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Manejo del dolor en cuidados oncológicos y paliativos

Manejo del dolor en cuidados oncológicos y paliativos

El dolor es algo común de muchas enfermedades, lo definimos de diferentes maneras pero con frecuencia se describe como una experiencia sensorial y emocional desagradable, que generalmente se asocia con una lesión presente o potencial que se expresa como si ésta existiera. La presencia del dolor dentro de un proceso oncológico es variable, y depende del tipo y de la extensión de la enfermedad, así como de la propia tolerancia individual al dolor de cada persona.

AUTORES:

  • Laura Rodríguez Álvarez. Diplomada en Enfermería.
  • Elvira López Sánchez. Diplomada en Enfermería.
  • Eva Barroso Santamaría. Graduada en Enfermería.

RESUMEN:

El dolor es el síntoma principal en los pacientes oncológicos. Por ello, el alivio del dolor y los cuidados paliativos son prioritarios en el programa mundial del cáncer de la OMS, insistiendo en que los sistemas sanitarios pongan en marcha programas de vigilancia del control del dolor.

PALABRAS CLAVES: Dolor, manejo, escalas, alivio, cáncer

INTRODUCCIÓN:

El dolor en el paciente oncológico puede tener distintos orígenes, por lo que su aparición no tiene por qué ser un signo de progresión de la enfermedad. En unos casos, el dolor ocurre por la presión que ejerce el crecimiento del tumor sobre tejidos como los huesos, los nervios u otros órganos del cuerpo. No obstante, el dolor puede estar causado por el propio tratamiento de la enfermedad.

El dolor oncológico se puede clasificar de distintas maneras en función de su intensidad, duración o de sus características. Las escalas nos ayudan a medir la intensidad del dolor y podemos hablar de:

ESCALA DESCRIPTIVA SIMPLE o de valoración verbal, representa el abordaje más básico para medir el dolor, y generalmente es útil para el investigador, debido a lo fácil de su aplicación. También considera el dolor de un modo unidimensional y sólo determinan la magnitud del dolor.

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ESCALA VISUAL ANALÓGICA DE LA INTENSIDAD DEL DOLOR (EVA), se emplearon inicialmente en la valoración del estado de ánimo en psicología. Dada su simplicidad y facilidad de cumplimentación se adaptaron rápidamente a la medición de la intensidad del dolor. EVA consiste en una línea de 10 cm con dos extremos de intensidad. El paciente hace una marca en la línea que representará el nivel de la intensidad del dolor.

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ESCALA DE VALORACIÓN NUMÉRICA, es una de las más comúnmente empleadas. El paciente debe asignar al dolor un valor numérico entre dos puntos extremos (0 a 10).

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ESCALA DE CAMPBELL, Esta escala es usada en pacientes críticos e inconscientes , cuenta con 5 ítems conductuales, musculatura facial, tranquilidad, tono muscular, respuesta verbal y confortabilidad, con un rango total de puntuación de 0 (ausencia de dolor) a 10 puntos (máximo dolor). La misma está diseñada no sólo para evaluar la presencia de dolor, sino para cuantificar su intensidad.

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TERMÓMETRO DE DOLOR DE IOWA, Otra escala que ha demostrado ser de mucha utilidad en pacientes adultos mayores con déficit cognitivo moderado a severo o que tienen dificultades en comunicarse verbalmente. El mismo tiene forma de termómetro, es vertical y posee una graduación de trasparencia hasta e rojo intenso, indicando el máximo dolor. Al costado presenta referencias escritas sobre intensidad del dolor.

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También podemos valorar el dolor a través de cuestionarios, midiendo la intensidad, incapacidad y alteraciones de la afectividad.

CUESTIONARIO MCGILL, para el dolor crónico, evalúa aspectos cuantitativos y cualitativos del dolor, como son localización, cualidad, propiedades temporales e intensidad. Consta de varias partes claramente diferenciadas, la localización del dolor, que suele representarse por una figura esquematizada del cuerpo humano, donde el paciente señala las zonas en las que siente dolor. Cualidad del dolor, el paciente debe escoger de entre una amplia lista de tipos de dolor aquellas características que definen el que presenta. Están agrupados en varias categorías que a su vez forman cuatro grandes grupos: sensorial, emocional, valorativo y miscelánea. Intensidad del dolor en el momento actual: se explora mediante una pregunta con cinco posibles categorías de respuesta. Valoración del dolor en el momento actual mediante una escala analógica visual, que va desde “sin dolor” a “dolor insoportable”. El paciente tiene que escoger las palabras que mejor describan su situación, cada adjetivo tiene asignada una puntuación. La puntuación refleja el modo en que éste califica su propia experiencia dolorosa y por consiguiente valorar la influencia dolorosa que ejercen los factores emocionales y sensoriales que la integran.

Este cuestionario es de poca utilidad en la valoración del dolor agudo por la gran complejidad (vocabulario, tiempo necesario para realizarlo) y la menor repercusión psicológica.

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CUESTIONARIO DE LATTINER, es más limitado que el anterior, pero con la ventaja de su fácil entendimiento y rápida realización. La puntación máxima es 20 y es de mucha utilidad cuando se valora el tratamiento realizado. Contempla intensidad del dolor, frecuencia, analgesia y factores que lo provocan o lo mejoran. Se usan preguntas abiertas.

CONCLUSIÓN:

Debemos mejorar el control del dolor de nuestros pacientes, intentando enseñarlos a cómo deben  percibir el dolor y cuando deben darle importancia, pues muchos enfermos creen que el dolor forma parte de su afección y que es inevitable e intratable y que sólo deben tomar analgésicos cuando es necesario, nosotros debemos hacerles comprende que el dolor es evitable y que no tienen porque sufrirlo, ante todo una educación sanitaria en este campo, haciéndole entender que si el dolor empeora la medicación seguirá haciéndole efecto.

Por otra parte un buen apoyo emocional tanto al paciente como a la familia, ya que en el proceso oncológico no suele estar solos los pacientes y por ello debemos tratar en conjunto al paciente y familia del mismo.

En cuanto a los profesionales sanitarios que trabajen en este campo, deben tener una formación adicional ante la administración de los diferentes fármacos analgésicos, diferenciando entres los distintos escalones y tratando de forma acertada a cada tipo de dolor. Al tener una información suplementaria los pacientes pueden ser tratados de la mejor forma y por lo tanto evitamos fármacos erróneos que lleguen a la intoxicación o al no alivio del dolor padecido.

Es eficaz un seguimiento adecuado del paciente, así podemos verificar que el tratamiento sea el adecuado y este realizando el efecto que deseamos,

El equipo médico, debe aprender a comunicarse con el paciente y la familia entrando más en el ámbito emocional de estos, comprendiéndolos y sobre todo escuchándolos, es muy importante que el equipo sanitario que comience el proceso oncológico del paciente siempre sea el mismo, para que el usuario pueda sentir una confianza y bienestar a nuestro lado.

Hoy en día el manejo del dolor es un campo muy amplio que desgraciadamente no es tratado por todos los profesionales de igual manera, por ello una de las mejores propuestas que se me pueden ocurrir, es crear un manual principal donde se recoja el modo en el que abordar cada tipo de dolor y como empezar a abordarlo según el tipo del dolor, usando los escalones medicinales que deben empezar a utilizarse, desde el primer nivel hasta el tercer nivel, siguiendo así unas normas de administración de fármacos.

De esta forma evitamos que los profesionales comiencen a tratar el dolor siempre desde el primer escalón (excepto cuando se trate de un dolor muy avanzado donde deben saltarse el primer nivel para paliar el dolor), y los fármacos tengan una buena utilización. Este manual normativo del uso de fármacos para paliar el dolor oncológico (analgésicos, mórficos, antieméticos etc.) debería estar disponible para todos los profesionales sanitarios que traten el dolor oncológico.

Anexos

Anexos – Manejo del dolor en cuidados oncológicos y paliativos

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 BIBLIOGRAFÍA:

  • Serrano-Atero MS, Caballero J, Cañas A, García-Saura PL, Serrano-Álvarez C and Prieto J. Pain assessment. Valoración del dolor. Rev Soc Esp Dolor. Granada. 2002.
  • Juan Carulla Torrent. Coordinador de Oncología y Cuidados Continuos Hospital General “Mateu Orfila” IB-Salut. Evaluación del dolor, Instrumentos disponibles, Cuándo, Cómo y Quién debe medir el dolor. Menorca. Islas Baleares.
  • Agustín Ángel García Muñoz. Valoración y cuidados de enfermería en el enfermo terminal.
  • Martin Clarett Clínica y Maternidad Suizo Argentina. Instituto Argentino de Diagnóstico y Tratamiento. Lic. Vanesa Pavlotsky Especialista en Kinesiología en el
  • Paciente Crítico SATI Clínica Bazterrica. Escalas de Evaluación del dolor y protocolo de analgesia en terapia intensiva. Argentina. 2012.