Enfermería ante el paciente con fibromialgia: medidas no farmacológicas
La Fibromialgia (FM) es una patología cuyo síntoma principal es el dolor musculo-esquelético generalizado crónico, con una exagerada hipersensibilidad en múltiples áreas corporales y puntos predefinidos, afectando a la calidad de vida del paciente y de su familia. También puede ocasionar rigidez generalizada, sobretodo matutina, aunque las pruebas de imagen no muestren anomalías.
Enfermería ante el paciente con fibromialgia: medidas no farmacológicas
AUTORES
Almudena Domínguez Pérez.
Experto en Enfermería en Urgencias y Emergencias por la Universidad de Madrid. Diplomada en Enfermería por la Universidad de La Laguna
Carmen Peinado Antón.
Máster en Enfermería Oftalmológica por la Universidad de Valladolid. Diplomada en Enfermería por la Universidad de Granada.
Sergio Ruiz de la Hermosa Carrascosa.
Máster en Enfermería Oftalmológica por la Universidad de Valladolid. Diplomado de Enfermería por la Universidad de Valencia.
Paula Lorente del Pozo.
Máster en Enfermería Oftalmológica por la Universidad de Valladolid. Diplomada en Enfermería por la Universidad de Valencia. .
Verónica Esperanza Arjona Prieto.
Máster en Enfermería Oftalmológica por la Universidad de Valladolid. Diplomada en Enfermería por la Universidad de Granada.
Raquel Domingo López.
Graduada en Enfermería por la E.U.E de Teruel, Universidad de Zaragoza.
RESUMEN
La fibromialgia es una patología que ocasiona gran sufrimiento por todos los síntomas asociados al dolor que se dan, como cansancio durante todo el día en el 90% de los casos y trastornos del sueño en el 70-80%. La depresión, el estrés, la ansiedad y las dificultades en la memoria y la atención se encuentran relacionados con la fibromialgia, siendo compleja la atención profesional hacia las personas que la sufren.
La prevalencia de fibromialgia en España, según el estudio EPISER 2000, es del 2,4 % de la población. Es una enfermedad predominante en el sexo femenino (4,2% frente al 0,2% en los hombres). En los Servicios Sanitarios, el 10-20% de las consultas de Reumatología se deben a esta afección mientras que en las consultas de Atención Primaria (AP) es del 5 al 6% de las consultas. Los pacientes suelen frecuentar las consultas sanitarias, generando un gasto económico que va en aumento.
A mediados del siglo XX, algunos autores consideraron la fibromialgia como un trastorno de somatización, es decir, pacientes que se quejan persistentemente de varios síntomas que no tienen un origen físico identificable. Sin embargo, en los últimos años y tras diversos estudios, esta creencia se ha desestimado. La fibromialgia está considerada como enfermedad por la Organización Mundial de la Salud desde 1992 y, si bien la definición nosológica y su consideración en el ámbito médico no ha estado exenta de controversia, los resultados de las investigaciones indican con bastante consenso que su origen es neurológico, y que el dolor resultaría de desequilibrios neuroquímicos a nivel del sistema nervioso central que generan alodinia e hiperalgesia generalizadas.
Palabras clave: fibromialgia, puntos gatillos, dolor, terapias alternativas, dietoterapia, técnicas de relajación.
FIBROMIALGIA
- Etiología de la enfermedad:
La etiología y patogenia de la fibromialgia no son entendidas completamente. Se ha observado su relación con trastornos del sistema nervioso central y periférico, alteración en los neurotransmisores y hormonas, alteraciones en el sueño, factores genéticos, alteraciones en el sistema inmunológico, alteraciones psiquiátricas, estrés físico o mental, y alteración en los tejidos periféricos. En algunos casos se ha relacionado con otras enfermedades reumatológicas, infecciones, trauma físico, sustancias químicas, vacunas y con la sensibilidad al gluten no celíaca.
- Genética: Está comprobado que existe agregación familiar y el riesgo de padecerla es hasta 9 veces más frecuente en familiares.
- Alteraciones musculares: Se han encontrado cambios morfológicos y funcionales en el tejido muscular en personas con fibromialgia.
- Alteraciones endocrinas: Alteraciones en el eje hipotálamo-hipofisario-adrenal, que pueden significar tanto una causa o predisposición a la enfermedad o bien una consecuencia de ella. Entre los hallazgos más consistentes están la disminución del cortisol tanto plasmático como urinario, así como una reducida respuesta a la estimulación corticotrópica. Finalmente, se ha demostrado que alteraciones en este eje representa una predisposición al desarrollo de la fibromialgia.
- Disfunción neuro-hormonal: Por eso se producen síntomas como taquicardias, sudoración, alteraciones digestivas y del ritmo intestinal. Se trata de un neurotransmisor que, junto a la encefalina y la noradrenalina, inhibe las vías de transmisión del dolor, así como de su precursor, el triptófano. Aumento de la sustancia P en el líquido cefalorraquídeo. Esta sustancia fue descubierta en los años setenta y se conoció su asociación con la fibromialgia en 1994. Está muy relacionada tanto con las vías del dolor como con las de la depresión, puesto que disminuye los niveles de la hormona del crecimiento y del cortisol, hecho que está en relación con la deficiencia de serotonina por la malabsorción digestiva del triptófano, precursor de la serotonina.
- Autoinmune: En algunos pacientes se observaron altas concentraciones de citocinas proinflamatorias.
- Alteraciones neurosensoriales: Estos pacientes presentan un umbral más bajo del dolor. La principal causa de la fibromialgia es la sensibilización central, que se define como una respuesta dolorosa aumentada a la estimulación en el sistema nervioso central. Esta condición es similar a la que se presenta en otras enfermedades caracterizadas por el dolor crónico, tales como el síndrome del intestino irritable, cefalea tensional, los trastornos de la articulación temporo-mandibular, el síndrome miofascial, el síndrome de dolor regional complejo, el síndrome de las piernas inquietas, el síndrome uretral femenino, la cistitis intersticial y el trastorno por estrés postraumático entre otros.
Los pacientes con fibromialgia son hipersensibles al calor, al frío, a la electricidad cutánea, a la electricidad intramuscular, al estímulo eléctrico del nervio sural, a la isquemia, y a la solución hipertónica salina intramuscular. Incluso se ha documentado alodinia frente al calor moderado, al frío y a la presión. Se ha demostrado la sumación temporal usando calor, frío y electricidad intramuscular y la hipersensibilidad al ruido en condiciones de laboratorio.
Factores de riesgo:
Predisponentes:
- Sexo: Proporción aproximada de 9 mujeres por cada varón.
- Edad: Prevalencia máxima entre los 40 y 49 años.
- Raza: Caucásicos.
- Factores emocionales: Determinados trastornos psicológicos pueden predisponer.
- Antecedentes familiares: Hasta 9 veces mayor que en la población general.
- Condición física: Sedentarismo o poca práctica de ejercicio físico.
- Percepción del dolor: Umbral doloroso más bajo.
Desencadenantes:
- Estrés emocional agudo postraumático.
- Estrés laboral.
- Lesión osteomuscular: Por ejemplo la ocurrida en accidentes de tráfico.
- Cirugía previa: Hasta en un 38% de los casos.
- Enfermedad grave: Partos problemáticos, abortos, etc.
- Ansiedad y/o depresión reactivas.
Según un estudio realizado, los factores emocionales son los que más influyen en el aumento del dolor de pacientes con fibromialgia.
Diagnóstico:
En 1990 el Colegio Americano de Reumatología (ACR) establece como criterios diagnósticos el dolor generalizado mayor de 3 meses de duración, continuo, a ambos lados del cuerpo, por encima y por debajo de la cintura, que además produce dolor en el esqueleto axial, raquis cervical o tórax anterior.
La gran variedad de procesos asociados al típico dolor musculo-esquelético, dificulta el diagnóstico de fibromialgia, por lo que se estandariza para su diagnóstico el uso de los llamados “puntos gatillo”, cuando al menos 11 de los 18 totales son dolorosos a la palpación en los pacientes que sufren esta anomalía. Para realizar la palpación de estos puntos, se debe de aplicar con el dedo pulgar o índice una fuerza aproximada de 4 Kg, que correspondería a la producida cuando cambia la coloración subungueal del dedo del examinador.
No existe ningún tipo de alteración en pruebas analíticas, de imagen o anatomopatológicas específicas para el diagnóstico de esta patología.
En 2010, el Colegio Americano de Reumatología (ACR) aprobó unos criterios diagnósticos para la fibromialgia que no requieren el examen de los puntos dolorosos y se enfocan más en la presencia de múltiples síntomas y su intensidad, pudiendo también facilitar la realización de un diagnóstico más seguro de fibromialgia a los no especialistas.
Para el diagnóstico de fibromialgia, estos criterios utilizan un sistema de puntuación en el que se valora el Índice de dolor generalizado (IDG) -número de zonas corporales dolorosas entre 19 posibles, en las dos semanas anteriores- y el Índice de severidad de los síntomas (ISS) -valoración del grado de cansancio, sueño no reparador, síntomas cognitivos y síntomas somáticos generales-.
Diagnóstico diferencial:
Dada la diversidad de síntomas, las patologías que deben considerarse para la realización del diagnóstico diferencial son múltiples.
Los cuadros de los que hay que diferenciar a la fibromialgia son fundamentalmente la artritis reumatoide y el lupus eritematoso sistémico (poliartritis, alteraciones sistémicas, aumento de VSG o PCR), la polimialgia reumática (aumento de VSG, rigidez, edad elevada), miositis (debilidad muscular y elevación de enzimas musculares), hipotiroidismo (alteración en las pruebas de función tiroidea), hiperparatiroidismo (hipercalcemia) y neuropatías (historia clínica y eventual estudio neurofisiológico).