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Niveles de dosis en estudios de tórax posteroanterior

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Seguridad del paciente. OMS

Figura 1. El ciclo de las investigaciones sobre seguridad del paciente según la Organización Mundial de la Salud.

Determinar los daños

La determinación de los problemas e incidentes que ocurren en la atención sanitaria consiste en estimar el número de pacientes que sufren daño o pierden la vida por causa de la atención sanitaria. Consiste también en identificar cuáles son los eventos adversos registrados. Esta información es esencial para aumentar la sensibilización sobre el problema y determinar prioridades. Sin embargo, sólo es el primer paso.

Entender las causas

Una vez identificados los principales problemas, el paso siguiente consiste en entender las principales causas que favorezcan los eventos adversos que han perjudicado a los pacientes. Debido a la naturaleza compleja de la atención sanitaria, esos eventos no son consecuencia de una causa única. Por consiguiente, es necesario investigar para determinar los principales factores prevenibles en la cadena causal.

Encontrar soluciones

Para mejorar la seguridad del paciente se necesitan soluciones que aborden las causas fundamentales de la atención poco segura. Es necesario identificar soluciones eficaces para conseguir una atención más segura y prevenir posibles daños a los pacientes.

Evaluar el impacto

Aun cuando se hayan encontrado soluciones de eficacia demostrada en los entornos controlados, es importante evaluar los efectos, la aceptabilidad y la asequibilidad de las soluciones aplicadas en la vida real.

Así pues, se necesita un amplio abanico de investigación para mejorar la seguridad del paciente. También es necesario entender mejor la manera en que los resultados de las investigaciones se pueden aplicar en la práctica, especialmente en los países en desarrollo y países con economías en transición, donde las investigaciones son escasas, la capacidad de investigación es limitada y la infraestructura y los recursos para la investigación suelen ser insuficientes [2].

De conformidad con lo dispuesto en la letra a) del apartado 4 del artículo 6 de la Directiva Normas Básicas de Seguridad (96/29/EURATOM), en las exposiciones médicas no se aplican límites de dosis. Sin embargo, aparte de las radiaciones de origen natural, las exposiciones médicas constituyen hoy en día, con diferencia, la principal fuente de exposición a radiaciones ionizantes.

Por esta razón, se deben adoptar medidas de protección radiológica a fin de prevenir dosis innecesariamente altas durante las exposiciones médicas. Sin embargo, el uso de radiaciones ionizantes en medicina está plenamente justificado por los grandes logros que han permitido alcanzar en los ámbitos diagnóstico, terapéutico y preventivo.

Por lo general, una protección radiológica eficaz excluye cualquier forma de exposición innecesaria o improductiva a la radiación. Los principales instrumentos para lograr este objetivo son la justificación de las prácticas, la optimización de la protección y el uso de límites de dosis. Puesto que los límites de dosis no se aplican en las exposiciones médicas, la justificación individual (indicación clínica adecuada) y la optimización son aún más importantes que en otras prácticas que utilizan radiaciones ionizantes.

Por optimización se entiende el hecho de mantener la dosis tan baja como sea razonablemente posible, teniendo en cuenta factores económicos y sociales (CIPR 60).

En las exposiciones médicas de diagnóstico, se interpreta que se cumple este objetivo administrando la dosis más baja posible que permita obtener la calidad de imagen requerida y la información diagnóstica deseada.

En 1984, el Consejo adoptó otra Directiva, que complementa la anterior, relativa a la protección de las personas sometidas a exposiciones médicas (84/466/Euratom). Revisada en 1997 (97/43/Euratom), se le conoce con el nombre de Directiva sobre Exposiciones médicas que a partir de ahora (DEM).

En el contexto de la optimización, uno de las novedades respecto a la Directiva anterior (84/466/EURATOM) es la introducción de los niveles de referencia para diagnóstico que a partir de ahora (NRD), a raíz de la recomendación que la Comisión Internacional de Protección Radiológica que a partir de ahora (CIPR) formuló en su publicación nº 73 (CIPR 73). La letra a) del apartado 2 del artículo 4 de la DEM establece que los Estados miembros deberán promover el establecimiento y la utilización de este tipo de niveles y la disponibilidad de guías al efecto, mientras que el apartado 3 del artículo 4 exige que se establezcan programas de garantía de calidad.

Los niveles de referencia para diagnóstico contribuyen a la optimización de la protección de los pacientes procurando evitar que sean expuestos a dosis innecesariamente altas. El sistema de establecimiento de niveles de referencia para diagnóstico incluye la dosimetría del paciente en el marco de un programa regular de garantía de la calidad.

Cabe destacar que los niveles de referencia para diagnóstico no se aplican a las exposiciones individuales de pacientes individuales.

Se entiende por nivel de referencia para diagnóstico un nivel establecido para exámenes tipo de grupos de pacientes de talla estándar o maniquíes estándar. Se recomienda firmemente revisar el procedimiento y el equipo utilizado cuando se supere sistemáticamente dicho nivel en los procedimientos estándar (CIPR 73). En caso necesario, se adoptarán medidas correctoras.

En principio, los niveles de referencia para diagnóstico se aplican a los procedimientos de todas las áreas de la radiología de diagnóstico, tanto en radiodiagnóstico como en medicina nuclear. Son, sin embargo, particularmente útiles en aquellas áreas en las que puede lograrse una considerable reducción de las dosis individuales o colectivas o en las que una disminución de la dosis absorbida significa una