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Comportamiento de la sexualidad femenina en pacientes pertenecientes al CMF de la punta

El Trastornos del deseo o interés sexual: se observó con frecuencia en las mujeres adultas maduras, las que referían ausencia, disminución del interés o deseo sexual, de pensamientos y fantasía sexuales y una ausencia de deseo respuestas. Existió mayor disminución de lo que se podía esperar por la edad, influyeron además circunstancias de la vida de las mujeres, así como la duración de las relaciones. Estos resultados coinciden con la literatura nacional y extranjera, que refieren después de la menopausia muchas mujeres sienten menos deseo sexual, tienen resequedad vaginal o dolor durante el coito (penetración del pene en la vagina) debido a la disminución de una hormona corporal llamada estrógeno. (35,36)

El estrés de la vida cotidiana también puede afectar su capacidad para tener relaciones sexuales. Estar cansado por un día de trabajo fuerte o por cuidar niños pequeños puede afectar su deseo sexual o usted puede estar aburrida por una rutina sexual que ha durado mucho tiempo.

Laumann y su equipo, quienes hace una década realizaron un estudio de parejas de adultos más jóvenes, descubrieron que las disfunciones sexuales, cómo experimentar dolor durante el sexo o incapacidad de llegar al orgasmo, tienden a aumentar a medida que los adultos llegan a la edad madura.

Los estudios de La Lisa y Guanajay revelaron una tasa de prevalencia de insatisfacción con la vida de 7%, y una frecuencia de mujeres muy satisfechas de 8%. Dichos resultados coinciden con lo aseverado por Diener y otros, en cuanto a las pequeñas frecuencias de muy alto y muy bajo bienestar subjetivo encontradas en los países con orientación colectivista. (25, 26, 27)

En la investigación predominaron las mujeres que presentaban trastorno del deseo con relación de pareja de 7 a 11 años, esto guarda relación con otras investigaciones a nivel nacional e internacional quienes coinciden en el hecho que después de cierto tiempo, con una misma relación de pareja puede caerse en monotonía, falta de iniciativa, de juegos sexuales e incluso de infidelidad que originan disfunciones sexuales especialmente trastornos del deseo.

El agotamiento físico predominó en las mujeres entre 40 y 49 años seguido del uso del preservativo como principales causas de trastornos del deseo. Estos resultados guardan relación con estudios realizados por Nappi, Verde, Polanti, Genazzani y Zara en Italia, pero en menor cuantía ya que ellos estudiaron una mayor muestra, ambos coinciden en que las mujeres comprendidas entre esas edades comienzan a desempeñar roles importante en su centro de trabajo que comparten con los roles desempeñados en el hogar, sin dejar de mencionar la actitud machista que impera en la sociedad, donde la mujer es la máxima responsable de la custodia, limpieza, y todo cuidado con los hijos y la familia.

La mujer cubana alcanza en esta etapa el máximo esplendor de desarrollo social, intelectual e intimo personal, sabe que su papel en la sociedad es muy importante unido a su rol familiar él cuál no debe descuidar, pero cuando llega a casa sus reservas están prácticamente agotadas, disminuyendo de esta forma su deseo sexual ya que estos factores físicos unidos a la falta de atracción, el temor a fracasar o la poca dedicación al juego amoroso y a la seducción por parte de la pareja están estrechamente relacionados con una sexualidad plena.

Resulta preocupante como el uso del preservativo durante la relación sexual, fue el factor de salud física que más incidió como trastorno del deseo o interés por el sexo en las féminas durante la primera etapa de la adultez, según refirieron las pacientes encuestadas el preservativo fue un obstáculo para sentir deseo por el sexo, debido a tabúes persistentes en la sociedad relacionado con la pérdida de la sensibilidad, poca efectividad y disminución del placer con la utilización de este método, seguido de la maternidad y cuidados de niños pequeños, esto guarda relación con el hecho de que es precisamente en esta edad cuando los hijos demandan mayor atención y por tanto mayor desgaste y cansancio de la madre.

Estudios realizados en México y Guatemala avalan estos resultados por la presencia de trastornos del deseo debido a la maternidad, pero no coinciden con esta investigación en la edad de las mujeres, ya que sus mujeres desde etapas muy tempranas de sus vidas tienen que asumir el matrimonio en busca de alguien que la sustente económicamente, y siguen procreando mientras estén en la etapa reproductiva, sin tener en cuenta las condiciones de vida y la planificación familiar.

La capacidad de amar y la necesidad de amor acompañan al hombre durante toda la vida. La sexualidad va mucho más allá de la simple relación coital, está presente a cada momento del día en una caricia, un beso, un abrazo, un piropo, un halago… La compañía de una pareja es fuente de seguridad, confianza en la vida, alegría de vivir, motivación y bienestar.

Muchos han sido los estudios dedicados a obtener información respecto a las prácticas sexuales en los adolescentes de hoy, a pesar de diversos enfoques y de las diferencias entre los medios en que éstos se han efectuado, se han comprobado puntos de coincidencia entre los mismos como son la tendencia manifiesta al inicio precoz de las relaciones coitales en ambos sexos; escaso conocimiento y utilización de métodos anticonceptivos; relación de pareja débil con continuos cambios, lo que lleva a la promiscuidad sexual unido al poco conocimiento sobre las infecciones de transmisión sexual y cómo prevenirlas.

Otros autores pero a nivel internacional al abordar las prácticas sexuales de los adolescentes encontraron que tenían escaso acceso a Servicios de Salud y Educación Sexual, recibían por lo general información distorsionada a través de sus parejas sexuales y grupos de padres no capacitados. (30, 31)

Los factores psico-sociales ocasionan trastornos del deseo independientemente de la edad. El desconocimiento sobre sexualidad influye notablemente en las pacientes estudiadas, ya que no encuentran las vías de apoderarse de conocimientos sobre el tema que le permita alcanzar una salud sexual óptima. Los factores estresantes jugaron un papel importante en esta investigación contribuyendo de forma negativa a la falta de deseo sexual. Estos resultados coinciden con estudios nacionales realizados aunque Hubbard y Workman expresan: el punto es no evitar todo el estrés, sino reconocerlo y responder adecuadamente. Si el estrés es un agresor, usted necesita alejarse o defenderse. Pero si el estrés es un reto en el trabajo o un amante que lo saca de «equilibrio» durante un rato, eso puede ser algo bueno, «En la vida cotidiana, el crecimiento personal rara vez ocurre sin algo de incomodidad.» Y recuerde, usted puede responder en más de una manera.

Muchas mujeres consideran que las consecuencias psicológicas del abuso son aún más serias que los efectos físicos ya que la experiencia abusiva destruye el amor propio de la mujer exponiéndola a mayores riesgos de problemas de salud mental como son: ansiedad, estrés post-traumático, depresión, auto abandono, autoagresión, perturbaciones del sueño, desórdenes alimentarios, falta de capacidad para adquirir conocimientos y adicciones.

Aunque esta forma de violencia ocurre en mujeres de cualquier edad, los datos de las investigaciones demuestran que las mujeres jóvenes son más propensas al riesgo de una agresión por el compañero íntimo.

En Cuba la violencia a la mujer por parte del compañero íntimo es más evidente en la provincias orientales, seguidas de las centrales y menor frecuencia las occidentales esto se debe al grado de civilización, comunicación, mejor nivel socio cultural, mayor índice de empleo. La vida nocturna juega un papel importante con visitas a cines, teatros entre otros. (32, 33)

La gran mayoría de los adolescentes de esta serie han sufrido o tiene una infección de transmisión sexual, reconociendo que sus relaciones sexuales son imprevistas y tienen lugar en momentos, situaciones y lugares totalmente inadecuados, lo que dificulta su prevención y son causa además de embarazos no deseados. En nuestro país existe un número considerable de población joven, adolescentes entre 11 y 18 años con ITS, que asisten a las escuelas por lo que constituye un recurso básico para propiciar en la juventud comportamientos sexuales sanos y responsables.

Fue significativa la prevalencia de hipertensión y obesidad resultando de interés su análisis y relación con el grado de satisfacción sexual, ya que estas enfermedades al afectar la calidad de vida de la mujer, impacta negativamente en la relación de pareja. En estudios recientes se ha demostrado que pacientes con estas afecciones, tanto su médico como él se preocupan por el tratamiento dietético y farmacológico y no por su salud sexual, ni cómo manejar su enfermedad en torno a esta, disminuyendo así su motivación sobre el tema.

El trastorno subjetivo fue el de mayor número en las pacientes estudiadas el cual aparece con diferencia significativa en aquellas mujeres que presentan un tipo de respuesta bajo lo que se corresponde con las bibliografías consultadas donde estas mujeres lograban una mayor excitación a través de la visualización de videos, revistas, afiches, pinturas artísticas etc.

Para que la comunicación en sexualidad fluya de la forma más adecuada, debe estar condicionado por el nivel de conocimientos adquiridos de manera formal e informal, por las creencias religiosas y las experiencias personales y estará condicionada por múltiples factores que dificultarán la sintonización en una misma onda de frecuencia.

Los trastornos de la comunicación cada vez son más frecuentes en las parejas de hoy en día y en la serie estudiada se pudo apreciar que las pacientes con comunicación inadecuada eran mayoritarias, existiendo con diferencias estadísticas significativas un predominio de mujeres que cambian frecuentemente de pareja y que practican la promiscuidad.

Llama la atención como las pacientes cuya conducta es homosexual mantienen una comunicación más adecuada.

Según D. W. Cory (1970), asienta que la palabra homosexualidad tanto para hombres como mujeres se utilizará para hacer referencia a la práctica, de la actividad sexual y a la excitación psicológica que hace desear el acto sexual o el establecer una relación afectiva con personas del mismo sexo. En lo concerniente a la homosexualidad en mujeres se tiene poca información.

Se hace necesario identificar las principales manifestaciones clínicas, psicológicas y sociales que influyen en la sexualidad, ya que son precisamente las manifestaciones psicológicas las que tienen capital importancia y son la base sobre la que se asienta, las principales disfunciones sexuales, es esencial lograr el entrenamiento en cuanto a la interrelación entre lo biológico, lo psicológico y su transpolación a lo social.

Kenduckar, 2008 subraya en sus hallazgos el impacto que los trastornos depresivos mayores, la ansiedad generalizada, y el trastorno obsesivo-compulsivo tiene en el funcionamiento sexual y la necesidad de ser estudiados individualizados.

Conclusiones

Predominó en la serie las mujeres en la edad mediana, secundíparas, preuniversitarias con nivel de conocimiento y comunicación inadecuada, mientras las pacientes jóvenes comienzan precozmente las relaciones y mayor número de compañeros sexuales.

En las pacientes con disfunciones sexuales predominó el trastorno del deseo, las dispareunias, las infecciones vaginales así como las manifestaciones psicológicas.

Recomendaciones

Realizar estudios de intervención comunitaria que aborden la salud sexual de manera multi e interdisciplinaria para contribuir al desarrollo de una sexualidad plena y responsable.

Valorar la posibilidad de instaurar una consulta de sexualidad general en el área del policlínico.

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