Inicio > Ginecología y Obstetricia > Bibliografía. Relación de la infertilidad con las Infecciones de Transmisión Sexual > Página 4

Bibliografía. Relación de la infertilidad con las Infecciones de Transmisión Sexual

Consumo del Café y consecuencia sobre la infertilidad

Aunque la mayoría de nosotros estamos acostumbrados a esa energía extra que nos dan unas pocas tazas de café a lo largo del día, algunos médicos dicen ahora que un consumo excesivo de cafeína puede llevar a retrasos en la concepción (88).

La cafeína es uno de los principios activos del café, bebida que además de dicha sustancia contiene compuestos estrogénicos (89) que pueden inducir vías de heterodiferenciación. La cafeína también se usa como aditivo en diversas bebidas de fantasía del tipo cola numerosas mujeres embarazadas y también niños durante los primeros años de su vida se ven expuestos a cafeína.

La exposición de ratas preñadas a cafeína (30 mg/kg/día) inhiben los fetos la diferenciación del tejido intersticial testicular y de las células de Leydig y reduce la biosíntesis de testosterona por el testículo fetal, lo cual a su vez puede inducir vías de heterodiferenciación celular en diversos órganos y tejidos y afectar en forma irreversible las gónadas masculinas y la conducta sexual. Estas edades han sido determinadas durante los períodos precoces de la vida, por efecto de contaminantes (61).

Consecuencia del consumo del alcohol sobre la infertilidad

El alcohol puede definirse como una sustancia tóxica capaz de producir hábito en ciertas personas, siendo su abuso uno de los problemas de salud mundial actualmente (90,91), que modifica la personalidad de quien lo consume en exceso y afecta de forma importante su conciencia existe una dependencia física del mismo, manifestada a través de determinados síntomas de abstinencia cuando no es posible su ingesta. El consumo excesivo y prolongado de esta sustancia va obligando al organismo a requerir cantidades crecientes para sentir los mismos efectos, a esto se le llama «tolerancia aumentada» y desencadena un mecanismo adaptativo del cuerpo hasta que llega a un límite en el que se invierte la supuesta resistencia y entonces «asimila menos», por eso tolerar más alcohol es en sí un riesgo de alcoholización. (92)

La Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1976, lo define con el término «síndrome de dependencia del alcohol (SDA)» descrito como un trastorno de conducta crónico, manifestado por un estado psíquico y físico, que conduce compulsivamente a ingesta excesivas de alcohol con respecto a las normas sociales y dietéticas de la comunidad, de manera repetida, continua o periódica con objeto de experimentar efectos psíquicos y que acaban interfiriendo en la salud y en las funciones económicas y sociales del bebedor.

Salvo algunos países de cultura hindú o islámica donde el consumo de alcohol es menor como consecuencia de tradiciones o influencias religiosas, alrededor del 70% de la población, por encima de los 15 años, ingiere alcohol en determinada cantidad, del 3 al 5% son dependientes y, de ellos, el 10% se convertirán en bebedores problemas en algún momento de su vida. Actualmente España ocupa el 4to lugar mundial en el consumo de alcohol después de Francia, Luxemburgo y Alemania. Se considera que existe un incremento de consumo de alcohol de alrededor del 30% en los países desarrollados durante los últimos 20 años, índice muy superior al esperado por el aumento de la población en esta etapa. En Cuba, el 45,2% de la población mayor de 15 años consume bebidas alcohólicas, con un índice de prevalencia de alcoholismo entre el 7 y el 10%, uno de lo más bajo en Latinoamérica, con predominio en edades comprendidas entre los 15 y 44 años. Se señala que en los últimos 15 años el consumo ha aumentado notablemente en nuestro país, que el 90,4% de la población inicia la ingestión del tóxico antes de los 25 años y que la mayoría de los bebedores problema se encuentra entre 25 y 42 años (93, 94).

En relación con la actividad sexual, el alcohol determina disfunciones sexuales, y si el consumo es excesivo y mantenido puede producir serias lesiones en órganos responsables de la respuesta sexual. Existe dificultad o imposibilidad de que un hombre logre la erección cuando se encuentra en estado severo de embriaguez y también el orgasmo en la mujer bajo el efecto del tóxico. Las bebidas alcohólicas son depresoras de la función sexual

Otros efectos dañinos en las mujeres son la infertilidad o la incapacidad de concluir de forma exitosa un embarazo (abortos habituales). Pueden ocurrir partos prematuros y muerte intrauterina porque el niño no está preparado para neutralizar la acción del alcohol y metabolizarlo.

La exposición aguda o crónica a diversos agentes químicos afecta la acción de los estrógenos en el útero, afectando la función reproductiva en forma precoz En el ser humano, las alteraciones más frecuentemente encontradas eran infertilidad, alteraciones del ciclo menstrual, presencia de quistes ováricos y tendencia a los abortos habituales

Otros efectos dañinos en las mujeres son la infertilidad o la incapacidad de concluir de forma exitosa un embarazo (abortos habituales). Pueden ocurrir partos prematuros y muerte intrauterino (95). El segundo impacto es el estrés oxidativo, disminuyendo funciones endócrinas en los núcleos de la base, diencéfalo, hipófisis y gónadas, con congestión e hiperemia del tracto genital femenino (96).

Los trastornos de la espermatogénesis son las alteraciones más frecuentes observadas en la infertilidad masculina; una de sus causas es la acción de agentes químicos, entre los cuales se destaca el alcohol

En el hombre el alcoholismo crónico es causa de hipogonadismo y feminización, pérdida del vello pubiano, de la libido, disfunciones sexuales eréctiles y orgásmicas e infertilidad. Estos trastornos se acompañan de una disminución de los niveles séricos de testosterona En individuos alcohólicos se ha reportado disminución del peso y volumen testicular, atrofia testicular, disminución del diámetro de los túbulos seminíferos, con pérdida de celularidad de los mismos (96).

Estas alteraciones, que guardan alguna semejanza con la impotencia masculina de la especie humana, pueden ser explicadas por una disminución de niveles de testosterona plasmática observadas en ratas adultas expuestas prenatalmente, debido a la disminución de la biosíntesis de la hormona en el testículo (61).

El alcohol tiene un efecto inhibitorio directo sobre la biosíntesis de T por las células de Leydig y sobre el metabolismo hepático de los estrógenos; en consecuencia, se producen niveles bajos de T y altos de estradiol en la circulación, por tanto, el alcohol induce efectos directos sobre el espermatozoide generando una disminución de su motilidad. El abuso de otras drogas como la marihuana y la cocaína también comprometen la