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La epistemología en la metodología de la investigación científica

de este objeto, un efecto de esta causa.

La complejidad de los procesos de salud, que tienen muchas dimensiones para ser abordados en este artículo (biológico, epidemiológico, estilos de vida, familia, medio ambiente, etc) hace que sea necesario pensar en la manifestación del problema científico a nivel de Objeto de Investigación. Por lo tanto es conveniente definir este objeto a fin de que el mismo se constituya en una orientación lógica y metodológica, delimitando las fronteras dentro de las cuales se mueva el investigador.

Resulta llamativo el hecho de que en las investigaciones de corte salubrista no se tenga la “costumbre” de definir el Objeto de Investigación y que incluso, inexplicablemente exista un rechazo a ello. Pero la discusión epistemológica no se queda aquí. En una investigación científica es imposible resolver todas las insuficiencias que se manifiestan desde un objeto. Por ejemplo, no es posible, desde una tesis de doctorado de primer nivel transformar todos los problemas relacionados con las Enfermedades Infecciosas. Al declarar estas como objeto de investigación, se precisa acotar cuáles o cuál son, concretamente, las enfermedades infecciosas que serán tratadas. Esta acotación conduce al concepto de Campo de Acción, como aquella parte del objeto que será investigada y al mismo tiempo constituye la génesis del concepto de Proyecto de Investigación, en el que diferentes investigadores transforman los diferentes campos de un objeto hasta agotarlo.

La declaración del campo de acción como subconjunto del objeto de investigación es antecedida por el planteamiento del Objetivo de la Investigación, es decir, el propósito o meta a lograr. En este sentido una investigación debe tener, a juicio del autor, un solo objetivo, el cual puede ser operacionalizado, posteriormente, en objetivos específicos o tareas. De esta forma se puede decir que el objeto es al problema científico como el campo de acción es al objetivo. En las investigaciones de carácter biomédico, de la misma forma que no existe la costumbre de trabajar a nivel de Objeto de Investigación, tampoco se trabaja a nivel de Campo de Acción (ver anexo).

Son muchas las ventajas que aporta la consideración de las categorías Objeto de Investigación y Campo de Acción en las investigaciones científicas. Entre ellas se pueden citar (5):

  • Se delimita claramente la parte de la realidad objeto de investigación que debe ser transformada.
  • Se adquiere una percepción lógica acerca de cómo realizar el diagnóstico del problema científico.
  • Se tiene una primera idea de en dónde se hará el aporte teórico de la investigación (este se realiza a nivel de campo, no de objeto).
  • Se posibilita la determinación de indicadores claros y precisos para la validación en la práctica de la propuesta de solución del problema científico.

Si se tiene en cuenta la relación holística (integradora) de las ideas expuestas anteriormente, entonces es preciso considerar que en el proceso de investigación científica en cualquier campo del saber humano el investigador debe establecer la diferencia entre el vacío de conocimiento que él tiene como sujeto cognoscente, lo que se conoce como Brecha Epistemológica y los vacíos que existen en la teoría y la práctica existente, denominada Fisura Epistemológica que limitan la búsqueda de solución al problema científico investigado (6).

En el llenado de esta brecha y esta fisura epistemológica transita, entonces, el proceso de investigación científica y los aportes teóricos son los “ladrillos” que le faltan al cuerpo teórico existente, en relación al objeto, para explicar su naturaleza y el carácter de sus manifestaciones problémicas.

Se manifiesta, de esta forma, una contradicción dialéctica entre la Brecha y la Fisura Epistemológica que tiene su síntesis en el Punto de Inflexión Epistemológico o punto de ruptura, el que se manifiesta cuando es llenada esa brecha y esa fisura y el investigador dispone de los elementos necesarios para transformar el objeto de investigación desde el campo de acción (ver anexo):

Siendo la Brecha Epistemológica, como se ha dicho, propia del investigador y la Fisura Epistemológica propia de la ciencia en cuestión, entonces, es lógico pensar que la primera da cuenta de lo causal (el conocimiento del investigador y su propia experiencia) y lo segundo de lo fáctico (lo que se plantea como teoría sistematizada en la práctica), lo que guarda una estrecha relación con la causa epistémica inicial y con el efecto sintético de esta causa (problema científico), cualidad inherente al denominado proceso facto-perceptible (ver anexo):