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Lesiones hipopigmentadas. A propósito de 3 casos

predisposición genética parece que tienen un rol importante en la patogénesis de la hipomelanosis guttata idiopática.

La hipomelanosis guttata idiopática ocurre en los dos sexos y es más evidente en los tipos de piel III-IV. Las lesiones se inician a partir de la 3ª década de la vida y aumentan en número con la exposición solar a largo plazo, aunque se estabilizan y permanecen iguales indefinidamente. Aunque las lesiones son asintomáticas, los pacientes se preocupan cuando son confundidas o se diagnostican erróneamente como vitíligo.

Al examen histológico se aprecia aplanamiento de la epidermis con atrofia y también hiperqueratosis con aspecto de canastilla; con la tinción de Fontana Masson se aprecia reducción focal de los gránulos de melanina en las capas basal y espinosa. Aunque la reacción de DOPA oxidasa muestra reducción funcional de melanocitos, estas células siempre están presentes en número reducido en las lesiones despigmentadas. A la microscopía electrónica se aprecian dendritas fragmentadas, melanosomas escasos y vacuolización del citoplasma.

La localización anatómica con bordes definidos, pequeño tamaño, atrofia leve, hiperqueratosis discreta y una evolución muy larga de las lesiones son elementos importantes para el diagnóstico apropiado. Bajo microscopía con luz polarizada se visualizan claramente los bordes finamente “serrados” de las máculas, hallazgo patognomónico de las lesiones de hipomelanosis guttata idiopática.

La inyección de corticoides intralesional consigue repigmentación parcial y la crioterapia puede ser útil en las lesiones hipopigmentadas. También puede utilizarse nitrógeno líquido para la repigmentación.

La dermoabrasión superficial de las lesiones produce los mejores resultados en la mayoría de los pacientes.

CASO 3:

Niño de 8 años con fototipo de piel IV, que le traen a la consulta por manchas blanquecinas en cara y miembros superiores.

El paciente no tiene antecedentes personales ni familiares de interés. No prurito ni dolor en las lesiones. No otra clínica acompañante.

Exploración física: Máculas y placas hipopigmentadas con descamación superficial, redondeadas y ovales, algunas con márgenes mal definidos. Localizadas en la cara y miembros superiores (foto 5).

No presenta lesiones a otro nivel, adenopatías regionales ni síntomas generales.

Se exploró con Lámpara de Wood viéndose la despigmentación sin otras fluorescencias patológicas.

Juicio Clínico: El niño fue diagnosticado de Pitiriasis Alba.

pitiriasis-alba
Pitiriasis alba

(Foto 5)

PITIRIASIS ALBA

La pitiriasis alba es una enfermedad benigna y frecuente que afecta principalmente a niños, de la cual se desconoce la causa, a pesar de los estudios realizados. Se cree que podrían contribuir a su aparición factores como: la radiación solar, la temperatura, el ambiente, la humedad, el viento, ciertas bacterias, etc., aunque no se ha demostrado.

Puede estar vinculada con la dermatitis atópica.

Se trata de un trastorno adquirido de hipopigmentación cutánea en forma de máculas de tamaño variable localizadas con mayor frecuencia en la cara, el cuello, parte superior de tronco y extremidades.

Es más prevalente en la adolescencia, afectando entre el 1,9 y el 5,25% de los adolescentes. Algunos autores señalan que se observa en el 1 a 5% de la población general y en el 34% de los atópicos.

Podría representar una dermatitis inespecífica con la hipopigmentación residual postinflamatoria.

Las lesiones de la pitiriasis alba son máculas hipopigmentadas redondas u ovales asintomáticas, de 0.5 a 5 cm de diámetro, con bordes generalmente bien definidos, que afectan la cara, las extremidades superiores y, en ocasiones, el tronco y los miembros inferiores. En la cara, las lesiones aparecen con mayor frecuencia en la frente y la región malar.

Las lesiones pasan por tres etapas:

1) Primero se manifiestan como una placa rosada con un borde elevado que puede provocar prurito.

2) Después de algunas semanas, el eritema desaparece y deja unas máculas blancas cubiertas por una escama adherente muy fina.

3) En la etapa tardía, se observa una mácula hipopigmentada que puede durar 10 o más años, o aliviarse en pocos meses.

La biopsia de las lesiones casi siempre es inespecífica, puesto que puede revelar hiperqueratosis y paraqueratosis focal, acantosis, espongiosis, disminución de melanocitos y melanosomas en la capa basal, infiltrado linfocítico perivascular

y atrofia de glándulas sebáceas. Las variaciones en los hallazgos histológicos pueden ser consecuencia de las diferentes etapas de la enfermedad. El microscopio electrónico muestra disminución en el número de melanocitos y melanosomas.

Aunque la Pitiriasis Alba mejora espontáneamente después de la pubertad, los corticoides de baja potencia como la hidrocortisona al 1% o la desonida al 0.5%, los emolientes frecuentemente aplicados y evitar la exposición al sol con protección adecuada contribuyen al control de este trastorno.

Ninguno de estos tratamientos, sin embargo, ha producido resultados satisfactorios ni evitado las recaídas.

Rigopoulos y col. administraron por primera vez inhibidores de la calcineurina, en este caso, ungüento de tacrolimus al 0.1%, dada su conocida efectividad en la dermatitis atópica, padecimiento con el que se le vincula.

DISCUSIÓN:

Como hemos dicho las lesiones hipopigmentadas de la piel son un motivo de consulta frecuente tanto en la infancia como en la adolescencia, aunque también pueden consultar en la edad adulta.

Las tres enfermedades de las que hemos hablado están dentro de las hipomelanosis circunscritas adquiridas más frecuentes, pero en atención primaria tenemos que hacer un diagnóstico diferencial de todas las lesiones hipopigmentadas.

La clasificación más sencilla de estas lesiones es la siguiente: