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Neumonía asociada a ventilación mecánica: actuación de enfermería en las unidades de cuidados intensivos. Revisión bibliográfica

Neumonía asociada a ventilación mecánica: actuación de enfermería en las unidades de cuidados intensivos. Revisión bibliográfica

Autor principal: Borja Paz Ramos

Vol. XVII; nº 9; 344

Ventilator-associated with mechanical pneumonia: nursing performance in intensive care units. Literature review

Fecha de recepción: 29/03/2022

Fecha de aceptación: 10/05/2022

Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XVII. Número 9 – Primera quincena de Mayo de 2022 – Página inicial: Vol. XVII; nº 9; 344

Autor principal:

Borja Paz Ramos. Graduado en Enfermería. Centro de Salud Fernando el Católico. Zaragoza. España

Coautores:

David Corzán López. Graduado en Enfermería. Centro de Salud Fernando el Católico. Zaragoza. España

Miguel Orós Gascón. Graduado en Trabajo Social. Zaragoza. España

Celia Pastor Giménez. Graduada en Enfermería. Centro de Salud Fernando el Católico. Zaragoza. España

Coral Orruño Cebollada. Graduada en Enfermería.  Centro de Salud Fernando El Católico. Zaragoza. España

María Armengod Burillo. Graduada en Enfermería. Hospital Universitario Miguel Servet.

Zaragoza. España

Andrea Mañas Andrés. Graduada en Enfermería. Atención Primaria en Sector II del SALUD. Zaragoza. España

Declaración de buenas prácticas

Los autores de este manuscrito declaran que:

– Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses.

– El manuscrito es original y no contiene plagio.

– El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista.

– Han obtenido los permisos necesarios para las imágenes y gráficos utilizados.

– Han preservado las identidades de los pacientes.

Resumen: Las neumonías asociadas a ventilación mecánica son una de las enfermedades que con más frecuencia se producen en pacientes ingresados en unidades de cuidados intensivos. La prevención de esta patología tiene especial importancia en el papel que desarrolla enfermería ya que son los encargados de los cuidados de pacientes portadores de tubo endotraqueal. Una formación adecuada y el establecimiento de protocolos, hace que las tasas de neumonía asociada a ventilación mecánica se reduzcan.

Palabras clave: neumonía asociada al ventilador, unidad de cuidados intensivos, ventilación mecánica, cuidados de enfermería, prevención.

Abstract: Pneumonias associated with mechanical ventilation are one of the diseases that most frequently occur in patients admitted to intensive care units. The prevention of this pathology has special importance in the role developed by nursing since they are responsible for the care of patients with endotracheal tubes. Proper training and the establishment of protocols leads to a reduction in the rates of pneumonia associated with mechanical ventilation.

 

Keywords: ventilator-associated pneumonia, intensive care unit, mechanical ventilation, nursing care, prevention.

Introducción

Las infecciones nosocomiales (IN) son aquellas que aparecen en relación con los cuidados sanitarios, y no son consecuencia directa de la enfermedad original, sino que han surgido durante la administración de cuidados sanitarios. Las unidades de cuidados intensivos (UCI) conforman un escenario favorable para el desarrollo de este tipo de infecciones debido al estado previo de salud de los pacientes, y por las técnicas invasivas que menoscaban las barreras locales de defensa del organismo. Suele ser habitual ingresar enfermos que previamente han estado expuestos a antibióticos y por tanto son susceptibles de desarrollar resistencias al tratamiento. En el entorno de las UCI es la neumonía asociada a ventilación mecánica (NAVM) la más prevalente, por encima de la infección asociada a catéter o del tracto urinario.1

La NAVM es una causa significativa de morbimortalidad en pacientes críticamente enfermos dentro de las UCI, quienes son sometidos a ventilación mecánica (VM) a través de un tubo endotraqueal (TET) o traqueostomía. El diagnóstico temprano y la adopción de prácticas conocidas para prevenir la NAVM pueden reducir la mortalidad y disminuir el desarrollo de organismos resistentes a múltiples drogas.2 En este artículo se realiza una revisión bibliográfica en base a la evidencia científica encontrada, no sin antes describir lo que es la NAVM y tipos, epidemiología, fisiopatología, diagnóstico, tratamiento y cuáles son las medidas preventivas que como profesionales de enfermería debemos conocer para evitar la NAVM a través de las indicaciones del proyecto Neumonía Zero (NZ).

Neumonía asociada a ventilación mecánica (NAVM)

Definición

La NAVM es un tipo de neumonía adquirida en el hospital que ocurre más de 48 horas después de la intubación endotraqueal. Puede ser adicionalmente clasificada como de aparición precoz (dentro de las primeras 96 horas de VM) y de aparición tardía (más de 96 horas después de iniciada la VM), la cual es más comúnmente atribuible a patógenos resistentes a múltiples drogas.2   La American Thoracic Society (ATS) y la Infectious Disease Society of America (IDSA) publicaron las guías para el manejo de las neumonías adquiridas en el hospital, las cuales estaban caracterizadas de un nuevo infiltrado, o la progresión de uno previamente existente, junto con signos tales como: temperatura (fiebre > 38ºC o hipotermia < 36ºC), leucocitosis o leucopenia, aparición de secreciones traqueobronquiales purulentas, aislamiento del agente causal y deterioro de la oxigenación.3,4 Es útil para su diagnóstico clínico seguir la escala de Clinical Pulmonary Infection Score (CPIS). Una puntuación superior a 6 es diagnóstica de NAVM. (ver en anexo I)4

Etiología

Como se ha descrito anteriormente, la NAVM se divide según el momento de aparición en precoz y tardía. Esta distinción teórica tiene la ventaja de definir 2 grupos etiológicos con diferentes características y patógenos implicados:

Precoz (sin riesgo para patógenos multi-resistentes:): la que se desarrolla en los cinco primeros días de estancia en hospital (≤ 5 días), sin enfermedades crónicas debilitantes y si el paciente no ha recibido antibióticos (excluyendo profilaxis quirúrgica) durante la hospitalización. Patógenos implicados: Streptococcus pneumoniae, Haemophilus influenzae, Escherichia coli, Klebsiella ssp., Proteus ssp., S. marcescens y Staphylococcus aureus meticilin sensibles (SAMS).

Tardía (con riesgo para patógenos multi-resistentes): aquella que ocurre tras cinco días de estancia en Hospital (≥ 5 días), tratamiento antibiótico en los tres meses previos, incidencia elevada de resistencia en la unidad de cuidados intensivos o con enfermedades crónicas debilitantes que sean factor de riesgo para patógenos multi-resistentes (inmunodeprimidos, insuficiencia renal crónica, EPOC o pacientes que tienen contacto repetido con el sistema sanitario). Patógenos implicados: Pseudomonas aeruginosa, Acinetobacter ssp., Stenotrophomonas, Klebsiella pneumoniae (BLEE+) y Staphylococcus aureus meticilin resistentes (SAMR).4,5

Fisiopatología

La clave para el desarrollo de la NAVM es la presencia de un TET o traqueostomía, los cuales interfieren con la anatomía y fisiología normales del tracto respiratorio, específicamente los mecanismos funcionales envueltos en la eliminación de secreciones (tos y acción mucociliar). Los pacientes intubados tienen un nivel de conciencia reducido que compromete la eliminación voluntaria de secreciones, las cuales pueden entonces acumularse en la orofaringe. Esto conlleva a macroaspiración y microaspiración de secreciones orofaríngeas contaminadas que son ricas en patógenos peligrosos.2

La mayoría de los autores coinciden en que la neumonía asociada a ventilación mecánica se desarrolla como consecuencia de la aspiración de secreciones contaminadas con organismos patógenos que parecen adquirirse por vía endógena. Estos patógenos alcanzan la vía distal mediante el reflujo y aspiración mecánicos de contenido gástrico contaminado, y también mediante la inoculación repetitiva de secreciones de la vía aérea superior hacia el árbol traqueobronquial distal.6

Los pacientes críticamente enfermos exhiben una capacidad deteriorada de suministrar una respuesta inmune a estos patógenos, conduciendo al desarrollo de una neumonía.2

Diagnóstico

Debe ser realizado con un bajo margen de error para mejorar el pronóstico de aquellos que tienen NAVM y, además, evitar la exposición innecesaria de los pacientes a tratamientos antimicrobianos. Se hace necesario para dirigir oportunamente el estudio y tratamiento hacia causas infecciosas no consideradas o diagnósticos alternativos.7

La NAVM clásicamente se presenta con síntomas tales como fiebre, secreciones respiratorias purulentas, elevación de marcadores inflamatorios, dificultad respiratoria y empeoramiento de los parámetros respiratorios (volumen corriente reducido, ventilación/minuto incrementada e hipoxia). Cada paciente que exhibe signos de NAVM debería tener una radiografía de tórax y a aquellos que tienen cambios consistentes con infección se le debería enviar una muestra de las secreciones de su tracto respiratorio para tinción con Gram, cultivo y sensibilidad.

Las muestras del tracto respiratorio se enviarán a microbiología y serán recogidas bien sea por muestra no-broncoscópica (aspiración traqueobronquial o mini lavado broncoalveolar) o por muestra broncoscópica (lavado broncoalveolar o espécimen protegido de cepillado). Estas técnicas han sido comparadas y los resultados indican que el muestreo broncoscópico reduce la contaminación de las muestras del tracto respiratorio y suministra una representación más adecuada de los patógenos probables; sin embargo, el impacto en la morbilidad y la mortalidad no ha sido demostrado. Esto puede permitir un régimen antibiótico enfocado y una disminución y cese de la terapia antibiótica más pronto. Los marcadores inflamatorios tales como procalcitonina y proteína C-reactiva pierden sensibilidad y especificidad para el diagnóstico de neumonía, pero pueden ayudar a la toma de decisiones y reducir el sobre-uso de antibióticos.2

Tratamiento

Para tratar la NAVM se conllevan 2 tratamientos simultáneos: por un lado, el tratamiento de soporte y por otro, el tratamiento antibiótico. El tratamiento de soporte se inicia con una VM ajustada a las necesidades del paciente en cada momento. De entrada, un paciente que desarrolla una NAVM no está, al menos el primer día en condiciones de ser extubado. Si se estabiliza rápidamente podrá ser reevaluado para una posterior intubación.

La VM irá dirigida a buscar la mejor oxigenación de los tejidos con el menor daño secundario. Para ello, será importante no olvidar que la mejor fracción inspirada de oxígeno (FiO2) es la menor FiO2, ya que el oxígeno a altas concentraciones puede ser tóxico. De hecho, en los pacientes con infección pulmonar, FiO2 tan bajas como el 50% pueden ser tóxicas, aunque faltan estudios que permitan marcar de forma clara el umbral de FiO2 que pueda considerarse tóxico en humanos. La administración de presión positiva al final de la espiración (PEEP) ayuda a mejorar la oxigenación, pero se ha de buscar un balance entre la oxigenación, la no sobredistensión pulmonar y las necesidades del paciente.8

Por otro lado, está la terapia con antibióticos. Dado que en el momento del diagnóstico clínico de la NAVM no se dispone de resultados de cultivo, la terapia antibiótica inicial es empírica, independientemente de qué técnica de cultivo se ha utilizado. Se ha demostrado que la terapia antibiótica inicial inapropiada es uno de los factores más significativos de mal pronóstico en la NAVM. Es por ello, que la práctica estándar actual es la de iniciar una terapia antibiótica de «amplio espectro».6

Una vez recibido el resultado microbiológico contrastar que el aislamiento corresponde con el diagnóstico clínico y ajustar el tratamiento empírico para elegir el antimicrobiano más eficaz, con menor espectro y más seguro. A las 72 horas si el cultivo es negativo y el CPIS es < 6, considerar la suspensión del tratamiento antimicrobiano.4

Potenciales factores de riesgo de NAVM

Factores extrínsecos (relacionadas con el manejo de los enfermos en UCI): Nutrición enteral, sondaje nasogástrico, posición decúbito supino, presencia de monitorización de la presión intracraneal (PIC), broncoaspiración, tratamiento barbitúrico, antiácidos o inhibidores H2, estar en otoño o invierno, los relajantes musculares, realización de broncoscopia, uso de antibióticos previos, intubación urgente después de un traumatismo y transporte fuera de la UCI.

Factores extrínsecos (relacionadas a la VM y accesorios): VM, duración de la VM, presión de taponamiento del balón del tubo < 20 cm H2O, reintubación o autoextubación, cambio de los circuitos de VM en intervalos <48 horas, realización de una traqueostomía, ausencia de aspiración subglótica, instrumentalización de vías respiratorias y posición de la cabeza en decúbito supino (<30º)

Factores intrínsecos: edad extrema (>65 años), hipoproteinemia, obesidad, tabaquismo, alcoholismo, diabetes, grandes quemados, infección de las vías respiratorias bajas, enfermedad respiratoria crónica, coma, neurocirugía, corticoterapia e inmunosupresores, etc.9

Medidas preventivas. Proyecto Neumonía Zero

En España el Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad, la Sociedad española de Medicina intensiva, crítica y unidades coronarias (SEMICYUC) y la Sociedad española de Enfermería intensiva y unidades coronarias (SEEIUC) han realizado el diseño del Protocolo del Proyecto «Neumonía Zero». Cuya finalidad es reducir la tasa media estatal de la densidad de incidencia de la NAVM y mejorar la cultura de seguridad en las UCI del Sistema Nacional de Salud. En el Protocolo de prevención de las neumonías relacionadas con ventilación mecánica en las UCI españolas describe medidas de obligado cumplimiento y medidas altamente recomendables a llevar a cabo por el personal de enfermería, que poseen un grado de evidencia elevado en la prevención de la NAVM.10

Medidas básicas de obligado cumplimiento

Formación y entrenamiento apropiado en la manipulación de la vía aérea: conseguir un entrenamiento apropiado en la manipulación de la vía aérea (aspiración de secreciones bronquiales) por parte del personal de enfermería. Se incluirá dentro de la formación de la aspiración de secreciones bronquiales la contraindicación de la instilación rutinaria de suero fisiológico por los tubos endotraqueales y la necesidad de utilizar material de un solo uso.

  • Selección de la sonda: elegir una sonda atraumática, el diámetro máximo de la sonda: la mitad de la luz interna del tubo endotraqueal (TET)
  • Aplicación y duración de la aspiración: aspiración al retirar la sonda, el tiempo de permanencia en el TET ≤ 15 segundos y el número de aspiraciones ≤ 3.
  • Aspiración orofaríngea al terminar el procedimiento.

Higiene estricta de las manos antes de manipular la vía aérea: es una recomendación para la prevención de todo tipo de infecciones y está claramente establecido en los estándares de buena práctica, junto con la utilización de guantes (no reemplaza el lavado de manos). El lavado de manos se realizará con agua y jabón antiséptico si las manos están manchadas o con gel hidroalcohólico si aparentemente están limpias (procedimiento higienización manos: anexo II).

Higiene bucal utilizando clorhexidina (0,12%- 0,2%): Frecuencia de la higiene bucal c/6-8 horas utilizando soluciones de clorhexidina al 0,12-0,2%. Previa a su utilización debe comprobarse que la presión del neumotaponamiento de los TET está por encima de 20 cm de agua. También comprobar que la cabecera de la cama esté elevada. Se realizará un entrenamiento en la aplicación de esta medida con el personal auxiliar de enfermería, responsable de esta técnica en la mayoría de hospitales.

Control y mantenimiento de la presión del neumotaponamiento (> 20 cm H2O): Es obligado la comprobación de la presión por encima de 20 cm de agua antes de proceder al lavado de la cavidad bucal con clorhexidina (cada 8 horas). Una presión por debajo de 20 cm H2O implica riesgo de NAVM y por encima de 30 cm H2O conlleva lesiones en la mucosa traqueal.

Evitar, siempre que sea posible, la posición de decúbito supino a 0º: Se debe evitar la posición de supino a 0º en ventilación mecánica, sobre todo en aquellos pacientes que reciben nutrición por vía enteral. La posición recomendada es una posición semi-incorporada (30-45º) excepto si existe contraindicación. Comprobar cada 8 horas y tras los cambios posturales.

Favorecer los procedimientos que permitan disminuir de forma segura la intubación y/o su duración: Entre las medidas que han demostrado reducir el tiempo de intubación y de soporte ventilatorio se encuentran el disponer de un protocolo de desconexión de VM, favorecer el empleo de soporte ventilatorio no invasivo en pacientes que precisan VM por insuficiencia respiratoria en el contexto de reagudización de enfermedad pulmonar obstructiva crónica y disponer de protocolos de sedación que permitan minimizar la dosis y duración de fármacos sedantes en estos pacientes.

Evitar los cambios programados de las tubuladuras, humidificadores y tubos traqueales: se desaconseja el cambio rutinario de tubuladuras e intercambiadores de calor y humedad, salvo mal funcionamiento de las mismas. Si se realiza el cambio éste no debe ser inferior a cada 7 días en el caso de tubuladuras ni a 48 horas en el caso de humidificadores.

Medidas optativas específicas altamente recomendables

Aspiración continua de secreciones subglóticas: el tubo endotraqueal dispone de un orificio dorsal por encima del balón de neumotaponamiento que permite aspirar las secreciones traqueales que se acumulan en el espacio subglótico del paciente. La presión de aspiración recomendable no debe superar los 100 mmHg. Las evidencias de su efectividad son elevadas, en especial en las neumonías precoces. El sistema de aspiración, a baja presión, tiene que ser continuo y se controlará cada 8 horas su adecuado funcionamiento.

Descontaminación selectiva del tubo digestivo (completa u orofaríngea): la administración de antimicrobianos tópicos no absorbibles más antibióticos sistémicos reduce la NAVM y la mortalidad global de los pacientes.

Antibióticos sistémicos (dos días) durante la intubación en pacientes con disminución del nivel de consciencia: Esta medida únicamente previene las neumonías precoces en un grupo seleccionado de pacientes con disminución de consciencia. Se recomienda la administración de cefuroxima o amoxicilina clavulánico en las primeras 48 horas después de la intubación.9,10

Objetivos

Objetivo principal

  • Conocer y describir cómo se produce la NAVM y sus factores de riesgo, y cuáles son los cuidados a proporcionar por parte de enfermería para prevenirla.

Objetivos secundarios

  • Evaluar la efectividad de diferentes acciones de enfermería para la prevención de NAVM.
  • Valorar si la implementación de protocolos de actuación o formación a profesionales de enfermería conlleva una reducción de la tasa de NAVM.

Metodología

Se realiza revisión bibliográfica basada en la evidencia científica existente sobre la temática planteada. Se consultaron las siguientes bases de datos: IBECS (Índice Bibliográfico Español en Ciencias de la Salud), Dialnet Plus, MEDES (Medicina en Español), Scopus y Cochrane Library.

Para determinar las palabras claves, se utilizó el tesauro de Descriptores en Ciencias de la Salud (DeCS) y el thesaurus Medical Subject Headings (MeSH), usando la opción de búsqueda Consulta por índice: permutado. Los descriptores elegidos en español son: “neumonía asociada al ventilador”, “unidad de cuidados intensivos”, “ventilación mecánica”, “cuidados de enfermería”, “prevención”. Y los descriptores en inglés son: “ventilator-associated pneumonia”, “intensive care unit”, “mechanical ventilation”, “nursing care”, “prevention”.

Los criterios de inclusión elegidos son: artículos que hagan mención a la neumonía asociada a ventilación mecánica; artículos con año de publicación 2010-2020 y estén publicados en español o inglés.

Los criterios de exclusión serán artículos a los que no se pudiera acceder al texto completo y/o sean de pago; artículos no referidos al ámbito enfermero; estudios realizados solamente en pacientes pediátricos y artículos que estén duplicados.

Resultados

Se encontraron un total de 323 artículos, tras la lectura de título y resumen y eliminación de artículos duplicados, 21 artículos han pasado a lectura comprensiva.

BASES DE DATOS Artículos encontrados Artículos seleccionados
MEDES 102 5
DIALNET PLUS 106 6
IBECS 35 4
SCOPUS 11 2
COCHRANE LIBRARY 69 4

Tras lectura de los 21 artículos, y tras realizar un segundo y último cribado, se seleccionan un número total de 11 artículos para incluir en esta revisión bibliográfica.

Discusión

La NAVM es una de las IN con más predominio en las UCI. El protocolo Neumonía Zero en el momento de su implementación intentó reducir la tasa media estatal de la densidad de incidencia a menos de 9 episodios de NAVM por 1.000 días de VM.10

Los factores que hacen que se produzca mayor incidencia de la descrita, puede ser debido a falta de protocolos unificados en las UCI, que conlleva a una mayor variabilidad técnica por parte del personal de enfermería a la hora de aspirar secreciones del TET.

La falta de formación del personal de enfermería, junto con la elevada rotación de esta figura profesional en nuestro sistema sanitario, hace que no llegue a todo el personal los protocolos y/o actualizaciones respecto a la prevención de las IN, y en concreto a la prevención de la NAVM. Es por ello que el análisis de los artículos incluidos en esta revisión los dividamos por un lado en: evitar factores de riesgo y conocer cuáles son las correctas acciones de enfermería para prevenirla; y evaluar si la implementación de formación en personal de enfermería y protocolos en las UCI hace que disminuya la incidencia de NAVM.

Factores de riesgo de la NAV y acciones de enfermería para prevenirla

Pezo Galdea et al.11 en su estudio profundizaron en la etiología y los factores de riesgo de la NAVM. La incidencia de neumonía puede disminuirse con la aspiración periódica de secreciones orofaríngeas, además de medidas profilácticas simples y efectivas como la desinfección de manos por parte del personal que atiende a los pacientes con ventilación mecánica. Estos pacientes requieren de numerosos cuidados por parte del personal de enfermería, destacando así su protagonismo en la prevención de las NAVM. El personal de enfermería debe tener conocimiento de todas las estrategias de prevención y aplicarlas en equipo y, tener tolerancia cero respecto a su incumplimiento.

Jara Pérez et al.12 explican en su estudio que para desarrollar una NAVM debe producirse una invasión de microorganismos en las vías respiratorias inferiores. Estas infecciones pueden ser endógenas y exógenas. Como personal sanitario, debemos tener especial cuidado en prevenir las exógenas, que se producen por una técnica de intubación o de aspiración de secreciones respiratorias sin asepsia adecuada, o por el uso de dispositivos respiratorios contaminados. Dentro de los factores de riesgo para desarrollar las NAVM podemos prevenir el que tiene relación con la exposición del paciente a equipos respiratorios contaminados y/o manos colonizadas del personal sanitario.

En cuanto a las acciones de enfermería para la prevención de la NAVM, la revisión sistemática de Kluczynik Vieira et al.13 llegan a la conclusión de que la mayoría de los estudios sugiere que la elevación del decúbito más de 30º y la higiene bucal son los cuidados de enfermería que se deben emplear en la prevención de la NAVM en pacientes de UCI intubados. Otras medidas eficaces son la formación de las enfermeras; hacer uso de protocolos de enfermería y evitar la reutilización del equipo de succión. También Wang et al.14 llegan a la conclusión que una posición semirrecostada (30º a 60º) reduce significativamente el riesgo de NAVM en comparación con la posición supina de 0º a 10º.

Zhao et al.15 evaluaron los efectos que tenía el uso de la clorhexidina en los pacientes ingresados en UCI y portadores de VM. El uso de colutorio o gel de clorhexidina reduce la incidencia de NAVM en pacientes en estado crítico. Si la higiene bucodental incluye también el cepillado podría ser más efectiva que solo usar la clorhexidina en la reducción de la incidencia y del número de días de ingreso en UCI. En ambos supuestos la evidencia es de certeza baja.

Siguiendo la misma línea de investigación Díaz et al.8 promueven el lavado de la cavidad oral con clorhexidina y añaden la descontaminación digestiva intestinal buscando reducir la colonización orofaríngea. También realizan acciones encaminadas a reducir el volumen de secreciones que llegan al tracto respiratorio inferior. Para ello, recomienda vigilar la presión del neumo (entre 25-30 cm H2O), y que el TET tenga una luz para aspirar las secreciones subglóticas, ambas acciones han demostrado disminuir la incidencia de NAVM.

Formación y/o protocolos para disminuir la incidencia de NAV

En el estudio descriptivo retrospectivo de Villamón16 los datos descritos muestran una disminución de la tasa de incidencia de NAVM tras la implantación del protocolo de prevención de dicha patología. Se pudo observar que la tasa es la más baja en la unidad donde se realizó el estudio, y el mantenimiento del objetivo propuesto por el Proyecto “Neumonía Zero” de mantener el número de episodios por debajo de 9 se cumple. Los resultados coinciden con otras publicaciones que tras implementar programas plurifactoriales de prevención se consiguió disminuir la tasa de NAVM.

Álvarez Lerma et al.17 en este artículo describen los métodos aplicados para identificar las recomendaciones a incluir en el proyecto “Neumonía Zero” y lograr la implantación en las UCI españolas. Explican que con la implementación de dicho programa se llegaría al objetivo de la reducción de la incidencia nacional de NAVM, con todo ello, promueven la cultura de garantía de seguridad en las UCI.

Torres López et al.18 recomiendan la implementación de acciones dirigidas a fortalecer el conocimiento teórico en el personal de enfermería, mediante capacitación y actualización, la implementación de guías o protocolos de prevención, ayudando a incrementar los conocimientos y modificar la práctica del personal de enfermería. En la tesis de Torres González19 se demostró que las sesiones formativas a los profesionales de enfermería que en la unidad cardiovascular incrementaron el grado de cumplimiento de las intervenciones para prevenir la NAVM. En especial se debe incidir sobre la posición incorporada del paciente y el control de la presión del neumotaponamiento. Tanto Torres López como Torres González abogan por reforzar el conocimiento sobre el uso de los sistemas de aspiración y los humidificadores y su frecuencia de cambio.

En la misma línea de apoyo a la formación de los profesionales de enfermería, se encuentra el trabajo de Sánchez Peña et al.20 en el que analizaron la   intervención   educativa   dirigida   al   personal   de   enfermería en el cuidado oral redujo la incidencia de NAVM en los adultos conectados a ventilador en UCI; si bien esta disminución no fue estadísticamente significativa, sí fue un  resultado  clínicamente  relevante  para  la  institución,  por  lo  que  deben  continuar las estrategias educativas estudiadas en salud bucodental.

Conclusión

Para concluir esta revisión después de analizar los diferentes artículos y documentación como el proyecto “Neumonía Zero”, podemos afirmar que el personal de enfermería tiene una labor asistencial muy importante en la prevención de la NAVM. Se demuestra que, si se implementa una formación adecuada a estos profesionales, las tasas de incidencia se reducen. Lo mismo se puede afirmar si se comienza a trabajar en las UCI bajo protocolos en el cuidado de las vías respiratorias, cuando los pacientes tengan soporte a VM. Es por ello, que estas actuaciones hacen que se reduzca la morbimortaldiad en pacientes que son susceptibles de estas infecciones, ya que muchas veces son pacientes inmunodeprimidos y/o con patologías previas.

Todas estas medidas preventivas encaminadas a la reducción de las NAVM, son importantes para disminuir el coste sanitario debido a la reducción en días de ingreso de pacientes en hospitales, administración de tratamientos antibióticos innecesarios, y una mayor seguridad para los pacientes y para los profesionales. Se deberían implantar estos protocolos y la formación en todos los hospitales, pero en especial en todas las unidades de cuidados intensivos.

Gracias al proyecto “Neumonía Zero” el personal sanitario que trabaja en UCI, en especial el personal de enfermería, puede conocer los factores de riesgo que provocan las NAVM y así poder prevenirlas. Se ha corroborado que el papel que desempeña el personal de Enfermería, dada su responsabilidad al proporcionar cuidados a los pacientes ingresados en UCI y portadores de VM, es indiscutible para su reducción.

Ver anexo

Bibliografía

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