doble de afinidad al receptor sin embargo, este no se encuentra disponible para su uso clínico en los Estados Unidos; este compuesto posee efectos analgésicos y anestésicos importantes, debido a que los receptores de NMDA excitatorios de glutamato, ampliamente presentes en el sistema nervioso central, y aunque no son los principales receptores en la nocicepción, juegan una función vital en este proceso sensorial debido a que la estimulación repetida, permite un cambio sostenido en el potencial de membrana que permite la disminución de la inhibición negativa provocada por el magnesio, aumentando así, la respuesta de estos receptores. Las propiedades únicas de la ketamina (rápido inicio de acción, generación de un estado anestésico disociativo, perfil cardiovascular seguro y su alta versatilidad en su uso como anestésico y analgésico), la convierten en una gfran opción dentro y fuera del quirófano, así como en una medicina prehospitalaria y para situaciones de emergencia, cumpliendo los requerimientos de una alternativa de opioide tales como: una analgesia más efectiva, un buen perfil hemodinámico, poca depresión respiratoria y efectos adversos de fácil manejo.
Al respecto de sus efectos adversos los que se observan con mayor frecuencia son: la excitación, alucinaciones y ataques de pánico, además en casos algunos pacientes se puede presentar taquicardia, hipertensión arterial, intraocular e intracraneal, salivación, y en casos raros laringoespasmo y potencial adictivo, siendo esto último lo que limitado su uso en la anestesia, siendo más utilizada en el manejo del dolor postoperatorio que su como agente inductor de la anestesia general; en esta última década nuevos usos se le han dado a la ketamina, tales como el tratamiento del dolor agudo o crónico de moderado a severo (en dosis moderadas), para el manejo de enfermedad de vía aérea reactiva, como un antidepresivo potente, como terapia adyuvante para bloqueo de nervios periféricos con anestésico local y en protocolos de sedación durante procedimientos tanto menores como complejos.
La ketamina a pesar de ser un agente anestésico, a dosis bajas o subanestésicas ( 0.1 – 0.3 mg/kg) resulta ser un compuesto muy efectivo para el tratamiento de dolor, un potente adyuvante en el manejo perioperatorio y para el manejo de síndromes de dolor crónico resistentes a tratamiento; sin embargo a pesar de este gran potencial en el manejo de dolor, existen muchas preocupaciones relacionadas a sus efectos adversos antes mencionados, los cuales se presentan con mayor frecuencia en dosis altas de ketamina. Diversos antecedentes bibliográficos que han evaluado los efectos de la ketamina para el manejo de dolor perioperatorio y postoperatorio, han reportado que la ketamina alivia la severidad de dolor posterior a la cirugía, reduce la necesidad para consumo de opioides y muestra una prevalencia menor de nausea y vómito postoperatoria, además de recudir la necesidad de utilizar morfina en el postoperatorio.
De forma perioperatoria es tolerada por pacientes y no se asocia a efectos adversos significativos, observando reportes que sugieren que dosis continuas subanestésicas de ketamina, mejoran significativamente el dolor en comparación con otras terapias opioides tradicionales; algunos regímenes de bajas dosis de ketamina se definen dependiendo de la ruta de administración, la administración intramuscular se aplica con una dosis menor a 2 mg/kg en bolo, mientras que una dosis intravenosa o epidural es menor a 1 mg/kg, siendo considerada la ruta de infusión intravenosa menor o igual a 20 µg/kg/min como dosis de ketamina bajas o subanestésicas; Chen et al. encontraron que la administración de dosis de carga de 0.5 mg/kg de ketamina, seguido por una dosis de infusión continua a 10.0 μg/kg/min disminuye significativamente los valores de concentración alveolar mínima (CAM) de sevoflurano necesarias para abolir la respuesta adrenérgica en pacientes programados para a colecistectomía laparoscópica.
Se ha demostrado que dosis tan bajas de 0.1 a 0.3 mg/kg previo a la incisión quirúrgica mejora el nivel de dolor postoperatorio así como disminución de las dosis de opiodes requeridas con riesgos mínimos y baja incidencia de efectos adversos relacionados con éste fármaco; en el caso de las colecistectomías laparoscópicas, el uso de ketamina es un tema atractivo e interesante para su investigación, debido a la gran cantidad de procedimientos realizados, diversos estudios que han determinado menores puntajes de dolor y menor uso de opioides en pacientes que reciben ketamina, a 12, 24 y 48 horas al postoperatorio, así como también menor prevalencia de náusea y vómito postoperatorio, menor riesgo de prurito y de íleo; en el caos de procedimientos altamente invasivos, no se ha reportado un efecto importante en la calidad de recuperación de los pacientes, que reciben remifentanilo y bolos de ketamina previo a la incisión, por lo que se ha propuesto más su uso en procedimientos laparoscópicos, los cuales son menos invasivos y asociados a dolor postoperatorio limitado. Por lo anterior el objetivo del presente estudio fue el de evaluar el uso de dosis subanestésicas de ketamina transoperatoria, como terapia para el dolor postoperatorio en pacientes programados para colecistectomía laparoscópica.
Material y métodos.
Se realizó un ensayo clínico prospectivo, longitudinal, analítico comparativo y doble ciego, en una muestra estadísticamente significativa de pacientes programados para colecistectomía laparoscópica entre de junio de 2021 y enero del 2022, en el Quirófano Central y Quirófano de Cirugía Ambulatoria del Hospital Universitario “Dr. José Eleuterio González”; se incluyeron pacientes entre los 18 y 70 años de edad, que aceptaron participar de forma libre y voluntaria, con valores de ASA I y II, un IMC menor a 30 kg/m2 y sin alergia o hipersensibilidad a medicamentos usados en este estudio, se excluyeron a aquellos con antecedentes de hipertensión intracraneal o intraocular, asó como enfermedad psiquiátrica confirmada, siendo eliminados aquellos cuyo abordaje tuvo que ser modificado a técnica abierta o con expedientes incompletos.
Basados en la fórmula de tamaño muestral para la diferencia de dos proporciones, se determinó un total de 30 pacientes los cuales se distribuyeron homogéneamente en dos grupos, mediante un modelo aleatorio probabilístico estructurado por sobres sellados, siendo el grupo 1 el de “Intervención” y el grupo 2 considerado como control; se realizó anestesia general balanceada con una canalización periférica permeable, se procedió a preoxigenación adecuada, utilizando como medicamentos intravenosos para la inducción anestésica una dosis de fentanilo 3mcg/kg, propofol 3mg/kg o etomidato 0.2mg/kg, lidocaína 1mg/kg, rocuronio 0.6mg/kg para posterior intubación endotraqueal. Se utilizó isoflorano como gas anestésico para mantenimiento de la anestesia a un dial de 1.2, y se utilizará rocuronio a 0.15mg/kg como dosis de mantenimiento. Se mantuvieron flujos de oxígeno con un FiO2 al 40%. Posteriormente se dio inicio al protocolo quirúrgico de colocación del paciente para realizar el procedimiento, de asepsia y colocación de campos estériles y así comenzar la cirugía. Se administraron vía endovenosa medicamentos adyuvantes dexametaxona 0.15mg/kg y antibioticoterapia correspondiente todos estos medicamentos vía intravenosa.
Antes del iniciar el procedimiento quirúrgico y dependiendo del grupo al que pertenezca el paciente, se administró el bolo de solución que haya sido entregada por parte de enfermería y esta fue administrada vía intravenosa posterior a la intubación endotraqueal.
- Grupo 1 (ketamina intravenosa): Se utilizó a una dosis de 0.3 mg/kg en bolo durante la inducción de la anestesia general de manera intravenosa. Esta fue preparada en una jeringa de 10 ml conteniendo 8 ml de solución fisiológica inyectable al 0.9% y 100 mg de ketamina (2ml) teniendo una concentración de 10mg/ml. Se calculó dependiendo del peso de la paciente la dosis que se administrará intravenosamente; en caso de que la cirugía durara más de 60 minutos, se repitieron bolos de 0.3 mg/kg para administración intravenosa cada 30 minutos durante la operación. La dosis de 0.3 mg/kg intravenosa fue utilizada en bolo durante la inducción de la anestesia general; además, se utilizó la misma dosis para mantenimiento en bolo durante la cirugía, tal como se describe por Gorlin et al (42). Durante la cirugía, no se administró en infusión. Como ejemplo de una administración en bolo, a una concentración de 10 mg/ml, si el paciente pesa 70 kg, se administró 21 mg de ketamina (a la dosis de 0.3 mg/kg), es decir, 2.1 ml de solución preparada de ketamina.
- Grupo 2 (solución fisiológica inyectable al 0.9%): Se utilizó a la misma dosis de mantenimiento del grupo 1 de “intervención” y será una solución fisiológica inyectable al 0.9% de 10 ml la cual fue administrada en bolos de manera intravenosa cada 30 minutos durante la cirugía. Se administró de la misma forma que el grupo 1, de tal forma que el anestesiólogo que administré la solución fisiológica a este grupo, de manera cegada, administrará los bolos considerando una dosis de 0.3 mg/kg de ketamina y una concentración de 10 mg/ml. Es decir, si el paciente pesa 70 kg, se administrarán 2.1 ml (considerando que se están administrando 21 mg de ketamina). Se administró a este grupo igualmente en forma de bolos, durante la inducción de la anestesia general, así como cada 30 minutos en caso de que el tiempo quirúrgico se prolongue por encima de los 60 minutos.
Tanto en el grupo 1 como en el 2, la administración de bolos del preparado correspondiente fue durante la inducción de la anestesia general, y en caso de que la cirugía se prolongue por más de 60 minutos, se estuvieron administrando bolos a los 60 minutos del tiempo quirúrgico, y cada 30 minutos después de este último, en el periodo transoperatorio, se administró un esquema analgésico estándar el cual consistió de paracetamol a 15mg/kg, ketorolaco 1 mg/kg, tramadol 50mg , en cualquiera de los 2 grupos; en caso de que el paciente transoperatoriamente presentara aumento en frecuencia cardiaca, presión arterial sistémica u otros datos sugestivos de dolor, se valoró la administración transoperatoria de fentanilo IV a una dosis de 0.5 a 1 mcg/kg, y ante la necesidad de analgesia de rescate se administró tramadol 50mg IV, se documentó el tiempo en horas postoperatorias en el que se administró la primera dosis y la cantidad total de dosis administradas en 24 horas así como la realización de la conversión equianalgésica de opioides para la dosis necesaria utilizada para analgesia de rescate, tomando en cuenta que 200 mg IV/día de tramadol son igual a 20 mg IV/día de morfina, considerando a esta última como la referencia principal de analgésicos opioides. No se debió de haber excedido la dosis de 400 mg/día de tramadol.
Después de haber finalizado la cirugía, el paciente fue trasladado al área de recuperación postquirúrgica, donde permaneció por espacio de 3 horas, a su llegada se le interrogó acerca de su cantidad y calidad de dolor, respuestas que fueron registradas en una hoja de vaciamiento de datos, los mismos parámetros fueron evaluados a las 3 horas de estancia en recuperación para posteriormente egresarlo a un área de internamiento destinada. Se acudió a su habitación de internamiento a las 6,12 y 24 horas postquirurgicas con el fin de continuar evaluando la cantidad y calidad de dolor y de la analgesia. Se utilizó un medicamento analgésico de rescate con tramadol a la concentración máxima permitida por parte del paciente en caso de que lo requiera al tener un nivel de EVA mayor o igual a 7 puntos. Al cumplir las 24 horas postcirugía y llevando a cabo los lineamientos de cuidados postquirúrgicos establecidos por el Servicio de Cirugía General, previa adecuación, el paciente fue egresado para posteriormente continuar con manejo relacionado al procedimiento por la consulta externa del Servicio de Cirugía General del Hospital Universitario “Dr. José Eleuterio González”; se valoró durante el transcurso de su estancia, hasta su egreso, al paciente, en búsqueda intencionada de efectos adversos conocidos de la ketamina.
Las variables analizadas fueron: la cantidad y calidad de dolor (mediante la Escala Visual Análoga del Dolor o EVA), así como la calidad de la analgesia (categorizada como adecuada, pobre o nada) a las 0, 3, 6, 12, 24 horas postoperatorias en cada uno de los pacientes; en el caso de la necesidad de analgesia de rescate se administró tramadol 50mg IV, se documentó el tiempo en horas postoperatorias en el que se administró la primera dosis y la cantidad total de dosis administradas en 24 horas así como la realización de la conversión equianalgésica de opioides para la dosis necesaria utilizada para analgesia de rescate, tomando en cuenta que 200 mg IV/día de tramadol son igual a 20 mg IV/día de morfina, considerando a esta última como la referencia principal de analgésicos opioides. No se debió de haber excedido la dosis de 400 mg/día de tramadol. El uso de analgesia de rescate postoperatoria fue indicado para los pacientes de la intervención, así como para el grupo placebo o control en caso de requerirse. Se documentaron las dosis de rescate utilizadas, y el momento en que fueron realizadas (horas al postoperatorio). Los datos fueron capturados en una base desarrollada en el programa MS Excel 2017, y fueron analizados en paquete IBM SPSS versión 25; se realizó un análisis descriptivo de las variables categóricas por medio de frecuencias y porcentajes, n (%), y en el caso de las variables continuas, se realizarán pruebas de Kolmogorov-Smirnov para evaluar la distribución de los datos. Las variables continuas fueron descritas en media ± desviación estándar o mediana y rango intercuartil, de acuerdo con la prueba anterior, para el análisis bivariado, se compararon las variables categóricas por medio de la prueba de chi cuadrada de Pearson o test exacto de Fisher; las variables continuas serán comparadas por medio de la prueba T de Student para muestras independientes o Mann-Whitney. Se consideró una P < 0.05 como estadísticamente significativa. Los datos se recopilarán y procesarán en el paquete
Resultados.
La mediana de edad de los 30 pacientes fue de 45.5 (30.5-55.5) años, 21 (70%) fueron mujeres y 9 (30%) hombres; el grupo de ketamina mostró una mediana de edad fue de 36 años, y en el grupo de NaCl 0.9% fue de 49 años. Se incluyeron 10 (66.7%) mujeres y 5 (33.3%) hombres en el grupo de ketamina, y 11 (73.3%) mujeres y 4 (26.7%) hombres en el grupo de NaCl 0.9%, no encontrando diferencias significativas en las características basales (tabla 1). La mediana de tiempo quirúrgico fue de 85 minutos en el grupo de ketamina vs 65 minutos en el grupo de NaCl 0.9%; y la mediana de tiempo en despertar fue de 15 y 13 minutos, respectivamente, se utilizó una dosis mediana total de fentanilo de 250 mcg en cada grupo; del grupo de ketamina, 2 (13.3%) tuvieron una cirugía de conversión a colecistectomía abierta, y 1 (6.7%) del grupo de NaCl 0.9% presentó náusea y vómito postoperatorio, no observando diferencias significativas en las variables anestésicas y quirúrgicas de los pacientes (tabla 2).
Durante el seguimiento, los pacientes presentaron una media de frecuencia cardíaca, y presión arterial estable, no estadísticamente diferente comparado entre ellos, a excepción de la frecuencia cardíaca a la hora 2, que fue significativamente menor en el grupo de NaCl 0.9% (76 vs. 83 latidos por minuto, P=0.028) (tabla 3), la mediana de dolor fue similar entre grupos durante todo el seguimiento postoperatorio, siendo equivalente a dolor leve (tabla 4); la calidad analgésica fue predominantemente buena durante el postoperatorio, al periodo basal, solo un paciente del grupo de ketamina tuvo una calidad analgésica regular, a las 2 horas, fueron 3 (20%) del grupo de ketamina y 3 (20%) del grupo de NaCl 0.9%; no se presentaron diferencias significativas con respecto a la calidad analgésica postoperatoria entre grupos (tabla 5). Se requirieron rescates de analgesia en 1 paciente por grupo al periodo basal, y 3 (20%) y 2 (13.3%) pacientes del grupo de ketamina y NaCl al 0.9%, respectivamente, no observando diferencias significativas con respecto al requerimiento de analgesia de rescate al postoperatorio (tabla 6).
Discusión.
No se observaron diferencias en sus características basales, lo cual fue algo esperado, debido a que esto es un resultado que ofrece la aleatorización de los pacientes, los cuales se vigilaron a los pacientes durante el periodo postoperatorio; no identificamos que existieran alteraciones del estado hemodinámico de los pacientes, a través de la frecuencia cardíaca ni presión arterial, comparando los dos grupos, la ketamina no fue asociada estadísticamente diferente con respecto a los pacientes con NaCl 0.9%. Se evaluó dolor postoperatorio por medio de escala visual análoga. De forma general, se observó que los pacientes en general presentaron dolor leve o nulo, y que la calidad analgésica fue generalmente buena, a excepción de un 6.7% de pacientes con ketamina al periodo basal y 20% de ambos grupos a la segunda hora. Posteriormente, todos los pacientes presentaron una calidad analgésica buena. Con respecto a rescates de analgesia, se utilizaron en 6.7% de los pacientes de cada grupo al periodo basal y en 20% y 13.3% de los pacientes con ketamina y NaCl al 0.9%, respectivamente.
Algunos autores han señalado que la ketamina alivia la severidad de dolor posterior a la cirugía, que reduce la necesidad para consumo de opioides y que los pacientes se benefician de una menor incidencia de nausea postoperatoria además de que reduce los requerimientos de morfina; Se ha visto que el uso de ketamina a una dosis de 0.1 a 0.3 mg/kg previo a la incisión quirúrgica mejora el nivel de dolor postoperatori, disminuuye las dosis de opiodes requeridas y también disminuye incidencia de efectos adversos relacionados con éste fármaco. En el caso de colecistectomías laparoscópicas se han observado menores puntajes de dolor y menor uso de opioides en pacientes que reciben ketamina, a 12, 24 y 48 horas, al postoperatorio, menor incidencia de náusea y vómito postoperatorio, menor riesgo de prurito y de íleo, sin embargo, la mayoría de los estudios han evaluado el uso bajo infusión o dosis de bolos repetidos.
En las cirugías mínimamente invasivas, se produce menos lesión tisular, y por ello, se puede creer que una dosis menor de ketamina puede ser suficiente para bloquear la señalización nociva sin efectos adversos psicotomiméticos adicionales. Kowk et al. realizaron un estudio para ver el efecto de dosis bajas de ketamina en mujeres sometidas a cirugía ginecológica laparoscópica con el uso de ketamina pre y postoperatoria. Encontraron que la media de tiempo a primer requerimiento de analgesia fue mayor en pacientes en los que se dio preoperatorio, con menor consumo de opioides y sin efectos adversos o alteraciones hemodinámicas; sin embargo, similar a nuestro estudio, Moro et al encontraron que el uso de ketamina a dosis de 0.2 y 0.4 mg/kg previo a la incisión durante la inducción de la anestesia basada en remifentanilo no fue significativamente diferente en mejorar la calidad de la recuperación, ni en la incidencia de náusea, vómito y otras complicaciones.
Podemos concluir que el uso de ketamina a bajas dosis o dosis subanestésicas no fue superior que el placebo para el control del dolor, la reducción consumo de opioides como analgesia de rescate en pacientes programados para colecistectomía laparoscópica; el uso de ketamina a dosis subanestésicas tampoco se relacionó con menor incidencia de complicaciones o mejor recuperación anestésica en estos pacientes.
Ver anexo
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