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Bibliografía. Relación de la infertilidad con las Infecciones de Transmisión Sexual

Bibliografía. Relación de la infertilidad con las Infecciones de Transmisión Sexual

Relación de la infertilidad con las Infecciones de Transmisión Sexual. (ITS) Las infecciones genitales figuran entre las enfermedades que más frecuentemente generan pérdida de años de salud y de vida productiva debido a complicaciones importantes, como esterilidad, embarazo ectópico, cáncer, morbilidad perinatal, transmisión del virus VIH, y están relacionadas con infecciones obstétricas, partos y ruptura de membrana prematura, abortos, enfermedad Inflamatoria pélvica, salpingitis, endometritis (16).

Bibliografía. Relación de la infertilidad con las Infecciones de Transmisión Sexual.

Autores:

Msc. Roberto Hidalgo Mederos. Especialista en Laboratorio Clínico y Medicina Transfusional. Profesor Asistente de la Facultad de Ciencias Médicas Julio Trigo López.

Msc. Magalis Menéndez González. Especialista en Laboratorio Clínico y Medicina Transfusional. Profesora Asistente de la Facultad de Ciencias Médicas Julio Trigo López.

Universidad de la Habana. Universidad de las Ciencias Médicas

Bibliografía.

Los padecimientos resultantes de su acción, muchas veces asintomático, En el hombre estos microorganismos se adhieren a la pieza media de la cola del espermatozoide disminuyendo su movilidad 15. Pudiendo ser el reservorio de patógenos transmisibles por vía sexual, y que pueden afectar la capacidad reproductiva de la mujer, a través de alteraciones endometriales o del factor tubárico (17).

Del 90 al 95% de todos los casos de enfermedad inflamatoria pélvica (EIP) son causados por los mismos organismos responsables de las enfermedades bacterianas de transmisión sexual (como la clamidia, gonorrea, micoplasma, estafilococo y estreptococo). Aunque la transmisión sexual es la causa más común de esta condición, las bacterias pueden penetrar en el organismo después de una intervención o procedimiento ginecológico, como la implantación de un DIU después de un parto, de un aborto espontáneo), de un aborto electivo o terapéutico o de una biopsia del endometrio. Los riesgos de infertilidad aumentan en un 15% en la medida que se repitan los eventos de enfermedades de inflamaciones pélvicas (18,19).

Las Enfermedades de Transmisión Sexual, tales como el virus de la inmunodeficiencia humana puede producir SIDA, el virus del papiloma humano puede dar lugar a cáncer de cuello uterino, los gonococos, clamidias, tricomonas y otros gérmenes pueden producir enfermedad inflamatoria pélvica que es grave en si misma sino recibe tratamiento adecuado, pero además es causa de infertilidad y de dolor crónico ginecológico (20).

En los hombres, la clamidia puede producir síntomas similares a los de la gonorrea (secreción a través del pene o el recto, ardor al orinar o al defecar) y además puede causar epididimitis y orquitis. No obstante, es posible que hasta el 25% de los hombres infectados no presenten síntomas. Clamidia (femenina): solo cerca del 30% de las mujeres presentan síntomas por clamidia, razón por la cual se hace necesario examinar a las mujeres sexualmente activas para diagnosticar y tratar a aquellas que son asintomáticas, con el fin de disminuir el riesgo de complicaciones. Es posible que las mujeres asintomáticas noten secreciones vaginales, ardor al orinar o dolor abdominal (21). Los episodios reiterados de salpingitis producen un daño tubario severo, que termina en la obstrucción tubárica progresiva, como ha sido demostrado en los estudios clásicos de Westrom. Cuando se aísla Chlamydia Trachomatis el riesgo es aún mayor (22, 23, 24).

Los datos recopilados por la Organización Mundial de la Salud señalan que cerca de 89 millones de personas presentan infección por Chlamydia trachomatis; sólo en Estados Unidos de América (EUA) se reportan cada año más de cuatro millones de casos nuevos, de los cuales 2.6 se presentan en mujeres, 1.8 en varones y 250.000 en recién nacidos (24, 25, 26).

Una de las infecciones de transmisión sexual (ETS) más comunes es la cervicitis clamidial se caracteriza por su evolución indolente en las mujeres, con 70% de pacientes asintomáticas o con síntomas subclínicos. La cervicitis clamidial no tratada puede conducir a la enfermedad pélvica inflamatoria y sus secuelas, así como al síndrome de Fitz-Hugh-Curtis (27). Chlamydia Trachomatis es fundamentalmente un patógeno humano, se pueden diferenciar 15 serotipos: D-E-F-G-H-I-J-K son cepas urogenitales y de transmisión sexual, cuya expresión clínica fundamental es la uretritis del varón y la cervicitis de la mujer; los serotipos L1, L2 y L3 son los causantes del linfogranuloma venéreo, y el A, B, Ba y C se asocian con el tracoma de la ceguera epidémica. Los serotipos D a K también son responsables de la conjuntivitis de inclusión e infecciones perinatales (27).

La presencia de este agente infeccioso frecuentemente no es identificada debido a que es una bacteria intracelular que requiere de los métodos diagnósticos de más alta sensibilidad y especificidad, los cuales son de alto costo o no están disponibles comercialmente; además, en la mayoría de las pacientes la infección cursa con un cuadro asintomático (22, 27). Aunque la transmisión sexual es la causa más común de esta condición, los factores de riesgo incluyen la actividad sexual durante la adolescencia, los compañeros sexuales múltiples, los antecedentes de EIP, antecedentes de cualquier enfermedad de transmisión sexual (ETS) y el uso de anticonceptivos que no son de barrera (28).

Si bien es cierto que la investigación sobre la relación entre las infecciones de transmisión sexual (ETS) y la infertilidad masculina ha dado resultados conflictivos, algunos estudios indican que la infección se puede propagar de la uretra al epidídimo, a veces produciendo bloqueo de los conductos espermáticos, que causan trastornos en la producción de espermatozoides. (29) En general, estas infecciones pueden producir atrofia testicular, compromiso de las glándulas accesorias u obstrucciones de las vías seminales, además de su relación con fenómenos inmunológicos como consecuencia de la producción de anticuerpos antiespermatozoides, así como incrementos de los niveles de leucocitos seminales y radicales libres. Entre los gérmenes implicados con más frecuencia están: Chlamydia trachomatis, Neisseria gonorrhoeae, Ureoplasma urealyticum, Escherichia coli, Staphylococcus aureus, Streptococcus viridans, Enterococcus, Mycobacterium tuberculosis y orquitis virales, entre otros (30, 31)

Hay otras patologías que producto de estos