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Desarrollo tecnológico, su impacto social en el diagnóstico y tratamiento de afecciones oftalmológicas

países del tercer mundo. La existencia de un código de ética de los científicos cubanos en cierta medida refleja todo esto. En otras palabras, el desarrollo científico, tecnológico y educativo cubano transparenta las estrechas relaciones entre ciencia, tecnología y sociedad; entre la ciencia, la tecnología, la política y los valores.

El debate en torno al desarrollo de ciencia y tecnología en Cuba ha tenido frecuentemente un carácter público y participan en él de diferentes modos numerosos agentes sociales. Una expresión clara de esto es el llamado Fórum de Ciencia y Técnica, una experiencia de participación pública que requiere aún un estudio detallado pero que sin dudas reviste un carácter singular. Brevemente, el Fórum es un concurso público y periódico de innovación científico-técnica a nivel nacional que cuenta con una gran popularidad en la isla. A él concurren en pie de igualdad tanto el trabajador más humilde en, digamos, una cadena de producción de bicicletas como el biotecnólogo de la Universidad de La Habana. Lo que se valora es haber hecho algo, un cambio en la disposición de tornillos o la síntesis de una vacuna, que se traduzca en mejora social (17).

Dentro de ese panorama la posición de Cuba es muy singular: con relación a sus recursos económicos, el país ha hecho un esfuerzo extraordinario en ciencia y tecnología lo cual expresa una voluntad política muy definida. Cuba sigue apostando al desarrollo científico y tecnológico como vehículo del desarrollo social. La ambición por satisfacer las necesidades humanas básicas (en salud, alimentación, etc.) y la necesidad de articular de modo beneficioso la economía cubana a la economía internacional, son los móviles del desarrollo científico y tecnológico cubano que descansa en un esfuerzo educacional sostenido por casi 40 años.

ACERCAMIENTO A LA SALUD VISUAL.

Con lo expresado anteriormente, es indispensable que estas posiciones se tomen en cuenta a la hora de pensar el tema desde la ciencia oftalmológica. Puesto que es preciso erradicar concepciones que limitan el objeto de la profesión – especialidad, a la cuestión de las enfermedades de la visión; estas aunque de tremendo significado social no han sido consideradas en toda la amplitud de su relación con la sociedad. Se puede argumentar todavía un poco más y considerarla como un proceso tendente al desarrollo de la calidad de la vida. En eso radicaría fundamentalmente el énfasis en la Salud Visual como proceso.

Visto de ese modo, una primera aproximación a la Salud Visual, como concepto, puede considerar que:

Es el proceso en el cual la sociedad, ayudada por la ciencia oftalmológica entre otras especialidades médicas, active sus potencialidades para mejorar las condiciones sociales y medio ambientales que generan los problemas de ceguera y baja visión, mientras que educa, promueve y facilita el desarrollo de valores y actitudes cultas de la población para el logro de una calidad de vida que propende la felicidad del ser humano.

Organismos internacionales y organizaciones médicas han estado abordando el asunto desde proyectos que pretenden «eliminar las enfermedades y luchar contra la ceguera», y eso puede ser comprendido de modo limitado, sino se tiene en cuenta, no sólo los desarrollos desde la ciencia oftalmológica y el siempre creciente uso de la tecnología avanzada, sino la sociedad como organismo, y las potencialidades para generar soluciones a los problemas de la ceguera y la baja visión, pensando desde el objetivo de la visión óptima pero también en la rehabilitación de incapacidades residuales y ceguera total (18).

Tomar como sustento concepcional este modo de abordar la Salud Visual a la luz de la ciencia y la tecnología actual, significaría una nueva manera de interpretar las necesidades sociales, una nueva manera de organizar los servicios de salud, y de orientar la actividad científico-tecnológica y la formación del profesional, en síntesis, un nuevo modo de ser profesional desde la oftalmología en particular.

Asimismo se reconoce que el conocimiento por sí mismo no transforma las economías o la sociedad, sino que puede hacerlo en el marco de sistemas sociales – nacionales de ciencia, tecnología e innovación, que posibiliten su incorporación al sector productor de bienes y servicios.

Resulta necesario tomar en cuenta, las capacidades y conocimientos asociados a los procesos de investigación y desarrollo, las capacidades y conocimientos asociados a procesos de otra naturaleza en los que intervienen diversos actores e instituciones, tanto públicos como privados, que participan, de una u otra forma, en el proceso de generación, difusión y absorción del conocimiento y de las innovaciones en las sociedades modernas, articulando los diversos procesos de aprendizaje científico y tecnológico de los distintos actores sociales.

El proceso de innovación en nuestra sociedad focaliza los recursos en aquellas actividades y proyectos que puedan resolver los problemas prioritarios donde juegan el papel fundamental los sociales, siendo el sector de la salud uno de los más importantes, pues de ello depende no sólo el bienestar físico y mental del hombre sino también su vida en sociedad y desempeño laboral, y en respuesta a esto surge la Misión Milagro regresando no sólo la visión sino las esperanzas de un mejor porvenir (19)

MISIÓN MILAGRO COMO TECNOLOGÍA SOCIAL.

Premisas de la Misión Milagro

Nace oficialmente por iniciativa del Presidente Cubano Fidel Castro, el 8 de Julio del 2004, siendo apoyada de manera incondicional por la República Bolivariana de Venezuela. La misma surge como consecuencia de la detección de miles de personas con problemas oftalmológicos incorporadas a la Misión Barrio Adentro, las cuales no podían leer ni escribir.

Fidel, exponente máximo del humanismo en el mundo, concibió la idea de desarrollar un proyecto de atención médica para solucionar el problema de la cantidad de seres humanos que quedaban ciegos por afecciones oftalmológicas curables, en países de América Latina y el Caribe, con bajos recursos económicos independientemente de su nacionalidad, religión y filiación política, constituyendo una prueba fehaciente de lo mucho que pueden hacer nuestros pueblos cuando existe voluntad política, amor, solidaridad y hermandad.

Esta vocación humanista de la Revolución Cubana, constituye un inicio grandioso para globalizar la solidaridad y continuar los senderos de una lucha basada en los anhelos integracionistas de los grandes próceres americanos encabezados por Bolívar, en aras de saldar deudas con los pueblos oprimidos de América que ya despiertan a su segunda y definitiva independencia, marcando la diferencia entre el bando de los que fundan y