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Utilidad del Índice Tobillo Brazo en la Atención Primaria en Salud

prematura», esta hace referencia a la asociación existente a morbimortalidad coronaria o evento cerebrovascular isquémico.

Según el estudio llevado a cabo por Juan Arévalo y col, en el año 2012, el índice tobillo-brazo (ITB) es un predictor de mortalidad vascular un valor por debajo del normal incrementa de 2 a 4 veces el riesgo de muerte por enfermedad coronaria en la población general, de 6 veces en adultos de edad media y más de 3 veces en ancianos (Bundó, n.d.).

El Cardiovascular Health Study mostró una incidencia de ictus a los 6 años del 21,2%, en personas con un índice tobillo-brazo (ITB) bajo, en contraste con un 9,1% en aquellos con un índice tobillo-brazo (ITB) normal, después de una año de seguimiento el 5,3% de los pacientes sin afectación vascular presentaron un infarto de miocardio y hospitalización en contraste con el 12,6% que tenían alguna afectación, este porcentaje aumenta cuanto más territorios arteriales estén afectados (Arevalo et al., 2012).

Factores de riesgo asociados al índice tobillo-brazo (ITB) patológico

Existen factores considerados de riesgo que tienen un importante relación al momento de evaluarse el índice tobillo-brazo (ITB) e incluso la literatura ilustra el hecho de que distintos factores se asocian a localizaciones determinadas en el lecho vascular (Chen, Smith, Bailey, Wennberg, & Kullo, 2013). Entre los factores que se asocian se mencionan sexo, edad, tabaquismo, dislipidemia, diabetes, hipertensión, enfermedad cardiovascular.

En la mayoría de investigaciones se sugiere que la prevalencia de enfermedad arterial periférica (EAP) entre los hombres y mujeres es casi igual, pero existe una tendencia que sugiere mayores tasas de eventos coronarios para las mujeres que para los hombres con un índice tobillo-brazo (ITB) <0,90 (Hiramoto et al., 2014). Se recomienda entonces que la promoción de la salud cardiovascular, se debe encaminar de manera específica en relación con el riesgo de EAP, cribado, y tratamiento para las mujeres. La AHA estimula a que las mujeres, sus médicos, e investigadores sean conscientes de la enfermedad arterial periférica, una condición asociada a morbimortalidad coronaria o accidente cerebrovascular isquémico (Hirsch et al., 2012).

Michel Joosten y col, en su trabajo Associations between conventional cardiovascular risk factors and risk of peripheral artery disease in men. Analizan la relación entre los factores de riesgo cardiovascular y la enfermedad arterial periférica en hombres, se trata de un estudio prospectivo con 44985 hombres, sin antecedentes de enfermedad cardiovascular al inicio del estudio en 1986; los participantes en el Health Professionals Follow-up Study fueron seguidos durante 25 años hasta enero 2011. Durante el seguimiento la presencia de factores de riesgo se actualiza cada dos años, encontrándose hipertensión arterial (HTA), Diabetes, tabaquismo e hipercolesterolemia; en el 96% de los casos estuvo presente al menos 1 factor y la incidencia de enfermedad arterial periférica (EAP) con los 4 factores de riesgo fue de 3.5/1000 personas por año. El análisis del estudio de 2 décadas, relaciona la asociación de los factores de riesgo encontrados con el desarrollo de EAP (Joosten et al., 2012).

Hay estudios que indican que no se puede demostrar asociación causal estadísticamente significativa entre tener un factor de riesgo cardiovascular y presentar índice tobillo-brazo (ITB) positivo, aunque las tasas de incidencia es más alta en los fumadores, seguido de los que presentan Dislipidemias y diabetes (Pena, 2015).

Se indicó con anterioridad que el índice tobillo-brazo (ITB) patológico se relaciona con enfermedad vascular, pero hasta el momento no es criterio suficiente para establecer el diagnóstico diferencial preciso del evento cerebro-vascular; aunque es de utilidad en la atención médica donde no se cuenta con los estudios específicos por lo que no se debe desestimarse como recurso (Ayala et al., 2012).

El artículo “Association between advanced age and vascular disease in different arterial territories” fue un estudio realizado durante cinco años, los participantes fueron clasificados por decadas de vida y evaluados mediante índice tobillo-brazo (ITB) para enfermedad arterial periférica (EAP), ecografía para estenosis carotídea y aneurisma abdominal, demostró que con el progreso de la edad la prevalencia de EAP, estenosis y aneurisma se incrementa dramaticamente. En los adultos mayores de 80 años mas del 20% presentó afectación al menos de un territorio vascular y en aquellos de 90 años la prevalencia fue del 30% (Savji et al., 2013). Es importante mencionar que en pacientes ancianos la elevación del dímero D también se asocia con disminución del índice tobillo-brazo (ITB) (Forbang et al., 2014).

Procedimiento para la medición de índice tobillo-brazo (ITB)

La AHA en un artículo del año 2013 indica que en el caso del índice tobillo-brazo (ITB), en el tobillo se pueden valorar dos arterias, la tibial posterior y la dorsal del pie, se toma el valor mayor de los 2 se divide por la mayor presión del brazo calculándose de esta manera el índice tobillo-brazo (ITB), el cual es sensible y específico para el diagnóstico de enfermedad arterial periférica (EAP). Las directrices para la interpretación del índice tobillo-brazo (ITB) fueron adoptadas por el American College of Cardiology / American Heart Association y se consideran el estándar. Es así que el índice tobillo-brazo (ITB) <0,9 es anormal e indica EAP, un índice tobillo-brazo (ITB) normal se define entre 1,0 a 1,4. Hasta hace poco, los pacientes con un índice tobillo-brazo (ITB) 0,91-0,99 eran considerados normales, en la actualidad estos valores se consideran como EAP límite, pues se asocian a disfunción endotelial y la evidencia muestra un mayor riesgo de morbi-mortalidad cardiovascular en este grupo (Wennberg, 2013). Estudios indican que los sujetos con valor de índice tobillo-brazo (ITB) límite tienen todavía estructura vascular normal en la arteria braquial, lo que sugiere que la ateroesclerosis progresa primero en las arterias de las extremidades inferiores (Kajikawa et al., 2014).

 Según la investigación de Qian Chen y col, la EAP puede ser proximal y distal, el nivel al que se ubica la lesión se relacionaría con factores de riesgo distinto entonces variables como sexo femenino, el tabaquismo, la hipertensión, dislipidemia, enfermedad coronaria, las enfermedades cardiovasculares, y la EPOC se asociaron significativamente con la forma proximal, mientras que la edad avanzada, el sexo masculino, la diabetes, la insuficiencia cardíaca, y la isquemia crítica de las extremidades se asociaron significativamente con la enfermedad distal. Se determinó también que los pacientes con enfermedad distal tenían peor pronóstico. (Chen, Smith, Bailey, Wennberg, & Kullo, 2013)

Kevin Nead y col, en el año 2013, propone que una alternativa en la medición del índice tobillo-brazo mejoraría la predicción del riesgo de mortalidad en comparación con los métodos tradicionales. El índice tobillo-brazo (ITB) se calculó de manera no tradicional esto consiste en tomar el valor menor de la presión de los tobillos en lugar del valor mayor, la aplicación de esta variante en la medición del índice tobillo-brazo (ITB), ayudaría a la identificación de