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Fitoestrógenos y menopausia: últimas recomendaciones

Fitoestrógenos y menopausia: últimas recomendaciones

Antiguamente, en concreto desde el año 1927, se conocía que los extractos de algunas plantas muestran actividad estrogénica; en la actualidad, se conoce con el nombre de fitoestrógenos a los estrógenos naturales que se encuentran presentes en muchos alimentos.

AUTORAS

– Leyre Nagore González: Enfermera especialista en obstetricia-ginecología (Matrona).

– Lucía Monzón Muñoz: Enfermera especialista en obstetricia-ginecología (Matrona).

– Nieves Pina Fuertes: Enfermera especialista en obstetricia-ginecología (Matrona).

– Patricia Marcos De Marco: Enfermera especialista en obstetricia-ginecología (Matrona).

– Yaiza Nagore González: Graduada en Enfermería.

PALABRAS CLAVE

  • Fitoestrógenos, isoflavonas, climaterio, menopausia, mujer, síntomas climatéricos, sofocos, osteoporosis.

¿QUÉ SON LOS FITOESTRÓGENOS?

Dentro de los fitoestrógenos, los más importantes son las isoflavonas, las cuales se encuentran principalmente en las legumbres: lentejas, garbanzos, guisantes, soja…siendo en los derivados de la semilla de soja donde se encuentran las más altas concentraciones (harina, leche); y las principales isoflavonas aisladas en la soja son la genisteína, la daidzeína y la gliciteína y sus derivados.

Según numerosos estudios, el consumo de isoflavonas se ve asociado con una menor incidencia de enfermedades cardiovasculares, cánceres hormonodependientes (mama, endometrio, próstata y colon), sintomatología climatérica y alteraciones del ciclo menstrual. Es por esta razón por la que la presente revisión se centra en el consumo de isoflavonas entre el colectivo de mujeres en climaterio.

Para centrar por tanto el tema, entendemos como climaterio el periodo de vida de la mujer marcado por la menopausia, momento en el cual disminuye la producción de la hormona folículo-estimulante (la cual es generada por la hipófisis) dando lugar a que los folículos dejen de madurar y poco a poco de producir sus propias hormonas, hecho que produce una alteración de la estructura y función de muchos tejidos del cuerpo de la mujer.

Los efectos de los fitoestrógenos sobre los síntomas menopáusicos parten del conocimiento de que las mujeres en Malasia, China, Singapur y Japón, países cuyas dietas son ricas en contenido de fitoestrógenos, refieren menor sintomatología menopáusica en comparación con las procedentes de Europa o USA.

¿CÓMO OBTENER ESTOS FITOESTRÓGENOS?

Los fitoestrógenos se consumen  tanto a través de alimentos con un rico contenido principalmente en soja (finalidad preventiva) o en concentrados de ciertos tipos de isoflavonas administrados a unas dosis e intervalos específicos.

Recordemos que los bioflavonoides, especialmente los fitoestrógenos de la soya (isoflavonas), son similares estructuralmente al 17 alfa-estradiol de los mamíferos, pero pueden ejercer efectos agonistas y antagonistas sobre los tejidos diana de los estrógenos; es decir, se comportan como moduladores selectivos de los receptores estrogénicos, lo cual permite regular el balance hormonal en la mujer.

Sin embargo, no están totalmente claros los mecanismos de acción de estos compuestos ni sus posibles efectos adversos a largo plazo o en situaciones en las que podría estar contraindicado su consumo.

EFECTOS BENEFICIOSOS

El alto consumo de soja se ha asociado a efectos beneficiosos potenciales, como: disminución de síntomas vasomotores propios del climaterio (sofocos), mejoramiento del perfil lipídico, disminución de enfermedad cardiovascular y cánceres hormonales.

Otro efecto beneficioso del consumo de isoflavonas sería en relación con la prevención de osteoporosis, la cual se ha convertido en una condición frecuente conforme ha ido aumentando la esperanza de vida. Por tanto, la osteoporosis se define como una enfermedad sistémica esquelética que se caracteriza por un descenso en la masa ósea y una alteración en la microestructura del hueso (aumentando la susceptibilidad de quien la padece a las fracturas). Actualmente, los tratamientos para la osteoporosis se clasifican en aquellos que inhiben la reabsorción o aquellos que aumentan la formación ósea, y es en este último grupo donde se encontraría la soja. Es importante matizar que el consumo de isoflavonas reduce el recambio óseo pero no reviere la pérdida ósea que ya se haya producido, por tanto tiene mayor efecto preventivo que curativo.

EFECTOS SECUNDARIOS

Basándonos en la evidencia disponible, los suplementos de fitoestrógenos tienen un perfil de efectos secundarios seguro, siendo los efectos secundarios gastrointestinales los de mayor frecuencia.

No se ha encontrado en la revisión de los estudios una incidencia de cáncer endometrial o de mama, ni de sangrado vaginal o hiperplasia endometrial que sea significativamente más elevada entre las usuarias de fitoestrógenos.

Aun así, existe la preocupación sobre la ingesta de fitoestrógenos en pacientes con cáncer de mama hormono-dependiente, en las que el crecimiento del tumor depende en gran medida del estrógeno; son necesarios más estudios a largo plazo para poder establecer conclusiones al respecto.

Por último, los fitoestrógenos orales no han probado ser efectivos para el tratamiento de síntomas vaginales (como en el caso de la atrofia vaginal en la mujer menopáusica), habiéndose comercializado un gen vaginal a base de isoflavona de soya que incrementaría la regeneración del epitelio vaginal disminuyendo así la sequedad vaginal, pero aún son necesarios más estudios que avalen este efecto.

RECOMENDACIONES

En los últimos años, la terapia de reemplazo hormonal (TRH) ha perdido hegemonía como tratamiento de primera línea en la menopausia debido a los riesgos que ésta implica, como aumento del riesgo cardiovascular y de cáncer de mama. No obstante, en la actualidad se sigue utilizando (durante cortos periodos de tiempo y en las menores dosis que resulte efectiva) cuando aparece su indicación: menopausia precoz (se considera como indicación absoluta cuando se presenta antes de los 40 años y muy recomendable si es entre los 40-45), menopausia sintomática (síntomas que alteran la calidad de vida de la mujer), o en mujeres con riesgo de osteoporosis acompañado de síntomas vasomotores o vaginales de grado moderado o elevado.

Sin embargo, las isoflavonas se han convertido en una alternativa interesante para principalmente el tratamiento de los síntomas vasomotores y la osteoporosis posmenopáusica.

Finalmente, puntualizar que existe evidencia sobre el efecto positivo de las isoflavonas en la inhibición de la resorción ósea y en el incremento de la densidad mineral ósea; pero sin embargo, son muy pocos los ensayos clínicos que han evaluado la relación entre consumo de isoflavonas y riesgo de fractura osteoporótica como la variable final de interés, por lo que habría que continuar investigando en esta línea para poder cuantificar la real utilidad de los fitoestrógenos en relación con ésta.

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