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Agentes transmisores y protectores. Higiene de manos

  • con el contacto directo con nuestros pacientes

Productos a nuestra disposición

  • Los jabonesson productos detergentes que contienen ácidos grasos esterificados e hidróxido sódico o potásico. Su actividad se atribuye a las propiedades detergentes que permiten remover la capa lipídica de la piel y la suciedad asociada de las manos. Los jabones no tienen actividad antiséptica, aunque el lavado disminuye la flora transeúnte de las manos.
  • Jabones antisépticos.Por ejemplo jabones de clorhexidina o de povidona iodada. Tienen un efecto antimicrobiano que permite una reducción más intensa y persistente de la flora transeúnte, pero son más agresivos para la piel. Se utilizan para el lavado quirúrgico de las manos y la antisepsia quirúrgica. En general el efecto antiséptico aumenta con la concentración del principio activo, lo que al mismo tiempo aumenta la irritación cutánea.
  • Preparados de base alcohólica.Contienen etanol, isopropanol o n-propanol, y en algunos casos pequeñas cantidades de antisépticos (hexaclorofeno, compuestos de amonio cuaternario, clorhexidina, povidona iodada o triclosan). Para evitar la resecación de la piel se añaden emolientes u otros acondicionantes de la piel, por ejemplo glicerina. Su actividad antimicrobiana se debe a la capacidad del alcohol para desnaturalizar las proteínas. Los preparados que contienen de un 60-80 % de alcohol son los más efectivos. En la figura se compara la disminución microbiana conseguida mediante lavado con agua y jabón y un preparado de base alcohólica tipo en función del tiempo requerido. El preparado de base alcohólica es más rápido y más eficaz, siempre que se utilicen sobre manos limpias y secas.

El uso de preparados de base alcohólica no se recomienda sobre piel húmeda ni cuando la piel está visiblemente sucia o contaminada con materia orgánica.

  • Crema de manos.El lavado frecuente con agua y jabón, el uso de jabones antisépticos o de alcoholes, irrita y reseca la piel, favoreciendo la aparición de dermatitis. En estos casos la contaminación cutánea es mucho más elevada (mayor potencial de transmisión de microorganismos) y disminuye la predisposición a cumplir con las recomendaciones para la higiene de manos. Para evitar la resecación es preciso utilizar con frecuencia cremas o lociones que aporten los ácidos grasos necesarios para restablecer la capa lipídica de la piel. No todas las cremas son igualmente efectivas, en algunos casos interfieren con el efecto antiséptico de jabones y alcoholes, e incluso pueden contaminarse con facilidad. La institución sanitaria debe facilitar cremas o lociones para las manos adecuadas y en cantidad suficiente.

No todos los productos para la higiene de manos son igual de agresivos; en general la tolerancia es muy superior para los preparados alcohólicos, dado que llevan emolientes incorporados que disminuyen la resecación que producen.

Transmisión de microorganismos hospitalarios por las manos

La acción de higiene de las manos no es solo una «tarea» adicional, sino una tarea esencial que marca la calidad de las actividades de los profesionales sanitarios. Tanto el cumplimiento de la higiene de las manos como su fracaso tienen consecuencias en la transmisión de los microorganismos patógenos y la aparición de infecciones relacionadas con la atención sanitaria. La higiene de las manos no es una opción o un asunto de sentido común o mera oportunidad, corresponde a indicaciones cuya formulación no deja lugar a dudas, sustentadas por una evidencia científica incuestionable.

A pesar de ello, en muchas ocasiones la inercia marca la actividad sanitaria, y la higiene de manos simplemente se olvida o se ve relegada por la inmediatez de otras actuaciones. Conceder la importancia debida a esta práctica tiene un importante efecto de contagio. Los profesionales sanitarios ejercen un importantísimo rol ejemplar, positivo o negativo: la realización de higiene de manos por parte de un profesional tiende a imitarse por los que le acompañan, en particular cuando se hace de forma ostensible. Deberíamos acostumbrarnos a incluir la higiene de manos entre las preguntas básicas que nos hacemos antes de proceder a cualquier maniobra asistencial.

Estructura del lavado de manos.

Las manos del personal sanitario, en especial de Enfermería que somos los profesionales que myor contacto tenemos con el paciente, son el principal vehículo de transmisión de microorganismos potencialmente patógenos de unos pacientes a otros. La secuencia es la siguiente:

  1. La piel del paciente contiene microorganismos, estos se extienden a los objetos inanimados en su entorno inmediato.
  2. Las manos del personal sanitario se contaminan por estos microorganismos cuando tocan al paciente o su entorno.
  3. Los microorganismos sobreviven e incluso se multiplican en las manos del personal sanitario.
  4. La higiene de manos del trabajador sanitario es inadecuada o totalmente omitida. Persisten microorganismos procedentes del paciente o su entorno.
  5. Las manos contaminadas del sanitario contactan con otro paciente o con un objeto inanimado que entrará en contacto directo con este otro paciente.

Conclusiones

El personal de Enfermería constituye el grupo de profesionales sanitarios que mayor contacto tiene con los pacientes. Siendo la correcta higiene de manos la primera y más efectiva de las intervenciones en materia de prevención.  La adopción de esta práctica posee importancia en el hecho de que gran porcentual de infecciones nosocomiales pueden ser evitadas, una vez que la mayoría de los microorganismos asociados a la microbiótica transitoria de las manos, o sea, aquella adquirida por el contacto con personas o materiales colonizados o infectados, podrían ser fácilmente eliminados a través de un adecuado lavado, dejando de ser condición básica para su diseminación.

Bibliografía

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