investigación clínica. Además se ha demostrado que el cuidado paliativo resulta eficaz en relación con los costos cuando se enfoca organizadamente. Un credo para la oncología podría ser el siguiente: curar a veces, prolongar la vida a menudo y confortar siempre. (5)
El dolor es una vivencia sensorial y afectiva, desagradable y subjetiva, que se asocia a lesión tisular real o potencial. En el paciente con cáncer, este síntoma suele ser de tipo crónico y, a su vez puede ser de origen somático, visceral o neuropático, el dolor se asocia a la idea del mal pronóstico, muerte, pérdida de autonomía y calidad de vida y sufrimiento intenso con repercusiones psíquicas y sociales. (6)
El dolor afecta a la función en grados que van desde el decaimiento sin importancia y casi inadvertido, hasta la incapacidad y la inmovilización agónicas. Las escalas objetivas permiten medir con fiabilidad la intensidad del dolor, en valores absolutos y relativos, a lo largo del tiempo. La valoración de la intensidad del dolor tal como es percibida por el paciente. Y sus efectos sobre la comodidad.
Al enfrentarse a la muerte, los pacientes difieren en lo que consideran importante (p. ej., algunos consideran más importante la cantidad de vida que la calidad; otros aceptan mejor o peor el dolor a la desfiguración). Las preferencias de los pacientes son determinantes, y los cuidados deben planificarse de acuerdo con ellas. Algunos esperan pacientemente el final de sus vidas y otros no. (7)
Hay moribundos que se benefician de los cuidados curativos, rehabilitadores o preventivos. La buena atención a estos pacientes comprende algo más que establecer un tratamiento difícilmente justificable; incluye establecer un plan que tenga en cuenta los objetivos del paciente y los límites impuestos por la enfermedad.
La atención terminal satisfactoria incluye por necesidad medidas analgésicas adecuadas, pero este punto obliga a tomar medidas adicionales. La frecuencia de los síntomas varía con la enfermedad y otros factores. Los síntomas físicos y psíquicos más comunes en pacientes en fase terminal son dolor, fatiga, insomnio, anorexia, disnea, depresión, además de nauseas y vómitos. En los últimos días de la vida también es frecuente que surja el síndrome confusional terminal. (8, 9)
Enfermedad terminal es la que transcurre con las siguientes características
- Diagnóstico de enfermedad avanzada, progresiva e incurable
- Falta de respuesta al tratamiento específico
- Pronóstico de vida no mayor de 6 meses
- Numerosos síntomas intensos, multifactoriales y cambiantes
- Gran impacto emocional en el paciente, familia y equipo terapéutico. (10)
Control de Síntomas
Dolor: Repercusión subjetiva de la enfermedad, bien como sensación física que responde al tratamiento con analgésicos u otros medicamentos, bien como reacción humana a las limitaciones de la enfermedad. Una de las misiones de la medicina es aliviarlo, tanto en su faceta orgánica como vivencial, debido a la peculiar dignidad del paciente.
Características del dolor: dentro de ellas debemos tener en cuenta la calidad (¿Cómo es?), la localización, modificación analizando qué lo empeora o mejora, su patrón u horario, o sea cuándo duele más o menos.
Umbral del dolor: Intensidad mínima de los estímulos nociceptivos, necesaria para estimular las terminaciones nerviosas libres (que son las receptoras del dolor). Aunque la percepción del dolor varía mucho, según las personas, el umbral propiamente dicho apenas varía, lo que indica que en la percepción del dolor influye mucho el aspecto subjetivo.
El umbral doloroso es aumentado por: Alivio de síntomas, Mejora del sueño, Descanso, Simpatía, Acompañamiento, Distracción, Aumento del humor, Reducción de la ansiedad, Fármacos; o puede ser disminuido por: Insomnio, Cansancio, Ansiedad, Depresión y tristeza, Abandono social, Introversión, Aburrimiento, Malestar
¿Qué hacer ante el dolor?
Es importante la participación del paciente y la familia en la relación con el personal médico permitiendo las expresiones de tristeza y cólera y de esta forma observar indicaciones verbales y no verbales. Por nuestra parte es bueno animar al paciente a que se distraiga, proporcionar oportunidades de descanso y sueño, incluso con sedantes pero siempre pensar en la posibilidad de usar técnicas no invasivas. Administrar fármacos por las vías menos cruentas con los primeros síntomas.
Principios Generales del uso de Analgésicos
- Evaluación Clínico-diagnóstica completa.
- Cuando el enfermo dice que le duele, es que le duele.
- La potencia de un analgésico la determina la intensidad del dolor no la super- vivencia prevista.
- Siempre que sea posible usar la vía oral.
- Generalmente son necesarios fármacos coadyuvantes.
- Los fármacos psicotropos no deben usarse por rutina.
- No todos los dolores son aliviados por los analgésicos.
- Administrarlos a horas fijas.
- Siempre debe existir una pauta de ‘’Dosis al rescate’’.
- Jamás usar placebos.
- La dosis se regulará individualmente.
- El insomnio hay que tratarlo enérgicamente.
- Se puede y con frecuencia se debe mezclar analgésicos periféricos (aspirina) con analgésicos centrales (opioides).
- No se deben mezclar 2 analgésicos Opioides.
- A veces es necesario ingresar al enfermo para controlar el dolor.
II.- Síntomas Respiratorios
- Tos