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Procedimiento para desinvaginación mediante neumoenema en pediatría

– Garantizar una atención sanitaria eficaz, segura y de calidad a los pacientes que acuden a nuestro servicio con invaginación intestinal.

Objetivo especifico

–                      Reflejar de una manera clara y concisa los distintos pasos a seguir para que la prueba se realice de una forma rápida y segura.

PROCEDIMIENTO Y RECURSOS NECESARIOS

Esta prueba se realiza en una sala dotada de telemando con escopia. ANEXO 1

Profesionales implicados

El equipo es interdisciplinario, formado por Facultativos ( Radiólogo especializado, cirujano pediátrico, anestesista) Diplomado Universitario en Enfermería (DUE) y Auxiliar de Enfermería.

Todos los miembros del equipo tienen conocimiento sobre el procedimiento de la invaginación intestinal lo que nos va a permitir una disminución significativa de la radiación.

Material (2)

El personal de Enfermería debe preparar el material necesario, medicación, fluidoterapia, carro de parada y anestesia y todo el material que pueda precisarse en la prueba radiológica.

Material del personal

  • Delantales plomados
  • Protector de tiroides
  • Dosímetro

Material del procedimiento

  • Carro de paradas
  • Carro de anestesia
  • Fluidoterapia
  • Medicación: Atropina, Relajante muscular (Anectine), Hipnótico (Propofol), Inductor anestésico (Dormicum)
  • Mesa de instrumental: ANEXO 2. Guantes. Gasas estériles. Paños verdes. Manómetro con conexión para la sonda Foley. Lubricante. Sondas Foley (nº 20, 22 y 24 Fr). Jeringa 10 cc. Suero fisiológico (SF). Esparadrapo de tela ancho
  • Mesa de Rx: Terna. Empapadores. Almohada. Sacos de arena para sujeción del niño. Chasis

Preparación del paciente (2-6)

Una vez confirmado el diagnostico de invaginación intestinal por el radiólogo mediante ecografía de abdomen y/o radiografía (Rx) simple de abdomen (en la cual veremos: ausencia de neumatización en marco cólico y sobretodo, presencia de efecto masa en vacío e hipocondrio derecho), se procederá al intento de reducción mediante neumoenema. (2) ANEXO 3

El cirujano pediátrico debe estar siempre disponible, ya que con esta estrecha colaboración las perforaciones durante la reducción no suelen representar un problema serio.

Antes de comenzar con la reducción de la invaginación intestinal, el cirujano pediátrico debe informar a la familia del procedimiento (consentimiento oral, escrito).

EN LA SALA DE RAYOS:

– Identificar correctamente al paciente una vez que llega.

– Comprobar que ha sido firmado el consentimiento informado.

– Colocar en una posición lo más cómoda posible al paciente para la realización de la prueba y para administrar los cuidados de Enfermería que se precisen.

– Canalizar una vía venosa periférica, sino la tuviese, con llave de tres vías para pasarle medicación y sueros.

– Monitorizar al paciente para ver en todo el proceso la frecuencia cardiaca, electrocardiograma y pulsioximetría verificando continuamente sus constantes vitales.

DESARROLLO DE LA TÉCNICA: (2-5-7)

– Posición del paciente: decúbito supino sobre la mesa de Rx.

– Una vez anestesiado el paciente se realiza una radiografía simple de abdomen (si no se ha hecho previamente).

– Se introduce por el recto una sonda Foley de calibre grueso de 20 a 24 Fr (dependiendo de la edad del paciente) colocándola en la ampolla rectal y rellenando el balón entre 10 y 15 cc de suero fisiológico (SF). Se tracciona suavemente de la sonda hacia el esfínter anal para sellarlo. (2)

– Fijar la sonda con varias tiras cruzadas de esparadrapo ancho sujetando las nalgas firmemente una contra otra impidiendo así la salida de la sonda y que fugue aire a través del orificio anal durante la exploración. (7)

– Si el paciente es niño colocar un protector gonadal sobre los testes.

– Conectar el manómetro a la sonda e iniciar bajo control fluoroscópico el bombeo manual de aire. Se procurará mantener una presión constante intracólica entre 80 y 100 mm de Hg, sin sobrepasar jamás los 120 mm de Hg.

– Insuflar el colon hasta delimitar la cabeza de la invaginación. Se mantiene la presión indicada durante 3 minutos o hasta que haya paso franco de aire hacia asas ileales medias. Si durante el primer intento no se consigue la desinvaginación, se recomienda la descompresión del colon, dejando que el niño se relaje y descienda la presión abdominal.

– Posteriormente, se pueden realizar dos intentos con intervalos de 2-3 minutos entre ellos, con un incremento de la presión, y con duración no mayor de 3-5 minutos. (7)

– Una vez reducida la invaginación el paciente es hospitalizado durante 24 horas para observación. Antes de darlo de alta es conveniente hacer una radiografía simple de abdomen de control ya que a veces ha habido casos de reinvaginación en ese periodo de tiempo.

ANEXO 4

Una vez terminada la exploración el auxiliar de Enfermería responsable reorganizará la sala y se encargará de la limpieza de todo el material utilizado.

Complicaciones (6)

Si no se trata, la invaginación intestinal puede provocar complicaciones graves. Estas complicaciones están directamente relacionadas con la cantidad de tiempo transcurrido entre el momento en que ocurre la invaginación y el momento en que se trata. La mayoría de los lactantes que se tratan durante las primeras 24 horas se recuperan completamente sin problemas y su pronóstico es muy bueno. Aunque si se demora en el tiempo el tratamiento, aumenta el riesgo de complicaciones, que incluyen lesiones tisulares irreversibles, perforación intestinal, infección e, incluso, muerte.

El tratamiento no se debe posponer, en muchos casos el diagnóstico precoz permite tratar la invaginación intestinal con éxito sin que el niño necesite pasar por el quirófano.

Las tasas de recurrencia oscila entre el 4% y el