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Atención de enfermería al paciente portador de drenaje torácico tras una cirugía cardíaca

Atención de enfermería al paciente portador de drenaje torácico tras una cirugía cardíaca

Autora principal: Verónica Martínez Leache

Vol. XVI; nº 11; 593

Nursing care for a patient with a thoracic drainage after cardiac surgery

Fecha de recepción: 23/04/2021

Fecha de aceptación: 07/06/2021

Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XVI. Número 11 –  Primera quincena de Junio de 2021 – Página inicial: Vol. XVI; nº 11; 593

AUTORES

Verónica Martínez Leache (Graduada en enfermería).

Idoya Sola Larrión (Graduada en enfermería)

Unidad de Cuidados Intensivos (Complejo Hospitalario de Navarra), Pamplona, España.

RESUMEN

Los cuidados postoperatorios de pacientes sometidos a una cirugía cardiaca son imprescindibles para la prevención de complicaciones y para una recuperación adecuada. En éste artículo nos centramos en los cuidados de enfermería dirigidos a prevenir el llamado taponamiento cardiaco mediante un correcto manejo del drenaje pericárdico, colocado durante esta cirugía. Este síndrome supone una emergencia médica y por ello es de vital importancia que el personal de enfermería a cargo de estos pacientes tenga un conocimiento y manejo adecuados, tanto de los pacientes sometidos a cirugías cardiacas como de los dispositivos que llevan incorporados, para poder identificar e intervenir de manera inmediata ante situaciones de gravedad.

PALABRAS CLAVE: cuidados de enfermería, drenaje torácico, pleurevac, taponamiento cardíaco.

ABSTRACT

Postoperative care of patients undergoing cardiac surgery is essential for the prevention of complications and for a proper recovery. In this article we focus on nursing care aimed at preventing the so-called cardiac tamponade through correct management of the pericardial drainage, placed during this surgery. This syndrome is a medical emergency and therefore it is of vital importance that the nursing staff in charge of these patients have adequate knowledge and management, both of the patients undergoing cardiac surgeries and of the devices they have incorporated, in order to identify and intervene immediately in serious situations.

KEYWORDS: nursing care, chest drain, pleurevac, pericardial taponade.

DECLARACIÓN DE BUENAS PRÁCTICAS

Los autores de este manuscrito declaran que:

Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses
La investigación se ha realizado siguiendo las Pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS)
https://cioms.ch/publications/product/pautas-eticas-internacionales-para-la-investigacion-relacionada-con-la-salud-con-seres-humanos/
El manuscrito es original y no contiene plagio
El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista.
Han obtenido los permisos necesarios para las imágenes y gráficos utilizados.
Han preservado las identidades de los pacientes.

INTRODUCCIÓN

El taponamiento cardiaco consiste en la acumulación de líquido o sangre en el espacio pericárdico impidiendo al corazón latir con normalidad. Supone una emergencia vital que cursa con la llamada Triada de Beck: ruidos cardiacos lejanos a la auscultación, hipotensión arterial y aumento de la presión en las venas del cuello (ingurgitación yugular). Este último signo refleja un aumento de la presión venosa central (PVC). No hay que descartar ésta patología por la ausencia de esta triada, ya que únicamente está presente en un tercio de los pacientes. Otros síntomas que aparecen frecuentemente son: disnea, dolor torácico y mareo.

Este hecho puede ser debido a múltiples causas, como enfermedades primarias del pericardio (pericarditis) o por patologías sistémicas como el infarto agudo de miocardio, rotura cardiaca contenida; o por hemorragias intrapericárdicas, enfermedades metabólicas, transudación serosa (anasarca), quilopericardio, infecciones, traumas torácicos, entre otras muchas. Nosotros vamos a centrar el estudio en su etiología derivada del postoperatorio inmediato de una cirugía cardiaca. Su incidencia aumenta debido a diferentes factores de riesgo, entre ellos cabe destacar la anticoagulación.

Es una de las complicaciones más temidas debido al excesivo sangrado en el mediastino sin una evacuación adecuada o a una hemorragia masiva. Lo más común es que aparezca en las primeras 24 horas, pero se han visto casos en los que se desarrollaban a los 10- 14 días tras la cirugía.

Después de cada técnica quirúrgica cardíaca, como medida preventiva del taponamiento cardiaco, se coloca un drenaje torácico mediastinal (incluido el drenaje pericárdico). Estos tubos quedan insertados tanto en la cavidad pericárdica (para la evacuación de sangre de la zona anterior y retro cardiaca) como en la cavidad pleural (ya que es frecuente que se produzca la apertura de la pleura durante la cirugía). Quedan conectados por una “Y”. Por lo tanto, es importante mantener un correcto cuidado para disminuir el riesgo de desarrollar un taponamiento pericárdico, neumotórax, hemotórax o derrame pleural. Para impedir que éstos tubos se obstruyan, el personal de enfermería debe tener conocimiento acerca del cuidado y manejo del drenaje torácico tras una cirugía cardíaca.

OBJETIVOS:

Mejorar el conocimiento de los profesionales a cerca de la importancia de tener un correcto conocimiento basados en la evidencia científica y destreza en los cuidados básicos, para poder identificar de manera temprana y así tratar, las complicaciones derivadas del postoperatorio inmediato de una cirugía cardíaca, más concretamente, la prevención del llamado taponamiento cardiaco.

Para ello, es necesario que conozcamos a cerca del dispositivo de recogida cerrado más empleado (Pleur- evac), desde su montaje, características y funcionamiento, hasta los controles necesarios para un uso y manejo correctos.

METODOLOGÍA

Para la realización de éste trabajo se llevó a cabo una revisión bibliográfica en la base de datos Cochrane, Google Académico y en la página web de la Asociación de Neumología y Cirugía Torácica del Sur. Además, Se excluyeron todos los artículos cuya fecha de publicación fuese superior a veinte años y los que hacían referencia a pacientes pediátricos.

RESULTADOS:

Un sistema de drenaje torácico consta de los catéteres o tubos que salen del tórax del paciente, los tubos conectores y el sistema recolector (conocido comercialmente como Pleur-evac). Éste es pequeño y fácilmente transportable, permitiendo al paciente levantarse al sillón e incluso pasear.

Consta de tres partes:

  1. Cámara colectora: Formada por tres columnas calibradas y trasparentes para evaluar la cantidad y características del líquido evacuado y velocidad de drenado.
  2. Sello de agua: Permite visualizar la salida de aire del tórax del paciente mediante su burbujeo.
  3. Control de la aspiración: Generalmente -20 cm de agua.

Éste sistema va conectado a una toma de vacío, produciendo una aspiración de baja presión, ayudando así al proceso de drenaje de manera continua.

Además de esta succión, el personal de enfermería manipula el sistema, creando una presión negativa, facilitando el drenaje del líquido y despegando los coágulos, manteniendo permeable el sistema de drenaje.

Los métodos de manipulación son los siguientes:

  • Compresión (“milking”): Comprimir el tubo donde se aplica la torsión o presión.
  • Vaciado (“stripping”): Comprimir el tubo con progresión de proximal a distal incluyendo la utilización de los dedos o de un rodillo de mano.
  • Plegamiento en abanico (“fanfolding”): Doblar el tubo sobre sí mismo y presionar.
  • Percusión (“tapping”): suave y rítmica del tubo torácico con fórceps.

El personal de enfermería es el que más tiempo va a pasar con el paciente y por lo tanto el que tiene la responsabilidad de todos los cuidados que vaya a necesitar para una adecuada recuperación. Destacamos los siguientes cuidados de enfermería en un paciente con drenaje torácico post operado de cirugía cardíaca:

  • Vigilancia exhaustiva de las constantes vitales, preservando una correcta función cardiaca, pulmonar y del resto de órganos corporales.
  • Evaluar frecuentemente el estado de los tubos, valorando su permeabilidad, cantidad de fluido drenado en la cámara colectora, registrar sus características y vigilar la presencia o no de burbujeo del sello de agua. Si existe un sangrado superior a 100cc/h, avisar inmediatamente al médico.
  • Garantizar una manipulación aséptica y segura del dispositivo por parte de todos los profesionales.
  • El sistema colector siempre deberá estar por debajo de la altura del tórax del paciente, para facilitar el drenado por gravedad y evitar que vuelva a entrar a la cavidad torácica.
  • Vigilar la presencia o no de burbujeo en la cámara del sello de agua. Su presencia de manera continua indica una fuga de aire en el sistema. Para detectar la causa, revisaremos si existen grietas, las conexiones están flojas o la salida de alguno de los tubos torácicos.
  • Se recomienda realizar una radiografía de tórax de control diario.
  • Cura diaria del punto de inserción, de manera estéril. Es importante estar atentos y detectar signos de infección (enrojecimiento, calor, supuración de líquido purulento, etc).
  • Valoración holística del paciente, evitando el dolor y el malestar mediante una correcta administración de analgesia a lo largo de todo el postoperatorio para así favorecer una temprana recuperación.
  • Iniciar sedestación de manera precoz, tanto cama- sillón como levantando al paciente al sillón. De esta manera, se mejora el drenado por gravedad.
  • Realizar fisioterapia respiratoria mediante el inspirómetro.
  • Es importante crear un clima de confianza con el paciente y su familia, con una comunicación eficaz, explicando en todo momento qué es lo que se va a hacer y asi poder reducir los niveles de ansiedad que les puede provocar esta situación y poder resolver todas las dudas que tengan.

Generalmente, pasadas 48h tras la técnica quirúrgica, se puede proceder a la retirada del drenaje torácico. Este procedimiento se llevará a cabo por el personal de enfermería, generalmente, pero siempre y cuando lo decida el médico y se cumplan una serie de condiciones.:

  • El drenado sea menor de 200cc en las últimas 24h.
  • Después de la realización de una radiografía de tórax y un ecocardiograma para asegurarnos la ausencia de derrame pericárdico y de un correcto funcionamiento de las cavidades cardiacas. Éste último, es un procedimiento no invasivo que nos proporciona una información muy valiosa y rápida.
  • Los parámetros de coagulación tienen que estar dentro de los rangos de normalidad.
  • Llegar a un consenso en reunión con todo el equipo sanitario, después de haber puesto en común tanto el estado general del paciente, como los resultados objetivos de las pruebas complementarias realizadas.

CONCLUSIONES

  • A día de hoy, existe poca evidencia científica acerca de los beneficios de los métodos de manipulación de los drenajes torácicos en pacientes post operados de cirugía cardíaca.
  • El papel de la enfermera dentro del equipo resulta fundamental durante el postoperatorio inmediato para una pronta y exitosa recuperación del paciente. La calidad asistencial y de los cuidados depende del grado de formación y de la experiencia del personal. Debemos basar los cuidados de enfermería en la mejor evidencia disponible.
  • Con estos conocimientos contribuiremos a una atención más segura al paciente quirúrgico y colaboramos en la formación de nuevos profesionales a cargo de pacientes con éstas características.
  • Un manejo óptimo del drenaje pericárdico aporta: una disminución del riesgo de infección, reducción de los riesgos inherentes al drenaje, mejora de la calidad de vida de estos pacientes mientras sean portadores de éste dispositivo y prevención o abordaje precoz de las complicaciones.

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