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Enfermería ante la conservación sanguínea en cirugía cardiaca

Enfermería ante la conservación sanguínea en cirugía cardiaca

INTRODUCCIÓN

De la misma forma que el agua cambia de estado según las condiciones fisicoquímicas del medio ambiente, los profesionales en Enfermería tienen que aprovechar nuevas oportunidades demandadas por la población.

Estas oportunidades están ligadas a un ciclo innovador que adapte la cirugía a las necesidades de la población, a la formación continua de los profesionales, a las nuevas tecnologías y a las actividades pioneras.

Sin embargo, el éxito de este ciclo innovador dependerá de la propia actitud innovadora de los profesionales que intervienen en el proceso quirúrgico y de los excelentes resultados, bien documentados a largo plazo, como consecuencia de una correcta intervención de Enfermería en sus fases.

Enfermería ante la conservación sanguínea en cirugía cardiaca

Manuel Luque Oliveros. Adscrito al Bloque Quirúrgico del AHVM

TIPOS DE FASES

–            Evaluación preoperatorio. La evaluación es esencial para reducir la transfusión de sangre en el periodo preoperatorio y requiere una cuidadosa valoración de la historia clínica y examen físico, con especial atención a la historia personal o familiar de hemorragia. Dicha evaluación debería realizarse con la debida antelación en caso de cirugía electiva para permitir la identificación y tratamiento de la anemia (1).

Además, es importante conocer si el paciente recibe fármacos que pueden afectar la hemostasia (Ejemplo: la aspirina, antiinflamatorios no esteroideo y anticoagulantes) para detenerlos o sustituirlos.

Simultáneamente, debería informarse al paciente de las diferentes técnicas de ahorro de sangre (Ejemplo: Autotransfusión pre deposito, hemodilución preoperatoria, etc.), formular un plan individual de cuidados para cada paciente que incluyan una estimación de las perdidas sanguíneas potenciales dependiendo del procedimiento y anticipación de posibles complicaciones, empleo de técnicas de ahorro de hemoderivados, consulta con el especialista de hematología para establecer la técnica de ahorro de sangre idónea en cada paciente y estar al corriente de posibles complicaciones peri operatorias (2).

 Informar a los profesionales pertinentes el control y restricción de hemoderivados de acuerdo con la situación clínica y los datos de laboratorio, evitar, siempre que sea posible, el uso de fármacos que alteran la hemostasia en el periodo peri operatorio, informar al paciente del lugar donde se encuentra y de los profesionales y lugares por donde pasara durante su recorrido quirúrgico con el fin de evitar una desorientación temporoespacial a medida que potenciamos su seguridad.

–            Manejo intraoperatorio. La finalidad de las actuaciones intraoperatoria es prevenir las perdidas sanguíneas, siendo para ello fundamental la hemostasia local cuidadosa, posición adecuada del paciente para facilitar el drenaje venoso y evitar la alteración de la integridad cutánea, reducir la presión arterial, empleo de torniquetes y hemostáticos locales, vaso constrictor y electrocoagulación (3).

Controlar el riesgo de caídas del paciente de la cama quirúrgica, potenciación de las terapéuticas especificas capaces de disminuir el sangrado intra y postoperatorio, como puede ser la administración de ácido tranexámico en los casos en que está demostrada su eficacia, monitorización hemodinámica, respiratoria, neurológica, control del dolor, diuresis, sangrado y recuperación de bloqueos e isquemias. Y control e intervención de la máquina de circulación extracorpórea y recuperador celular (será ampliado en el siguiente apartado).

–        Manejo Postoperatorio. Las implicaciones de Enfermería en su postoperatorio (4) se describen en: Chequear que el box asignado al paciente este preparado para su recepción. Montaje del reservorio donde se producirá la filtración y almacenamiento del sangrado quirúrgico y cebado con 200 cc de suero fisiológico 0,9%.

Conectar los drenajes quirúrgicos al reservorio. Conectar el sistema de aspiración a 100 mm Hg de presión para evitar la hemolisis. Control sobre la permeabilidad y cantidad drenada en el sistema. Conexión de los drenajes a redón y los cuidados de dichos drenajes. La retirada y desecho de los accesorios de recuperación, y la limpieza y almacenaje de la maquina. Monitorización hemodinámica del paciente. Control analítico protocolizado (hematocrito de la bolsa de autotransfusión, hematocrito a la paciente 1 hora post-transfusión y al día siguiente).

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA

1-   Goodnough LT et al. Detection, evaluation and management of anemia in the elective surgical patient. Anesth Anaig. 2005;101:1858-1861

2-   Van der Linden P et al. A standardized multidisciplinary approach reduces the use of allogenic blood products in patients undergoing cardiac surgery. Can J Anaesth. 2001;48:894-901

3-   Paramo JA, Monedero P, Hidalgo F, Hernandez M. Fundamentos básicos para el empleo de hemoderivados y estrategias de ahorro de sangre en cirugia. Rev Med Univ Navarra Vol. 52, nº 3, 2008:9-14

4-   Nuñez F, Soto F, Vazquez F, Santos R, Crego C. Recuperador sanguíneo: investigación y cuidados en el ahorro de sangre. E-ducare21. 2007