Un mercado laboral cada vez más tecnológico exige una mayor capacitación y una educación avanzada para ampliar la productividad y estimular la inversión de capital. Un análisis de 100 países descubrió una correlación positiva significativa entre el promedio de los años en los que varones adultos rinden con éxito en la escuela secundaria y el crecimiento económico entre 1960 y 1995. Los años de la enseñanza primaria, en cambio, no parecen tener una influencia positiva sobre los resultados económicos. Invertir en la educación secundaria puede acelerar el progreso hacia el logro de varios de los ODM. (14)
Participación Juvenil Social y Comunitaria
Apoyar, valorar y desarrollar la participación social juvenil son acciones clave que requieren la corresponsabilidad de todos los ciudadanos, tanto jóvenes como adultos. El éxito de estas actividades depende, en gran medida, del desarrollo de mecanismos donde jóvenes y adultos se relacionen de una manera equilibrada para la mejora de sus comunidades. Una perspectiva de desarrollo de la adolescencia valora y respeta a los y las adolescentes como poseedores de derechos con potencial para contribuir a su propio desarrollo y el de la sociedad. Los y las adolescentes pueden participar de diferentes maneras: influyendo en procesos, la toma de decisiones y proyectos y en una variedad de entornos institucionales, desde el hogar y la escuela hasta el concejo municipal y la conferencia internacional.
Cuando los y las adolescentes se involucran en la toma de decisiones crean habilidades y competencia. Son expuestos a diferentes maneras de pensar y aprenden a formular estrategias y resolver problemas. Cuando ven los resultados de sus aportes, aumenta la confianza y la autoestima. Estar involucrados en decisiones que afectan a sus familias, escuelas y comunidades también alienta a los y las adolescentes a desarrollar mayor compasión y un sentido más fuerte de responsabilidad hacia otros. (15)
Una de las estrategias de acción que facilita la participación de los jóvenes en la comunidad puede ser:
- Mantenerlos Informados a través de grupos externos a fin de fijar los objetivos y metas para los programas juveniles.
- Disposición para el trabajo de campo: Puede comenzar la participación de los los jóvenes, se les solicita retroalimentación.
- Proveer información requerida: Hay Participación y se puede comenzar el compromiso, la participación juvenil provee retroalimentación para mejorar los objetivos y los resultados.
- Ejecución de las actividades de campo: Hay participación, compromiso y empoderamiento. Los jóvenes junto con los líderes locales fijan los objetivos, priorizan, planifican, evalúan y son responsables de los resultados.
Salud Integral del Adolescente
La promoción de la salud integral del adolescente se basa en fortalecer los factores de protección y prevenir los de riesgo que modifican positiva o negativamente las características que definen la adolescencia como la búsqueda de la identidad, la búsqueda de la independencia y desarrollo de la creatividad, sensibilidad, proyecto de vida, sexualidad y la educación. (16) La salud integral es un enfoque que parte de la concepción de salud como un proceso de construcción social, en donde se consideran los diversos determinantes del proceso de salud-enfermedad en los ámbitos biológico, económico, ecológico y psicosocial de los diferentes grupos sociales cuyas metas son : fomentar la capacidad de autocuidado, incrementar el número de líderes juveniles, proteger los ambientes de los adolescentes y promover estilos de vida saludables. (17)
En este sentido, la salud es un proceso dinámico que se relaciona con distintos actores. En el caso de los/ las adolescentes, los vínculos con la familia, las instituciones, la comunidad y la escuela, constituyen oportunidades de accionar en forma directa sobre determinantes de la salud. Cuando son reconocidos como sujetos de derechos, con capacidad para tomar decisiones, se sienten motivados y se convierten en valiosos aliados para los servicios de salud. Con su apoyo es posible planear mejor el servicio, ofrecerlo con estándares de calidad y evaluarlo de manera crítica y permanente. Contribuyen a la difusión de los servicios ofrecidos y se garantiza que éstos sean más acordes a sus necesidades y expectativas. (18) Sin embargo, es perentorio la necesidad de un Modelo de Desarrollo Integral para los Adolescentes que permita:
- Considerar a los jóvenes y adolescentes como recursos a desarrollar más que como problemas a solucionar.
- Enfatizar en las potencialidades más que las supuestas carencias de los y las adolescentes, incluso de los más desfavorecidos y vulnerables.
- Visionar a los y las jóvenes como personas deseosas de explorar el mundo, que van ganando en competencias y que adquieren la capacidad para hacer su contribución al mundo en el que viven.
- Implicar a la juventud en actividades productivas y significativas, en lugar de ocuparse de corregir, curar o tratar sus conductas problema.
- Considerar que la ausencia de problemas no garantiza un desarrollo saludable y una preparación para la adultez.
- Permitir el desarrollo de las competencias personales es un factor de protección que hace a chicos y chicas más resistentes y previene el surgimiento de problemas de ajuste psicológico y comportamental. (19)
Y para reflexionar de lo anterior planteado, la necesidad de promover lo positivo. El desarrollo adolescente positivo traslada el punto de enfoque de arreglar los problemas de los adolescentes a fortalecer sus capacidades, aumentar su acceso a oportunidades, y brindarles entornos seguros y de apoyo que cuiden la transición de la niñez a la adultez. Alienta la autonomía pero canaliza la curiosidad en una dirección positiva. Construye sobre las inversiones hechas durante la temprana niñez y más allá, buscando asegurar un proceso continuo de crecimiento positivo que desarrolle las capacidades y habilidades requeridas para la ciudadanía y la vida adulta.
En vez de concentrarse en un aspecto único de la vida de los y las adolescentes, un enfoque de desarrollo mira a los y las adolescentes como personas completas. Se enfoca en desarrollar sus capacidades físicas, psicológicas, espirituales, sociales, emocionales, cognitivas y culturales, y en activos positivos fortalezas de desarrollo que constituyen los bloques de construcción esenciales del bienestar adolescente.
Así mismo, la promoción del abordaje integral positivo permitirá la aplicación de acciones esenciales de salud para las y los adolescentes, enfocadas a la mejora de su salud a la atención integrada de sus necesidades, con un enfoque de riesgo y resiliencia. Permitiendo lograr por medio de la