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La enfermedad trombótica relacionada con los vuelos de larga duración

La enfermedad trombótica relacionada con los vuelos de larga duración

Existen en la actualidad datos suficientes que indican que los viajes prolongados en avión predisponen a la aparición de trombosis venosa profunda (TVP) y tromboembolismo pulmonar (TEP). La probabilidad de ello, es mayor cuanto mayor sea la duración del vuelo, evidenciándose a partir de las 6-9 horas de vuelo (1).

La enfermedad trombótica relacionada con los vuelos de larga duración

Lucia Jiménez Cupet. Diplomada en Enfermería. Enfermera en el hospital Raymond Poincaré. Paris.

Ossama Nasser Laaoula. Diplomado y Master en Enfermería. Enfermero en el hospital Raymond Poincaré. Paris.

María Garrido Piosa. Diplomada y Master en Enfermería. Enfermera en el hospital Raymond Poincaré. Paris.

Palabras clave: trombosis venosa profunda (TVP), tromboembolismo pulmonar, vuelo, factores de riesgo, prevención.

INTRODUCCIÓN

La primera referencia que se tiene del problema data de 1940, cuando Simpson describe casos de embolismo pulmonar en sujetos que permanecían largo tiempo en refugios anti bombardeos durante la batalla de Inglaterra, donde la movilidad era casi nula. Y la primera vez que se nombra esto como Síndrome de la clase turista fue en 1977 por Symington y Stack, para definir los problemas de retorno venoso que se producían en los pasajeros de avión que tenían que viajar en asientos de limitado espacio que permitían poca movilidad de los miembros inferiores (1).

Se define la trombosis venosa profunda (TVP) como la formación de un coágulo de sangre dentro del sistema venoso profundo que ocurre con mayor frecuencia en los miembros inferiores, pero también puede ocurrir en otros lugares como brazos y abdomen (2). Es una enfermedad difícil de detectar, ya que en muchos casos es asintomática, pero hay signos que nos pueden alertar de que alguien está sufriendo una trombosis venosa profunda (TVP): dolor, edema, decoloración (color de piel púrpura o rojizo azulado) y calor. Estos signos no bastan para un diagnóstico, y aunque lo mejor son pruebas radiológicas como el ultrasonido, la RMN o el TAC, podemos calcular la probabilidad de que los signos indiquen una trombosis venosa profunda (TVP) mediante la escala de Wells, la cual nos indica que si el resultado es menor de 2 puntos la trombosis venosa profunda (TVP) es improbable (3).

COMPLICACIONES

La complicación más grave de la trombosis venosa profunda (TVP) ocurre cuando una parte del coágulo se desprende y viaja por el torrente sanguíneo hasta los pulmones, causando un bloqueo llamado embolia pulmonar (EP) o tromboembolismo pulmonar (TEP). Si el coágulo es pequeño, y con un tratamiento adecuado, la persona se puede recuperar de la TEP. Aún así, puede dejar secuelas en los pulmones. Si el coágulo es grande e impide que la sangre llegue a los pulmones, puede ser mortal (4).

FACTORES DE RIESGO

La mayoría (70-80%) de los viajeros que desarrollan una enfermedad tromboembólica venosa asociada a viajes tienen asociado uno o más factores de riesgo para padecerla (2). Los factores de riesgo de la trombosis venosa profunda son los siguientes:

  1. La edad. El riesgo aumenta con la edad (4).
  2. Antecedentes de TVP previa. Aumenta el riesgo hasta 5 veces (3).
  3. Debido a mutaciones genéticas (3).
  4. Aumento en el nivel de estrógeno. Causado por anticonceptivos orales, terapia de sustitución hormonal o embarazo (4).
  5. Neoplasia activa. Las células tumorales pueden inducir la generación de trombina y la expresión de actividad procoagulante (3).
  6. Se estima que un índice de masa corporal mayor de 30 kg/m2 genera el doble de riesgo (3).
  7. Cirugía o traumatismo reciente. Aumentando hasta un 61% si se trata de una cirugía de rodilla y hasta un 48% si es de cadera. En el caso del traumatismo el riesgo aumenta un 58%(5).
  8. Algunas afecciones crónicas. Como enfermedades cardiacas o respiratorias (4).
  9. La inmovilidad (1).

PREVENCIÓN

Es recomendable que los pacientes con factores de riesgo tomen ciertas medidas de precaución:

  • Levantarse cada dos o tres horas a dar unos pasos.
  • Ejercitar levemente las piernas mientras se está sentado contrayendo los muslos o levantando los talones.
  • No usar ropa ajustada.
  • Es importante, ya que la baja humedad a bordo favorece la hiperviscosidad sanguínea (4).

En el caso de que el riesgo sea muy elevado, lo mejor será que el individuo solicite una consulta médica con antelación con respecto al vuelo de larga distancia. Es posible que su médico le recete algún medicamento anticoagulante como el ácido acetil salicílico (AAS) o la heparina como profilaxis ante una probable trombosis venosa profunda (TVP).

Bibliografía:

1. RÍOS TEJADA, F., VILLEGAS FERNÁNDEZ, F., AZOFRA GARCÍA, J. A., et al. Síndrome del pasajero de clase económica. In: Anales de Medicina Interna. Arán Ediciones, SL, 2002. p. 47-51.
2. ARRIETA, Nuria Ruiz-Giménez et FERNÁNDEZ, Carmen Suárez. Prevención del tromboembolismo pulmonar y síndorme de la clase turista. Información Terapéutica del Sistema Nacional de Salud, 2007, vol. 31, no 4, p. 118-125.
3. SÁNCHEZ, Karen Tatiana Ramírez. Trombosis venosa profunda. REVISTA MEDICA DE COSTA RICA Y CENTROAMERICA, 2014, vol. 71, no 612, p. 715-718.
4. Centro Nacional de Defectos Congénitos y Discapacidades del Desarrollo de los CDC, 2014
5. ORTIZ, Paola, CARVALHO, Renata, et JAVIER, Julián J. Patología del sistema venoso profundo. Enfermedad, trombo embolica-ETE. Revisión del tema, pautas de tratamientos y profilaxis. Biomedicina, 2013, vol. 8, no 3, p. 24-36.