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Caracterización clínico-epidemiológica de los pacientes con neumonía bacteriana en la Unidad Cuidados Intensivos Pediátricos

parénquima pulmonar de etiología presumiblemente bacteriana ya sea por la clínica o por los estudios microbiológicos y humorales y que se caracteriza generalmente por la presencia de fiebre, polipnea, tos e infiltrados pulmonares en la radiografía del tórax.

Se usaron las historias clínicas de los pacientes estudiados en la obtención del dato primario para esta investigación, siendo el mismo plasmado en una planilla de vaciamiento de datos diseñada al efecto. Una vez obtenida la información se confeccionó una base de datos a través del sistema SPSS versión 11.5 con el que se realizaron las pruebas estadísticas que serán mencionadas durante la discusión de los resultados con un nivel de significación de menos o igual a 0.05 según características de las variables cuantitativas y cualitativas.

RESULTADOS

Se puede apreciar que existe una mayor incidencia en los niños menores de 5 años, con un total de 59, para un 84.3%., que al desglosarlos, se observa que los pacientes de 1 a 4 años fueron los que más enfermaron con 42 casos para un 60%, seguido del grupo menor de 1 año que se corresponde con el 24.3%, identificando a estas edades como las más vulnerable a padecer neumonías bacterianas. (Tabla 1)

Tabla 1. Frecuencia de pacientes con neumonía bacteriana según edad en Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos (UCIP).

Ver: Tablas – Caracterización clínico-epidemiológica de los pacientes con neumonía bacteriana en la Unidad Cuidados Intensivos Pediátricos, al final del artículo

Fuente: Historia clínica

Este comportamiento tiene correspondencia con las condiciones anatomofisiológicas e inmunológicas de los pacientes en las edades más tempranas, además de que si bien los mecanismos de defensa están listos a la hora del nacimiento, no están maduros y no son en su totalidad eficientes en los primeros años de la vida de manera que la madurez se logra a los 5 años aproximadamente. (13)

La Dra. Ardisana (14) en un estudio realizado en el Hospital Militar “Dr. Luis Díaz Soto” observó igualmente una mayor incidencia en los pacientes, cuyas edades estaban incluidas en el grupo de 1 – 4 años (50,4%).

Se han identificado por parte de la OMS numerosos factores de riesgos que pueden acarrear evoluciones no favorables en las IRA y en particular en las neumonía bacteriana, los que se agrupan en relación al huésped, el medio ambiente y el agente infeccioso. (1)

No obstante, notamos que los que mostraron mayor presencia en aquellos pacientes que ya desde el momento de su admisión presentaban una situación clínica comprometida y que posteriormente tuvieron una evolución tórpida fueron el estado inmunológico previo, estado nutricional, enfermedades crónicas asociadas y acciones terapéuticas tales como el uso previo de antimicrobianos y esteroides.

Se encontró que el 65.7% presentaban anemia, y de ellos el 28.5% correspondió con pacientes desnutridos, lo que unido al uso previo de antimicrobianos, las enfermedades crónicas asociadas y el uso de esteroides con un 22.9, 12.9 y 10% respectivamente fueron los factores de riesgo de mayor frecuencia en estos pacientes. (Tabla 2)

Tabla 2. Frecuencia de pacientes con neumonía bacteriana según factores de riesgo y estado clínico

Ver: Tablas – Caracterización clínico-epidemiológica de los pacientes con neumonía bacteriana en la Unidad Cuidados Intensivos Pediátricos, al final del artículo

Fuente: Historias Clínicas.

* Por ciento calculado sobre la base del total de pacientes (total: 70)

La anemia es uno de los principales problemas por carencias nutricionales del mundo y es el trastorno nutricional por deficiencia específica más extendido en Cuba, siendo los grupos más vulnerables los niños menores de 5 años. Recientes estudios en el país, (15) reflejan que la anemia está presente de 30% a 56% de niños menores de 5 años. Existe una estrecha relación entre la anemia por deficiencia de hierro, la desnutrición y la neumonía. (16)

La prevalencia de desnutrición en los enfermos hospitalizados por neumonías bacterianas es aún elevada en nuestra unidad, debido en parte a la alteración en el metabolismo de los diferentes sustratos y al déficit de nutrientes que impone el proceso infeccioso, en un organismo que nos llega arrastrando serias alteraciones nutrimentales. Por otro lado el soporte nutricional en el niño enfermo es un problema complejo, sobre todo si tenemos en cuenta que tiene una mayor masa visceral, la masa muscular esquelética es relativamente menor y cuenta con pocas reservas para combatir enfermedades graves. Esto se explica ya que la neumonía es un estado catabólico, y al tener un aporte calórico insuficiente los depósitos de glucógeno se agotan rápidamente. (17)

Es una inquietud permanente determinar signos clínicos específicos y sensibles, de fácil aplicación, que puedan predecir con el menor error posible la presencia de neumonía. Múltiples publicaciones analizan retro y prospectivamente los signos y síntomas clínicos, en la mayoría se observa que la taquipnea es el signo de mejor valor predictivo. (19) Para algunos la fiebre alta, el rechazo del alimento y los vómitos, son también indicadores sensibles. (19) Según otros autores, la impresión clínica (“no luce bien”) es el parámetro más significativo. (20)

En nuestro estudio (tabla 3), la fiebre fue el hallazgo clínico más frecuente (95.7%). Sin embargo, ésta puede estar presente en cualquier forma de infección respiratoria aguda, desde el resfriado común a la neumonía, pero como el objetivo más importante era