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Síndrome de Prader-Willi. Abordaje multidisciplinar de la obesidad

física, conseguir la adherencia al tratamiento (dieta, ejercicio, fármacos, etc.) y conseguir la adherencia a los controles periódicos. Las medidas de tratamiento de la obesidad comprenden básicamente una alimentación adecuada a las necesidades del individuo, un incremento de la actividad física y una modificación de los hábitos de vida. La consulta de Enfermería es un espacio adecuado para incidir en ello. Debe hacerse hincapié en disminuir los alimentos hipercalóricos y aumentar la actividad física.

El enfoque para un mayor éxito debe incluir al grupo familiar: los padres deben llevar el peso del tratamiento en los niños menores de 5 años. La escuela por su parte, no es sólo un lugar de enseñanza, sino un entorno donde la población infantil desarrollará sus pilares básicos para la adquisición de unos adecuados estilos de vida. Es por lo tanto, donde la figura de la enfermera escolar cobrará especial importancia para el desarrollo de los mismos. La figura de la enfermera escolar en España aún no se encuentra implantada (excepto en algunas ciudades puntuales), pero sí en diversos países como Inglaterra, Escocia, Suecia, Estados Unidos y Francia.

Entre las funciones de la enfermera escolar, haciendo referencia a la alimentación, ésta podría encargarse de:

i) la planificación, supervisión y seguimiento de las dietas con la estrecha colaboración de padres y tutores;

ii) consejera/tutora/asesora;

iii) garantizar la continuidad de cuidados en salud: atención en urgencias y emergencias, tratamiento de las enfermedades crónicas derivadas, administración de fármacos, etc;

iv) coordinadora entre los servicios de salud y gestión de temas sanitarios;

v) realizar el diagnóstico enfermero de salud de los alumnos;

vi) Elaborar y cumplimentar la historia de salud del alumno;

vii) Trabajar estrechamente con otros profesionales como consejeros en materia de salud: docentes, psicólogos, etc., en la acción tutorial a niños y padres con problemas;

viii) Participar en la elaboración de dietas en los colegios que dispongan de comedores escolares;

ix) Divulgar conocimientos en materia de educación sanitaria;

x) Fomentar hábitos de vida saludables en los niños y jóvenes [35,36].

d)            Abordaje desde la psicología. Haciendo referencia al tratamiento psicológico, éste estará basado en el aprendizaje del autocontrol, la modificación de los estilos de alimentación en relación con una dieta saludable y la modificación de los patrones de actividad física [26]. Es importante que la familia reciba información sobre la obesidad, las complicaciones y como tratarlas. Debemos tener en cuenta también una serie de cuidados estratégicos.

En muchos de los casos, debemos prestar atención en la implementación de medidas en las que se restringa la disponibilidad de alimentos al niño afectado de Prader-Willi. Dado que estos niños llegan a comer sin control, el no disponer de alimentos a los que puedan acceder les será beneficioso, y por otra parte, disminuirá la ansiedad derivada de tener que utilizar sus habilidades para obtener comida. Así es importante conocer las posibles fuentes de disponibilidad alimentaria que el síndrome de Prader-Willi (SPW) puede tener a su alrededor y controlar el acceso a la comida tanto en su domicilio como fuera de él, tarea para la cual el psicólogo asesorará a la familia. Es fundamental la implicación familiar, como se ha comentado anteriormente, pues constituyen pilar fundamental de toda intervención.

e)            Educación. El aprendizaje es un fenómeno grupal, por lo que considerando que los niños con síndrome de Prader-Willi (SPW) presentan retraso mental, el abordaje de la obesidad en la escuela fortalecería su aprendizaje sobre el control de su enfermedad. La integración del niño/a con síndrome de Prader-Willi (SPW) en la educación especial es un derecho fundamental que se debe llevar a cabo. Los educadores o docentes en colaboración con el resto de profesionales ayudarán a mejorar las habilidades del niño/a, y en lo relativo a la obesidad, teniendo en cuenta el gran número de horas que pasa el niño/a en la escuela, jugarán un papel importante en el control alimenticio.

Discusión: Como se ha mencionado anteriormente, los padres deben llevar el peso del tratamiento en los niños menores de 5 años [26]. Teniendo esto en cuenta, el resto del tiempo que el niño no pasa con sus padres, es tiempo que pasa en la escuela. Es ahí donde destacamos el papel de la enfermera escolar junto con más profesionales como el psicólogo y el educador. El colapso de nuestro sistema de Atención Primaria impide que se le preste atención adecuada a este grupo de edad. Los docentes se ven desbordados e incapaces de tratar temas como las drogodependencias, los trastornos alimentarios, la educación afectivo-sexual, etc., y exigen que sea un profesional de la salud con aptitudes pedagógicas quien se encargue de formar a los escolares en estas materias.

El actual modelo de salud hace que los profesionales de Atención Primaria acudan únicamente a colegios e institutos de forma puntual, relegando la educación para la salud a una enseñanza ocasional, episódica, marginal y de escasa relevancia, sin estar enmarcada dentro de un plan de formación y sin ajustarse a las necesidades de la comunidad escolar. De manera, que los niños en los colegios e institutos tienen necesidades en temas de salud que no pueden ser abordadas ni cubiertas por los padres ni por los profesores, careciendo de la ayuda del profesional sanitario cualificados [36]. Por tanto, mediante el desarrollo e implementación de la figura de la enfermera escolar, éstas podrían ser las proveedoras de una parte importante del proceso educativo: enseñando cómo cuidar, promocionar y promover la salud, así como asistir en todos los procesos de salud que requieran de atención o cuidados. Actualmente, la implementación de la enfermera escolar está siendo muy debatida, ya que hay quienes defienden que dichas necesidades deben ser cubiertas por la Enfermería comunitaria, quienes apenas disponen de tiempo suficiente para dedicarlo al ámbito escolar, siendo su intervención nula o esporádica.

Por otro lado, hay otra corriente que defiende la consolidación y expansión de la figura de la enfermera escolar, para que sea ésta quien se dedique exclusivamente a tiempo completo a los cuidados del entorno escolar, destacando entre otros beneficios importantes, el sentimiento de tranquilidad, confianza y seguridad generado entre el profesorado y padres de los alumnos. Si bien destacamos la importancia de la enfermera escolar como elemento clave en la educación para la salud dentro de los colegios, también hay