Inicio > Psicología > Tratamiento cognitivo-conductual del Trastorno Obsesivo-Compulsivo de tipo masturbatorio > Página 2

Tratamiento cognitivo-conductual del Trastorno Obsesivo-Compulsivo de tipo masturbatorio

los beneficios para la salud de la masturbación, la gente todavía se siente culpable o avergonzada de ello. Aproximadamente el 50% de las mujeres y el 50 % de los hombres que se masturban se sienten culpables. De hecho, la mayoría de las mujeres y hombres que se masturban se han mezclado sentimientos acerca de proveerse de placer. Aunque la masturbación es el sexo más seguro de todos, sentimientos negativos que pueden estar asociados con lo que pueda amenazar a uno el bienestar de la salud individual. Aunque la mayoría de los mitos de masturbación han sido desacreditados, la masturbación permanece tan estigmatizada que las personas también se preocupan por masturbarse «demasiado». En general, no hay tal cosa como masturbación demasiada a menos que sea un varias ocasiones comportamientos que consumen tanto tiempo, que interfieren con una rutina normal del individuo, la función ocupacional, la vida social, y las relaciones personales. Comportamientos repetitivos más comúnmente asociados con el trastorno obsesivo-compulsivo de masturbación incluyen lavarse las manos, contar, comprobando si la estufa u otro aparato ha sido desactivado, y la limpieza excesiva. Tales comportamientos llevan a cabo para prevenir y / o reducir la ansiedad y el estrés, incluyendo la masturbación, no se consideran un síntoma de un trastorno a menos que interfieran con la vida diaria de una persona, la vida personal, y vida profesional y si impiden el cumplimiento de sus compromisos y responsabilidades (2).

En relación a la problemática abordada se describe brevemente la terapia cognitivo – conductual con la cual vamos abordar el Trastorno Obsesivo Compulsivo que presenta el adolescente. La terapia cognitivo – conductual es una forma de entender cómo piensa uno acerca de sí mismo, de otras personas y del mundo que le rodea, y cómo lo que uno hace afecta a sus pensamientos y sentimientos. La terapia cognitivo-conductual (TCC) le puede ayudar a cambiar la forma cómo piensa («cognitivo») y cómo actúa («conductual») y estos cambios le pueden ayudar a sentirse mejor. A diferencia de algunas de las otras «terapias habladas», la terapia cognitivo-conductual (TCC) se centra en problemas y dificultades del «aquí y ahora». En lugar de centrarse en las causas de su angustia o síntomas en el pasado, busca maneras de mejorar su estado anímico ahora. Se ha demostrado que es útil tratando: ansiedad, depresión, pánico, agorafobia y otras fobias, fobia social, bulimia, trastorno obsesivo compulsivo, trastorno de estrés postraumático, esquizofrenia.

La terapia cognitivo-conductual (TCC) le puede ayudar a entender problemas complejos desglosándolos en partes más pequeñas. Esto le ayuda a ver cómo estas partes están conectadas entre sí y cómo le afectan. Estas partes pueden ser una situación, un problema, un hecho o situación difícil. De ella pueden derivarse: pensamientos, emociones, sensaciones físicas y comportamientos. Cada una de estas áreas puede afectar a las demás. Sus pensamientos sobre un problema pueden afectar a cómo se siente física y emocionalmente. También puede alterar lo que usted hace al respecto.

El terapeuta, dividirá cada problema en partes. Para facilitar este proceso, su terapeuta puede pedirle que lleve un diario. Esto le ayudará a identificar sus patrones de pensamientos, emociones, sensaciones corporales y comportamientos. Juntos estudiarán sus pensamientos, sentimientos y comportamientos para determinar si no son realistas o son perjudiciales, cómo se afectan entre sí y cómo le afectan a usted. El terapeuta entonces le ayudará a determinar cómo cambiar los pensamientos y comportamientos perjudiciales. Es fácil hablar de hacer algo, lo difícil es hacerlo realidad. Así que, después de haber identificado lo que puede cambiar, su terapeuta le “pondrá deberes” para practicar estos cambios en su vida diaria. Dependiendo de la situación, usted podría comenzar a: Cuestionar un pensamiento autocrítico que le hace ponerse triste y reemplazarlo con otro positivo (y más realista) que usted ha aprendido en la terapia cognitivo-conductual (TCC).

Reconocer que está a punto de hacer algo que le hará sentir peor y, en su lugar, hacer algo más positivo. En cada sesión se discute cómo le ha ido desde la última. Su terapeuta le puede ayudar con sugerencias si algunas de las tareas le parecen demasiado duras o si por el contrario le ayudan. No se le pedirá que haga cosas que no quiera hacer: usted decide el ritmo del tratamiento y lo que va a intentar o no. Lo mejor de la terapia cognitivo-conductual (TCC) es que puede continuar practicando y desarrollando las técnicas que ha aprendido, incluso cuando las sesiones han terminado. Esto hace menos probable que sus síntomas o problemas vuelvan (3).

Hay factores predisponentes negativos o positivos que influyen en el pronóstico de la respuesta a la terapia cognitivo-conductual ante el trastorno obsesivo – compulsivo de conductas masturbatorias en adolescentes. Entre los negativos podemos citar: 1) Psicopatología de los padres. 2) Alteración de algunos rasgos de personalidad:
como paranoide, esquizoide y esquizotípica. 3) Demora en comienzo de la terapia. 4) Comorbilidad. 5) Familia disfuncional o conflictiva puede exacerbar los síntomas e impedir su recuperación. 6) A menor edad peor de aparición peor es el pronóstico.

Con el fin de comprender los tipos de terapias que son los más eficaces para el tratamiento de niños y adolescentes, es útil tener alguna información básica este trastorno. Primero de todo, TOC aparece el mismo en niños como en adultos. Se compone de dos partes; 1) la obsesión, y 2) la compulsión. La obsesión varía en la forma, pero caracterizada por pensamientos, imágenes o impulsos persistentes, intrusivos no deseados. Las obsesiones son generalmente reconocidas por el individuo como irracional, sin sentido, intrusivo o incluso inapropiada, pero son incapaces de controlarlos. Las compulsiones se distinguen por impulsos irresistibles y comportamientos repetidos que la persona realiza con el fin de reducir la ansiedad (4).

Existen pautas diagnosticas del trastorno