hiperkalemia documentadas , entre otras recomendaciones. Sin embargo, los aspectos éticos y de desempeño neurológico post-paro relacionados con la reanimación cardiopulmonar en pediatría, siguen siendo escasos en estos lineamientos.
METODOLOGÍA
Estudio observacional, analítico, prospectivo, con muestreo no probabilístico, que incluyó niños críticamente enfermos que presentaron paro cardíaco, con recuperación sostenida de la circulación espontánea en la Unidad de Trauma Shock del Hospital Universitario de Pediatría “Dr. Agustín Zubillaga”, Estado Lara, Venezuela.
Fuente de datos
Niños críticamente enfermos con paro cardiorrespiratorio fueron identificados. Fue creada una base de datos con los informes de las historias médicas. Los datos seleccionados fueron los descritos en los registros médicos. Estos datos fueron codificados para proteger la confidencialidad. El estudio fue aprobado por el Comité de bioética del Hospital Universitario de Pediatría “Dr. Agustín Zubillaga”.
Sujetos
Fueron enrolados todos los niños con los siguientes criterios: ambos sexos, entre 1 año y 13 años de edad, críticamente enfermos, con registros médicos completos y adecuados del evento. Se excluyeron aquellos con: cardiopatías congénitas, síndrome dismórfico y muerte antes de las 24 horas de ingreso. El manejo durante todo el proceso agudo y posterior recuperación del paciente hasta su egreso (vivo o fallecido), se dejó a discreción del equipo médico a cargo de cada paciente.
Tamaño de la muestra
Entre los años 2009 y 2010, se registraron 523 ingresos en Servicio de Trauma shock (6), con un total de 52 (10%) pacientes con eventos de paro cardíaco. Para un error absoluto del 5%, con un nivel de confianza del 95%, se estimó una muestra de 110 pacientes.
Resultados y seguimiento
El paro cardíaco fue definido como la actividad cardíaca ineficiente, donde el paciente requiere compresiones torácicas por más de 60 segundos en ausencia de pulso, lo cual es consistente con la definición de la AHA. La causa del paro cardíaco fue dividida según su origen más probable en: respiratoria, shock, metabólicas, y de origen desconocido. La reanimación cardiopulmonar (RCP) fue aplicada según las recomendaciones en los lineamientos de la AHA para pacientes pediátricos.
El niño críticamente enfermo fue definido como aquel con lesión de al menos dos sistemas orgánicos, con probabilidad de recuperación, que necesitan soporte para: inestabilidad hemodinámica, claudicación de vías aéreas, compromiso respiratorio o neurológico, o fracaso renal.
El PRISM (Pediatric Risk of Mortality Score) fue utilizado con indicador de gravedad de la enfermedad (7). El PCPC (Pediatric cerebral performance category) fue la escala de registro para evaluar el desempeño neurológico en niños (8). Su sistema de evaluación es el siguiente:
Categoría 1: respuesta neurológica normal, puede ir a la escuela normal, con grado acorde a su edad.
Categoría 2: con habilidades poco alteradas, alerta, interactúa con su entorno en forma apropiada. Puede ir a la escuela normal, pero en grado menor al que le corresponde a su edad, por déficit neurológico.
Categoría 3: consciente, funciones cerebrales que le permiten llevar a cabo actividades de su vida cotidiana en forma independiente. Requiere de educación especial, por déficit importante de aprendizaje.
Categoría 4: consciente, depende de otros para la realización de sus actividades cotidianas por daño en funciones cerebrales.
Categoría 5: coma o estado vegetativo, sin ningún criterio de muerte cerebral. Sin evidencia de función cortical.
Categoría 6: muerte cerebral.
Sepsis fue definida como la existencia de criterios de SIRS (síndrome de respuesta inflamatoria sistémica) más la presencia de un proceso infeccioso comprobado (9).
Shock fue definido como presión arterial media menor del percentil 5 para su edad o presión sistólica menor de dos desviaciones estándar por debajo del percentil normal para su edad tras la administración de fluidos isotónicos ≥ 60 ml/kg en 1 hora; o la necesidad de drogas vasoactivas para mantener presión arterial en rango normal (Dopamina > 6 mcg/kg/min o cualquier dosis de Adrenalina, Noradrenalina o Dobutamina); o dos de los siguientes criterios: Acidosis metabólica inexplicable con déficit de bases < 10 mEq/L, lactato sérico mayor de 2,5 mmol/L, Oliguria < 0,5 ml/kg/hora, relleno capilar alargado > 5 segundos.
La insuficiencia renal aguda se definió con valores de creatinina sérica mayores de 2 mg/dL independientemente del volumen urinario. Se consideró hemorragia digestiva a la pérdida de sangre de cualquier segmento del tubo digestivo.
Los 113 niños críticamente enfermos que cumplieron con los criterios de ingreso se siguieron hasta su egreso. Se registró de cada uno: edad, sexo, puntaje del PRISM, diagnóstico de ingreso, número de paros cardíacos y su causa probable, uso previo de drogas vasopresoras, reanimación cardiopulmonar (RCP) pre-ingreso, falla renal, hemorragia digestiva, registro electrocardiográfico, gases arteriales, glicemia, drogas usadas durante la reanimación: epinefrina, atropina y expansiones con cristaloides; desfibrilación, tiempo de paro cardíaco, muerte, y la escala del PCPC a su egreso hospitalario.
Análisis estadístico
El análisis fue realizado mediante pruebas de diferencia de proporciones para datos cualitativos y medianas para datos cuantitativos, así como Chi2 y t de Student, según las variables a analizar; además, los factores de riesgo y la fuerza de asociación fueron reportados como radio de riesgo con 95% de intervalo de confianza, en análisis de datos univariable y bivariable, con test de ANOVA para comparar variables cuantitativas. Finalmente, los radio de riesgo ajustados de factores de riesgo independiente para muerte posterior a evento de paro cardíaco, se estimaron mediante análisis de multivarianza con modelos de regresión logística binaria, en la que se incluyeron todos las características y parámetros que mostraron asociación con muerte posterior al paro cardiorrespiratorio en los análisis bivariables. La significancia estadística fue establecida como p ≤ 0,05. Fue calculado además, R cuadrado de Nagelkerke y prueba de Hosmer y Lemeshow.
RESULTADOS
De un total de 557 ingresos en trauma shock para el año 2011, fueron enrolados