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Bioseguridad en el arte de cuidar. Factor de calidad en el proceso de atención salud-enfermedad

madera, empleadas principalmente con enfermos infecciosos.

Las lesiones laborales, de forma general, pueden deberse a diversas causas externas: químicas, biológicas o físicas, entre otras.

Los riesgos químicos, pueden surgir, por la presencia en el entorno de trabajo de gases, vapores o polvos tóxicos o irritantes; este principio llevado al gremio oncológico, constituye la base científica que sustenta la existencia y puesta en práctica de cámaras de flujo laminar, imprescindible en la preparación de las mezclas citotóxicas por Enfermería, como pilar en el tratamiento oncoespecífico, conocido dentro de la ciencia farmacológica como: quimioterapia antineoplásica, si se parte del conocimiento de la existencia y formación de gases tóxicos al preparar estas disoluciones o mezclas. (1)

La eliminación de este riesgo exige el uso adicional de materiales alternativos menos tóxicos con eficacia terapéutica similar demostrada, mejoras de la ventilación, control de las filtraciones y el uso de prendas protectoras, como lo constituye el porte personal estéril del profesional encargado de su preparación, transporte y administración.

Por su parte, es bien conocido, que los riesgos biológicos, surgen por bacterias o virus transmitidos por las personas o animales enfermos/portadores o por equipos en malas condiciones de limpieza o desinfección.

Para limitar o eliminar esos riesgos, es necesario eliminar la fuente de la contaminación o en caso de que no sea posible, utilizar métodos protectores, de aquí la importancia del cumplimiento del esquema de inmunización para el profesional, por una parte, y de limpieza, descontaminación y esterilización del material sanitario que así lo requiera, por otro, y el que no lo requiera, el personal deberá contar con recursos adicionales que le brinden protección, sobre todo a la hora de eliminar objetos o instrumentos contaminados o potencialmente contaminados con productos orgánicos o biológicos (6).

De aquí la existencia de recipientes específicos para su almacenamiento y desecho como los cestos especiales para objetos filosos y punzantes, localizados en las estaciones de Enfermería, o para el instrumental empleado en el trabajo experimental con animales de laboratorio, renglón importante en fases de estudios de ensayos clínicos en oncología, que confieren impulso, confianza y seguridad científica al producto final, dígase: eritropoyetina humana recombinante, estimulante de colonias granulocíticas, anticuerpo monoclonal (Rh3), todos con gran aceptación en la especialidad, que permiten el control de la enfermedad y restablecimiento hematológico del enfermo, para enfrentar la continuidad del tratamiento y su reincorporación a la sociedad.

Entre los riesgos físicos comunes, están el calor, las quemaduras, el ruido, la vibración, los cambios bruscos de presión, la radiación y las descargas eléctricas. Los trabajadores deben usar equipos protectores según el riesgo, el equipo puede consistir en gafas o lentes de seguridad, tapones o protectores para los oídos, mascarillas, trajes, botas, guantes y cascos protectores. Para que sea eficaz, este equipo protector debe ser adecuado según el riesgo y mantenerse en buenas condiciones. (1)

En oncología, se emplean como tratamiento contra el cáncer tanto las radiaciones ionizantes como las no ionizantes, y estas pueden producir efectos agudos o crónicos sobre la salud en relación con la dosis recibida. En la actualidad, no se conocen los efectos de las radiaciones no ionizantes en dosis bajas. Las dosis altas de radiación ionizante producen enfermedades agudas por un lado y efectos retardados, como el cáncer, por otro. Los trabajadores que por su ocupación se exponen a rayos X o a material radiactivo constituyen población de riesgo. (1)

La oncología, oferta al enfermo una posibilidad de tratamiento de la especialidad y lo constituye la radioterapia con el empleo de poderosos equipos, con base en conceptos nucleares (cobalto, acelerador lineal). Una cantidad de radiación superior a 40 Gy produce un deterioro severo en el sistema vascular humano, que desemboca en edema cerebral, trastornos neurológicos y coma profundo, el individuo muere en las 48 horas siguientes, entre 10 y 40 Gy de radiación, los trastornos vasculares son menos serios, pero se produce la pérdida de fluidos y electrolitos que pasan a los espacios intercelulares y al tracto gastrointestinal, el individuo muere en los 10 días siguientes a consecuencia del desequilibrio osmótico, del deterioro de la médula ósea y de la infección terminal, entre 1,5 y 10 Gy, se destruye la médula ósea provocando infección y hemorragia, la persona puede morir 4 o 5 semanas después de la exposición (1).

De aquí, la importancia de la efectiva protección, que abarca desde la infraestructura hasta el porte del profesional que la administra y la protección de las áreas no deseadas expuestas al tratamiento del enfermo. (7)

Es amplia la gama lesiones laborales que atentan contra la seguridad del trabajador de la salud, que no dependen directamente del yo profesional propiamente dicho, pero esto no quiere decir que además pueden deberse a las malas condiciones de trabajo, al uso de equipos y herramientas inadecuadamente diseñadas o mal empleadas, al cansancio, la distracción, la inexperiencia o las acciones arriesgadas. (1)

Partiendo del concepto: (1) “los accidentes surgen por la interacción de los trabajadores con el entorno de trabajo”, se hace necesario examinar cuidadosamente ambos elementos, para reducir el riesgo de lesiones. En los últimos años, los ingenieros han tratado de desarrollar un enfoque sistémico (la denominada ingeniería de seguridad) para la prevención de accidentes laborales, como respuesta a mediano plazo que contribuya a la seguridad laboral, que en lo personal, el autor lo considera como base para el desarrollo de lo que se conoce en la actualidad como bioseguridad.

El enfoque sistémico estudia las siguientes áreas: lugares de trabajo (para eliminar o controlar los riesgos), métodos y prácticas de actuación y formación de empleados y supervisores, además, el enfoque sistémico exige un examen en profundidad de todos los accidentes que se han producido o han estado a punto de producirse. Se registran los datos esenciales sobre estas contingencias, junto con el historial del trabajador implicado, con el fin de encontrar y eliminar combinaciones de elementos que puedan provocar nuevos riesgos. (1)

El enfoque sistémico también dedica una atención especial a las capacidades y limitaciones de los trabajadores, y reconoce la existencia de grandes diferencias individuales entre las capacidades físicas y fisiológicas de las personas. Por eso, siempre que sea posible, las tareas deben asignarse a los trabajadores más adecuados para ellas. (1)

Otra parte importante, lo constituye el control epidemiológico de infecciones nosocomiales, que afectan tanto al enfermo propiamente dicho como al trabajador de la salud, y para lograrlo son fundamentales las medidas para evitar la transmisión de gérmenes causantes o potencialmente causantes de enfermedades, en la actualidad, según datos de la Sociedad Internacional de Enfermedades Infecciosas (ISID), las