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Morbilidad y mortalidad en la Unidad de Cuidados Intensivos Emergentes

emergencias médicas: la mortalidad.

Toda la literatura médica revisada coincide que el tiempo es un factor decisivo en el pronóstico de los lesionados, si bien el marcador “Hora Dorada” es un indicador de excelencia, para que se cumpla, necesariamente tiene que existir una conducta inmediata a nivel pre-hospitalario, una vía rápida de llegar al hospital y una buena coordinación en el servicio de urgencia (21).

A criterio del autor hay que continuar elevando el nivel cultural del pueblo con ayuda de los medios de difusión masiva, para que sean disciplinados, evitar las imprudencias y prever los accidentes, así como la preparación de los médicos y paramédicos que intervienen en el rescate de estos casos, porque aún continúan los problemas con la atención en el escenario del accidente lo que implica un mayor consumo de tiempo en la estabilización de los pacientes más graves que conllevan a situaciones críticas y al aumento de la mortalidad precoz en las unidades de atención al grave.

La investigación mostró resultados similares a otros estudios (9, 10, 12). Asisten en traslado del Sistema Integrado de Urgencias Médicas (SIUM) más que en transporte ordinario, con un 4.5% del total de pacientes atendidos, esto a nivel estadístico es significativo (TABLA 4.- Mortalidad precoz y evacuación hacia la Unidad de Cuidados Intensivos Emergentes del Hospital Universitario Arnaldo Milián Castro, Villa Clara, años 2008 y 2010 – Ver archivo de Anexos, al final del artículo).

La atención médica especializada e ingreso en una Unidad de Cuidados Intensivos Emergentes (UCIE) como subsistema constituye el indicador fundamental de calidad en la atención al paciente grave, pues entre menor sea este tiempo, menor es la mortalidad, menor las complicaciones y más efectivo el tratamiento siendo apreciable el gran impacto del Sistema Integrado de Urgencias Médicas (SIUM) sobre estos indicadores de calidad (10).

En la tabla 5, se relaciona cómo se comportaron los grupos de edades según la evolución de los pacientes en la Unidad de Cuidados Intensivos Emergentes (UCIE) sujeta a estudio, se observa la población de la tercera edad que más se enferma y muere a un nivel estadístico significativo (72,7%). (TABLA 5.- Mortalidad precoz y edad en la Unidad de Cuidados Intensivos Emergentes del Hospital Universitario Arnaldo Milián Castro, Villa Clara, años 2008 y 2010 – Ver archivo de Anexos, al final del artículo)

Según datos de la Organización Panamericana de la Salud habrá un incremento de la ancianidad en los países del tercer mundo hasta un 72% para el año 2025 lo que caracterizará el futuro próximo; aspecto a tener en cuenta tanto en las particularidades del accidentado como en la preparación de los grupos de atención al trauma como reporta trabajo de  Morejón C, D, et al, donde la ancianidad es un factor importante de riesgo y la cifra de mortalidad aumenta en forma sustancial en los sujetos mayores de 75 años (22).

Rodríguez Acosta, M. (2008), plantea en sus publicaciones sobre las personas mayores de 60 años que muestran un incremento tres veces mayor en la cifra de mortalidad, en comparación con quienes tienen edades menores (23).Otro factor más de riesgo de aumento de la mortalidad es la disfunción preexistente de órganos causada por enfermedades crónicas no transmisibles (9).

Por otra parte la estadía que fallecen más es en las 2 primeras horas con un 55%, del total de fallecidos, dato significativo. Dicho resultado fue similar con otros estudios realizados en dichas unidades (11) (TABLA 6.- Mortalidad precoz y estadía en la Unidad de Cuidados Intensivos Emergentes del Hospital Universitario Arnaldo Milián Castro, Villa Clara, años 2008 y 2010 – Ver archivo de Anexos, al final del artículo).

Trueba R, D, et al, señala que estas unidades, insertadas en la atención de urgencia, tienen particularidades interesantes por la dinámica de los pacientes que atienden con muy corta estadía (22). De la prontitud de la asistencia médica que se brinde se podrán establecer medidas preventivas para disminuir la mortalidad y facilitar la recuperación de los pacientes. Vital y necesario es desde su creación el estudio de ellas, como parte del análisis del comportamiento de la morbilidad y mortalidad de la atención al grave.

El autor señala que mueren más porque muchas veces los pacientes llegan en estado crítico, difícil de recuperar, de ahí la importancia significativa del uso del transporte del Sistema Integrado de Urgencias Médicas (SIUM) para estos lesionados o pacientes graves. Se conoce que cuando se refiere a la definición de vida o muerte la acción decidida, inmediata y calificada, puede resultar coronada por el éxito inestimable de una vida salvada.

Por último, el investigador reflexiona en que este entrenamiento no se efectúa con la frecuencia ni la calidad requerida, no sólo en Cuba, sino en todas las latitudes. Por lo que se llama a la reflexión con esta investigación a dedicar una porción de los esfuerzos a educar a la comunidad, esa gran masa disponible y capaz, para enfrentar, esta vez, con la ayuda inestimable del conocimiento, lo que los predecesores trataron de combatir con la magia.

Se concluye que prevaleció el grupo de la tercera edad, predominó el sexo masculino. Las principales patologías que provocaron morbilidad fueron la cardiopatía isquémica dolorosa, las arritmias, la enfermedad cerebrovascular grave y los politraumatismos. Las causas directas de muerte fueron: insuficiencia respiratoria aguda, paro cardiorrespiratorio, estado de shock y politraumatismos. Fallecieron menos en esta unidad los que utilizaron el traslado mediante el sistema integrado de urgencias médicas. Se enfermó y murió más la población de la tercera edad. La mortalidad fue mayor en las dos primeras horas de estadía.

Anexos – Mortalidad y morbilidad en UCI

Anexos – Mortalidad y morbilidad en UCI