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La respiración en el cuidado de la espalda. El papel de la Enfermería

flexible como para posibilitar un anclaje seguro y un punto de apoyo para el movimiento de las extremidades superiores e inferiores. Además, la columna debe constituir un canal seguro para los nervios, protegiendo la médula espinal. Por otro lado, es capaz de amortiguar las presiones de los impactos que recibe.

Para lograr una espalda sana, los huesos, articulaciones, discos, ligamentos, músculos y nervios deben trabajar en conjunto contribuyendo a la estabilidad, el movimiento, la fuerza o la flexibilidad del cuerpo.

2. Alteraciones de la espalda

Se puede definir el dolor de espalda como el dolor que afecta a la parte posterior del tronco. De todos los dolores de espalda, el porcentaje mayor, en torno al 70%, corresponde a la zona lumbar (sometida a mayor sobrecarga), le sigue la región cervical (mayor rango de movimiento) y es la zona dorsal la menos afectada (baja movilidad).

El dolor de espalda afecta en gran medida a la población general, siendo más posible sufrirlo en el rango de los 30 a los 50 años. Esto puede ser debido a que las cargas sociales y laborales de las personas de mediana edad suelen ser más intensas. Además, los jóvenes poseen discos fuertes y elásticos, mientras que las personas mayores poseen discos secos, compuestos sobre todo de fibras inelásticas.

El dolor de espalda puede ser de dos tipos:

– MECÁNICO. Es producido por el rozamiento de las articulaciones, los ligamentos o los músculos de la espalda. Se trata de un dolor no muy agudo que suele aparecer tras realizar un trabajo físico. Se extiende desde la parte más baja de la espalda y llega a los glúteos e incluso hasta la parte superior de los muslos.

– POR PINZAMIENTO. Se debe a una irritación del nervio producida por una estenosis espinal o hernia de disco. En este caso, el nervio ciático, que controla los movimientos de los músculos y las sensaciones de las piernas, puede provocar entumecimiento en las mismas y punzadas, originando dolor.

A partir de un reconocimiento médico se puede determinar si el dolor es de origen músculo-esquelético, visceral o neurológico; de modo que, a partir de un examen radiológico, se puede observar el estado de los discos intervertebrales.

Entre las causas del dolor de espalda de tipo mecánico cabe destacar:

  • La falta de ejercicio físico.
  • Las malas posturas y hábitos de trabajo.
  • Dormir mal.
  • Exposición a vibraciones producidas por determinados vehículos y máquinas industriales.
  • Traumatismos.
  • Esfuerzos bruscos.
  • Determinados deportes de riesgo (esquí, golf, automovilismo, etc.).

El dolor de espalda debido a enfermedades, puede producirse por:

  • Hernias de disco.
  • Espondilitis.
  • Artrosis de columna.
  • Osteoporosis.
  • Infecciones (como problemas renales).
  • Tumores.

3. Factores causantes del dolor de espalda

Los problemas de espalda, a parte de tener un factor genético, una mayor o menor predisposición a sufrirlos, independientemente del trabajo que se realice o de las actividades de ocio, están relacionados con una serie de factores de riesgo.

            3.1. Edad

Las posibilidades de padecer dolores de espalda aumentan entre los 30 y los 50 años, mientras que es mínimo en personas menores de 18 años y mayores de 60. Esto se debe a una combinación de factores: las demandas sociales y laborales de las personas de mediana edad son quizás más intensas (el cuidado de los niños, realización de trabajos intensivos, reducción de las actividades deportivas y de ocio, unida a la tendencia a engordar) y el hecho de que los discos intervertebrales son más vulnerables entre los 30 y 50 años.

            3.2. Sexo

Las mujeres suelen ser más susceptibles a sufrir dolores de espalda que los hombres. La causa se desconoce, pero el embarazo, el parto y el cuidado de los niños pueden afectar a la columna. Sin embargo, los hombres piden más bajas laborales por dolor de espalda, ello puede ser reflejo del tipo de trabajo que realizan. Además, los hombres tienen el doble de posibilidades de tener que operarse la espalda.

            3.3. Postura

Las malas posturas y las posturas forzadas constituyen la causa de un alto porcentaje de los dolores de espalda. Algunas de estas posturas son: inclinarse sobre el escritorio, trabajar durante mucho tiempo con los brazos levantados, levantar cargas pesadas doblando la cintura en vez de las rodillas, manipular cargas que se encuentren por encima de los hombros o en el suelo, manipular cargas sentados (por ejemplo, el trabajo de una cajera en un supermercado), sentarse en una silla de altura inadecuada o sin el respaldo correcto, etc.

Por otro lado, existen factores organizativos y psicosociales que también pueden originar trastornos músculo-esqueléticos a largo plazo, como pueden ser el ritmo de trabajo, los horarios o el acoso psicológico.

            3.4. Forma física y fuerza

Estudios de investigación demuestran que el riesgo de padecer dolores de espalda aumenta en personas que no realizan ejercicio. Una buena forma física va acompañada de unos músculos fuertes y flexibles, y unos huesos más fuertes, esto favorece la recuperación ante una lesión o enfermedad. Si los músculos abdominales son fuertes, éstos ayudan a sujetar la columna vertebral aumentando la presión en el abdomen y reduciendo la presión en la región lumbar. Si, por el contrario, son débiles, la espalda soportará más peso existiendo más riesgo de padecer lumbalgias. Por otro lado, los deportes competitivos inducen a algunas personas a entrenar tan intensamente que desarrollan lesiones por sobrecarga, por ejemplo, el golf.

            3.5. Profesión

Existen numerosas profesiones que implican un alto riesgo de padecer dolor de espalda. En general, en este grupo se incluyen las que presentan las siguientes características:

  • Tareas repetitivas.
  • Esfuerzos prolongados.
  • Posturas forzadas de determinadas partes del cuerpo.
  • Mantenimiento prolongado de cualquier postura.
  • Manejo de herramientas no ergonómicas, pesadas y/o vibratorias.
  • Exposición del cuerpo al frío o contacto con superficies duras.

En la columna vertebral, dada su complejidad (compuesta por huesos, músculos, articulaciones, tendones, médula espinal, terminaciones nerviosas) pueden aparecer numerosas patologías de distinta naturaleza (traumática, tumoral, degenerativa o inflamatoria). Estas patologías son muy variadas a la vez que sus tratamientos, sin embargo, el problema principal es el diagnóstico, ya que los síntomas que se producen en un principio, son muy similares. Por ello resulta fundamental realizar exámenes especializados que determinen la causa exacta de la patología, para