Enfermería ante el uso de terapias físicas frente al dolor: crioterapia y termoterapia
RESUMEN
Es labor del personal de Enfermería acompañar y aliviar el dolor del paciente cuando aparece en el proceso de la enfermedad. Una forma fácil y a nuestro alcance, es usar las terapias físicas que han formado parte de la terapéutica desde tiempos remotos, tales como la crioterapia y la termoterapia. Estas terapias usan agentes físicos de la naturaleza para combatir el dolor, evitando así o complementando las terapias farmacológicas, por ello, es clave conocer un poco mejor qué es el dolor, los tipos de dolor que existen, etc.
AUTORES
Verónica Esperanza Arjona Prieto.
Máster en Enfermería Oftalmológica por la Universidad de Valladolid. Diplomada en Enfermería por la Universidad de Granada.
Sergio Ruiz de la Hermosa Carrascosa.
Máster en Enfermería Oftalmológica por la Universidad de Valladolid. Diplomado de Enfermería por la Universidad de Valencia.
Paula Lorente del Pozo.
Máster en Enfermería Oftalmológica por la Universidad de Valladolid. Diplomada en Enfermería por la Universidad de Valencia.
Raquel Domingo López.
Graduada en Enfermería por la E.U.E de Teruel, Universidad de Zaragoza.
A continuación se profundizará en el contexto de estas técnicas, sus efectos, cómo aplicarlas, tipos, sus indicaciones y contraindicaciones.
Palabras clave: Enfermería, dolor, agentes físicos, termoterapia, crioterapia.
INTRODUCCIÓN
Los agentes físicos son elementos de la naturaleza con los que podemos contar para intervenir en el cuerpo con fines curativos. Elementos como la energía mecánica, el calor, el frío, las radiaciones de luz, la energía eléctrica, etc., son usados con fines terapéuticos por profesionales de la salud. En concreto, en los dos últimos siglos se ha incorporado a la práctica habitual el empleo de las terapias que utilizan el frio y el calor. Su uso está muy extendido en numerosas patologías que van desde la Traumatología, Reumatología, etc. y para todo tipo de dolores agudos y crónicos que puedan aparecer en el organismo.
Hacia la segunda mitad del siglo XIX se produjo un auge en el desarrollo de los conocimientos sobre las leyes que rigen la física y la fisiología, al igual que en el descubrimiento del mecanismo de comportamiento de muchas patologías, lo que otorgó una base científica de rigor al uso de las terapias físicas en la medicina de la época. Hoy en día, las terapias basadas en el frio-calor se han convertido en una alternativa complementaria e incluso de elección en determinadas patologías y enfermedades, evitando así el tratamiento medicamentoso o quirúrgico.
Es fundamental que el profesional de Enfermería conozca estas terapias, tanto sus propiedades como indicaciones, ya que estas intervenciones son de fácil manejo, y por ello, ideales para su puesta en práctica por un profesional como por el propio paciente o sus familiares.
Toda terapia que contribuya a aliviar el dolor es digna de ser conocida y estudiada, así lo ponía de manifiesto el médico español Fernando Cerveró, antiguo presidente de la IASP, “el alivio del dolor, a través del estudio y desarrollo de nuevas y mejores terapias, es probablemente la actividad más ineludible que el personal sanitario debe realizar”.
EL DOLOR
La definición aceptada desde el año 1979 hasta la actualidad, es la de la Asociación Mundial para el Estudio del Dolor (IASP): “El dolor es una experiencia sensorial y emocional desagradable, asociada con un daño tisular, real o potencial, o descrita en términos de dicho daño “.
En los últimos tiempos surgen nuevas propuestas para la definición de dolor como la que publican en la revista PAIN Amanda Williams y Kenneth Craig bajo el nombre “Updating the definition of Pain”. El objetivo de la nueva propuesta es la de incorporar a la definición de dolor precedente los conocimientos obtenidos en los últimos años: “El dolor es una experiencia angustiosa asociada con daño tisular real o potencial, con componentes sensoriales, emocionales, cognitivos y sociales”.
Actualmente se acepta que la trascendencia del dolor va más allá de los aspectos físicos que desencadena. Se trata de un problema sanitario importante cuyas consecuencias merman considerablemente la calidad de vida de quienes lo padecen, lo que sin duda, influye de forma negativa en su entorno social, laboral y en sus relaciones personales.
Fisiología del dolor:
La importancia fisiológica del dolor reside en su significado biológico de preservación de la integridad del individuo. Es un mecanismo de protección que aparece mientras hay una lesión en cualquier tejido del organismo, que es capaz de producir una reacción del sujeto para eliminar de manera oportuna el estímulo doloroso.
Por estas razones instintivas, los estímulos de carácter doloroso son capaces de activar a todo el cerebro y poner en marcha potentes mecanismos, que están encaminados a una reacción de huida, retirada, evitación o búsqueda de ayuda para aliviarlo.
Una serie de vías nerviosas aferentes y eferentes y la presencia de neurotransmisores llevan a cabo la modulación, interpretación y respuesta a los estímulos, en este caso nocivos.
- Sistema periférico del dolor:
Lo componen las neuronas aferentes de los nervios espinales y craneales: sus ramas proximales hacen contacto con el neuroeje y sus ramas distales terminan en receptores de tejidos corporales. Se han detectado hasta cinco tipos de receptores sensoriales:
- Mecanorreceptores: se caracterizan por tener un umbral bajo y manifiestan adaptación.
- Termorreceptores: al igual que los mecanorreceptores, tienen un umbral bajo y manifiestan adaptación.
- Receptores electromagnéticos: recogen los estímulos dolorosos que actúan sobre la retina.
- Quimiorreceptores: informan de los estímulos gustativos de la boca, de los olfatorios de la nariz, de la cantidad de oxígeno en la sangre, etc.
- Nociceptores o receptores del dolor: tienen un umbral elevado al estímulo apropiado. También poseen una característica especial, a diferencia del resto de los receptores los nociceptores no suelen adaptarse al estímulo, por el contrario, tienden a sensibilizarse; es decir, disminuye el umbral a medida que el estímulo lesivo persiste.
Son terminaciones nerviosas no mielinizadas de los nervios sensitivos. Se encuentran en diferentes tejidos hormonales como la piel, vísceras, tejidos, vasos sanguíneos, músculos, fascias, cápsulas de tejido conectivo, periostio y hoz cerebral; los demás tejidos cuentan con pocas terminaciones nociceptivas.
La nocicepción tiene dos propósitos:
- Localiza el estímulo nocivo e inicia los reflejos de alejamiento, que atenúan la lesión del tejido.
- Inicia las respuestas emotivas y afectivas, que modifican el comportamiento futuro.
Nota: El umbral del receptor es la intensidad mínima de energía que un detector puede registrar.
- Sistema central del dolor:
Lo comprenden el nivel espinal y el nivel supra-espinal. Las fibras aferentes primarias, que están relacionadas con nociceptores periféricos, tienen sus cuerpos celulares en los ganglios raquídeos, alcanzan la médula espinal a través de las raíces dorsales y terminan en la sustancia gris del asta posterior. Gran parte de las neuronas nociceptivas medulares envían sus axones a centros supraespinales, bulbares y talámicos. La mayoría de la información nociceptiva se transmite por las vías cruzadas ascendentes del funículo ventrolateral. Se considera que las vías del dolor son los fascículos espino-talámico, espino-reticular y espino-mesencefálico.
Tipos de dolor:
Tradicionalmente, la primera clasificación que se hace del dolor es según su duración: agudo o crónico.
- Dolor agudo: tiene una duración limitada, de comienzo súbito y una causa mejor definida.
- Dolor crónico: dolor que se prolonga en el tiempo. Comprende una compleja interrelación entre factores físicos, psicológicos y sociales que alteran los síntomas y el curso de los síndromes dolorosos. El dolor crónico puede, por sí mismo, ser considerado una enfermedad.
Según su etiología, el dolor se puede clasificar en:
- Dolor bioquímico: se debe a procesos inflamatorios agudos o procesos degenerativos crónicos, cuyo compromiso es bien localizado. En la inflamación aguda la actividad metabólica es alta, el pH alcalino y la generación de energía es muy elevada
- Dolor mecánico: se debe a las compresiones persistentes sobre ciertos tejidos, por hematomas, edema, colecciones líquidas, roces reiterados, acortamientos hísticos, desgarros hísticos, atrapamientos tendinosos, contracturas musculares, atrofias musculares, malas posiciones vertebrales, etc. y todas aquellas alteraciones morfológicas que, visualmente y palpando, detectemos como fuera de lo normal.
- Dolor neurálgico: se debe a presión, pinzamientos o irritación de las raíces nerviosas, atrapamiento del nervio en su trayecto, agresión tóxica a las fibras nerviosas, desmielinizaciones e hipersensibilidad de las terminaciones nerviosas.
- Dolor referido (visceral): se refiere a cualquier estímulo que excite las terminaciones nerviosas del dolor en áreas difusas de la víscera. Ya sea por isquemia, por lesiones químicas, por espasmo de la musculatura lisa, así como la distensión de una víscera hueca y de los ligamentos. El cerebro no sabe por experiencia, que existen órganos internos distintos y por lo tanto, el dolor procedente del interior del organismo se localiza de manera vaga.
CRIOTERAPIA
La crioterapia se refiere al conjunto de procedimientos que utilizan el frío en la terapéutica médica. Emplea muy diversos sistemas y tiene como objetivo la reducción de la temperatura del organismo; esta reducción provoca una serie de efectos fisiológicos beneficiosos y de gran interés para diversas enfermedades.
Es una terapia que comprende un amplio rango de posibilidades: desde la técnica más sencilla, de aplicar una compresa fría, hasta la aplicación de una costosa y compleja cámara de frío. Constituye un método muy eficaz de defensa frente al daño hístico agudo.
Reseña histórica:
La aplicación de frío como agente terapéutico ha evolucionado en el tiempo. Probablemente comenzó con la aplicación del agua fría proveniente de la nieve o del hielo.