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Relación emergencia hipertensiva con variables clínico-epidemiológicas

resultados encontrados por los canales correspondientes según el Sistema Nacional de Salud.

Análisis y discusión de los resultados.

Distribución de casos según tipo de  emergencia hipertensiva

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Tipo de emergencia hipertensiva

En el gráfico 1 se muestra la frecuencia en que se presentaron los diferentes tipos de emergencia hipertensiva, encontrando evidente predominio del infarto cerebral, seguido del infarto del miocardio y la hemorragia intracerebral con un 42,4%, 16.7% y 10,0% respectivamente.

Figura 1. Distribución de casos según tipo de emergencia hipertensiva. Hospital General Docente “Comandante Pinares” San Cristóbal, Enero 2009 – Diciembre 2012.

En la revisión de la literatura se encontraron resultados semejantes a este trabajo realizado. (2,15-17).

En la emergencia hipertensiva la base fisiopatológica es la alteración en la autorregulación de ciertos lechos vasculares con aumento de la resistencia vascular periférica mediado a través de angiotensina II, arginina vasopresina y noradrenalina. Si la elevación persiste en el tiempo, se entra en un círculo vicioso produciéndose daño endotelial, agregación plaquetaria, necrosis fibrinoide y liberación de mediadores que causan mayor vasoconstricción. (17) El Sistema Nervioso Central se afecta cuando los elevados niveles de presión arterial sobrepasan la capacidad de autorregulación cerebral, para mantener una presión de perfusión constante. Con incrementos de la presión se produce una vasoconstricción reaccional que se ve sobrepasada cuando los niveles tensiónales llegan a determinado nivel. Se produce entonces una trasudación a través de los capilares, con progresivo daño anatómico a la arteriola y necrosis fibrinoide.

Estas modificaciones llevan a la pérdida progresiva de la autorregulación y daño isquémico parenquimatoso. Según la literatura personas con hipertensión tienen un riesgo de accidente cerebrovascular que es de cuatro a seis veces más elevado que el riesgo de los que no tienen hipertensión. De un 40 a un 90 por ciento de las personas que sufren accidentes cerebrovasculares, tienen alta presión sanguínea antes de ocurrir el accidente cerebrovascular por lo tanto el riesgo tanto para enfermedades coronarias como para AVE aumenta progresivamente con cada aumento de la presión arterial (5,17-20).

Afirmándose que los accidentes vasculares encefálicos (AVE) constituyen las principales afecciones que cursan con emergencia hipertensiva y dentro de ellos predominantemente el infarto cerebral (20).

El sistema cardiovascular se afecta a través de un desproporcionado aumento de la postcarga que puede provocar falla miocárdica con edema pulmonar, isquemia miocárdica e infarto de miocardio. Las situaciones clínicas cardíacas que se asocian a las emergencias hipertensiva, se producen por un gran aumento en el Índice de trabajo cardíaco y/o por un gran aumento en el consumo de oxígeno por el miocardio (21, 22).

Cuando se realizo la distribución de casos según grupos de edades (Figura 2), observamos que el mayor por ciento de los pacientes, tanto del grupo estudio como del grupo control I que incluía los pacientes hipertensos, estaban comprendidos en los 61 años o más de edad con 56,5% y 44.3% respectivamente. Sin embargo el grupo control II constituido por pacientes sanos alcanza mayores porcientos en la edad comprendida entre los 46 y 60 años. En la literatura revisada encontramos resultados similares (12, 16).

Figura 2. Distribución de pacientes con emergencia hipertensiva, casos y controles según grupos de edades. Hospital General Docente “Comandante Pinares” San Cristóbal, Enero 2009 – Diciembre 2012.

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Emergencia hipertensiva. Edad

A pesar de que existen reportes de Emergencia Hipertensiva en el neonato con prevalencia de 0,2 a un 3% (23-25) los estudios realizados sobre los aspectos fisiopatológicos y clínicos de la emergencia y la urgencia hipertensiva establecen a la edad como un marcador individual en la capacidad de tolerar las altas presiones intraarteriales que son evidenciadas por las alteraciones en los órganos diana; así como, de los efectos del envejecimiento y de la hipertensión arterial los cuales están interrelacionados y tienden a potenciarse uno al otro, ambos procesos aumentan la rigidez de las grandes arterias por un mecanismo multifactorial y ambos se acompañan de proliferación de células endoteliales, formación de placas y lesiones ateroscleróticas (26, 27).

Otros autores plantean que se observa que a lo largo de la edad hasta los 55 años en los varones y los 65 en mujeres, va aumentando la presión diastólica, disminuyendo algo posteriormente. La presión sistólica, tiende a aumentar después de estas edades, sin que se sepa muy bien por qué (5,28)

En la figura 3 Se refleja la distribución de pacientes con emergencia hipertensiva, casos y controles según sexo donde se muestra un predominio del sexo masculino sobre el femenino con un 56.2%, 63.3% y 60.0% en grupo estudio, grupo control I y grupo control II respectivamente.

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Emergencia hipertensiva. Sexo

Figura 3. Distribución de pacientes con emergencia hipertensiva, casos y controles según sexo. Hospital General Docente “Comandante Pinares” San Cristóbal, Enero 2009 – Diciembre 2012.

En la revisión bibliográfica se pudo encontrar que en estudios realizados en diferentes países existen diferencias significativas en cuanto al sexo relacionado con la edad siendo más frecuentes en varones hasta los 50-55 años, pero que a partir de la misma por los cambios estrogénicos ocurridos en la mujer y el favorecimiento de la ateroesclerosis, la frecuencia varía. (29- 30) En nuestro estudio de forma general predominó el sexo masculino.

La distribución de los pacientes con emergencia hipertensiva según la presencia de antecedentes patológicos de hipertensión arterial se refleja en la (Figura 4) encontrando que el mayor por ciento de ellos tenían conocimiento de