Inicio > Rehabilitación y Fisioterapia > Efectos del ejercicio físico tras el trasplante renal

Efectos del ejercicio físico tras el trasplante renal

Efectos del ejercicio físico tras el trasplante renal

Autora principal: Ángela Valer Pelarda

Vol. XV; nº 13; 666

Effects of physical exercise after kidney transplant

Fecha de recepción: 03/05/2020

Fecha de aceptación: 01/07/2020

Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XV. Número 13 –  Primera quincena de Julio de 2020 – Página inicial: Vol. XV; nº 13; 666

Autores:

Ángela Valer Pelarda. Graduada en Enfermería. Enfermera en Hospital Clínico Universitario de Zaragoza. Servicio Aragonés de Salud, Zaragoza, España.

Marta Gasca Carceller. Graduada en Enfermería. Enfermera en Servicio Contra Incendios, de Salvamento y Protección Civil Ayuntamiento de Zaragoza, España.

Elsa Mallor López. Graduada en Fisioterapia. Fisioterapeuta en Hospital Universitario Miguel Servet. Servicio Aragonés de Salud, Zaragoza, España.

Mª Mar Sancho García. Graduada en Fisioterapia. Fisioterapeuta en Hospital Universitario Miguel Servet. Servicio Aragonés de Salud, Zaragoza, España.

Ana Carmen Valer Pelarda. Graduada en Fisioterapia. Fisioterapeuta en Hospital Universitario Miguel Servet. Servicio Aragonés de Salud, Zaragoza, España.

Resumen:

El tratamiento ideal para los pacientes que padecen enfermedad renal crónica es el trasplante renal. Éste aumenta su calidad de vida y su supervivencia.

El proceso del trasplante renal es largo y complejo e influyen múltiples intervenciones y actividades en su éxito. Una de ellas es el ejercicio físico que debe ser pautado y controlado.

El ejercicio físico es un pilar en la recuperación del paciente trasplantado de riñón, tiene múltiples beneficios a nivel físico, psicológico y social. Reduce la morbimortalidad, previene los riesgos cardiovasculares, obesidad, hipertensión, dislipemias y diabetes, mejora el sueño, la autoestima, y puede acelerar el alta médica.
Palabras clave:

Ejercicio, trasplante renal, educación

Summary:
The ideal treatment for patients with chronic kidney disease is a kidney transplant. This increases their quality of life and survival.
The kidney transplant process is long and complex and multiple interventions and activities influence its success. One of them is physical exercise that must be prescribed and controlled.

Physical exercise is a pillar in the recovery of the kidney transplant patient, it has multiple benefits on a physical, psychological and social level. It reduces morbidity and mortality, prevents cardiovascular risks, obesity, hypertension, dyslipidemia and diabetes, improves sleep, self-esteem, and can speed up medical discharge.

Keywords:

Exercise, kidney transplant, education

Introducción:

El trasplante renal es el tratamiento electivo para los pacientes afectados de enfermedad renal crónica, puesto que mejora la calidad de vida y la supervivencia en comparación con los otros tratamientos alternativos, hemodiálisis y la diálisis peritoneal1.

España es líder mundial en donación y trasplante2. Según el informe de la Organización Nacional de Trasplantes, del año 2017 se alcanzó un récord histórico en España, se hicieron 5.261 trasplantes de órganos, de los cuales 3.269 fueron trasplantes de riñón. En el 2018, en el Hospital Clínico de Valladolid se batió récord, con 60 riñones trasplantados.

El número de trasplantes cada vez es mayor y los receptores tienen una edad más avanzada por lo que es necesario aumentar la supervivencia del injerto e incrementar la calidad de vida de los pacientes. Esto se consigue a través de varios pilares fundamentales como son: el tratamiento inmunosupresor, el ejercicio físico, la nutrición personalizada y el apoyo psicológico y social.

El proceso de trasplante es complejo y multifactorial.

El paciente que llega al hospital para recibir el riñón es un paciente con una patología previa además de la enfermedad renal crónica presenta otras patologías añadidas. Las más prevalentes son las enfermedades cardiovasculares y la diabetes mellitus.

Uno de los condicionantes para que le trasplante sea un éxito inmediato y prolongado es que el candidato a realizarse un trasplante renal llegue en las mejores condiciones médicas posibles

El periodo postoperatorio comprende desde la salida del quirófano hasta 3 meses después del alta hospitalaria, es decir es una etapa muy compleja hasta que el órgano comienza a funcionar de forma adecuada.

En el postoperatorio inmediato los pacientes permanecen encamados e inactivos.

A estos pacientes se les prescribe inmunosupresores con el fin de evitar el rechazo del nuevo órgano. Estos medicamentos tienen efectos secundarios como: aumento riesgo de infecciones y de tumores, hipertensión arterial, hipercolesterolemia e incremento del riesgo de diabetes.

Además, el tratamiento con medicación inmunosupresora puede afectar negativamente la masa, a la estructura y al metabolismo muscular.

Por otra parte, los esteroides utilizados incrementan el apetito y la grasa corporal, aumentan el riesgo de sufrir sarcopenia y promueven el riesgo de sufrir el síndrome metabólico.

En su mayoría los pacientes trasplantados de riñón experimentan un aumento de peso, debilidad muscular, disminución de la tolerancia al ejercicio y una reducción de la capacidad aeróbica3.

Obesidad tras el trasplante renal

Tras el trasplante renal se suele producir un aumento de peso. Tanto el sobrepeso como la obesidad se asocian a un aumento complicaciones de enfermedades4.

El incremento de peso entre la población general adulta es multicausal y está influenciado por varios factores como son la genética, el sexo, la edad, la raza, la alimentación, los factores ambientales, el estilo de vida, el sedentarismo, el estado de salud etc.

En los pacientes trasplantados debemos añadir los efectos secundarios provocados por los inmunosupresores y los corticoides que incrementan el apetito, aumentan la grasa corporal, y alteran su distribución, modifican el metabolismo de los lípidos y provocan edemas.

Entre los receptores de trasplante renal, hay evidencia de que se produce un sobrepeso de más del 10%, que hace aumentar las posibilidades de sufrir diabetes e hipercolesterolemia inducida por los esteroides prescritos. En alguno de los estudios revisados se refleja que hasta un 50% de la muestra analizada es obesa5

Hay una fuerte evidencia científica que indica que la función y supervivencia del implante puede verse afectada negativamente por la obesidad tanto a corto como a largo plazo.

También hay que reseñar que la obesidad incrementa las posibles complicaciones quirúrgicas, especialmente las relacionadas con la herida quirúrgica y las complicaciones urológicas

Se debe incluir en el tratamiento postrasplante renal un tratamiento de la obesidad en el que se paute un programa de ejercicio físico adecuado, un plan dietético con ajuste de las calorías tomadas y consumidas y una minimización de la dosis de esteroides en cuanto sea posible.

            Efectos del ejercicio físico:

            Son numerosos los beneficios de la realización de ejercicio físico de forma pautada y regular tanto a nivel físico como a nivel psicológico y social para la salud del paciente trasplantado:

  • Disminuye la comorbilidad e incidencia de algunas enfermedades como son: la hipertensión arterial, diabetes mellitus, enfermedades cardiovasculares, hipercolesterolemia, algunos tipos de cáncer.
  • Mejora el control del peso corporal, disminuye la grasa corporal y aumenta la masa muscular.
  • Aumenta la fuerza y la resistencia muscular.
  • Mejora la capacidad para la realización las actividades de la vida diaria.
  • Mejora la calidad del sueño y facilita su conciliación.
  • Disminuye el estrés y algunas enfermedades relacionadas con él como la ansiedad y la depresión
  • Ayuda a mejorar la autoestima y el concepto de la imagen personal.
  • Mejora la calidad de vida.
  • Aumenta la interacción social y mejora las relaciones con los demás.

Ejercicio físico pautado:

Generalmente las personas trasplantadas renales tienen una capacidad aeróbica baja y un estilo de vida sedentario6.

Evaluaremos la condición física previa y la calidad de vida del paciente para planificar el programa de ejercicio más adecuado a sus capacidades.

Según los estudios revisados objetivamos una clara necesidad de incluir programas de ejercicio físico supervisado en el periodo del postrasplante renal con el fin de incrementar su calidad de vida7.

Esta práctica de ejercicio físico se debe monitorizar y realizar de forma regular.

Hay que incluir en los programas tanto entrenamiento aeróbico como entrenamiento de fuerza.

Una vez recibe el alta hospitalaria, con las recomendaciones médicas pertinentes, el paciente debe reiniciar su vida habitual de manera progresiva. Generalmente no existe ninguna limitación para la realización de una actividad física moderada.

Con la autorización de su nefrólogo, actualmente también es posible participar en competiciones para pacientes trasplantados tanto a nivel nacional como internacional.  Estos campeonatos son diversos; tenis, atletismo, ciclismo, natación….

Conclusiones:

La condición física, fuerza y masa muscular y la calidad de vida de los pacientes trasplantados es menor que la población general, lo que les hace ser un grupo de riesgo.

Es primordial la educación para la salud durante todo el proceso del trasplante, los pacientes deben seguir las instrucciones de los médicos y de enfermería del equipo de trasplante, en especial las referentes a la toma de la medicación pautada y a la práctica de hábitos de vida saludables, incluyendo el ejercicio como un pilar fundamental del tratamiento.

Se debe promover la prescripción del ejercicio físico y establecer un plan y seguimiento de la condición física de estos pacientes.

Actualmente hay limitada evidencia del impacto de los programas de rehabilitación física y entrenamiento deportivo en pacientes con trasplante renal. Por lo que consideramos necesario seguir investigando en esta línea.

Bibliografía

  1. K/DOQI clinical practice guidelines for chronic kidney disease: evaluation, classification, and stratification. Am J Kidney Dis 2002;39(2 Suppl. 1):S1-266
  2. García-García G, Harden P, Chapman J. The global role of kidney transplantation. Nefrologia 2012;32(1):1-6.
  3. Didsbury M, McGee RG, Tong A, Craig JC, Chapman JR, Chadban S, et al. Exercise training in solid organ transplant recipients: a systematic review and meta-analysis. Transplantation 2013;95:679-87
  4. Fernández Castillo R, Fernandez Gallegos R, Esteban de la Rosa RJ, Peña Amaro MP. Nutr Hosp. 2014;30(2):287-292
  5. Bach Pascual A, Martínez Sáez A, Martínez Delgado Y, Sobrado Sobrado O, Junyent i Iglesias E. Revista Seden. 2016; Vol.19 Supl1
  6. Bellizzi V, Cupisti A, Capitanini A, Calella P, D’Alessandro C. Physical activity and renal transplantation. Kidney Blood Press Res 2014;39:212-9
  7. Stefanovic V, Milojkovic M. Effects of physical exercise in patients with end stage renal failure, on dialysis and renal transplantation: current status and recommendations. Int J Artif Organs 2005;28(1):8-15.