tuberculosis extrapulmonar, la localización más frecuente de esta forma de la enfermedad es la pleural, seguida por la ganglionar (Stein & Baker, 2011). La tuberculosis extrapulmonar incluye diversas manifestaciones, pronóstico y tiempo de enfermedad; se puede encontrar desde una infección de latencia o evolución lenta hasta una reactivación focal o diseminación y compromiso de múltiples órganos, lo cual hace difícil su diagnóstico por parte del clínico, quien podría no identificar el caso oportunamente (Kirenga et al., 2015).
Una de las formas más graves de tuberculosis extrapulmonar es la meningitis tuberculosa, que se produce como consecuencia de la diseminación hematógena del bacilo en el espacio subaracnoideo; se conoce como una complicación de la tuberculosis primaria y puede ocurrir años después como una reactivación endógena de una tuberculosis latente o como consecuencia de una reinfección exógena.
La tuberculosis se propaga mediante la inhalación de microgotas suspendidas en el aire que contienen el bacilo, que es expulsado por los individuos que presentan la enfermedad, pero también puede desarrollarse mediante las vías respiratorias por el esfuerzo espiratorio de toser, hablar, cantar o estornudar (Borgdorff & van Soolingen, 2013). Un paciente con tuberculosis puede llegar a contagiar hasta 20 personas en un año.
Hasta la actualidad se conoce que el ser humano y los primates constituyen los únicos reservorios para la trasmisión de la enfermedad. El tiempo de incubación de bacilo, depende del sistema inmunológico de cada persona, pero se estima que como promedio es de 2 a 10 semanas para desarrollar la infección, pero en algunas personas la infección puede permanecer latente toda la vida. El grado de transmisibilidad depende del número de bacilos y su virulencia, de la calidad de la ventilación e iluminación natural que se tenga en el entorno del enfermo, de las medidas de higiene respiratoria que se mantengan y, sobre todo, del inicio oportuno del tratamiento de la enfermedad, dado que esto reduce la población bacilar rápidamente (Dinnes et al., 2007).
FACTORES DE RIESGO
El riesgo de infección y el desarrollo posterior de la enfermedad dependen de factores asociados con el bacilo (viabilidad, transmisibilidad y virulencia), el huésped (estado inmune, susceptibilidad genética, duración e intensidad de la exposición) y de la interacción bacilo-huésped (lugar de afectación, gravedad de la enfermedad) (Pacheco González José Danilo., 2015) (Hsien-Ho Lin y colbs, 2009) (Ying Li., 2013). Por lo tanto, se pueden señalar como factores de riesgo los siguientes:
- Presencia de casos de tuberculosis pulmonar no diagnosticados o no tratados.
- Condiciones de hacinamiento.
- Desnutrición.
- Inmunocompromiso de cualquier etiología (infección por VIH, uso de medicamentos inmunosupresores).
- Diabetes
- Cáncer.
- Insuficiencia renal crónica.
- Silicosis
- Alcoholismo
- Drogadicción.
FACTORES DE PROTECCIÓN
La vacuna BCG (bacilo de Calmette Guerin) confiere protección antes de la exposición a la infección y previene, sobre todo en el lactante y en niños menores, hasta en 80% el desarrollo de formas graves de la enfermedad como la tuberculosis meníngea y la miliar (Anurag Bhargava, 2012).
La OMS, para el año 2014, reporto 9.6 millón de personas a nivel mundial con diagnóstico de tuberculosis pulmonar, y 1.5 millón, murieron por causa de esta enfermedad (OMS, 2013). El 95% de las defunciones ocurrieron en personas que vivían en zonas de pobreza, y la gran mayoría de las muertes se produjo en mujeres de 15 a 44 años de edad (Di, Lorenzo Oliveira Cláudia., 2015).
Así mimo, la tasa de niños infectados por el bacilo de Koch para el 2014, corresponde a 1 millón, de los cuales alrededor de 140.000 fallecen con tuberculosis pulmonar (OMS, 2013)(Global Tuberculosis Report 2015, 2014).
Sin embargo el número de casos reportados de tuberculosis pulmonar, día a día se incrementa en pacientes VIH positivos, para el 2015 se estima que la relación de estas dos patologías es 1:3, e incrementándose de esta manera el número de defunciones con VIH, por tuberculosis pulmonar.
De igual manera, que el número de casos se han ido incrementando, aparece otro problema que convierte a la tuberculosis pulmonar en un problema sanitario y económico, difícil de sobrellevar para los países en vías de desarrollo, como lo constituye la aparición de la resistencia a los antibióticos, se calcula que a nivel mundial, existe a una prevalencia de 480.000 personas considerados multidrogo-resistentes(Global Tuberculosis Report 2015, 2014); incrementando el gasto público para lograr resolver esta situación, y descuidando otras sectores de la salud, que también van incrementando y provocando brotes y epidemias de enfermedades crónica, infecciosas, etc., que solo agraven la situación mundial de salud (Southeastern National Center Tuberculosis, 2014).
Sin embargo, a pesar de continuar observando cada año, nuevos casos de tuberculosis pulmonar, existe un decremento en comparación hace 15 años, donde se puede observar que la prevalencia de esta enfermedad ha disminuido un 18%, en comparación al 2000 (Zorzenon dos Santos et al., 2010), y desde 1999 hasta la presenta ha disminuido en un 47%. Frente a esta realidad, existe el gran problema, de porque no se puede erradicar de una vez la tuberculosis (Sotgiu Giovanni., 2015)(OMS, 2013). Cuya respuesta a esta gran interrogante es muy difícil encontrar y de dar solución, debido, a que las enfermedades y los enfermos son migratorios, constantes en zonas de poco desarrollo, en lugares de hacinamiento, pero también existe un ítem que no siempre se lo analiza como lo constituyen la inaccesibilidad a los servicios de salud, ya sea por la situación geografía, horarios, o por no contar con los recursos económicos, y generalmente en los centros de atención primaria, no se enfatiza la importancia de la detección oportuna de un sintomático respiratorio, o cuando se los detecta solo se realiza una baciloscopía y se olvida al paciente, y peor aun cuando se capta y se diagnostica a un paciente con tuberculosis pulmonar, no se realiza el respectivo control ni profilaxis a los contactos (Maulén, 2011).
La prioridad de la atención primaria, es realizar el diagnóstico precoz y al tratamiento adecuado de los pacientes, para disminuir su transmisión.
Ecuador, considerado como un país en desarrollo, según censo del 2010, (Inec, 2010) el 65% de su población vive en condiciones económicas bajas y medio bajas, y de este porcentajes las condiciones de cómo vive (hacinamiento) es alto, la alimentación de igual manera es en un alto porcentaje lleno de carbohidratos, y muy bajo en proteínas y minerales, factores que aumentan el riesgo de la población para adquirir procesos infecciosos como la tuberculosis.
Para el año 2014, a nivel territorial con aproximadamente 16 millones de habitantes, las estadísticas, manifiestan la magnitud del problema, por cada 100.000 habitantes se reportan 0.47% de casos de defunciones solo por tuberculosis pulmonar, sin ninguna otra comorbilidad. Así mismo una prevalencia de 2.9