femenino, lo cual se puede atribuir a que la sociedad ve el juego en mujeres como tabú, a diferencia de la contraparte masculina donde es mayormente aceptado. (7)
Como ejemplo de la importancia en la cultura podemos ver que en lugares como Brasil la ludopatía tiene una prevalencia tan baja como un 1% mientras que en otros países puede llegar hasta un 5%8, como contraparte vemos que en culturas como las chinas la prevalencia va desde un 2.5% hasta un 4%, sin embargo pudiera pensarse que el número es más alto debido a que por la cultura los chinos piensan que si otras personas se enteran que tienen una adicción al juego estos perderán su honor y respeto ante los demás (8), Los afroamericanos tienen una prevalencia de 2.2% para la ludopatía y la raza caucásica se encuentra con un 1.2% (9)
Prevalencia.
Existen pocos datos sobre la prevalencia del juego patológico, pero se cree que al menos un 2.5% de la población adulta sufre de dicha patología a nivel mundial. (10) mientras que en Mexico se estima que puede existir hasta un 5% sobre todo en los estados con mayor número de casinos, un ejemplo de estos estados seria baja california que se encuentra en segundo lugar de casinos establecidos
Tipos de jugadores.
En 1994, Ochoa y Labrador crearon una clasificación para aquellas personas que juegan: el jugador social, el problema, el jugador patológico o ludópata y los profesionales, cada uno con sus características definitorias (11), esta clasificación es ampliamente utilizada en tiempos actuales y lo abordan varios investigadores como: González, (16), Cruz (17) etc.
El Jugador Social:
Este individuo juega por diversión, asigna una cantidad de dinero límite, pero basado en sus posibilidades; por lo general juega grupalmente con amigos y durante un tiempo corto, puede empezar y terminar de jugar a voluntad, no le crea disgusto dejar de jugar o incluso no jugar; el juego es otra actividad para él, la cual no ha producido ningún problema de carácter monetario, personal, familiar social o profesional.
El Jugador Profesional:
Esta es su profesión. No tiene alguna implicación emocional con las apuestas; aunque suele tener características asociadas a los ludópatas, como el intento de recuperación de pérdidas, se considera parte de la estrategia de juego y no cumple los criterios necesarios para considerarse ludópata.
El Jugador Problema:
Juega constantemente, ha creado ya algunos problemas debido al juego, dedica dinero que tiene destinado a otros asuntos, tiene poco control sobre sus acciones en cuanto al juego se refiere, presenta pensamientos repetitivos sobre el juego, pero siendo menos que el jugador patológico, son individuos que poseen un riesgo constante y creciente de convertirse en ludópatas.
El ludópata:
Juega descontroladamente, ha perdido el buen juicio en cuanto al juego y ha creado una dependencia al mismo, solo le interesa jugar y obtener dinero para seguirlo haciendo, las apuestas han tenido ya impacto sobre actividades cotidianas como el trabajo, la familia y otras relaciones interpersonales, este tipo de jugador apuesta más de lo que pudiera afrontar, lo que hace que en caso de perdidas, se vea en la necesidad de pedir prestado capital a familiares y amigos, sin embargo en muchas de estas ocasiones el ludópata mentira diciendo que el dinero está destinado a otras actividades, en casos más graves el ludópata recurrirá a actividades ilegales como el hurto o la falsificación, otra característica es que tienden a querer recuperar las perdidas en un “último juego”
El juego y la familia.
Los ludópatas pueden generar grandes deudas que pueden llegar a afectar de manera importante su núcleo familiar, incluso al profesional ya que muchas veces piden cantidades considerables de dinero para continuar jugando. (12)
El ludópata puede llevar su economía a la bancarrota y el vivir con esta persona se vuelve cada vez más difícil debido a la separación que crea el ludópata de la familia y su entorno, muchas veces derivando en divorcios.
La Asociación Americana de Psiquiatría, en su DSM-IV, incluye como factores familiares predisponentes al juego patológico los siguientes (1):
– Disciplina familiar inadecuada, inconsistente o excesivamente permisiva.
– Exposición al juego durante la adolescencia.
– Familia que valora excesivamente el dinero y los aspectos materiales de la vida.
– Poca valoración del ahorro.
– Padres con personalidad inestable, enérgicos y fuertemente competitivos, que valoran mucho el éxito personal.
– Alcoholismo del marido en las mujeres jugadoras.
– Abandono familiar por parte de los hijos (síndrome del nido vacío).
– Juego patológico en alguno de los progenitores.
La relación entre estos factores y otros de tipo genético y del medio ambiente no están estudiados en gran medida, por lo cual se tienen diferentes puntos de vista de cómo se debe tratar a los pacientes y cómo reinsertarlos a la sociedad, aunque estos factores predisponentes por sí solos no son determinantes para generar ludopatías, se ha visto que de existir en el paciente, las posibilidades de que éste genere dependencia con el juego se verán aumentadas, por lo que se considera a la familia como un factor determinante al momento del tratamiento del paciente
Fases de afrontamiento familiar
Como ya se ha manifestado con anterioridad, el juego afecta también a la familia del jugador e, igual que el jugador, la familia pasa por diferentes fases (13,15):
Fase de aproximación o descubrimiento:
En esta fase la familia desconoce el problema, pero de manera gradual reciben información o ven cambios en su familiar que les hacen darse cuenta que está pasando algo fuera de lo normal; el jugador crea excusas para justificar su conducta, estas por lo general suelen ser creídas por la familia; esta credulidad de la familia puede durar días, incluso años; durante este período, la familia y el jugador tienden a minimizar el problema; el jugador intentará manipular a la familia por medio de chantajes o mentiras.
Fase de estrés:
En esta etapa,